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lunes, 8 de noviembre de 2010

La Marihuana, en busca de la ignominia

 “En los últimos tiempos algunos renegarán de la fe dando oídos a espíritus seductores y enseñanzas diabólicas, inducidos por la hipocresía de impostores cuya conciencia se halla marcada al rojo vivo, que prohíben el matrimonio y ciertos alimentos que Dios ha creado para que los creyentes y los que conocen la verdad los coman y den gracias a Dios por ello” (Timoteo 4:1).
Ahora que el Referendo gringo sobre la legalización de la marihuana ha puesto "de moda" hablar sobre los degenerados que la defienden y la gente de bien que la condena, quizás valga la pena tratar de hacer un paneo sobre la historia del cáñamo y sus derivados grifa, kif, hachís. Comencemos, pues, remontándonos hasta el año -4000, periodo en el que ya era cultivada la Cannabis sativa para elaborar textiles, según los retazos de tejidos hallados en excavaciones arqueológicas (los restos más antiguos de fibra de cáñamo  han sido hallados en China con una datación del -4000; aunque los restos hallados en Turquestán con  datación de un milenio posterior, hace considerar la posibilidad de que sea una planta cultivada originalmente en el Asia central), y vayamos de ahí a las primeras referencias históricas, que datan del año -2737, cuando el emperador chino Shen-Nung prescribe la resina del cáñamo para “la debilidad femenina”, el gota, el reuma, el estreñimiento, la malaria, la gripe y los desmayos, advirtiendo que "tomado en exceso tiende a mostrar monstruos, si se usa durante mucho tiempo puede comunicar con los espíritus y aligerar el cuerpo" Kwang-ti, otro emperador chino, en su libro Nei-Ching recomienda el uso de las flores del cáñamo para curar las heridas abiertas; del jugo fresco de las hojas para curar las picaduras del escorpión; de la resina adherida a la cáscara de la semilla para estimular el sistema nervioso; de las semillas para combatir las inflamaciones de la piel, o como tónico para el cabello, o como antídoto al envenenamiento del azufre, reconstituyente, laxante y diurético, además de ser muy apropiadas para extraer los gusanos a los recién nacidos y a los animales…Ah… y la fibra para fabricar cuerdas y tejidos (los chinos fueron los primeros en producir papel en el siglo I y los escritos más antiguos -textos budistas de los siglos II y III- están escritos sobre tejidos de cáñamo).
La cannabis fue considerada la más sagrada de las plantas.
Antiguas fuentes sánscritas hablan de las píldoras de la felicidad, un compuesto a partir de cáñamo y azúcar. A base de cáñamo era la amrita, bebida de la inmortalidad que en la mitología hindú corresponde grosso modo a la ambrosía de los dioses olímpicos (según los primeros vedas, sobre todo el cuarto o Atharva Veda, el cáñamo brotó cuando cayeron del cielo gotas de amrita). En India, el cáñamo, denominado chraas o bhang, tiene tal importancia que en algunas zonas se utiliza con funciones de moneda, como medio de intercambio comercial. La religión védica arcaica veneró la planta denominándola vijonia (fuente de felicidad y victoria) y ananda (fuente de vida): Se tomaba para aliviar la fiebre, el insomnio, la disentería, la lepra, la caspa, las jaquecas, la tosferina, la oftalmia (y otros males en los ojos). Desde el siglo –XV se celebra y conoce el cáñamo en diversas preparaciones: con agua (poust), con alcohol (loutki) y con opio (mourra). Los sacerdotes Sardu viajaban a través de la India y del mundo entero compartiendo pipas de fumar llenas de cannabis (chilum). Según su fe, el dios Shiva trajo la cannabis desde el Himalaya para que los hombres tuvieran felicidad y conocimiento. Para la tradición brahmánica ortodoxa su uso agiliza la mente, otorga salud y larga vida, concede deleite, valor y deseos sexuales potenciados. En el capítulo 9:16 del Bhagavad- gita, Krishna dice Yo soy la hierba que cura, mientras que en el Canto Quinto del Bhagarat-purana las preparaciones líquidas son la bebida favorita de Indra, el dios guerrero que representa a los invasores arios.  En Mesopotamia, hacia el periodo del dominio asirio -IX su uso aparece mencionado como incienso ceremonial y con funciones medicinales al lado del opio, la mandrágora, la cerveza y el vino. Heródoto (-484 a -425) describe una especie de sauna donde los persas arrojaban grandes trozos de cáñamo (lo más seguro en forma de haschisch) sobre piedras calentadas y se embriagaban aspirando el humo como los griegos bebiendo el vino, no está claro si con fines religiosos o recreativos.
La cannabis ha sido utilizada para los rituales religiosos. La religión zoroástrica tenía como sacramento fundamental para la clase sacerdotal el uso de la planta del cannabis. En el texto sagrado Zend-Avesta, que incluye más de 10.000 plantas medicinales, el profeta persa Zoroastro le da al cáñamo el primer lugar. La Biblia cristiana no rechaza su consumo e incluso algunos pasajes hacen referencia directa a lo bueno y útil que es utilizar hierbas como la cannabis: Bajo la denominación de Suama era bebido en la zona de Sinaí y fumado en las sinagogas; Salomón lo canta con el nombre de kalamo y Timoteo (4:1) admoniza sobre su prohibición “ En los últimos tiempos algunos renegarán de la fe dando oídos a espíritus seductores y enseñanzas diabólicas, inducidos por la hipocresía de impostores cuya conciencia se halla marcada al rojo vivo, que prohíben el matrimonio y ciertos alimentos que Dios ha creado para que los creyentes y los que conocen la verdad los coman y den gracias a Dios por ello”. En Tíbet, la difusión del budismo impuso su uso como un auxiliar para la meditación trascendental. Muchas tradiciones, escritos y creencias budistas indican que el mismo Siddhartha, Buda, antes de anunciar las cuatro verdades nobles, estuvo durante seis años inhalando y comiendo únicamente cáñamo y sus semillas. Muchos estudios revelan que el misticismo de los sacerdotes sufíes procede de los seguidores de Zaratustra que sobrevivieron a la conquista musulmana entre los siglos VII y VIII d. C.
En cuanto a la que hoy conocemos como “cultura occidental”, hacia el -1500 llega la cannabis a Europa procedente de oriente, propagándose hacia las zonas central y septentrional. Ni los griegos ni los romanos la cultivaron sistemáticamente, pero desde el siglo -VII la obtenían de los celtas (en Marsella se ofrecían cuerdas, velas y estopas a todo el Mediterráneo). El cáñamo se usaba en los ritos dionisíacos y en las liturgias de Eleusis para revelar a los iniciados los arcanos del mito de Deméter. Los sacerdotes, que llevaban el nombre de eumólpidas (cantores de melodías benignas), se decían hijos de la luna para hacer de mediadores entre la tierra y el cielo. La Odisea narra cómo cuando Telémaco, que durante el banquete ofrecido en su honor por Menelao evoca el destino de su padre Ulises y cae con todos los comensales  en una profunda melancolía; entonces, Helena ordena a los criados que echen nepenthés (una decocción de cáñamo con vino resinado y mirra, de uso tradicional para animar las reuniones privadas) en las copas y la sonrisa vuelve a los labios de todos los que estaban allí. Diodoro Sículo, historiador de la época de Cesar, escribe que las mujeres de Tebas preparaban mediante cáñamo una pócima que tenía el mismo efecto que el nepente de Homero. Dioscórides (20 al 60 d. C.), médico griego residente en Roma, autor de la primera farmacopea basada en plantas medicinales, habla del cáñamo y de las visiones y alucinaciones placenteras que provoca. Tal como se deduce de algunas breves anotaciones de Lucilio, Plinio, Columela y Celso (siglo II d. C.), en Roma se utilizaba principalmente la fibra para confeccionar vestidos y para las gúmenas (maroma gruesa para atar áncoras) y las velas de las naves. Su extracto era utilizado para mantener alta la moral de los marineros en los momentos difíciles (en un trirreme cartaginés de guerra del siglo -III recuperado en 1969 en Isla Larga fueron halladas dos ánforas llenas de hachís). El kiphy, que es un incienso ceremonial de posible psicoactividad, entre cuyos ingredientes hay una “resina” (probablemente de cáñamo), forma ya parte de las reuniones de los ricos, este producto era importado desde Egipto y era muy costoso. En la Metamorfosis de Ovidio se habla de un tal Glauco que toma “hierba” de extraños efectos. Por Galeno, médico de la corte imperial (129 al 200 d. C.), sabemos que era frecuente ofrecer flores de cáñamo en reuniones sociales para incitar la hilaridad y el disfrute (costumbre aprendida de las sociedades ateniense o de los celtas). El fumar hachís egipcio era una excentricidad (valía una fortuna), mientras que el opio se consideraba un bien básico para el hogar romano. Al iniciarse el siglo IV, el edicto de Diocleciano sobre precios fija el del modius castrense de opio – con una capacidad para 17,5 litros- en 150 denarios, cuantía que sigue siendo extremadamente módica si se compara con los 80 denarios que costaba el kilo de hachís... 
En fin, como suelo decir, el giro político-policivo tras el que se ha encubierto la explotación económica de la marihuana, es una historia larga que merece ser contada. Yo dejo aqui, por cuestiones de espacio, lamentando no haber llegado hasta los antecedentes de la situación actual, que deben ser divulgados, si es que alguien quiere algún dia desenmascarar las causas ocultas de la persecución obsesiva a una planta indefensa.

sábado, 30 de octubre de 2010

De la catarsis y la esjatología como instrumentos de liberación

Hay un mundo infernal, cruel y despiadado, del que todos tenemos conocimiento y, sin embargo, como en el mito popular de los avestruces, nos empecinamos en clavar la cabeza en las arenas de la "autocensura", el comportamiento "políticamente correcto" y el cuidado en el manejo de las imágenes (tanto visuales como auditivas, individuales como colectivas,  propias como ajenas) con la pretensión ingenua de establecer una barrera moral entre la crudeza de los acontecimientos y la inconciencia de nuestra participación en ellos. Sin embargo, si se esfuerza un poco la vista, es posible observar bajo esa primera capa de "celo cristiano", una densa telaraña de  incoherencias entre el discurso y las acciones de los predicadores de toda laya (religiosos, políticos, económicos y "bien intencionados")... Entonces, se acaba vislumbrando un imbricado ecosistema de causas, métodos y propósitos de un clan dantesco que manipula los hilos del comportamiento salvaje de un determinado grupo social humano. 
Para definir la tragedia en su Poética, Aristóteles recurre a la Catarsis como el acto de  purificación emocional, corporal, mental y religiosa mediante la experiencia abrupta de sentimientos de miedo y de compasión. Según Aristóteles, la catarsis es la facultad de la tragedia de redimir (o "purificar") al espectador de sus propias bajas pasiones al verlas proyectadas en los personajes de la obra y al permitirle ver el castigo merecido e inevitable de éstas, de modo que, después de presenciar la obra teatral, se entenderá mejor a sí mismo y no repetirá la cadena de decisiones que llevaron a los personajes a su fatídico final. Josef Breuer y Sigmund Freud, iniciadores de las teorías del Psicoanálisis, retomaron ese concepto y denominaron método catártico al proceso de re-vivencia o remembranza del momento en que una emoción o sentimiento debieron ser reprimidos por un sujeto cuya represión terminó manifestándose en alguna forma patológica de angustia. En cuanto a lo Es(c)jatológico, bueno, los colombianos hemos aprendido a revolcarnos en sus dos acepciones... Entremos en materia, para no convertir este espacio en una aula pretensiosa y soporífera. El texto y las gravaciones que podrán sufrir después del siguiente punto aparte, aparecieron en la Revista Semana del mes de junio de 2010; pero ésa es una revista de élite con circulación restringida y a mí se me hace que acontecimientos como este debieron haber desatado una conmoción planetaria que, como a todos nos consta, nunca tuvo trascendencia. Las otras imágenes son clandestinas, es decir, no circularon en los medios, pero son de fácil consecución en cualquier zona rural o urbana del territorio nacional.
"Treinta de enero de 2010. Un grupo de sicarios habla por teléfono de su más reciente "vuelta"(1): el asesinato de una persona en Montería. En una llamada interceptada por el Cuerpo Técnico de Investigaciones de la Fiscalía, alias 'Toto' y 'el Flaco', miembros de la banda Los Urabeños, le cuentan a alias 'Jimmy', como si fuera un juego, el escabroso crimen que acaban de cometer:
Toto: Estábamos jugando... a pico y pala...
Jimmy: ¿Hicieron algo?
Toto: De eso que usted hace y le gusta mucho... apenas nos estamos cambiando.
Jimmy: ¿Y quiénes boliaron(2) ahí?
Toto: Usted viera al Flaquito...
Jimmy: ¿Y 'Caliche' qué? ¿Buen boliador?
Toto: Esa gonorrea(3) fue el que empezó...
Jimmy: Páseme a la Flaca.
Flaco: Hola, perra(4).
Jimmy: Hola, descuartizadora (Jimmy y el Flaco se ríen). Hola, carnicera. Me guarda un pedacito de ñervo(5).
Flaco: ¿Frito o sudao?
Los que hablan uno de los nuevos carteles que se están peleando el poder del narcotráfico en el país y que tiene una guerra casada con Los Paisas. Las dos bandas son derivaciones de los imperios criminales de dos ex jefes paramilitares hoy detenidos: los primeros de 'Don Mario', Daniel Rendón Herrera, y los segundos de 'Don Berna', Diego Murillo Bejarano. Pocos días después, una nueva conversación interceptada al mismo grupo terminó de aterrarlos. Fue hace apenas cuatro meses. Mientras espera que del otro lado de la línea le contesten, alias el soldado comenta: "Pegué el dedo de una: tres en serie en una noche"(6) Luego habla con alias chumilo. Primero le pregunta si se quedaron con el dinero y el celular de uno de los muertos y después le inquiere por otra de las víctimas:
Soldado: Y le quitaron la ropita a la peladita(7) esa...
Chumilo: Tocaba, eso pa' desarmarla(8) tocaba...
Soldado: ¿Y qué, cómo era?
Chumilo: Normal, estaba buena(9).
Soldado: ¿Sí?
Chumilo: Sí, eso pa' desarmarla tocaba empelotarla.
Soldado: Y qué, gonorrea... ¿no le hicieron males?(10)
Los investigadores luego identificaron a las tres víctimas de esta masacre: un oficial retirado del Ejército, su madre y su novia. Estos se sumaron al caso de un mototaxista, que al parecer es el mencionado en la primera grabación, y al de un taxista cuyo cuerpo fue encontrado después. Todos los crímenes sucedieron en Montería, las autoridades los atribuyen al mismo grupo y no descartan que sean más las personas asesinadas y descuartizadas. Gracias a sofisticadas técnicas forenses y al uso de perros adiestrados, los cuerpos del ex oficial y su familia y el del mototaxista fueron encontrados en la finca Villa Elena, a menos de diez minutos de Montería por la vía principal que conduce a Arboletes. El otro fue enterrado en otra hacienda. Todos los cuerpos se hallaron a poca profundidad. Sobre el tronco de la víctima ponían su cabeza y sus extremidades, luego la ropa y encima la siguiente víctima en las misma condiciones. En estos casos, la desmembración se dio luego de un tiro de gracia. Después fueron cortados con machete; en unos casos, por la forma de los cortes se evidencia su poca práctica. Según especialistas, esto se hace por algún tipo de "satisfacción muy íntima y personal del victimario", como explicó el especialista Javier Rojas al Meridiano de Córdoba, que dio a conocer la noticia de los nuevos descuartizamientos. "Puede ser como una firma de comportamiento grupal", dice. Incluso a los investigadores les llamó la atención la forma cuidadosa como organizaron los cuerpos dentro de la fosa. Una nueva conversación permitió al CTI avanzar en la captura de los asesinos. 
Uno de ellos, alias 'Caliche', llamó a su madre. Este es un fragmento del diálogo hijo/madre:
Caliche: Otra cosa, cuchita.(11) ¿Sabe qué, más bien? Que pa' toda la gente que hagan que yo estoy muerto.
Madre: ¿Por qué? ¿Qué pasó?
Caliche: No, tiene que ayudarme, en estos días me tocó hacer unas cosas que… Yo sé que usted me ha dicho que no le comente nada de lo que yo hago... Lo que hice ese día ahí fue una vuelta ahí que uno nunca olvida eso... Sabe qué, madrecita, me tocó picar a un man (12), a la mamá y a la hermanita...
Madre: Huyy… por Dios bendito.
Caliche: Se lo juro, cucha. Y sabe qué, madrecita. Me siento mal, me siento arrepentido.
Madre: Mijo, pero si no lo hacía usted, se lo hacían a usted…
Caliche: Y es el momentico, viejita, que sabe qué, cucha, me siento raro...
Madre: No pues, rece, mijo. Es algo que le tocó a usted, mijo.
Caliche: Ese día yo nada más veía eso y en la mente mía pensaba era en usted y en la niña. Pero sabe qué, cucha. Se lo digo de corazón: al man no, nada, normal. Al man le di sin mente(13). Pero a la mamá y a la hermanita… remordimiento nada más, porque mi mamá y mi hermanita… yo pienso es eso y no quiero que nada de eso les pase a ustedes…
Luego la madre le recomienda que lo mejor es que "haga sus cosas lejos, donde nadie lo conozca... y no se meta en problemas...", y concluye mencionando otro crimen:
Caliche: En estos días Jimmy se ganó diez palos(14) y le llevó cinco palos a la cucha de una(15).
Madre: ¿Y en qué se los ganó?
Caliche: Usted sabe… haciendo lo mismo de uno. Yo no me conformo con eso, sino que más.
Madre: De pronto midiosito(16) a usted lo tiene pa' más, no sé…
Caliche: Dios quiera que sí. Bueno, pues, madrecita, mis bendiciones.
Madre: Que mi Dios lo bendiga. Que las ánimas benditas lo protejan de todo mal y peligro.
Siguiéndole el hilo a esta pista, los investigadores encontraron que se había dado la orden de asesinar al menos a diez personas más en la capital y a otras cinco en Córdoba. La sorpresa de los investigadores fue mayúscula cuando se dieron cuenta de que los descuartizadores son personas menores de 25 años y que no han sido paramilitares, lo cual hubiera ayudado a explicar el origen de su comportamiento sangriento. Además, son jóvenes de ciudad, principalmente de comunas de Medellín, que no han tenido contacto con implementos de campo como los usados en los desmembramientos."

¿Siente asco, rabia, impotencia? Trate de imaginarse el terror cotidiano de nuestros campesinos y jóvenes de barrios periféricos, mientras el salgareño, cínico impune, implementa su estrategia de rumores y corrupción para instalarnos desde la alcaldía de Bogotá su política de terror y miseria. ¡Carajo! ¡Abra los ojos! Vomité, si es necesario... pero ¡REACCIONE! ¡Déjese tocar! No se siga refugiando en la ignorancia de lo que en este momento está sucediendo allá afuera, a pocos metros de su engañosa "seguridad democrática".
(1) Vuelta- Diligencia o gestión que no necesariamente ha de ser criminal.
(2) Boliaron-Pasado de /boliar/ expresión coloquial paisa cuyo campo semántico se extiende desde ejecutar una acción hasta botar o desprenderse de algo.
(3) Gonorrea-Si bien este insulto tuvo su origen lumpesco en la región paisa, acabó extendiéndose por toda la geografía nacional como una forma socioléctica de saludo entre menores de 30 años.
(4) Perra- Como el anterior, terminó siendo un saludo entre varones, pero conserva su valor de insulto cuando se refiere a la mujer.
(5) Ñervo- En el lenguaje coloquial paisa se pronuncia /ñervo/ para hacer alusión al tejido conjuntivo conocido como NERVIO
(6) Pegué el dedo de una: tres en serie en una noche- Había asesinado a tres personas en una misma noche.
(7) Peladita- Diminutivo de /pelada/ término para "mujer jóven" en el occidente colombiano.
(8) Desarmarla- Cortarla en trozos.
(9) Estaba buena- Provocaba hacerle sexo.
(10) ¿No le hicieron males?- Como si fuera poco el asesinato y descuartizamiento, para estos individuos el desahogo sexual con la víctima es la marca de su "poder". Hace una semana, un contingente de soldados violó a una niña de 9 años y la asesinó junto con sus dos hermanitos.
(11) Cuchita- Diminutivo de /cucha/ denotativo de vieja y connotativo cariñoso de mamá.
(12) Man- Obviamente, /hombre/. Lo interesante de la socialización spanglizada de este término anglo, de uso generalizado en todo el territorio nacional, independiente de la edad y clase social, es la remanencia de la influencia lingüística de la acción "misionera" de los cuerpos de paz gringos de los años 60.
(13) Sin mente- Sin conmoverse, sin pensarlo, sin tener conciencia de las consecuencias de su acción,
(14) Diez palos- Diez millones de pesos.
(15) De una- ¡Ya!, inmediatamente.
(16) Midiosito- A pesar de que todos y cada uno de los paisas hacen una ostentosa confesión de su fe en el dios del dogma crisriano, es corriente escuchar a cada quien invocando a su dios personal como el único y verdadero dios.

sábado, 16 de octubre de 2010

Mineros de Chile-Una versión moderna de la alegoría platónica de la caverna

Más que una tragedia, los 33 mineros chilenos atrapados en la mina San José fueron los protagonistas involuntarios de un elaborado Reality que muy habilmente supieron explotar los políticos y los comerciantes de chucherías que medraron del apoteósico show mediático (un ejemplo pequeñisimo: Las gafas Oakley modelo Radar que tuvo que usar cada uno de los mineros durante todo el tiempo de su exposición ante la tv. mundial cuesta US $260 la unidad). Por supuesto que el esfuerzo mancomunado de un grupo de seres humanos por ayudar a sus congéneres es conmovedor; pero se me hace que es la explotación de esa conmoción la que merece un análisis riguroso. Yo, entre muchas imágenes alternas que el evento me suscita (imposible no asociar con un coito la penetración de un falo rígido por un estrecho agujero, la acechanza de los óvulos dentro de la matriz subterránea y la forma lenta y acompasada como la cápsula se retrotraía  una y otra vez por el mismo meato para aflorar a la superficie siendo portadora de una "nueva" vida), quiero dejar aquí registrada la más obvia, como para que cada quien piense y concluya.
Para aclarar la garrotera dada a los políticos al final del libro VI. (496a-497b) de su República, Platón comienza el libro VII con la exposición del Mito de la Caverna utilizándolo a manera de alegoría para explicar la situación en que se encuentra el hombre respecto al conocimiento. (versión de J.M. Pabón y M. Fernández Galiano, Instituto de Estudios Políticos, Madrid, 1981 (3ª edición)
I - Y a continuación -seguí-, compara con la siguiente escena el estado en que, con respecto a la educación o a la falta de ella, se halla nuestra naturaleza.
Imagina una especie de cavernosa vivienda subterránea provista de una larga entrada, abierta a la luz, que se extiende a lo ancho de toda la caverna, y unos hombres que están en ella desde niños, atados por las piernas y el cuello, de modo que tengan que estarse quietos y mirar únicamente hacia adelante, pues las ligaduras les impiden volver la cabeza; detrás de ellos, la luz de un fuego que arde algo lejos y en plano superior, y entre el fuego y los encadenados, un camino situado en alto, a lo largo del cual suponte que ha sido construido un tabiquillo parecido a las mamparas que se alzan entre los titiriteros y el público, por encima de las cuales exhiben aquellos sus maravillas. 
- Ya lo veo-dijo. 
- Pues bien, ve ahora, a lo largo de esa paredilla, unos hombres que transportan toda clase de objetos, cuya altura sobrepasa la de la pared, y estatuas de hombres o animales hechas de piedra y de madera y de toda clase de materias; entre estos portadores habrá, como es natural, unos que vayan hablando y otros que estén callados. 
- ¡Qué extraña escena describes -dijo- y qué extraños prisioneros! 
- Iguales que nosotros-dije-, porque en primer lugar, ¿crees que los que están así han visto otra cosa de sí mismos o de sus compañeros sino las sombras proyectadas por el fuego sobre la parte de la caverna que está frente a ellos? 
- ¿Cómo--dijo-, si durante toda su vida han sido obligados a mantener inmóviles las cabezas? 
- ¿Y de los objetos transportados? ¿No habrán visto lo mismo? 
- ¿Qué otra cosa van a ver? 
- Y si pudieran hablar los unos con los otros, ¿no piensas que creerían estar refiriéndose a aquellas sombras que veían pasar ante ellos? 
- Forzosamente. 
- ¿Y si la prisión tuviese un eco que viniera de la parte de enfrente? ¿Piensas que, cada vez que hablara alguno de los que pasaban, creerían ellos que lo que hablaba era otra cosa sino la sombra que veían pasar? 
- No, ¡por Zeus!- dijo. 
- Entonces no hay duda-dije yo-de que los tales no tendrán por real ninguna otra cosa más que las sombras de los objetos fabricados. 
- Es enteramente forzoso-dijo. 
- Examina, pues -dije-, qué pasaría si fueran liberados de sus cadenas y curados de su ignorancia, y si, conforme a naturaleza, les ocurriera lo siguiente. Cuando uno de ellos fuera desatado y obligado a levantarse súbitamente y a volver el cuello y a andar y a mirar a la luz, y cuando, al hacer todo esto, sintiera dolor y, por causa de las chiribitas, no fuera capaz de ver aquellos objetos cuyas sombras veía antes, ¿qué crees que contestaría si le dijera d alguien que antes no veía más que sombras inanes y que es ahora cuando, hallándose más cerca de la realidad y vuelto de cara a objetos más reales, goza de una visión más verdadera, y si fuera mostrándole los objetos que pasan y obligándole a contestar a sus preguntas acerca de qué es cada uno de ellos? ¿No crees que estaría perplejo y que lo que antes había contemplado le parecería más verdadero que lo que entonces se le mostraba? 
- Mucho más-dijo.

II. -Y si se le obligara a fijar su vista en la luz misma, ¿no crees que le dolerían los ojos y que se escaparía, volviéndose hacia aquellos objetos que puede contemplar, y que consideraría qué éstos, son realmente más claros que los que le muestra .? 
- Así es -dijo. 
- Y si se lo llevaran de allí a la fuerza--dije-, obligándole a recorrer la áspera y escarpada subida, y no le dejaran antes de haberle arrastrado hasta la luz del sol, ¿no crees que sufriría y llevaría a mal el ser arrastrado, y que, una vez llegado a la luz, tendría los ojos tan llenos de ella que no sería capaz de ver ni una sola de las cosas a las que ahora llamamos verdaderas? 
- No, no sería capaz -dijo-, al menos por el momento. 
- Necesitaría acostumbrarse, creo yo, para poder llegar a ver las cosas de arriba. Lo que vería más fácilmente serían, ante todo, las sombras; luego, las imágenes de hombres y de otros objetos reflejados en las aguas, y más tarde, los objetos mismos. Y después de esto le sería más fácil el contemplar de noche las cosas del cielo y el cielo mismo, fijando su vista en la luz de las estrellas y la luna, que el ver de día el sol y lo que le es propio. 
- ¿Cómo no? 
- Y por último, creo yo, sería el sol, pero no sus imágenes reflejadas en las aguas ni en otro lugar ajeno a él, sino el propio sol en su propio dominio y tal cual es en sí mismo, lo que. él estaría en condiciones de mirar y contemplar. 
- Necesariamente -dijo. 
- Y después de esto, colegiría ya con respecto al sol que es él quien produce las estaciones y los años y gobierna todo lo de la región visible, y que es, en cierto modo, el autor de todas aquellas cosas que ellos veían. 
- Es evidente -dijo- que después de aquello vendría a pensar en eso otro. 
- ¿Y qué? Cuando se acordara de su anterior habitación y de la ciencia de allí y de sus antiguos compañeros de cárcel, ¿no crees que se consideraría feliz por haber cambiado y que les compadecería a ellos? 
- Efectivamente. 
- Y si hubiese habido entre ellos algunos honores o alabanzas o recompensas que concedieran los unos a aquellos otros que, por discernir con mayor penetración las sombras que pasaban y acordarse mejor de cuáles de entre ellas eran las que solían pasar delante o detrás o junto con otras, fuesen más capaces que nadie de profetizar, basados en ello, lo que iba a suceder, ¿crees que sentiría aquél nostalgia de estas cosas o que envidiaría a quienes gozaran de honores y poderes entre aquellos, o bien que le ocurriría lo de Homero, es decir, que preferiría decididamente "trabajar la tierra al servicio de otro hombre sin patrimonio" o sufrir cualquier otro destino antes que vivir en aquel mundo de lo opinable? 
- Eso es lo que creo yo -dijo -: que preferiría cualquier otro destino antes que aquella vida. 
- Ahora fíjate en esto -dije-: si, vuelto el tal allá abajo, ocupase de nuevo el mismo asiento, ¿no crees que se le llenarían los ojos de tinieblas, como a quien deja súbitamente la luz del sol? 
- Ciertamente -dijo. 
- Y si tuviese que competir de nuevo con los que habían permanecido constantemente encadenados, opinando acerca de las sombras aquellas que, por no habérsele asentado todavía los ojos, ve con dificultad -y no sería muy corto el tiempo que necesitara para acostumbrarse-, ¿no daría que reír y no se diría de él que, por haber subido arriba, ha vuelto con los ojos estropeados, y que no vale la pena ni aun de intentar una semejante ascensión? ¿Y no matarían; si encontraban manera de echarle mano y matarle, a quien intentara desatarles y hacerles subir?. 
- Claro que sí -dijo.

III. -Pues bien -dije-, esta imagen hay que aplicarla toda ella, ¡oh amigo Glaucón!, a lo que se ha dicho antes; hay que comparar la región revelada por medio de la vista con la vivienda-prisión, y la luz del fuego que hay en ella, con el poder del. sol. En cuanto a la subida al mundo de arriba y a la contemplación de las cosas de éste, si las comparas con la ascensión del alma hasta la. región inteligible no errarás con respecto a mi vislumbre, que es lo que tú deseas conocer, y que sólo la divinidad sabe si por acaso está en lo cierto. En fin, he aquí lo que a mí me parece: en el mundo inteligible lo último que se percibe, y con trabajo, es la idea del bien, pero, una vez percibida, hay que colegir que ella es la causa de todo lo recto y lo bello que hay en todas las cosas; que, mientras en el mundo visible ha engendrado la luz y al soberano de ésta, en el inteligible es ella la soberana y productora de verdad y conocimiento, y que tiene por fuerza que verla quien quiera proceder sabiamente en su vida privada o pública.
- También yo estoy de acuerdo -dijo-, en el grado en que puedo estarlo.