lunes, 12 de octubre de 2009

Para que nadie olvide este fatal momento


En tanto haya humanos en cualquier rincón del universo, habrá políticos. A partir de esta frase de perogrullo, y con base en 3 puntos aparentemente inconexos, trataré de justificar el ensamblaje de textos ajenos sobre las últimas (a la fecha) de las perrateadas uriberas. Si tratásemos de ignorar por un momento nuestras anquilosadas premisas culturales para observar sin anteojeras conceptuales el origen y evolución de la clase política, tendríamos que admitir el hecho de que desde el mítico momento en que algunos primates comenzaron a "humanizarse" y ser reconocidos como el zôon politikón aristotélico, pasando por la fase épica de las conquistas, dominaciones, revoluciones y surgimiento de las repúblicas modernas, hasta un posible mundo futuro controlado por la cibernética, la humanidad se las ha ingeniado y seguirá ingeniándoselas para tener un grupo autoselecto de individuos que quieran controlar el destino de todas las formas de vida conocida y por conocer, con el triple objetivo de incrementar su riqueza particular, fortalecer su poder gremial y consolidar su hegemonía de clase. Ser "ambicioso", egomaniaco y tenaz  está en el Arché de la naturaleza política.  Pero, pendulando en ese endeble gancho que separa la ambición de la insaciabilidad, la egomanía del desprecio del otro y la tenacidad de la dictadura, se cuece el caldo del conflicto social adobado con el pillaje a la pequeña propiedad, la desinstitucionalización del Estado y la represión violenta. Al colombiano actual le está correspondiendo la mala racha de asistir a los orígenes del descalabro de la Nación, privado de los insumos académicos, culturales y mediáticos que podrían permitirle tener una percepción clara del terrible plato que está a punto de serle servido. En fin, puesto que la enseñanza de las llamadas Ciencias Sociales (Historia, Geografía, Economía, impartidas al colombiano medio a lo largo de su escolaridad básica y secundaria) cumple la función de un precario "manual de instrucciones" sobre el comportamiento ciudadano y enajena el conocimiento crítico de la realidad mediante la repetición mecánica de una fórmula pedagógica basada en "talleres grupales" y en la memorización del relato anecdótico, pétreo e inútil de los "próceres" de una "Patria" de cartilla, resulta de capital importancia escarbar entre los pocos artículos de prensa que aún tengan el valor de evidenciar los acontecimientos oscuros de un sistema político mendaz, cínico, oportunista, ratero y violento que no serán registrados en los futuros manuales de historia (si es que en la escuela futura se llegase a "perder el tiempo" en esas pendejadas).  Es tan evidente la situación que hasta un periodista de esos entregados a una multinacional de las comunicaciones, o una uribista recalcitrante, se les puede pillar texticos en los que se atrevieron a expresar, a su manera, la preocupación por lo que ya ven venir con pasos de pequeño rejoneador. Por su extensión, esta selección podría parecer ladrilluda; pero la calidad de la prosa lo hace ameno, a pesar de lo agrio e impasable de los temas tratados.

Gente de bien
Nestor Javier Morales (En Hora 20, programa de Caracol Radio-Oct. 07 2009)

El Ministro Fernández, de Agricultura, reconoce con candidez que mintió al separar los nexos entre beneficiarios de los subsidios de Agro Ingreso Seguro (AIS) con la lista de aportantes a las campañas presidenciales de Álvaro Uribe. No pudo desmentir a columnistas o investigadores que han demostrado que personas que recibieron el regalo del Gobierno habían financiado las aventuras electorales de 2002 ó el 2006. “Me apresuré”, admite el Ministro, aclarando, eso sí, que fue de buena fe. Pero esa no es la única mentira. Hay otras que a mí me parecen peores, porque son disfrazadas de verdades a medias: por ejemplo, cuando el Ministro Fernández defendió la pureza de los receptores de los subsidios, se olvidó decir que los señores Dávila Abondano son activos promotores de la candidatura de Andrés Felipe Arias. Arias fue el inventor del programa AIS, y es el mentor de Fernández. Son amigos de colegio y lo que hizo el primero es defendido y mantenido sin escrúpulos por el segundo. La familia Dávila, por su parte, es el símbolo de la perversión del sistema. Cuando Arias era Ministro, formó un entramado entre primos hermanos, cuñados, tíos y primos segundos, para hacerse a la mayor cantidad de dinero posible. Sus tierras (Alfredo Molano, que les ha seguido la pista, calcula que son cerca de 100 mil hectáreas) están dedicadas a la palmicultura, al banano, al caucho, al cacao, al azúcar y al café, y producen anualmente más de 120 millones de dólares. Para quienes quieran verificar cifras y magnitud de sus proyectos, su grupo económico, DAABON, tiene una página de Internet (www.daabon.com) en donde referencia en inglés y japonés sus negocios internacionales y la calidad de su obra social con el campesinado, especialmente del Magdalena y la Guajira. Tiene, además, un periódico comunitario que se llama Fair News con interesantes contenidos de propaganda. Ese grupo tan importante y poderoso, algunos de cuyos familiares han estado salpicados en el tema de la para-política, ha recibido regalos del Gobierno por más de 12 mil millones de pesos. ¿Es ese un subsidio justo? ¿Es ese un subsidio moralmente presentable? ¿Es ese un subsidio que en la práctica genera empleos? Yo creo que no, pero volvamos al tema de las retribuciones al ex Ministro Arias, que no han sido tímidas desde la junta directiva de la familia Dávila Abondano: se autoproclamaron jefes de debate y defensores naturales de su aspiración política y decidieron poner a su servicio todos los medios a su alcance. Le prestan la avioneta privada para sus recorridos en la Costa Atlántica y le organizan colectas entre los palmicultores a unos precios que le deben producir mucha tranquilidad económica a la campaña. Hay, pues, algo más que un vínculo contractual entre los Dávila beneficiarios de AIS y el Arias candidato. Me dijo el doctor Arias que no acepta el calificativo de corrupción, porque los subsidios fueron entregados cumpliendo todos los trámites legales y de transparencia. Es posible, digo yo. Pero en el fondo lo que esta pasando es que ambos, candidatos en ciernes que son funcionarios públicos, y empresarios que son a la vez licitantes y financiadores de campañas, descubrieron una veta, un matiz que les permite una nueva y sofisticada forma de beneficio personal. Se trata de una descomposición legal. Una especie de trampa legítima, en donde los malos olores no salen por falta de un papel o de un requisito, sino, al contrario, por el roce de las tuercas blindadas que las partes se han empeñado en apretar. Las partes son todas “gente de bien”, como dice con la misma candidez ofensiva el Ministro Fernández. (negrillas del blog)

Conmigo no cuenten

María Isabel Rueda, periódico El Tiempo, septiembre 06 de 2009

Entiendo perfectamente y respeto con sinceridad a quienes quieren reelegir al presidente Álvaro Uribe. Hasta a mí, que soy antirreeleccionista, me dan ganas cuando veo su casta guerrera en su compromiso con el país. De ella tuvimos amplias pruebas estos últimos 15 días cuando, contagiado ya con la gripa especial y seguramente con una fiebre elevada, viajó 7 horas a Bariloche, se enfrentó durante 5 a la jauría de los presidentes latinoamericanos y siguió derecho a Puerto Carreño (Vichada), donde amaneció estornudando en un consejo comunal (encima de un micrófono que hay que sacar definitivamente de circulación), antes de caer fulminado en la cama. Pero desde ya anuncio que no votaré nuevamente por el presidente Uribe, admirándolo como lo admiro y agradeciéndole como le agradezco por todo lo que indudablemente ha hecho por el país. Lo mío con Uribe es un reclamo sobre los que considero son realmente los dos grandes fracasos de la suma de sus dos gobiernos: su desganada lucha contra la corrupción y su impotencia para forzar la redistribución del ingreso entre los colombianos. Acabar con la corrupción fue incluso su lema de campaña. No solo no se respiran aires de sanidad política ni administrativa, sino que muchas de las actitudes del Gobierno, incluyendo los métodos para hacer aprobar el referendo, están actuando directa y públicamente como pésimos ejemplos para el inconsciente de los colombianos, ya de por sí propensos a la trampa y al dinero fácil. Yo no recuerdo en el país un ambiente más pesado que el que vivimos actualmente en el tema de la corrupción. Cada semana surge un nuevo escándalo en alguna entidad pública, nacional, departamental o municipal, sin exceptuar ninguna región del país, desde las más atrasadas, como el Chocó, hasta Bogotá, donde el nivel de cultura ciudadana haría suponer alguna veeduría eficaz. Pues no es así. No más la semana pasada le encontraron encaletados en su propia casa mil millones de pesos a nadie menos que a un senador que es (¡!) vicepresidente del Partido Conservador, en un allanamiento ordenado por la Corte, que tenía información muy fresca de que esa misma mañana una notaria, que fungía como su cuota en el gobierno, le había entregado una millonaria suma en efectivo a su esposa. No he escuchado ni un reproche del directorio conservador. Y la conducta del senador quedó anotada por la opinión pública, como si allí perteneciera, en el anecdotario de las maromas reeleccionistas del Gobierno. La primera razón por la cual no voy a reelegir a Uribe es esa. Ha mostrado carácter para todo, menos para construir ese dique que nos prometió en campaña, para que no se robaran el Estado La segunda razón es porque considero un rotundo fracaso de un gobierno mostrar un informe sobre los avances en la pobreza, como el que la semana pasada reveló Planeación. A su actual director, Esteban Piedrahíta, lo conocí cuando hacía sus primeros pinitos como analista económico de Semana. Muy joven, muy inteligente y muy capaz. Pero en su informe al país sobre el tema, y entendiendo que está recién llegado a ese potro, no dejó despejada la sensación de que muy poco se ha hecho durante estos dos gobiernos de Uribe para remediar la situación de los pobres en Colombia. Nunca supimos cuáles fueron los resultados de los índices de pobreza en los años 2006-2007, porque supuestamente quedaron atrapados en una "transición de encuesta". Pero ellos corresponden a los años en los que Colombia creció más del 7 por ciento, y el terreno estaba abonado para generar una redistribución del ingreso que no se notó. Aunque Planeación reportó un ligero descenso en la pobreza, es lo suficientemente pequeño como para indicar que los programas asistencialistas que viene aplicando este gobierno, como Familias en Acción, Bienestar Familiar, Red Juntos y el Sisbén, son un absoluto paliativo. Han servido para hacer llevadera la pobreza pero ni un centímetro para disminuirla estructuralmente. Tengo fuertes dudas de que las exenciones tributarias otorgadas bajo los dos gobiernos de Uribe, que se reinvirtieron en las empresas con la adquisición de bienes de capital, poco o nada hicieron para la generación de empleo. Y que los millonarios desembolsos del programa Agro Ingreso Seguro terminaron en manejos politiqueros que dejaron más pobreza y más desempleo en el campo.Como motivo de orgullo no se puede alegar que el coeficiente Gini, que mide en los países la desigualdad de la distribución de los ingresos y de la riqueza, se mantiene invariable. Nuestra cifra es mejor que Namibia, pero peor que Zambia, El Salvador, Perú, Costa Rica, Ecuador y Uruguay. A mí me fascina que los ricos sean más ricos. Siempre y cuando quede espacio para que los pobres sean menos pobres. Lo primero ha ocurrido en estos ocho años de gobierno de Uribe, pero lo segundo no.Y esa es la otra gran razón de fondo por la cual no voy a votar para reelegir al Presidente. (negrillas del blog)
¡SE ME OLVIDA! El nuevo gerente de la Federación de Cafeteros debe ser muy buena persona. Pero que no nos convenza de la mentira de que lo eligieron por unanimidad.

Por sus actos los conoceréis


Por: Felipe Zuleta Lleras, periódico El Espectador, octubre 4 de 2009
 “VAMOS A COMBATIR LA CORRUPCIÓN y la politiquería”, sostenía el sr. Uribe para convencer a los colombianos de que él sería el presidente más honesto de la historia republicana. Y con ese cuentito de culebrero ha logrado su elección dos veces y con honestidad
Por eso es que no se ha tenido que comprar ni a un solo parlamentario, como no sea que, como sostiene el primo de Pablo Escobar que escribe en el diario de Planeta, la Corte Suprema esté viendo delitos en donde el sr. Uribe y sus amigos no los ven. Mejor dicho, lo que para la Justicia es delito, para el Ejecutivo es sólo un asunto de mero trámite. Por eso, arreglar a Yidis y a Teodolindo, feriar notarías, mandar capturar personas en eventos públicos, chuzar, promover asesinatos a cambio de recompensas, otorgar zonas francas sin el cumplimiento de los requisitos, desaparecer sindicalistas, comprar testigos, reunirse con criminales en la Casa de Nari, repartir dinero en los consejos comunales, nombrar rectores cercanos a los paramilitares en las universidades públicas, dejar infiltrar con paramilitarismo al DAS, repartir las concesiones de vías, quitarles los terrenos a desplazados para dárselos a los ricos, regalarles 250 mil millones de pesos a quienes financiaron las campañas con el tal Agro Ingreso Seguro son actos normales de gobierno. Y según la encuesta de RCN y Semana, al sr. Uribe nada lo toca ni lo mancha, como a la virgencita a la que tanto se encomienda y a la que le pide que le aclare sus encrucijadas del alma, porque a este ciudadano no lo conmueven ni le producen dudas o cavilaciones los delitos que se cometen en su gobierno. Es tal su cinismo disfrazado de arrobamiento cristiano, que al régimen no lo rozan las críticas, pues mientras unos pocos puntualizamos todos los delitos, no hay quien los investigue pues el absolvedor general anda ocupado en joder a los opositores. Por eso es que todos debemos apoyar a la Corte Suprema de Justicia en su decisión de readjudicarse la competencia para juzgar a los parapolíticos, pues detrás de muchas de las actuaciones del Ejecutivo están ellos. Temo por la vida de los magistrados, temo por la vida de los opositores, temo por mi propia vida, porque la sombra del narcotráfico, como hemos dicho en el pasado, se pasea en cercanías de la Casa de Nari. Notícula. Los colombianos somos indolentes ante el deterioro de las instituciones, o las muestras de las encuestas no son suficientemente amplias como para abarcar a quienes sabemos que en Colombia las cosas no van bien. (negrillas del blog) 
La confianza de los ricos y las reinas
Por: Iván Cepeda Castro, periódico El Espectador, octubre 4 de 2009
A MEDIADOS DE LA DÉCADA DE 1990 asistí en Bruselas a una conferencia internacional sobre la situación de derechos humanos en Colombia. En la mesa que presidía el evento estaba el entonces embajador ante la Unión Europea Carlos Arturo Marulanda.  
Recuerdo su mirada de desprecio al auditorio, en el que se encontraban algunos campesinos de la hacienda Bellacruz, ubicada en el departamento del Cesar. Con la ayuda de los paramilitares, el Embajador había usurpado las tierras de los labriegos y las había anexado a su inmensa propiedad. 270 familias tuvieron que salir de allí luego de varias incursiones armadas en las que los paramilitares incendiaron sus viviendas y cultivos. Después de años de buscar justicia ante los tribunales, los desplazados de Bellacruz lograron que se profiriera una orden de arresto contra Marulanda, quien se dio a la fuga. En julio de 2001, el ex diplomático fue capturado en España, pero meses más tarde se le dejó en libertad. La historia no terminó allí. Los campesinos obtuvieron que el Gobierno se comprometiera a entregarles unos predios para su asentamiento definitivo. Cuando al fin se les otorgaron tierras en Cundinamarca, la entonces gobernadora del departamento, Leonor Serrano, alentó a los alcaldes de la zona a que se abstuvieran de recibir a los desplazados, puesto que “eran guerrilleros que acarrearían conflictos en la comunidad”. Los campesinos interpusieron una acción de tutela que revisó la Corte Constitucional. Mediante la sentencia T-227 de 1997, el alto tribunal ordenó a la gobernadora abstenerse de restringir la libre circulación de las víctimas y la obligó a hacer un curso de derechos humanos en la Defensoría del Pueblo. Hoy, algunas de las familias desplazadas viven en el Tolima y se dice que sus tierras en el Cesar han sido compradas por el empresario Germán Efromovich para hacer cultivos industriales de agrocombustibles. Esa es apenas una página de la historia de la usurpación de la tierra en Colombia, cuyo correlato es la creación de toda clase de leyes, acuerdos, incentivos, subsidios y programas para garantizar la impunidad, la legalización del despojo y en especial la concentración intensiva de la riqueza. De esa historia hace parte el reciente escándalo de los subsidios a familias acaudaladas por el programa Agro Ingreso Seguro. Mientras el Gobierno regatea sobre los costos que tiene la reparación de las víctimas, no vacila en entregar los recursos públicos a sus socios, los magnates de la tierra y del mundo empresarial, para obtener su respaldo político. Luego de la férrea oposición del neoliberalismo a las ayudas públicas destinadas a los desposeídos, que contribuyó a incrementar la pobreza en el mundo, se ha operado un giro de las políticas económicas. Por una parte se entregan miserables “ayudas” con fines populistas, y al mismo tiempo, se desvía la mayor parte de los fondos consagrados a los pobres hacia los multimillonarios, con el pretexto de que ellos pueden “generar empleo”. Se trata de disfrazar una nueva versión del “darwinismo social” que pregona que la regla suprema del sistema es la supervivencia de los más aptos, o sea los ricos. Con acierto un editorial de El Espectador en días pasados afirmó que el Estado colombiano es hoy una maquinaria corporativista: la alianza de corporaciones de la mafia, la criminalidad y la más rapaz corrupción. Eso es lo que el presidente Uribe define como “confianza inversionista”. (negrillas del blog)

Notas de Buhardilla

El cinismo

Por: Ramiro Bejarano Guzmán, periódico El Espectador, octubre 10 de 2009

EL ESCÁNDALO DE LOS SUBSIDIOS (AIS) que beneficiaron a los reeleccionistas y hasta a un narcotraficante no puede resolverse de la manera simplista y peligrosa como Uribe lo pretende, pidiéndoles a sus amigotes que devuelvan “la platica”, por “medios judiciales o extrajudiciales”.

En primer lugar, no se trata de “platica” sino de muchísimo dinero, que habría aliviado otros males. La sola estrategia de exigir que se devuelvan los recursos públicos, no parece que haya dado resultado, o, alguien sabe, por ejemplo, si los empresarios Nule de Barranquilla, consentidos de varios comunicadores, ya restituyeron el cuantioso “préstamo” de la Dirección de Estupefacientes, como en su momento también se los pidió Uribe. En segundo lugar, cómo es eso que el primer mandatario amenaza con procedimientos “extrajudiciales” para que se recuperen los dineros que nunca debieron recibir sus aliados. ¿A qué se refería? Acaso a pedirle auxilio a la prestigiosa “oficina” de Envigado, o a repetir los “falsos positivos”. Al apóstol de la seguridad dizque democrática lo traicionó el subconsciente. Adicionalmente, ¿cómo es que a estas horas lo único que sabemos es que el propio Gobierno, autor del descalabro ético y financiero de AIS, decide, por sí y ante sí, integrar un comité interventor con los mismos funcionarios que hicieron las concesiones graciosas de los subsidios, para que establezca lo que pasó? Yo con yo. En efecto, es útil que el país sepa que la camarilla que maneja AIS por orden del Gobierno la componen un chileno y dos colombianos. El chileno, Jorge Caro, es el responsable del organismo internacional IICA, encargado de velar por la transparencia de los subsidios, por cuyo manejo recibe una jugosa comisión. Los colombianos, Daniel Montoya y Paola Falla, manejan directamente AIS, obviamente siguiendo las directrices de los ministros de Agricultura, y estos últimos las de Uribe. Este trío de incompetentes, por decir lo menos, parece estar más interesado en proteger a los delincuentes que se lucraron de los subsidios, que en permitir a los medios acceder a los documentos donde están las evidencias de estos crímenes. Sí, ahora resulta que para obtener copias de los papeles que ellos guardan, es preciso que la solicitud sea sometida a un dispendioso trámite en oficinas públicas, para que sea finalmente el Canciller quien las autorice. ¡Tapen, tapen, tapen! Lo que resulta insólito es que ni la Fiscalía ni la Procuraduría hayan tomado efectivas cartas en el asunto. De no ser porque los medios destapan esta otra olla podrida, todo seguiría igual. Ya deberían estar presos varios de esos amigos de Uribe, que según él hicieron “trampas”, y además destituidos o suspendidos los Andrés, Fernández y Arias, los cerebros de este desfalco infamante. Pero no, el “Absolvedor” Alejandro Ordóñez prefiere prevaricar presionando al vacilante alcalde de Medellín, Alonso Salazar, para que cesen los abortos en la Clínica de la Mujer, antes que atreverse con los protegidos de la Santa Alianza. Que tampoco nos crean bobos metiéndonos el cuento de que todos esos “buenos muchachos” se dejaron engañar. Ya sabemos en qué terminó el otro “buen muchacho” del DAS, Jorge Noguera, que también Uribe defendió a capa y espada. Como el Gobierno se sabe dueño del Congreso y de los medios, este nuevo escándalo tampoco le importará, porque también es consciente de que esas indelicadezas le serán perdonadas, como las demás; al fin y al cabo el uribismo cree que se es honesto por mayoría. Con razón un amigo desilusionado sentenció que la fase superior del Estado de Opinión es el cinismo. (negrillas del blog)

Más claro no canta un gallo

Por: Alfredo Molano Bravo, periódico El Espectador, octubre 4 de 2009

HACE UNOS DÍAS ESCRIBÍ UNA CRÓNIca sobre el enfrentamiento de campesinos del sur de Bolívar con una de las empresas agropecuarias más poderosas de la costa, la Daabon (Dávila Abondano). Estuve en la zona, conversé con parceleros, autoridades civiles, policías, abogados, curas y demás personas que tuvieran conocimiento del caso. Pedí a los Dávila su versión, pero nunca la obtuve. Se trataba —o, mejor, se trata— de un clásico litigio sobre tierras. El predio Las Pavas había sido propiedad de un señor Escobar Fernández —supuesto narcotraficante— que se esfumó. La hacienda fue ocupada por campesinos desplazados de sus fincas por el doble efecto complementario de la concentración de la propiedad y el paramilitarismo. El Incoder en 2006 inició el proceso de extinción de dominio para repartir la tierra entre los ocupantes. En 2007, Inversiones Tequendama e Inversiones San Isidro (Daabon) adquirieron el predio Las Pavas y un año después iniciaron una demanda para desalojar a los campesinos que trabajaban en ella y que esperaban que el Gobierno les cumpliera lo prometido. En honor a la verdad, el Incoder nunca notificó el proceso a la Oficina de Instrumentos Públicos. El desalojo se cumplió y las 120 familias fueron empujadas por la Policía y el Ejército a uno de los pocos lugares públicos que sobreviven a la invasión de la palma africana: una escuela rural. Como sucede con algunas de mis crónicas, pocos días después de publicada la de Las Pavas, llegó a la dirección de El Espectador una larga carta con sellos y firmas de todo tipo, que argüía que mi versión era, al menos, tendenciosa. El Grupo Daabon se define a sí mismo como una sociedad que propende por el bienestar campesino, caracterización que espoleó mi curiosidad. Pues bien, Daabon es un conglomerado empresarial que mueve unos 120 millones de dólares al año y exporta aceite de palma, banano, café, azúcar y cacao a Europa, EE.UU. y Japón, y anda detrás del mercado nacional de biodiésel. En Magdalena y La Guajira el grupo controla 18.000 hectáreas de oleaginosas y desarrolla en la isla Papayal, sur de Bolívar, un cultivo de 66.000 más. Van por todo: en febrero pasado, el presidente Uribe y el presidente de Daabon, Alberto Dávila Díaz-Granados, inauguraron en Santa Marta una planta de biocombustibles considerada la más grande de América Latina, capaz de procesar 100.000 toneladas de aceite de palma. Sobraría decir que Daabon tiene otras compañías además de las citadas.  Hasta aquí, todo normal: un pulpo descomunal tragándose unas sardinas. La revista Cambio revolcó el avispero: los Dávila han recibido como regalo del Gobierno —léase Agro Ingreso Seguro— 903 millones de pesos para obras de riego y drenaje; con esa plata se habría podido comprar toda la hacienda de Las Pavas. Todo legal, digamos. Al fin, es una familia experta en negocios. Y también en política: Inversiones Tequendama e Inversiones La Samaria aportaron 30 millones de pesos para el Comité Promotor de la Reelección Presidencial de Uribe, Colombia Primero. Uribito, y ahora su reemplazo, un señor Fernández —que también habla paisa—, se adelantaron a jurar que los beneficiados por el Gobierno no sólo eran gente bien, sino que no se les estaba pagando favor alguno. Con el mismo fundamento, el Gobierno diría que Daabon nada tuvo que ver con el derrame de aceite crudo de palma que contaminó la bahía de Taganga hace unos meses. Negaría también que la Corporación Autónoma Regional de La Guajira haya multado a Daabon Organic con 125 millones de pesos por violar las normas ambientales. Y podría llegar a negar que la famosa compañía de cosméticos Body Shop es miembro del Código Básico de Comercio Ético y una ferviente defensora de los Derechos Humanos que colabora con Amnistía Internacional. Lo que no podrá negar ya es que Eduardo Dávila y José Domingo Dávila, aunque no sean socios de Daabon —como dice el doctor Barreneche, abogado de Daabon—, están acusados por la Fiscalía de tener nexos con los grupos paramilitares y están en la cárcel. (negrillas del blog)

El sueño paisa*

Por: Alfredo Molano Bravo, periódico El Espectador, octubre 10 de 2009 
LA CONEXIÓN DE ANTIOQUIA CON Panamá a través del Chocó es un “anhelo histórico”, como dice El Colombiano comentando el anuncio del presidente Uribe en el Consejo Comunal número 250 de destruir el Tapón del Darién.

La élite empresarial paisa, cuyas alianzas con el Cartel de Medellín para nadie son ya un secreto, quiere que los colombianos le paguemos esa vía por varias razones: ambiciona anexarse al Chocó —todo el Chocó, desde Cabo Tiburón hasta la Isla de Cacahual—, lo que representa la salida de Antioquia al Pacífico por el río San Juan, ahora cuando China está tan de moda y necesita, además, una cabeza de playa para invadir con sus vacas y su palma y su mulera galanteada a Panamá. En el Chocó hay oro, sigue habiendo oro y también platino; hay madera, sigue habiendo madera. Hay mar con mucho pescado, mucho camarón y mucha ensenada paradisíaca para hacer ecoturismo. Y sobre todo, hay un recurso que se descubre día a día: la biodiversidad, que es, como diría un buen negociante, un activo en pasivo. La industria farmacéutica mundial sabe lo que esconde cada kilómetro cuadrado de la selva chocoana como materia prima para fabricar drogas. Los paisas saben de eso. Hay además tierras fértiles, muy fértiles, demasiado fértiles, y por eso tendrán que comenzar a sacarles el agua para poder cultivarlas. O sea, desertificar la región biopacífica. Y hablando de sacar, pues habrá que continuar con la Operación Génesis —inmortalizada por ese héroe de verdad que no se le rinde ni a la justicia, llamado general Del Río— para desocupar la región de indígenas embera catíos, noanamás, tules y de la mayoría de las comunidades negras que habitan los territorios que hay entre la Serranía del Darién y la Serranía del Baudó. Digo de la mayoría, porque tienen que dejar alguna población nativa para armarla a su servicio como ya han hecho y para que trabaje en la organización de cooperativas de trabajo en las empresas agroindustriales que ya tienen planeadas. La punta de lanza de estos planes que se cranean en oficinas y apartamentos de Envigado es la que el Presidente bautizó la Transversal de las Américas, de la cual falta un tramo entre Lomas Aisladas y Palo de Letras. Construirlo significa taponar la Ciénaga de Tumaradó, como se taponaron —y ahogaron— la Ciénaga Grande de Santa Marta y la Ciénaga de la Virgen en Cartagena, y pasar por encima del Parque Nacional Katíos, declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad y que fue madriguera de El Alemán durante mucho tiempo. Son menos de cien kilómetros, pero el daño que harán será irreversible. El Conpes, anunció el Presidente, ya aprobó pedirle prestado al Banco Mundial —o a quien sea— los 9,8 billones de pesos que cuesta la vía. Sobra decir que hasta ahora no se ha realizado, como es de ley y obligación del Estado, ninguna “consulta y consentimiento previos, libres e informados” a las comunidades que serán atravesadas por la Transversal. Quizás el Gobierno utilice aquí métodos que ya ha patentado en otras partes: invitar a los pobladores a un taller, hacerles firmar su asistencia y luego poner las firmas debajo de un texto en que aprueban la obra. No obstante, las comunidades indígenas y negras de la cuenca del Cacarica ya se han manifestado en contra del proyecto, y los indígenas tules de San Blas, Panamá, también. De “irrespetuosa” calificó el dirigente Tule Ariel González la referencia que hizo Ricardo Martinelli, presidente de Panamá, a la “idea” de Uribe. Al tiempo, la directora de la Asociación Nacional para la Conservación de la Naturaleza (Ancon), Alida Spadafora, ha dicho que se opondrá siempre a la construcción de esa carretera que rompería el Parque Nacional Darién, también clasificado por Unesco como Patrimonio de la Humanidad. En general, a nuestro vecino no le suena el plan porque sabe que detrás del “gigantesco paso” —como califica El Colombiano la conexión— se amasa el sueño paisa de hacer girar la región al sur del Golfo de San Miguel en la órbita de Envigado, con todo lo que ello significa. Para rematar, organizaciones ambientalistas mundiales como la poderosa World Wildlife Fund rechazan la obra y los ex ministros de Medio Ambiente de nuestra destrozada patria manifestaron en el pasado sus objeciones. No hace falta saber qué dirá el Ministerio de Medio Ambiente porque, como se sabe, trata todo a lo hipopótamos. (negrillas del blog. Ah,...los héroes de la foto NO son militares. Con helicópteros y toda su parafernalia, esta es una fotografía de los paramilitares del Magdalena medio)
*Hablo de los paisas a la manera de Felipe Zuleta y no me refiero con ello al sufrido y valiente pueblo antioqueño.

lunes, 5 de octubre de 2009

Mercedes Sosa: Cuando calla la cantora

Qué se puede decir de alguien que tenia una irónica alianza con el destino: Haydé Mercedes Sosa, cantora de la libertad, nació un 9 de julio (día de la independencia argentina) de 1935 en San Miguel de Tucumán y cogió otros rumbos más etéreos el mismo dia 4 de octubre en que nació Violeta Parra (4 de octubre de 1917) la autora de Gracias a la vida, una de las canciones más emblemáticas de la carrera musical de La Negra. A quienes la sobrevivimos se nos han escamoteado las razones para lamentar su deceso, porque, como lo estarán comprobando Guarany, Cabral, Cortés, Silvio, Milanés y Serrat, predicar sobre el amor, la justicia y la dignidad en estos tiempos oscuros del perreo y el blimblineo, quizas ya no sea peligroso, pero resulta peor: es INUTIL. De todas maneras, porque necesito estar equivocado, te despido, mi cocasional compañera en las noches de bohemia y tropel, con la letra de aquel poema de Guarany que tan maravillosamente interpretaste:
Si se calla el cantor calla la vida
porque la vida, la vida misma es todo un canto
si se calla el cantor, muere de espanto
la esperanza, la luz y la alegría.

Si se calla el cantor se quedan solos
los humildes gorriones de los diarios,
los obreros del puerto se persignan
quién habrá de luchar por su salario.
HABLADO
'Que ha de ser de la vida si el que canta
no levanta su voz en las tribunas
por el que sufre,´por el que no hay
ninguna razón que lo condene a andar sin manta'

Si se calla el cantor muere la rosa
de que sirve la rosa sin el canto
debe el canto ser luz sobre los campos
iluminando siempre a los de abajo.

Que no calle el cantor porque el silencio
cobarde apaña la maldad que oprime,
no saben los cantores de agachadas
no callarán jamás de frente al crimen.

HABLADO
'Que se levanten todas las banderas
cuando el cantor se plante con su grito
que mil guitarras desangren en la noche
una inmortal canción al infinito'.

Si se calla el cantor . . . calla la vida.

viernes, 2 de octubre de 2009

En sus 60 años de revolución. Viva China, cabrones

Con una población mayormente agricultora, el proletariado chino, que había tenido un crecimiento vertiginoso en la década de los 20 del siglo XX, habitaba un pais fragmentado en extensas regiones dominadas por los “Señores de la Guerra”. Agobiados por todo tipo de arbitrariedades y por los impuestos (que habitualmente superaban con creces lo obtenido en la cosecha), los campesinos pobres fueron materia prima para la revolución agraria puesta en marcha en miles de aldeas. A ellos se sumó la más grande movilización de mujeres que se haya registrado en el siglo XX contra las condiciones ancestrales de semiesclavitud características de la cerrada sociedad patriarcal china. Aun no se masificaba el incipiente Partido Comunista fundado en 1921 por un puñado de cincuenta militantes, aunque entre 1925 y 1927 se había registrado un poderoso ascenso revolucionario (cuyo fracaso es atribuido a la influencia de las tendencias burocráticas de José Stalin y la Tercera Internacional, que impusieron la subordinación de los obreros a la “burguesía nacional” de Chiang Kai Shek y su partido, el Kuomintang). En 1934, a causa de la derrota infligida por Chiang Kai Shek con el aplastamiento de la República Soviética Campesina fundada en noviembre de 1931 por Mao Tse Tung, se dio inicio a la “Gran Marcha hacia el Norte”, clausurando el movimiento revolucionario campesino del sur.
Sucedió que en 1931 Japón habia iniciado la colonización de China ocupando la península de Manchuria hasta avanzar en 1937 sobre la China continental. Ello generó un creciente movimiento de resistencia antijaponesa, librado fundamentalmente en el área rural, mediante la estrategia militar de la guerra de guerrillas. El PC y su Ejército Popular eran un movimiento de masas, con un ejército guerrillero-campesino, de estructuras verticales cuyo líder indiscutido, Mao, compartía la concepción stalinista de desarrollar un pacto de unidad con la burguesía (lo cual permitiría la modernización capitalista de China, posteriormente, en otra etapa, se avanzaría hacia un sistema socialista). Para ello estaba dispuesto a constituir un gobierno burgués con el Kuomintang (una concepción “frentepopulista” o de conciliación de clases). Fue asi como en octubre de 1945, luego de la derrota del Japón, el Kuomintang y el PC sellaron un acuerdo para la “reorganización nacional” de una China semicolonial, que incluía desde la formación de un gobierno de coalición encabezado por Chiang hasta la unificación de las fuerzas armadas. Pero, al dictador Chiang no le interesaba la coalición con los comunistas y trató de liquidar tanto a la guerrilla campesina como al PC. Desde julio de 1946 desconoció los acuerdos y empezó a presionar con sus ejércitos en las zonas dominadas por el Ejército Popular. Obligado por la ruptura de los pactos y presionado por los hostigamientos de Chiang, después de muchas dudas, debates internos e intentos fallidos de negociación, el PC asumió la confrontación,desatando una guerra civil que en tres años culminaria victoriosa con la toma del poder por Mao, quien, al poco tiempo de asumir el gobierno tiene que enfrentar en Corea el poderío propagandístico y la fuerza militar del capitalismo estadinense y en el interior las luchas por la tierra iniciadas por los campesinos pobres que, habiendo sido incorporados a la guerra de guerrillas contra el invasor japonés primero y luego contra Chiang, reclamaban los frutos de su victoria en un proceso multitudinario de revolución agraria, yendo mucho más allá de lo que indicaban las ordenanzas aceptadas a regañadientes en 1946 y enfrentándose no sólo a los terratenientes (que hasta Mao aceptaba), sino a los campesinos ricos, reordenando el reparto de tierras, estableciendo la lucha de clases en el campo y dando origen a las comunas revolucionarias que impusieron su poder en las aldeas. Este enfrentamiento “izquierdiza” la política del gobierno y lo obliga a lanzarse contra los restos burgueses en el país. Se inician los grandes juicios contra los “contrarrevolucionarios” y la confiscación o transformación en sociedades mixtas de la mayor parte de las empresas capitalistas de China. El triunfo revolucionario del primero de octubre de 1949 significó para las masas chinas comenzar a dejar atrás una situación de atraso y superexplotación del trabajo agrario para dar paso al desarrollo de megaproyectos económicos que traerían nuevas ópticas a las eternas problemáticas humanas y sociales, hasta llegar a ser la actual superpotencia que puede demostrar con su ejemplo no solo la importancia politica de la defensa de una ideologia de distribucion equitativa de la riqueza, sino la realidad de la convivencia armonica de los objetivos capitalistas en un sistema socialista.

jueves, 24 de septiembre de 2009

In memoriam: Sigmund Freud

«¡Freud ha muerto!», proclama Charlotte Gainsbourg en “Anticristo”, la película de Lars von Trier, descargando el rencor que le dejaba el acoso que, con metódica impertinencia, le planteaban las teorías freudianas sobre el origen oscuro del deseo femenino. Y es que, por una reacción injusta, pero naturalmente humana y comprensible, el bello sexo fuerte no le perdona a Sigmund Freud, de cuya muerte se cumplieron 70 años este 23 de septiembre, el que hubiera "metido el dedo en la llaga de la especie", aunque muchos de sus discípulos acabarían equivocándose de llaga y muchos de sus adversarios sustituirían el dedo por otro miembro (Como lo plantea Philippe Sollers, "lo verdaderamente asombroso de sus descubrimientos psiquiátricos, reside en toda esa alucinante historia humana en torno de unos cuantos orificios orgánicos"). Reproduzco a continuación la columna escrita por Guillermo Carvajal, psicoanalista ex presidente de la Federación Psicoanalítica de América Latina, en el diario colombiano El Espectador (IX-23-2009).
El 23 de septiembre de 1939, hoy hace 70 años, murió en Londres Sigmund Freud a los 83 años de edad, luego de un doloroso cáncer de maxilar superior. El genial padre del psicoanálisis nos dejó un legado imperecedero: la hipótesis del inconsciente, la teoría de la libido y la valoración de la sexualidad infantil. Pero ante todo, el "Caballero de Viena" nos permitió solidificar la idea, demostrada hasta la saciedad en más de cien años de ejercicio de la ciencia psicoanalítica, de la existencia de un espacio virtual donde transcurre la vida psíquica, ajeno a cualquier localización orgánica, con leyes y reglas distintas al funcionar cerebral y a la estructurante guía de la conducta humana: la mente. Este médico neurólogo tiene vigente hoy por hoy una batalla campal contra las teorías simplistas, monistas diría Karl Popper, de pensar que todo lo que nos preciamos de calificar de humano no es más que el producto de la “secreción” del cerebro. Fue tanto su afán por lograr una correlación entre lo cerebral y lo mental, que terminó escribiendo en 1895 en su libro Proyecto de una psicología para neurólogos, lo siguiente: “Todos los intentos de concebir las ideas como almacenadas en las células nerviosas y las excitaciones como siguiendo el curso de las fibras nerviosas, han fracasado”. Este idear lo tuvo que abandonar, coincidiendo con el más grande genio de la epistemología luego de Aristóteles, su gran crítico Karl Popper, quien sentenció en 1977: “Es improbable que el problema de la relación de nuestro cuerpo y nuestra mente se llegue a resolver algún día”. Sin embargo, el mayor aporte práctico de Freud fue ayudar a crear un procedimiento clínico, aplicable al común de las personas, que ha contribuido durante más de un siglo a calmar y entender el dolor humano, llamado comúnmente como neurosis. El psicoanálisis es la ciencia que ha logrado darle a la gente la posibilidad de caminar por los vericuetos de sus mentes y descubrir los orígenes de sus conflictos La ciencia psicoanalítica, además, ha sido el apoyo para la comprensión de fenómenos de la cultura y un aporte invaluable para el hombre moderno. Sus hipótesis básicas continúan incólumes en la posmodernidad y siguen siendo puntales para leer los fenómenos de nuestro devenir social. De esta ciencia beben, entre otras, la psicología, la sociología, la antropología social, la educación, el arte y la literatura; y fueron sus profetas todos los poetas que hablan del dolor del alma y el sufrimiento del espíritu humano. La ciencia humanística siempre estará en deuda con el idear de Freud. El legado de Sigmund Freud se mantiene por la existencia activa de la organización que ha desarrollado su pensamiento: la Asociación Psicoanalítica Internacional. Ella ha hecho posible la formación de especialistas idóneos a lo largo de todo el planeta y continúa investigando los secretos de la mente humana. Hombres creadores de ciencia como Galileo, Newton, Darwin, Pasteur, Einstein, Lorenz, todos de la talla de Freud, pueden descansar en paz luego de percatarse de haber contribuido a la maravillosa tarea de la evolución humana.

martes, 22 de septiembre de 2009

La última vuelta al ruedo y el viceversa de Darwin

Que los humanos mueran, es una costumbre que tienen todos los mortales. Que mueran en su edad mayor, dejando una obra de gran valor cultural, es el privilegio que las musas conceden a sus escogidos. Pero, que en un mismo mes, con una distancia de 6 dias, las parcas corten los hilos de 2 de las personalidades más influyentes en el ambiente cultural colombiano de mediados del siglo pasado, justo en este tiempo oscuro en el que se es anciano a los 40, cuando el fuego interior del artista ha sido sustituído por los destellos del publi-reportaje y la incapacidad creativa es disimulada con los maquillajes de los "críticos" a sobre, es un motivo como para una tragedia griega, digno del tecleo mágico-realista de Gabo o de la lente nihilista del cine neo-realista italiano. Ahora, si se quiere mirar el deceso de los mejores desde las perspectivas sociológica o politológica de Malthus y Spencer, decisivas en la construcción darwiniana de la teoría de la evolución de las especies, vemos cómo los conceptos de Transformismo ( cambio gradual de las características de las especies a lo largo del tiempo) y de Selección Natural (concebido como efecto de la variabilidad natural hereditaria de los individuos de una especie), son sustituídos por principios de rentabilidad, moda y cambio permanente. Hoy, cantante, músico o artista plástico que pretenda permanecer durante una década o más, debe satisfacer unos requisitos comerciales extra artísticos: manejo de imagen, agente que lo represente y adaptación de su agenda a las demandas de las casas disqueras y las galerías de arte. ¿Podremos esperar que cualquiera de nuestras flamantes estrellas actuales del espectáculo, pongamos por ejemplo Madona, esté activa cuando cumpla sus 75 añitos, o que cualquiera de los actuales fotógrafos (no se me ocurre nadie en particular) llegue a los 89 obturando cámaras y disparando bondad?
Pues, en Colombi
a tuvimos a Julio Bovea, quien fue el "culpable" de introducir al interior del país las letras y las melodías del vallenato, un rítmo con el que hoy se identifica la colombianidad en cualquier parte del planeta. Se inició con Guillermo Buitrago (IV/1/1920-1949) y, con la voz cantante de Alberto Fernández, su conjunto Bovea y sus Vallenatos inmortalizó los hits más grandes de los cantos de Rafael Escalona (V/26/1927-V/13/2009) a partir del año 1952, cuando grababan con el sello barranquillero Tropical (adquirido después por Discos Fuentes). A finales de los 50 viajó en gira a la Argentina, donde tuvo tan buena acogida que se estableció durante casi toda la década de los 60. "Su éxito allá fue impresionante -afirma Humberto Moreno, de Discos MTM-. Vendían millones de discos allá, en una época en la que el mercado argentino era muy grande. De diez hits al año que había en la Argentina, fácilmente tres eran de ellos". Con sus 75 años, Julio Bovea dejó este mundo el pasado 12 de septiembre, dejando para la historia musical de Colombia una producción de imprescindible conocimiento para estudiosos y compositores.
Seis dias después, el 18 de septiembre, a sus 89 años se nos fue Manuel H., un hombre bello que aunque no fue escritor ni personaje de farándula parecía, además de gozar los favores de la musa Clío, haber hecho un pacto con la imagen. Con su Rollei Flex captó pedazos de la historia de Colombia de mediados y finales del siglo XX, como la muerte del caudillo liberal Jorge Eliétcer Gaitán, la vuelta al ruedo de Gabriel García Márquez en la plaza de toros, todos los presidentes de la república y los principales protagonistas de nuestra historia capitalina. Como lo dejó escrito en su tarjeta de presentación, “Si Manuel H. no te ha retratado, entonces... ¿para qué has vivido?”. En 1945, con 25 años (nació el 14 de julio de 1920), publicó sus primeras fotos en El Diario Liberal que dirigía Alberto Lleras Camargo. Publicó fotos en la revista Estampa y fue reportero gráfico de El Espectador y de El Tiempo. Parco en el hablar, generoso en su sonrisa y desbordado en su producción (deja clasificados 176.726 negativos a color y 510.000 en blanco y negro, todos con sus respectivos contactos), aplicaba a la perfección aquella cita de Debray: La imagen es más virulenta que el escrito.
Hoy, cuando el desarrollo tecnológico le permite
a cualquier amateur tomar fotos más que aceptables con una cámara de bolsillo, terminaremos admitiendo, gracias al recuerdo amable de la figura de Manuel H. que la contundencia de una imagen está dada, más que por la máquina que la congela, por el espíritu que la construye. Gracias Maestro. La foto de la derecha fue tomada por paola Castaño, el 10-IV-2008

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Diatriba de desamor contra la estulticia

La estulticia, imbecilidad, estupidez, idiotez, bobería, tontería, pendejada, huevonada o güevonada, es ese estado de la masa corpórea, que no de la mente o del alma (patrimonios de los locos), al que hoy estamos condenados todos los humanos que queramos sobrevivir en un mundo diseñado por y para pobres de espíritu.
No es éste un mal reciente, producto de la "crísis de valores", el "cambio de paradigmas" o la "crísis de la educación" en nuestro mundo moderno. Ya en 1508
Erasmo de Rotterdam se enfrentó a su realidad sobreponiéndose a la amenaza latente de la hoguera inquisidora y la furia de los poderosos. Tuvo, eso si, que apelar a la exquisita contundencia de la burla irónica para restregarles, con una carcajada en la pluma, lo grotesco de sus aspavientos. Pero, quizás sea un error de traducción, el texto de Erasmo da la impresión de tener dos visiones distintas de la estupidez: una pone en evidencia la nube de fantasías e ilusiones que motivan a un individuo a concentrar su razón de ser en conseguir la pertenencia a una estructura social a la que es ajeno por origen (la sobreestima del dinero para el comerciante, las ansias de gloria del poeta o el guerrero y la sed de poder en el clérigo). Según ésta, las muy celebradas "virtudes del mundo" (el ver claro y verdadero, la sinceridad y la honradez), sólo parecen creadas para amargar la vida del hombre que las ejercita ya que todo acto de reflexión es un atormentarse a sí mismo que desasociega el alma. El goce no está nunca en la claridad y en la prudencia, sino siempre en la ilusión, en estar fuera de sí mismo (Como lo podemos apreciar en la tele, una excelente incubadora de la estupidez es el culto a la imagen que lleva aparejada en muchos casos el ideal de belleza. Repitiendo a Baudelaire, la estupidez es un cosmético divino que aleja las arrugas y hace bello a quien la tiene). Es, pues, claro que todo estulto será tanto más dichoso cuanto más ciegamente esté atado a las exigencias terrenas de su mundo circundante. La otra cara de la estulticia es la locura, ese inefable estado de gracia sin el cual no seríamos felices y de la cual va demostrando a lo largo del libro su carácter de imprescindibilidad para el armónico funcionamiento del mundo. Un toque de locura puede darle a una existencia insignificante el sentido de una vida verdadera. Para corroborarlo, cita la sentencia de Sófocles: “Sólo en la irreflexión es grata la vida”. El justo, el clarividente, aquel que no esté sometido a las pasiones, puede ser llamado de muchas maneras, pero nunca será reconocido como hombre: “Sólo aquel que en su vida es acometido por la locura puede en verdad ser llamado hombre”. Erasmo, al parecer, seducido por la locura, relata cómo Júpiter, conmovido con el sufrimiento de los mortales “relegó la razón a un angosto rincón de la cabeza mientras dejaba el resto del cuerpo al imperio de los desórdenes y de dos violentísimos y contrarios tiranos: la ira, que domina en el castillo de las entrañas y hasta en el corazón, que es fuente de la vida, y la concupiscencia, que ejerce dilatado imperio hasta lo más bajo del pubis”. Son éstas dos maneras nobles y bellas (y, por tanto, peligrosas) de ver la estupidez; porque, más allá de la burla irónica, nos resulta no sólo cómodo y justificable, sino "necesario" padecer cualquiera (o ambas) de estas formas de sueño, quimera, ilusión, pasión o locura. Como diría una niña paisa, así quién no.
Pero, ocurre que, en nuestro mundo contemporáneo, la turbamulta de idiotas, no satisfecha con su constante y vertiginoso crecimiento, exhibe su impudicia con la ritualidad de un minué. Ya no tie
nen el apasionamiento de un Quixote, ni la sofisticación de un Tartufo. No les importa. Son como son y asi nos toca aceptarlos. Todos ellos, estúpidos (y estúpidas, porque la "sexualización" de la gramatica es uno de sus más notables estandartes) tienen en común que sus vidas privadas son un catálogo de total contradicción entre lo predicado y lo aplicado y, no obstante, teorizan, pontifican, apabullan opositores, imponen doctrinas, incentivan guerras y denominan fanáticos a todos los que expresen algún pensamiento o ideología diferente a la de sus gregarias huestes. Entre los casos más memorables de estulticia posterasmiana (incluyendo al ya anecdótico George W. Bush, de quien parecería imposible encontrar un semejante con tal capacidad de estupidez, ignorancia, patanería, vulgaridad y repelencia), están los gestores de la confusa política colombiana que negocian el patrimonio nacional, legalizan genocidios, convierten el territorio patrio en un puteadero de militares gringos y arremeten contra los principios de identidad y hermandad latinoamericana sin que nadie que se atreva a hacerles alguna observación logre salir ileso de sus exabruptos verborreicos. Aunque su principal instrumento son los terminajos rimbombantes, huecos y mal copiados de otros, no conocen la duda al momento de aplicar presión o castigo cuando lo consideran necesario, es decir, siempre y en todo momento.Como les cantó Serrat, Si no fueran tan temibles nos darían risa. Si no fueran tan dañinos nos darían lástima.
Hasta aquí, el discurso ha resultado cómodo. Es relativamente fácil hablar de las cagadas de los demás sin mirar en el propio retrete. Pero, en la pelea con el discurso sobre la estupidez ajena resulta imposible evadir una percepción inobjetable: La razón por la cual Erasmo afrontó el tema desde el recurso retórico de la ironía, no se debió solamente a una treta para eludir la furia de los burlados. Sucede que la estupidez, como el pensamiento o el uroborus se consume sobre su propia definición, enrollando al enunciante en la conclusión de su comentario. Dicho en cristiano: ¿es menos estúpido el mortal que comenta la estupidez de los otros? ¿Cómo se le puede llamar a ese afán de enrostrarle a los demás sus falencias?¿será posible, mediante un loco arranque introspectivo, evaluar los propios factores de estupidez? Yo, que en lo particular, admito mi supina estupidez de creerme "un duro", me encontré en el trilema de si abordar el tema desde la falsa modestia de la autocrítica egocentrista, posar de erudito y esterilizarlo desde una holística impersonal, o jugar al crítico social y derramar la bilis propia sobre los comodines de siempre. Como se puede notar, sucumbí a esa última opción, ni modo, es que soy un tonto de capirote. Pero, a pesar de todo, quiero reconocer la fortuna de haber descubierto la inmensa veta de posibilidades especulativas, literarias y, si se quiere y puede, filosóficas que el tema de la estulticia nos despliega. Parodiando a Erasmo,Aplaudid, vivid, bebed, celebérrimos iniciados de la Locura”, pero declarad la guerra a la estupidez (propia y ajena).

Para quien esté interesado en conocer acerca de la obra de Erasmo de Rotterdam y el humanismo medioeval, le recomiendo un blog que, además del diseño impecable y la erudita documentación, tiene una muy acertada selección musical. Desafortunadamente, no supe como pegar el enlace, pero es fácil ingresar linkeando El hogar de la estulticia. Que lo disfruten

martes, 8 de septiembre de 2009

El paredón del blog 5-El círculo vicioso de nuestra historia colombiana

www.jorgeorlandomelo.com
Una muletilla en los discursos de los politiqueros colombianos es la frase "todo pueblo que desconoce su historia se ve forzado a repetirla". No hay presidente, ministro, congresista o concejal que no la emplee cuando considera importante recordarle a su auditorio de lelos que su cimera actitud de ofrendar su cuerpo, mente y espíritu al servicio de los magnos intereses de la Patria y el Bien Común, tiene unos antecedentes patrios avalados (y últimamente abaleados y hasta motoserrados) por la historia oficial. Sin embargo, lo que estos abnegados servidores de la patria olvidan en su cantinela o ignoran en su parcializada incapacidad de reconocer la crudeza de la realidad real es que por culpa de sus políticas "educativas" de ocultamiento de los motivos y "comunicativas" de tergiversación de los hechos, a ningún pueblo le es permitido el acceso al conocimiento auténtico de las causas y consecuencias de los eventos cotidianos con los que se va urdiendo su historia patria. En Colombia, cada vez que uno de esos traficantes del poder decide legitimar su rápido enriquecimiento y justificar sus acciones sangrientas, reduce la historia del pais a un período de una o dos décadas al que denomina "guerra civil", "violencia partidista" o "narcoterrorismo".
El profesor José Orlando Melo, egresado de la Facultad de Filosofía y letras de la Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, es uno de los miembros más importantes (si no el más) junto con Margarita González y Germán Colmenares de la actual generación de historiadores colombianos que, influenciados por la Escuela de Annales (Fernand Braudel), la sociología alemana (Max Weber) y la corriente historiográfica inglesa (Eric Hobsbawm) evidencian un objetivo rigor metodológico, un exhaustivo tratamiento de los temas y, por encima de todo, una confiable independencia de criterios ante el poder oficial . Su inagotable Curriculum Vitae y su prolífica producción investigativa y literaria lo hacen imprescindible para el conocimiento de nuestra verdadera historia. Para la muestra, el siguiente artículo, publicado en el periódico colombiano El Tiempo 03-09-09, en el cual se puede apreciar su capacidad de síntesis periodística y de análisis histórico (uy, qué esdrújulada tan folclórica):

Democracia y reglas de juego

José Orlando Melo

En su versión para niños, la democracia es el gobierno del pueblo, y se manifiesta por el derecho de las mayorías a gobernar. En su versión para adultos, incluye, además, la idea de que las reglas de juego, las que definen los mecanismos electorales y los poderes del gobierno, deben ser aceptadas por toda la sociedad. En nuestros países, muchos creen que exigir que las reglas de juego tengan la aprobación de las minorías es antidemocrático, pues las mayorías tienen el derecho a decidirlas.

Que las mayorías fijen las reglas libremente ha tenido malas consecuencias. En 1933, en Alemania, el parlamento, con el voto de las mayorías y el apoyo de la opinión, prohibió los partidos minoritarios y abrió el camino para la dictadura nazi. En Colombia, en 1826, el Congreso decidió que las normas de la Constitución de Cúcuta, que determinaban cuándo y cómo podía reformarse, podían ser ignoradas, pues surgían del pueblo y, por lo tanto, este no estaba obligado a cumplirlas: la voluntad popular, expresada en actas plebiscitarias que pedían reforma inmediata, primaba sobre las normas y procedimientos constitucionales. Esto llevó a la dictadura de Bolívar, hecha a nombre de la opinión del pueblo, contra el legalismo "santanderista", que creía que lo clave, a largo plazo, era que los ciudadanos aprendieran a respetar la ley.

Muchas veces, las mayorías han decidido que, como representan al pueblo, pueden cambiar las reglas de juego sin respetar la opinión de las minorías. Así ocurrió en 1859 y en 1898, cuando el Congreso expidió leyes electorales que favorecían al Gobierno: en ambos casos, el resultado fue la guerra civil. Y en 1863 y 1886 se reunieron asambleas constitucionales, con representación de un solo partido, que crearon reglas de juego calculadas para garantizar el triunfo indefinido de los que estaban en el gobierno. Entre 1863 y 1886 nunca se eligió un presidente conservador; entre 1886 y 1904 solo dos liberales lograron ir al Congreso.

Ninguna de esas constituciones trajo paz al país. Solo la reforma de 1910, que dio derechos, aunque limitados, a la minoría, produjo unas décadas de relativa tranquilidad, que volvieron a interrumpirse, hace sesenta años, por la incapacidad de establecer un sistema electoral en el que todos los partidos pudieran confiar. Esta idea de que la mayoría tiene el derecho a decidir sola las reglas de juego produce, como es lógico, inestabilidad y caos. Mientras que en 190 años Colombia ha tenido 8 constituciones y ha reformado casi 30 veces la de 1991, en los Estados Unidos, una democracia adulta, sigue en pie la Constitución de 1787, con menos reformas que la nuestra de 1991. Una razón es que allí la Constitución, que establece las reglas del juego político, no puede cambiarse sin aprobación de la minoría: una reforma constitucional necesita el voto favorable de las dos terceras partes de la Cámara y el Senado, y de la cuarta parte de los estados. Trece estados, con menos del 5 por ciento de la población, pueden negar una reforma. Antidemocrático, si uno cree que en una democracia las mayorías definen las reglas de juego; democrático, si uno cree que esas reglas deben ser fijadas de común acuerdo por todos los jugadores y que no conviene que el más fuerte las cambie cuando crea que eso puede favorecerlo.

Cambiar las reglas en mitad del partido, cuando conviene a la mayoría, es contra la lógica de una democracia madura. En Colombia se ha hecho muchas veces y los resultados han sido siempre malos. Ahora se hará otra vez: el plebiscito sobre reelección, apoyado por las mayorías y que se aprobó por métodos dudosos, servirá para lograr ventajas de corto plazo. A largo plazo, el costo de corromper y manipular las reglas y valores básicos de la democracia, el daño a las instituciones y la cultura política del país pueden ser inmensos.

Para todo aquel interesado en el tema colombiano, el profesor Melo tiene un blog (registrado en la parte alta de esta entrada). Estas son sus palabras en el párrafo de presentación: En esta página presento una selección de libros y artículos sobre temas colombianos. Los más largos y pesados son sobre el pasado, cambiante y complejo, del país. Los temas son muy distintos -historia económica, política, cultural- pero quizás un lector atento pueda ver algunos hilos que los unan. La fragmentación del poder, el peso de las regiones, la sucesión repetida de épocas de paz y violencia son rasgos que se describen en varios de estos estudios y ayudan a entender las dificultades de la historia reciente.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Fernando de Szyszlo y su "encuentro visible de lo sagrado con la materia"

A sus 84 años recién cumplidos (5 de julio) el artista plástico limeño Fernando de Szyszlo Valdelomar retorna este 8 de septiembre al Museo de Arte Moderno de Bogotá (donde ha estado en 1964 y 1972) con una generosa muestra retrospectiva de 48 de sus obras en gran formato. Su presencia en los salones latinoamericanos ha quedado registrada en: Museu de Arte Moderna, Sao Paulo (1957), Museo de Arte Moderno, Bogotá (1964 y 1972), Museo de Bellas Artes, Caracas (1964), Casa de Las Américas, La Habana (1968), Center for Inter-American Relations, Nueva York (1972), Museo de Arte Moderno, México DF (1973), Museo de Arte Contemporáneo, Montevideo (1984), Museo de Arte Contemporáneo de América Latina, Washington (1985), IV y V Bienal de Sao Paulo (Menciones Honrosas), Venecia (1958) y Coltejer, Medellín (1970). Hijo de un físico polaco, sobrino materno de un escritor, "ex" de una poetisa y padre del arquitecto Vicente de Szyszlo Valera, el maestro Fernando de Szyszlo es dueño de una muy profunda e interesante capacidad reflexiva sobre el arte y la vida. Para la prueba, reproduzco a continuación un fragmento de la entrevista que la muy bien documentada periodista Liliana López Sorsano acaba de hacerle para el diario El Espectador, de Bogotá, Colombia (de donde tomé su foto).

LLS- Cuando ve su arte en retrospectiva, ¿qué ve, qué cambia?

FSV- Cambia todo. Lo que veo es una pelea infatigable, constante, de 60 años por tratar de hacer el cuadro que siempre soñé. Me imagino que todos los pintores llevan adentro un cuadro ideal que no podemos definir y que tratamos a lo largo de toda la vida de sacarlo. La suma de todos los otros cuadros no son sino derrotas.

LLS- ¿Cuando termina un cuadro siente la satisfacción de haberlo acabado?

FSV- Como decía el poeta Paul Valéry, no hay poemas terminados, sólo abandonados. Uno abandona cuando siente que ya no puede más, que no hay nada más que añadirle y, sin embargo, no es así. Hay un desfase entre la ilusión que uno tenía y lo que en realidad ha podido hacer. Es un proceso que es milagroso, convertir experiencias en colores y en materia pintada aplicadas con pelos amarrados a un palito.

LLS- Un maestro consagrado del teatro japonés Kabuki decía que con el tiempo sabía menos de su arte ¿Qué opina de esta paradoja?

FSV- Es verdad. Uno sabe menos porque seguramente la experiencia amplía más el horizonte, lo cual amplía la conciencia y el conocimiento, y uno se da cuenta de que es más lejos de lo que creía. Yo siempre he dicho que los cuadros que hago ahora, seguramente hubieran satisfecho al joven pintor que yo era cuando tenía 24 años, pero que las metas se han mejorado, se han ampliado y se han alejado. Si uno camina hacia el horizonte, el horizonte no se acerca, se aleja.

LLS- Ha visto las modas pasar, los artistas surgir ¿Qué piensa del arte contemporáneo y qué significa hoy en día?

FSV- Yo le diré que el arte se ha vuelto menos profundo, más light y busca menos su esencia, es decir, su propio lenguaje. El lenguaje de la pintura son los colores, las líneas, las. formas. El de la música son los sonidos. Si uno hace cosas distintas a eso, puede ser que haga gestos muy importantes, interesantes, valiosos o alegres, pero no tienen nada que ver con el arte. El arte es una cosa que no necesita explicación y esos gestos, todos, necesitan un párrafo que diga qué es lo que el artista ha tratado de hacer al poner esa escoba de cabeza o la bacinilla al costado.

El arte se ha vuelto un espectáculo en el que hay un montón de dinero metido y eso es tóxico siempre. Yo creo mucho en una frase de Dalí que dice “moda es lo que pasa de moda”, y eso desgraciadamente ya lo hemos visto. Hay exceso y obscenidad de dinero, pues la gente por estar a la moda compra cualquier cosa por miles y millones. El tiburón en formol de Damien Hirst es un ejemplo, ¡cuando con tanta plata se pueden comprar varios cuadros renacentistas! ¡Valores seguros! Ahora lo que queda es un remedo, es ligero, fácil, divertido, es una broma, hace reír, sorprende o repugna porque ponen caca de elefante solidificada al lado de la Virgen María. Pero en realidad no dice nada.

Mario Vargas Llosa escribió en una revista mexicana, Letras libres, un artículo formidable que se llama “La civilización como espectáculo”. Todo ha perdido peso, la novela se ha vuelto light, todo ha perdido gravedad, la gente le tiene miedo al drama, a sentir, y al mismo tiempo ese sentimiento se ha perdido. Hacer el amor en el año 30 no era lo mismo que hacerlo ahora. En ese entonces significaba mucho, una relación grave, amorosa, con gran tragedia... Ahora es como tomarse una coca-cola… todo esto le ha quitado piso a la vida. Y el arte no ha estado exento de esto.

LLS- ¿En esa época parisina cuál fue el mayor encuentro?

FSV- Ahí descubrí el mundo, no sólo la pintura. Descubrí el amor, lo descubrí todo. Tenía 24 años, era un provinciano de Lima que miraba todo con la boca abierta y con hambre (no tenía ni un centavo). Esos seis años ocupan gran parte del disco duro de mi memoria, fueron años en que me hice, me formé, sufrí y fui feliz. De esta época surgieron todos mis amigos, aunque se me han ido muriendo: Obregón, a quien quería tanto, casi como un hermano; Octavio Paz, Cortázar, Negret, Marta Traba, Alberto Zalamea, Matta, Lam, Toledo, Tamayo, todo el mundo estaba ahí.

El grupo de surrealistas fue el que yo frecuenté, porque como era tan amigo de Octavio Paz, él me los presentó y ahí conocí a Breton. El pensamiento surrealista siempre nos acercaba mucho. Nunca he hecho pintura surrealista, pero la manera que ellos tenían de enfocar el arte me parece la más adecuada. Entendiendo por surrealismo sacar lo más profundo de lo que uno tiene en el inconsciente y ese interior del inconsciente tiene denominadores comunes como el inconsciente de los demás.

Entonces, por más abstrusa que sea la cosa que sale, si es auténtica, otras personas la pueden leer. Bach es la mejor prueba. Escribía cantatas cristianas en alemán los domingos para una iglesia en Lepzig y 400 años después hacen llorar a gente del Japón que no son cristianos ni entienden alemán. Entonces Bach sacó del fondo del ser humano una cosa que es válida para todos. Y eso es lo que locamente buscamos todos los pintores...