sábado, 20 de noviembre de 2010

¿Una nueva forma de razón frente a las políticas económicas, o una nueva moralidad ante las economías políticas?

Como para poner ladrillos que cuñen una de mis próximas carretas sobre el "cambio paradigmático" (¿has notado que llevo rato amenazando con tal?), presento una síntesis de L’ambition moral de la politique. Changer l’homme?, libro que acaba de publicar el filósofo francés Yvon Quiniou (L’Harmattan, col. Raison mondialisée, París, 2010. Traducción: Teresa Garufi ), en el cual propone un retorno a la economía política como reacción (que no solución) a la, esa sí, reacción, de los grandes bancos y de los líderes políticos de los países capitalistas que, ante su incapacidad de relacionar las causas de la crisis financiera con la estructura profunda del sistema que alimentan, pretenden llamar a una cruzada por la "moralización del capitalismo".
LA IMPOSTURA DEL CAPITALISMO MORAL
¿No sería tiempo de moralizar el capitalismo? En lo más álgido de la crisis, la pregunta fue formulada por los dirigentes políticos, con Nicolas Sarkozy a la cabeza. Es decir, por los mismos que antes se libraban a una irreflexiva apología del liberalismo que parecía representar el “fin (dichoso) de la historia”. Así formulada, la cuestión es ambigua: si hay que moralizarlo, es porque el capitalismo es inmoral; si puede hacérselo, es porque no es intrínsecamente inmoral en sus estructuras. Sólo se cuestionarían sus excesos. Ahora bien, la inmoralidad es constitutiva del capitalismo, contrariamente a la concepción que pretende hacer de la economía una realidad que escapa a la moral. Ya en el siglo XX, el economista ultra liberal Friedrich Hayek había enunciado esta objeción (1): sólo un comportamiento individual intencional podría calificarse de justo o injusto –no puede ser el caso de un sistema social que, en tanto tal, no fue querido por ninguna persona–. Lo que lleva a Hayek a rechazar el concepto mismo de “justicia social”, decretado absurdo ya que juzga lo que no puede ser juzgado. Por ejemplo, escribe: “No existe criterio por el cual podríamos descubrir lo que es ‘socialmente injusto’, porque no hay sujeto que pueda cometer esa injusticia” (2). Incluso ve allí un vestigio de antropomorfismo de intenciones humanas que se proyecta sobre una realidad inhumana (en el sentido de impersonal); este antropomorfismo animaría la corriente socialista y su pretensión de redistribuir de manera justa la riqueza y los medios de producirla. La concepción de Hayek desemboca pues en un total amoralismo en el campo de la organización económica de la sociedad, e incluso en una forma de cinismo que se adjudica por adelantado los medios de enmascarar el mal que alimenta, dado que al quitarle todo fundamento intelectual, teóricamente lo niega (3). Recientemente, esta tesis adquirió una nueva juventud gracias a André Comte-Sponville con su libro Le capitalisme est-il moral? (4), cuyo éxito mediático –incluso cuando su contenido fuera cuestionado por la crisis– traduce bien la imposición de la ideología liberal (clic al enlace para bajarlo en pdf). Al distinguir en el seno de la vida social el orden científico-técnico, el orden jurídico-político, el orden moral y el orden ético (que define por el amor), coloca la economía en el primero: “La moral carece de toda pertinencia para describir o explicar cualquier proceso que se desarrolle en ese primer orden. Eso vale en especial para la economía, de la que forma parte”, afirma (5).
Una lección que quedó en el olvido
La moral aparece entonces en una posición de exterioridad, ya que el capitalismo se sitúa fuera del campo: ni moral ni inmoral, sino amoral. No es que la moral no pueda intervenir –ya nadie sostiene una posición tan radical–. Pero sólo puede hacerlo desde una posición marginal, a través de la política y el derecho, para atenuar sus perjuicios, sin poder ni tener, sobre todo, que suprimir sus causas. Además, ya que ningún sujeto opera en los procesos económicos, no se puede juzgar en nombre de normas que sólo pueden aplicarse a actos subjetivos: de nuevo mutis a la idea de que habría una significación moral de la justicia o de la injusticia sociales, y un deber de modificar la economía si no respondiera a los criterios de la justicia. Sin embargo, Compte-Sponville reconoce que el capitalismo puede ser injusto, así como la naturaleza cuando distribuye el talento entre los hombres, pero no por cierto inmoral, y por lo tanto no puede ser fundamentalmente cambiado (6). Este tipo de discurso no sólo contribuye a declarar inocente al capitalismo por los considerables perjuicios que tenemos a la vista –y por lo tanto a justificarlo ideológicamente–, sino que alimenta un cinismo generalizado con respecto a la política, al quitarle cualquier ambición moral importante. Su justificación se basa en un error mayor, perfectamente visible en Compte-Sponville y presente en todos los partidarios del capitalismo: la integración de la economía al orden de la ciencia y de la técnica, en efecto moralmente neutro. Es olvidar lo que los separa fundamentalmente. La ciencia y la técnica (con las cuales la economía está evidentemente articulada) son tan sólo medios y sólo puede juzgarse su uso social. Así, una nueva técnica de producción que aumenta la productividad del trabajo no es en sí misma causante de desempleo y por lo tanto mala; al contrario, permite disminuir el tiempo de trabajo y así el sufrimiento del hombre: puede producirse lo mismo en menos horas, con los mismos trabajadores; o incluso brinda la posibilidad de retribuir mejor a los asalariados gracias al aumento de productividad. Su valor reside, pues, en el uso que se le de. En cambio –y esta es la gran lección de Karl Marx, ese olvidado de las teorías económicas oficiales hasta la reciente crisis– la economía está constituida por prácticas por las que algunos (los capitalistas) se comportan de una determinada manera con respecto a otros (los obreros y asalariados en general) explotándolos, sometiéndolos a ritmos infernales, despidiéndolos so pretexto de competitividad, u oponiéndolos los unos contra los otros mediante una cultura de resultados o nuevas reglas de management, que hoy se sabe hasta qué punto generan un sufrimiento laboral verdaderamente insoportable (7). Todo eso no nace de la técnica o de la ciencia sino de una práctica social que organiza el trabajo, que es requerida como tal en base a objetivos mercantiles (la ganancia) y que se ofrece pues por definición al juicio moral: práctica humana o inhumana, práctica moral o práctica inmoral. Marx lo había comprendido con claridad cuando afirmaba que “la economía política no es la tecnología” (8).
¿Qué valores y qué política?
Con una perspectiva más extensa –ya que aquí está en juego el poder de la política–, lo que hay que rechazar es ese tipo de realidad que por lo general se adjudica a la economía: una realidad objetiva y absoluta, decretada independiente de los hombres (cuando son ellos los que la hacen) y sometida a leyes implacables, análogas a las de la naturaleza y que, por supuesto, no habría que juzgar: no se critica la ley de la gravedad… incluso cuando ocasionalmente pueda hacer mal. Esta deriva intelectual lleva un nombre: economismo, que no sólo consiste en erigir la actividad económica como valor primordial, subordinando a ella todos los otros, sino en considerar que está hecha en lo esencial de procesos sustraídos de la responsabilidad política. Sin embargo hay que comprender que, si bien existen muchas leyes de economía capitalista, éstas son estrictamente internas a un cierto sistema de producción regido por la propiedad privada; pueden ser modificadas e incluso, en un principio, abolidas si se cambia de sistema. Por ello hay que ver en esas leyes reglas de funcionamiento de un determinado tipo de economía (que no es el fin de la historia), que organizan un cierto tipo de relaciones prácticas entre los hombres y que tienen, ellas mismas, un estatus práctico. Fueron instituidas (hasta a nivel mundial, en la actualidad), por lo que pueden ser modificadas. Lo cual significa que las llamadas “leyes económicas” se someten directamente a la legislación de las leyes morales, como todo lo que concierne a la práctica. Por esta razón la propia “ciencia económica” no podría ser una ciencia pura, virgen de juicios de valor. Tal como las ciencias sociales en general, y de acuerdo a la naturaleza de su objeto –están implicadas personas–, la “ciencia económica” compromete valores, al menos de manera implícita; aprehende la actividad humana y orienta el análisis de lo real en tal o cual sentido, que puede aprobarse o no. El economista estadounidense Albert Otto Hirschman lo señaló al subrayar la complejidad, a menudo inconsciente, de la ciencia económica y de la moral. Observó que “la moralidad… ocupa el centro de nuestro trabajo, a condición de que los investigadores en ciencia social estén moralmente vivos” (9); formula pues el deseo de que las preocupaciones morales sean explícita y conscientemente asumidas por la ciencia social –volviendo a Marx, cuando afirma en los Manuscritos de 1844 que la economía es “una ciencia moral real, la más moral de las ciencias”– (10). Queda por saber cuál es esta moral que nos pide que nos preocupemos por la economía y no la consideremos como una realidad ante la cual la política debería inclinarse fríamente. En primer lugar, conviene romper con una visión moral de lo humano replegada a la esfera de las relaciones interpersonales y que sólo se interesa por las virtudes y los vicios individuales. En cambio, hay que admitir que, distinguida de la ética y en consecuencia referida a las relaciones con el prójimo (11), esta moral debe aplicarse al conjunto y por lo tanto a las relaciones sociales en su globalidad, es decir a la vida política (en sentido estricto, a las instituciones), social (siempre en sentido estricto, a los derechos sociales) y económico.
Sin embargo, si bien empezó a ocupar los dos primeros campos desde la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 hasta la de 1948, sería deseable que se detuviera ante las puertas de la economía. Hay que eliminar esta prohibición, considerando una política moral que sea también una economía moral, es decir una política que cumpla con los valores morales, incluso en el campo económico. Pero entonces, ¿qué valores y qué política? La respuesta puede encontrarse en la fórmula que enunció Immanuel Kant y que se une al sentido moral común: el criterio de lo Universal ordena respetar al otro y no instrumentalizarlo, y exige promover su autonomía. Libre de cualquier segundo plano metafísico o religioso, exige que suprimamos la dominación política (ejercida en parte a través de instituciones democráticas), la opresión social (hecha en parte a través de los derechos que el movimiento obrero conquistó a partir del siglo XIX), pero al mismo tiempo la explotación económica: lo que todavía no se consiguió. Recién al hacerlo protegerá y profundizará, mediante la política, las adquisiciones morales obtenidas en los otros campos. En verdad la moralización del capitalismo se revela rigurosamente imposible, ya que este es en sí mismo inmoral, se pone al servicio de una minoría afortunada, instrumentalizando a los trabajadores y negando su autonomía. En realidad, exigir su moralización debería llevar a exigir su supresión, cualquiera fuese la dificultad de la tarea.
 
1- Ver en especial Friedrich Hayek, Droit, législation et liberté, Presses Universitaires de France (PUF), Tomo I, II y III, 1980-1983. 2- Op. cit., Tomo II, pág. 94. 3- Interrogado sobre las consecuencias humanas del liberalismo, Hayek pudo decir, si eventualmente hubiera víctimas, “¡y bien, tanto peor!”. 4- Albin Michel, París, 2004 (reeditado en 2009). 5- Op. cit., 2º edición, pág. 78. 6- Op. cit., págs. 238-239. 7- Ver particularmente los trabajos de Christophe Dejours y de Jean-Pierre Durand Nouvelles aliénations, Actuel Marx, Nº 39, PUF, París, mayo de 2006. 8- Karl Marx, Contribution à la critique de l’économie politique, Editions sociales, París, 1966, pág. 151. 9- Albert O. Hirschman, L’économie comme science morale et politique, Gallimard-Seuil, París, 1984, pág. 109. 10- Pasado su período juvenil, Marx no teorizó sobre esta complejidad: es una laguna en su obra. 11- En mi vocabulario, la ética sólo concierne a la vida individual y puede presentarse bajo la forma de una sabiduría, aconsejada pero facultativa. (Las negritas y las itálicas son mías-Ilustraciones de Daumier y Garzón)

lunes, 15 de noviembre de 2010

Receta de mujer 5: La evanescencia de las mariposas

Neferu Atón Nefertiti (-1370 a -1330 a. C)
"Cuando asedien tu faz cuarenta inviernos
y ahonden surcos en tu prado hermoso,
tu juventud, altiva vestidura,
será un andrajo que no mira nadie.
Y si por tu belleza preguntaran,
tesoro de tu tiempo apasionado,
decir que yace en tus sumidos ojos
dará motivo a escarnios o falsías..."
(Fragmento) 
William Shakespeare (Versión de Manuel Mujica Láinez)
Soy un obseso cazador de bellos motivos. Esa manía me ha obligado a ir por mi pequeño mundo provisto de una cámara fotográfica (en cualquier lugar, en cualquier momento te puede asaltar, como un rayo, la Belleza). Con la práctica he aprendido la importancia de la discreción: No ostentar una costosa cámara en lugares públicos y JAMAS intentar fotografiar a mujeres mayores de, digamos, 30 añitos. Después de esa edad, todas ellas tienen (o son tenidas por) un energúmeno dispuesto a hacernos pasar un mal momento si no borramos las fotografías. Con las menores de esa edad sucede todo lo contrario... pero ya hablaremos de ello en una futura ocasión. En fin, que todo este preámbulo es para meditar un momento sobre esa desafortunada ingratitud de la belleza, que una mañana cualquiera decide escaparse de los rostros para encapsularse en un capullo de nostalgia y olvido. En la presente galería hay rostros (y cuerpos) cuya hermosura estremeció imperios, enloqueció superagentes, atrapó monarcas, impuso modas y estilos, hizo soñar amoríos imposibles y universalizó un cánon femenino. ¿A cuántas de ellas les puede poner el nombre respectivo?
 
 


1-Audrey Hepburn (Ixelles/Elsene, Bélgica, 4 de mayo de 1929 – Tolochenaz, Suiza, 20 de enero de 1993)
2-Ava Lavinia Gardner (Brogden, Carolina del Norte, 24 de diciembre de 1922 - Londres, 25 de enero de 1990)
3-Betty Mae Page (Nashville, Tennessee, 22 de abril de 1923 - Los Ángeles, California, 11 de diciembre de 2008)
4-Brigitte Bardot (París, 28 de septiembre de 1934)
5-Brooke Christa Camille Shields (31 de mayo de 1965, Nueva York, Estados Unidos)
6-Catherine Deneuve (París, 22 de octubre de 1943)
7-Diana Rigg CBE (n. 20 de julio de 1938)
8-Grace Patricia Kelly (12 de noviembre de 1929 - 14 de septiembre de 1982)
9-Ingrid Bergman (29 de agosto de 1915 - 29 de agosto de 1982)
10-Isabelle Yasmine Adjani (París, 27 de junio de 1955)
11-Jayne Mansfield (Bryn Mawr, Pennsylvania, 19 de abril de 1933 — 29 de junio de 1967)
12-Marilyn Monroe (Los Ángeles, California, Estados Unidos, 1 de junio de 1926 – Ibídem, 5 de agosto de 1962)
13- Marlene Dietrich (Berlín, 27 de diciembre de 1901 – París, 6 de mayo de 1992)
14- Nastassja Aglaia Nakszyński Kinski (Berlín, 24 de enero de 1959)
15- Ornella Muti ( Roma, Italia, 9 de marzo de 1955)
16- Raquel Welch (Chicago, 5 de septiembre de 1940)
17- Rita Hayworth  (Nueva York, 17 de octubre de 1918 - id., 14 de mayo de 1987)
18- Rocío Dúrcal (Madrid, 4 de octubre de 1944 – Torrelodones, Comunidad de Madrid, 25 de marzo de 2006)
19- Twiggy (Neasden, Londres, 19 de septiembre de 1949)
20- Ursula Andress (Berna, Suiza, 19 de marzo de 1936)

lunes, 8 de noviembre de 2010

La Marihuana, en busca de la ignominia

 “En los últimos tiempos algunos renegarán de la fe dando oídos a espíritus seductores y enseñanzas diabólicas, inducidos por la hipocresía de impostores cuya conciencia se halla marcada al rojo vivo, que prohíben el matrimonio y ciertos alimentos que Dios ha creado para que los creyentes y los que conocen la verdad los coman y den gracias a Dios por ello” (Timoteo 4:1).
Ahora que el Referendo gringo sobre la legalización de la marihuana ha puesto "de moda" hablar sobre los degenerados que la defienden y la gente de bien que la condena, quizás valga la pena tratar de hacer un paneo sobre la historia del cáñamo y sus derivados grifa, kif, hachís. Comencemos, pues, remontándonos hasta el año -4000, periodo en el que ya era cultivada la Cannabis sativa para elaborar textiles, según los retazos de tejidos hallados en excavaciones arqueológicas (los restos más antiguos de fibra de cáñamo  han sido hallados en China con una datación del -4000; aunque los restos hallados en Turquestán con  datación de un milenio posterior, hace considerar la posibilidad de que sea una planta cultivada originalmente en el Asia central), y vayamos de ahí a las primeras referencias históricas, que datan del año -2737, cuando el emperador chino Shen-Nung prescribe la resina del cáñamo para “la debilidad femenina”, el gota, el reuma, el estreñimiento, la malaria, la gripe y los desmayos, advirtiendo que "tomado en exceso tiende a mostrar monstruos, si se usa durante mucho tiempo puede comunicar con los espíritus y aligerar el cuerpo" Kwang-ti, otro emperador chino, en su libro Nei-Ching recomienda el uso de las flores del cáñamo para curar las heridas abiertas; del jugo fresco de las hojas para curar las picaduras del escorpión; de la resina adherida a la cáscara de la semilla para estimular el sistema nervioso; de las semillas para combatir las inflamaciones de la piel, o como tónico para el cabello, o como antídoto al envenenamiento del azufre, reconstituyente, laxante y diurético, además de ser muy apropiadas para extraer los gusanos a los recién nacidos y a los animales…Ah… y la fibra para fabricar cuerdas y tejidos (los chinos fueron los primeros en producir papel en el siglo I y los escritos más antiguos -textos budistas de los siglos II y III- están escritos sobre tejidos de cáñamo).
La cannabis fue considerada la más sagrada de las plantas.
Antiguas fuentes sánscritas hablan de las píldoras de la felicidad, un compuesto a partir de cáñamo y azúcar. A base de cáñamo era la amrita, bebida de la inmortalidad que en la mitología hindú corresponde grosso modo a la ambrosía de los dioses olímpicos (según los primeros vedas, sobre todo el cuarto o Atharva Veda, el cáñamo brotó cuando cayeron del cielo gotas de amrita). En India, el cáñamo, denominado chraas o bhang, tiene tal importancia que en algunas zonas se utiliza con funciones de moneda, como medio de intercambio comercial. La religión védica arcaica veneró la planta denominándola vijonia (fuente de felicidad y victoria) y ananda (fuente de vida): Se tomaba para aliviar la fiebre, el insomnio, la disentería, la lepra, la caspa, las jaquecas, la tosferina, la oftalmia (y otros males en los ojos). Desde el siglo –XV se celebra y conoce el cáñamo en diversas preparaciones: con agua (poust), con alcohol (loutki) y con opio (mourra). Los sacerdotes Sardu viajaban a través de la India y del mundo entero compartiendo pipas de fumar llenas de cannabis (chilum). Según su fe, el dios Shiva trajo la cannabis desde el Himalaya para que los hombres tuvieran felicidad y conocimiento. Para la tradición brahmánica ortodoxa su uso agiliza la mente, otorga salud y larga vida, concede deleite, valor y deseos sexuales potenciados. En el capítulo 9:16 del Bhagavad- gita, Krishna dice Yo soy la hierba que cura, mientras que en el Canto Quinto del Bhagarat-purana las preparaciones líquidas son la bebida favorita de Indra, el dios guerrero que representa a los invasores arios.  En Mesopotamia, hacia el periodo del dominio asirio -IX su uso aparece mencionado como incienso ceremonial y con funciones medicinales al lado del opio, la mandrágora, la cerveza y el vino. Heródoto (-484 a -425) describe una especie de sauna donde los persas arrojaban grandes trozos de cáñamo (lo más seguro en forma de haschisch) sobre piedras calentadas y se embriagaban aspirando el humo como los griegos bebiendo el vino, no está claro si con fines religiosos o recreativos.
La cannabis ha sido utilizada para los rituales religiosos. La religión zoroástrica tenía como sacramento fundamental para la clase sacerdotal el uso de la planta del cannabis. En el texto sagrado Zend-Avesta, que incluye más de 10.000 plantas medicinales, el profeta persa Zoroastro le da al cáñamo el primer lugar. La Biblia cristiana no rechaza su consumo e incluso algunos pasajes hacen referencia directa a lo bueno y útil que es utilizar hierbas como la cannabis: Bajo la denominación de Suama era bebido en la zona de Sinaí y fumado en las sinagogas; Salomón lo canta con el nombre de kalamo y Timoteo (4:1) admoniza sobre su prohibición “ En los últimos tiempos algunos renegarán de la fe dando oídos a espíritus seductores y enseñanzas diabólicas, inducidos por la hipocresía de impostores cuya conciencia se halla marcada al rojo vivo, que prohíben el matrimonio y ciertos alimentos que Dios ha creado para que los creyentes y los que conocen la verdad los coman y den gracias a Dios por ello”. En Tíbet, la difusión del budismo impuso su uso como un auxiliar para la meditación trascendental. Muchas tradiciones, escritos y creencias budistas indican que el mismo Siddhartha, Buda, antes de anunciar las cuatro verdades nobles, estuvo durante seis años inhalando y comiendo únicamente cáñamo y sus semillas. Muchos estudios revelan que el misticismo de los sacerdotes sufíes procede de los seguidores de Zaratustra que sobrevivieron a la conquista musulmana entre los siglos VII y VIII d. C.
En cuanto a la que hoy conocemos como “cultura occidental”, hacia el -1500 llega la cannabis a Europa procedente de oriente, propagándose hacia las zonas central y septentrional. Ni los griegos ni los romanos la cultivaron sistemáticamente, pero desde el siglo -VII la obtenían de los celtas (en Marsella se ofrecían cuerdas, velas y estopas a todo el Mediterráneo). El cáñamo se usaba en los ritos dionisíacos y en las liturgias de Eleusis para revelar a los iniciados los arcanos del mito de Deméter. Los sacerdotes, que llevaban el nombre de eumólpidas (cantores de melodías benignas), se decían hijos de la luna para hacer de mediadores entre la tierra y el cielo. La Odisea narra cómo cuando Telémaco, que durante el banquete ofrecido en su honor por Menelao evoca el destino de su padre Ulises y cae con todos los comensales  en una profunda melancolía; entonces, Helena ordena a los criados que echen nepenthés (una decocción de cáñamo con vino resinado y mirra, de uso tradicional para animar las reuniones privadas) en las copas y la sonrisa vuelve a los labios de todos los que estaban allí. Diodoro Sículo, historiador de la época de Cesar, escribe que las mujeres de Tebas preparaban mediante cáñamo una pócima que tenía el mismo efecto que el nepente de Homero. Dioscórides (20 al 60 d. C.), médico griego residente en Roma, autor de la primera farmacopea basada en plantas medicinales, habla del cáñamo y de las visiones y alucinaciones placenteras que provoca. Tal como se deduce de algunas breves anotaciones de Lucilio, Plinio, Columela y Celso (siglo II d. C.), en Roma se utilizaba principalmente la fibra para confeccionar vestidos y para las gúmenas (maroma gruesa para atar áncoras) y las velas de las naves. Su extracto era utilizado para mantener alta la moral de los marineros en los momentos difíciles (en un trirreme cartaginés de guerra del siglo -III recuperado en 1969 en Isla Larga fueron halladas dos ánforas llenas de hachís). El kiphy, que es un incienso ceremonial de posible psicoactividad, entre cuyos ingredientes hay una “resina” (probablemente de cáñamo), forma ya parte de las reuniones de los ricos, este producto era importado desde Egipto y era muy costoso. En la Metamorfosis de Ovidio se habla de un tal Glauco que toma “hierba” de extraños efectos. Por Galeno, médico de la corte imperial (129 al 200 d. C.), sabemos que era frecuente ofrecer flores de cáñamo en reuniones sociales para incitar la hilaridad y el disfrute (costumbre aprendida de las sociedades ateniense o de los celtas). El fumar hachís egipcio era una excentricidad (valía una fortuna), mientras que el opio se consideraba un bien básico para el hogar romano. Al iniciarse el siglo IV, el edicto de Diocleciano sobre precios fija el del modius castrense de opio – con una capacidad para 17,5 litros- en 150 denarios, cuantía que sigue siendo extremadamente módica si se compara con los 80 denarios que costaba el kilo de hachís... 
En fin, como suelo decir, el giro político-policivo tras el que se ha encubierto la explotación económica de la marihuana, es una historia larga que merece ser contada. Yo dejo aqui, por cuestiones de espacio, lamentando no haber llegado hasta los antecedentes de la situación actual, que deben ser divulgados, si es que alguien quiere algún dia desenmascarar las causas ocultas de la persecución obsesiva a una planta indefensa.

martes, 2 de noviembre de 2010

Miguel Hernández, ¡Poeta!- Cien rayos que no cesan

Miguel Hernández Gilabert (Orihuela, 30 de octubre de 1910 – Alicante, 28 de marzo de 1942). Son tantos las tésis y tratados sobre su vida y su obra, que pretender en este espacio hacer cualquier "disertación" al respecto, resulta ingenuo y necio. Así que, sin más comentarios se le rinde en este comentario un modesto homenaje a los Cien Años de su Nacimiento con el segmento I de su poema Hambre, perteneciente a El hombre acecha, 1937-39, cuya edición fue destruida en la primavera de 1939 por orden de francisco franco. Afortunadamente, en 1981 se hizo una edición facsimilar de uno de los dos ejemplares que sobrevivieron a la conflagración:
Tened presente el hambre: recordad su pasado
turbio de capataces que pagaban en plomo.
Aquel jornal al precio de la sangre cobrado,
con yugos en el alma, con golpes en el lomo.
El hambre paseaba sus vacas exprimidas,
sus mujeres resecas, sus devoradas ubres,
sus ávidas quijadas, sus miserables vidas
frente a los comedores y los cuerpos salubres.
Los años de abundancia, la saciedad, la hartura,
eran sólo de aquellos que se llamaban amos.
Para que venga el pan justo a la dentadura
del hambre de los pobres aquí estoy, aquí estamos.
Nosotros no podemos ser ellos, los de enfrente,
los que entienden la vida por un botín sangriento:
como los tiburones, voracidad y diente,
panteras deseosas de un mundo siempre hambriento.
Años del hambre han sido para el pobre sus años.
Sumaban para el otro su cantidad los panes.
Y el hambre alobadaba sus rapaces rebaños
de cuervos, de tenazas, de lobos, de alacranes.
Hambrientamente lucho yo, con todas mis brechas,
cicatrices y heridas, señales y recuerdos
del hambre, contra tantas barrigas satisfechas:
cerdos con un origen peor que el de los cerdos.
Por haber engordado tan baja y brutalmente,
más abajo de donde los cerdos se solazan,
seréis atravesados por esta gran corriente
de espigas que llamean, de puños que amenazan.
No habéis querido oír con orejas abiertas
el llanto de millones de niños jornaleros.
Ladrábais cuando el hambre llegaba a vuestras puertas
a pedir con la boca de los mismos luceros
En cada casa, un odio como una higuera fosca,
como un tremante toro con los cuernos tremantes,
rompe por los tejados, os cerca y os embosca,
y os destruye a cornadas, perros agonizantes.

sábado, 30 de octubre de 2010

De la catarsis y la esjatología como instrumentos de liberación

Hay un mundo infernal, cruel y despiadado, del que todos tenemos conocimiento y, sin embargo, como en el mito popular de los avestruces, nos empecinamos en clavar la cabeza en las arenas de la "autocensura", el comportamiento "políticamente correcto" y el cuidado en el manejo de las imágenes (tanto visuales como auditivas, individuales como colectivas,  propias como ajenas) con la pretensión ingenua de establecer una barrera moral entre la crudeza de los acontecimientos y la inconciencia de nuestra participación en ellos. Sin embargo, si se esfuerza un poco la vista, es posible observar bajo esa primera capa de "celo cristiano", una densa telaraña de  incoherencias entre el discurso y las acciones de los predicadores de toda laya (religiosos, políticos, económicos y "bien intencionados")... Entonces, se acaba vislumbrando un imbricado ecosistema de causas, métodos y propósitos de un clan dantesco que manipula los hilos del comportamiento salvaje de un determinado grupo social humano. 
Para definir la tragedia en su Poética, Aristóteles recurre a la Catarsis como el acto de  purificación emocional, corporal, mental y religiosa mediante la experiencia abrupta de sentimientos de miedo y de compasión. Según Aristóteles, la catarsis es la facultad de la tragedia de redimir (o "purificar") al espectador de sus propias bajas pasiones al verlas proyectadas en los personajes de la obra y al permitirle ver el castigo merecido e inevitable de éstas, de modo que, después de presenciar la obra teatral, se entenderá mejor a sí mismo y no repetirá la cadena de decisiones que llevaron a los personajes a su fatídico final. Josef Breuer y Sigmund Freud, iniciadores de las teorías del Psicoanálisis, retomaron ese concepto y denominaron método catártico al proceso de re-vivencia o remembranza del momento en que una emoción o sentimiento debieron ser reprimidos por un sujeto cuya represión terminó manifestándose en alguna forma patológica de angustia. En cuanto a lo Es(c)jatológico, bueno, los colombianos hemos aprendido a revolcarnos en sus dos acepciones... Entremos en materia, para no convertir este espacio en una aula pretensiosa y soporífera. El texto y las gravaciones que podrán sufrir después del siguiente punto aparte, aparecieron en la Revista Semana del mes de junio de 2010; pero ésa es una revista de élite con circulación restringida y a mí se me hace que acontecimientos como este debieron haber desatado una conmoción planetaria que, como a todos nos consta, nunca tuvo trascendencia. Las otras imágenes son clandestinas, es decir, no circularon en los medios, pero son de fácil consecución en cualquier zona rural o urbana del territorio nacional.
"Treinta de enero de 2010. Un grupo de sicarios habla por teléfono de su más reciente "vuelta"(1): el asesinato de una persona en Montería. En una llamada interceptada por el Cuerpo Técnico de Investigaciones de la Fiscalía, alias 'Toto' y 'el Flaco', miembros de la banda Los Urabeños, le cuentan a alias 'Jimmy', como si fuera un juego, el escabroso crimen que acaban de cometer:
Toto: Estábamos jugando... a pico y pala...
Jimmy: ¿Hicieron algo?
Toto: De eso que usted hace y le gusta mucho... apenas nos estamos cambiando.
Jimmy: ¿Y quiénes boliaron(2) ahí?
Toto: Usted viera al Flaquito...
Jimmy: ¿Y 'Caliche' qué? ¿Buen boliador?
Toto: Esa gonorrea(3) fue el que empezó...
Jimmy: Páseme a la Flaca.
Flaco: Hola, perra(4).
Jimmy: Hola, descuartizadora (Jimmy y el Flaco se ríen). Hola, carnicera. Me guarda un pedacito de ñervo(5).
Flaco: ¿Frito o sudao?
Los que hablan uno de los nuevos carteles que se están peleando el poder del narcotráfico en el país y que tiene una guerra casada con Los Paisas. Las dos bandas son derivaciones de los imperios criminales de dos ex jefes paramilitares hoy detenidos: los primeros de 'Don Mario', Daniel Rendón Herrera, y los segundos de 'Don Berna', Diego Murillo Bejarano. Pocos días después, una nueva conversación interceptada al mismo grupo terminó de aterrarlos. Fue hace apenas cuatro meses. Mientras espera que del otro lado de la línea le contesten, alias el soldado comenta: "Pegué el dedo de una: tres en serie en una noche"(6) Luego habla con alias chumilo. Primero le pregunta si se quedaron con el dinero y el celular de uno de los muertos y después le inquiere por otra de las víctimas:
Soldado: Y le quitaron la ropita a la peladita(7) esa...
Chumilo: Tocaba, eso pa' desarmarla(8) tocaba...
Soldado: ¿Y qué, cómo era?
Chumilo: Normal, estaba buena(9).
Soldado: ¿Sí?
Chumilo: Sí, eso pa' desarmarla tocaba empelotarla.
Soldado: Y qué, gonorrea... ¿no le hicieron males?(10)
Los investigadores luego identificaron a las tres víctimas de esta masacre: un oficial retirado del Ejército, su madre y su novia. Estos se sumaron al caso de un mototaxista, que al parecer es el mencionado en la primera grabación, y al de un taxista cuyo cuerpo fue encontrado después. Todos los crímenes sucedieron en Montería, las autoridades los atribuyen al mismo grupo y no descartan que sean más las personas asesinadas y descuartizadas. Gracias a sofisticadas técnicas forenses y al uso de perros adiestrados, los cuerpos del ex oficial y su familia y el del mototaxista fueron encontrados en la finca Villa Elena, a menos de diez minutos de Montería por la vía principal que conduce a Arboletes. El otro fue enterrado en otra hacienda. Todos los cuerpos se hallaron a poca profundidad. Sobre el tronco de la víctima ponían su cabeza y sus extremidades, luego la ropa y encima la siguiente víctima en las misma condiciones. En estos casos, la desmembración se dio luego de un tiro de gracia. Después fueron cortados con machete; en unos casos, por la forma de los cortes se evidencia su poca práctica. Según especialistas, esto se hace por algún tipo de "satisfacción muy íntima y personal del victimario", como explicó el especialista Javier Rojas al Meridiano de Córdoba, que dio a conocer la noticia de los nuevos descuartizamientos. "Puede ser como una firma de comportamiento grupal", dice. Incluso a los investigadores les llamó la atención la forma cuidadosa como organizaron los cuerpos dentro de la fosa. Una nueva conversación permitió al CTI avanzar en la captura de los asesinos. 
Uno de ellos, alias 'Caliche', llamó a su madre. Este es un fragmento del diálogo hijo/madre:
Caliche: Otra cosa, cuchita.(11) ¿Sabe qué, más bien? Que pa' toda la gente que hagan que yo estoy muerto.
Madre: ¿Por qué? ¿Qué pasó?
Caliche: No, tiene que ayudarme, en estos días me tocó hacer unas cosas que… Yo sé que usted me ha dicho que no le comente nada de lo que yo hago... Lo que hice ese día ahí fue una vuelta ahí que uno nunca olvida eso... Sabe qué, madrecita, me tocó picar a un man (12), a la mamá y a la hermanita...
Madre: Huyy… por Dios bendito.
Caliche: Se lo juro, cucha. Y sabe qué, madrecita. Me siento mal, me siento arrepentido.
Madre: Mijo, pero si no lo hacía usted, se lo hacían a usted…
Caliche: Y es el momentico, viejita, que sabe qué, cucha, me siento raro...
Madre: No pues, rece, mijo. Es algo que le tocó a usted, mijo.
Caliche: Ese día yo nada más veía eso y en la mente mía pensaba era en usted y en la niña. Pero sabe qué, cucha. Se lo digo de corazón: al man no, nada, normal. Al man le di sin mente(13). Pero a la mamá y a la hermanita… remordimiento nada más, porque mi mamá y mi hermanita… yo pienso es eso y no quiero que nada de eso les pase a ustedes…
Luego la madre le recomienda que lo mejor es que "haga sus cosas lejos, donde nadie lo conozca... y no se meta en problemas...", y concluye mencionando otro crimen:
Caliche: En estos días Jimmy se ganó diez palos(14) y le llevó cinco palos a la cucha de una(15).
Madre: ¿Y en qué se los ganó?
Caliche: Usted sabe… haciendo lo mismo de uno. Yo no me conformo con eso, sino que más.
Madre: De pronto midiosito(16) a usted lo tiene pa' más, no sé…
Caliche: Dios quiera que sí. Bueno, pues, madrecita, mis bendiciones.
Madre: Que mi Dios lo bendiga. Que las ánimas benditas lo protejan de todo mal y peligro.
Siguiéndole el hilo a esta pista, los investigadores encontraron que se había dado la orden de asesinar al menos a diez personas más en la capital y a otras cinco en Córdoba. La sorpresa de los investigadores fue mayúscula cuando se dieron cuenta de que los descuartizadores son personas menores de 25 años y que no han sido paramilitares, lo cual hubiera ayudado a explicar el origen de su comportamiento sangriento. Además, son jóvenes de ciudad, principalmente de comunas de Medellín, que no han tenido contacto con implementos de campo como los usados en los desmembramientos."

¿Siente asco, rabia, impotencia? Trate de imaginarse el terror cotidiano de nuestros campesinos y jóvenes de barrios periféricos, mientras el salgareño, cínico impune, implementa su estrategia de rumores y corrupción para instalarnos desde la alcaldía de Bogotá su política de terror y miseria. ¡Carajo! ¡Abra los ojos! Vomité, si es necesario... pero ¡REACCIONE! ¡Déjese tocar! No se siga refugiando en la ignorancia de lo que en este momento está sucediendo allá afuera, a pocos metros de su engañosa "seguridad democrática".
(1) Vuelta- Diligencia o gestión que no necesariamente ha de ser criminal.
(2) Boliaron-Pasado de /boliar/ expresión coloquial paisa cuyo campo semántico se extiende desde ejecutar una acción hasta botar o desprenderse de algo.
(3) Gonorrea-Si bien este insulto tuvo su origen lumpesco en la región paisa, acabó extendiéndose por toda la geografía nacional como una forma socioléctica de saludo entre menores de 30 años.
(4) Perra- Como el anterior, terminó siendo un saludo entre varones, pero conserva su valor de insulto cuando se refiere a la mujer.
(5) Ñervo- En el lenguaje coloquial paisa se pronuncia /ñervo/ para hacer alusión al tejido conjuntivo conocido como NERVIO
(6) Pegué el dedo de una: tres en serie en una noche- Había asesinado a tres personas en una misma noche.
(7) Peladita- Diminutivo de /pelada/ término para "mujer jóven" en el occidente colombiano.
(8) Desarmarla- Cortarla en trozos.
(9) Estaba buena- Provocaba hacerle sexo.
(10) ¿No le hicieron males?- Como si fuera poco el asesinato y descuartizamiento, para estos individuos el desahogo sexual con la víctima es la marca de su "poder". Hace una semana, un contingente de soldados violó a una niña de 9 años y la asesinó junto con sus dos hermanitos.
(11) Cuchita- Diminutivo de /cucha/ denotativo de vieja y connotativo cariñoso de mamá.
(12) Man- Obviamente, /hombre/. Lo interesante de la socialización spanglizada de este término anglo, de uso generalizado en todo el territorio nacional, independiente de la edad y clase social, es la remanencia de la influencia lingüística de la acción "misionera" de los cuerpos de paz gringos de los años 60.
(13) Sin mente- Sin conmoverse, sin pensarlo, sin tener conciencia de las consecuencias de su acción,
(14) Diez palos- Diez millones de pesos.
(15) De una- ¡Ya!, inmediatamente.
(16) Midiosito- A pesar de que todos y cada uno de los paisas hacen una ostentosa confesión de su fe en el dios del dogma crisriano, es corriente escuchar a cada quien invocando a su dios personal como el único y verdadero dios.