lunes, 8 de noviembre de 2010

La Marihuana, en busca de la ignominia

 “En los últimos tiempos algunos renegarán de la fe dando oídos a espíritus seductores y enseñanzas diabólicas, inducidos por la hipocresía de impostores cuya conciencia se halla marcada al rojo vivo, que prohíben el matrimonio y ciertos alimentos que Dios ha creado para que los creyentes y los que conocen la verdad los coman y den gracias a Dios por ello” (Timoteo 4:1).
Ahora que el Referendo gringo sobre la legalización de la marihuana ha puesto "de moda" hablar sobre los degenerados que la defienden y la gente de bien que la condena, quizás valga la pena tratar de hacer un paneo sobre la historia del cáñamo y sus derivados grifa, kif, hachís. Comencemos, pues, remontándonos hasta el año -4000, periodo en el que ya era cultivada la Cannabis sativa para elaborar textiles, según los retazos de tejidos hallados en excavaciones arqueológicas (los restos más antiguos de fibra de cáñamo  han sido hallados en China con una datación del -4000; aunque los restos hallados en Turquestán con  datación de un milenio posterior, hace considerar la posibilidad de que sea una planta cultivada originalmente en el Asia central), y vayamos de ahí a las primeras referencias históricas, que datan del año -2737, cuando el emperador chino Shen-Nung prescribe la resina del cáñamo para “la debilidad femenina”, el gota, el reuma, el estreñimiento, la malaria, la gripe y los desmayos, advirtiendo que "tomado en exceso tiende a mostrar monstruos, si se usa durante mucho tiempo puede comunicar con los espíritus y aligerar el cuerpo" Kwang-ti, otro emperador chino, en su libro Nei-Ching recomienda el uso de las flores del cáñamo para curar las heridas abiertas; del jugo fresco de las hojas para curar las picaduras del escorpión; de la resina adherida a la cáscara de la semilla para estimular el sistema nervioso; de las semillas para combatir las inflamaciones de la piel, o como tónico para el cabello, o como antídoto al envenenamiento del azufre, reconstituyente, laxante y diurético, además de ser muy apropiadas para extraer los gusanos a los recién nacidos y a los animales…Ah… y la fibra para fabricar cuerdas y tejidos (los chinos fueron los primeros en producir papel en el siglo I y los escritos más antiguos -textos budistas de los siglos II y III- están escritos sobre tejidos de cáñamo).
La cannabis fue considerada la más sagrada de las plantas.
Antiguas fuentes sánscritas hablan de las píldoras de la felicidad, un compuesto a partir de cáñamo y azúcar. A base de cáñamo era la amrita, bebida de la inmortalidad que en la mitología hindú corresponde grosso modo a la ambrosía de los dioses olímpicos (según los primeros vedas, sobre todo el cuarto o Atharva Veda, el cáñamo brotó cuando cayeron del cielo gotas de amrita). En India, el cáñamo, denominado chraas o bhang, tiene tal importancia que en algunas zonas se utiliza con funciones de moneda, como medio de intercambio comercial. La religión védica arcaica veneró la planta denominándola vijonia (fuente de felicidad y victoria) y ananda (fuente de vida): Se tomaba para aliviar la fiebre, el insomnio, la disentería, la lepra, la caspa, las jaquecas, la tosferina, la oftalmia (y otros males en los ojos). Desde el siglo –XV se celebra y conoce el cáñamo en diversas preparaciones: con agua (poust), con alcohol (loutki) y con opio (mourra). Los sacerdotes Sardu viajaban a través de la India y del mundo entero compartiendo pipas de fumar llenas de cannabis (chilum). Según su fe, el dios Shiva trajo la cannabis desde el Himalaya para que los hombres tuvieran felicidad y conocimiento. Para la tradición brahmánica ortodoxa su uso agiliza la mente, otorga salud y larga vida, concede deleite, valor y deseos sexuales potenciados. En el capítulo 9:16 del Bhagavad- gita, Krishna dice Yo soy la hierba que cura, mientras que en el Canto Quinto del Bhagarat-purana las preparaciones líquidas son la bebida favorita de Indra, el dios guerrero que representa a los invasores arios.  En Mesopotamia, hacia el periodo del dominio asirio -IX su uso aparece mencionado como incienso ceremonial y con funciones medicinales al lado del opio, la mandrágora, la cerveza y el vino. Heródoto (-484 a -425) describe una especie de sauna donde los persas arrojaban grandes trozos de cáñamo (lo más seguro en forma de haschisch) sobre piedras calentadas y se embriagaban aspirando el humo como los griegos bebiendo el vino, no está claro si con fines religiosos o recreativos.
La cannabis ha sido utilizada para los rituales religiosos. La religión zoroástrica tenía como sacramento fundamental para la clase sacerdotal el uso de la planta del cannabis. En el texto sagrado Zend-Avesta, que incluye más de 10.000 plantas medicinales, el profeta persa Zoroastro le da al cáñamo el primer lugar. La Biblia cristiana no rechaza su consumo e incluso algunos pasajes hacen referencia directa a lo bueno y útil que es utilizar hierbas como la cannabis: Bajo la denominación de Suama era bebido en la zona de Sinaí y fumado en las sinagogas; Salomón lo canta con el nombre de kalamo y Timoteo (4:1) admoniza sobre su prohibición “ En los últimos tiempos algunos renegarán de la fe dando oídos a espíritus seductores y enseñanzas diabólicas, inducidos por la hipocresía de impostores cuya conciencia se halla marcada al rojo vivo, que prohíben el matrimonio y ciertos alimentos que Dios ha creado para que los creyentes y los que conocen la verdad los coman y den gracias a Dios por ello”. En Tíbet, la difusión del budismo impuso su uso como un auxiliar para la meditación trascendental. Muchas tradiciones, escritos y creencias budistas indican que el mismo Siddhartha, Buda, antes de anunciar las cuatro verdades nobles, estuvo durante seis años inhalando y comiendo únicamente cáñamo y sus semillas. Muchos estudios revelan que el misticismo de los sacerdotes sufíes procede de los seguidores de Zaratustra que sobrevivieron a la conquista musulmana entre los siglos VII y VIII d. C.
En cuanto a la que hoy conocemos como “cultura occidental”, hacia el -1500 llega la cannabis a Europa procedente de oriente, propagándose hacia las zonas central y septentrional. Ni los griegos ni los romanos la cultivaron sistemáticamente, pero desde el siglo -VII la obtenían de los celtas (en Marsella se ofrecían cuerdas, velas y estopas a todo el Mediterráneo). El cáñamo se usaba en los ritos dionisíacos y en las liturgias de Eleusis para revelar a los iniciados los arcanos del mito de Deméter. Los sacerdotes, que llevaban el nombre de eumólpidas (cantores de melodías benignas), se decían hijos de la luna para hacer de mediadores entre la tierra y el cielo. La Odisea narra cómo cuando Telémaco, que durante el banquete ofrecido en su honor por Menelao evoca el destino de su padre Ulises y cae con todos los comensales  en una profunda melancolía; entonces, Helena ordena a los criados que echen nepenthés (una decocción de cáñamo con vino resinado y mirra, de uso tradicional para animar las reuniones privadas) en las copas y la sonrisa vuelve a los labios de todos los que estaban allí. Diodoro Sículo, historiador de la época de Cesar, escribe que las mujeres de Tebas preparaban mediante cáñamo una pócima que tenía el mismo efecto que el nepente de Homero. Dioscórides (20 al 60 d. C.), médico griego residente en Roma, autor de la primera farmacopea basada en plantas medicinales, habla del cáñamo y de las visiones y alucinaciones placenteras que provoca. Tal como se deduce de algunas breves anotaciones de Lucilio, Plinio, Columela y Celso (siglo II d. C.), en Roma se utilizaba principalmente la fibra para confeccionar vestidos y para las gúmenas (maroma gruesa para atar áncoras) y las velas de las naves. Su extracto era utilizado para mantener alta la moral de los marineros en los momentos difíciles (en un trirreme cartaginés de guerra del siglo -III recuperado en 1969 en Isla Larga fueron halladas dos ánforas llenas de hachís). El kiphy, que es un incienso ceremonial de posible psicoactividad, entre cuyos ingredientes hay una “resina” (probablemente de cáñamo), forma ya parte de las reuniones de los ricos, este producto era importado desde Egipto y era muy costoso. En la Metamorfosis de Ovidio se habla de un tal Glauco que toma “hierba” de extraños efectos. Por Galeno, médico de la corte imperial (129 al 200 d. C.), sabemos que era frecuente ofrecer flores de cáñamo en reuniones sociales para incitar la hilaridad y el disfrute (costumbre aprendida de las sociedades ateniense o de los celtas). El fumar hachís egipcio era una excentricidad (valía una fortuna), mientras que el opio se consideraba un bien básico para el hogar romano. Al iniciarse el siglo IV, el edicto de Diocleciano sobre precios fija el del modius castrense de opio – con una capacidad para 17,5 litros- en 150 denarios, cuantía que sigue siendo extremadamente módica si se compara con los 80 denarios que costaba el kilo de hachís... 
En fin, como suelo decir, el giro político-policivo tras el que se ha encubierto la explotación económica de la marihuana, es una historia larga que merece ser contada. Yo dejo aqui, por cuestiones de espacio, lamentando no haber llegado hasta los antecedentes de la situación actual, que deben ser divulgados, si es que alguien quiere algún dia desenmascarar las causas ocultas de la persecución obsesiva a una planta indefensa.

martes, 2 de noviembre de 2010

Miguel Hernández, ¡Poeta!- Cien rayos que no cesan

Miguel Hernández Gilabert (Orihuela, 30 de octubre de 1910 – Alicante, 28 de marzo de 1942). Son tantos las tésis y tratados sobre su vida y su obra, que pretender en este espacio hacer cualquier "disertación" al respecto, resulta ingenuo y necio. Así que, sin más comentarios se le rinde en este comentario un modesto homenaje a los Cien Años de su Nacimiento con el segmento I de su poema Hambre, perteneciente a El hombre acecha, 1937-39, cuya edición fue destruida en la primavera de 1939 por orden de francisco franco. Afortunadamente, en 1981 se hizo una edición facsimilar de uno de los dos ejemplares que sobrevivieron a la conflagración:
Tened presente el hambre: recordad su pasado
turbio de capataces que pagaban en plomo.
Aquel jornal al precio de la sangre cobrado,
con yugos en el alma, con golpes en el lomo.
El hambre paseaba sus vacas exprimidas,
sus mujeres resecas, sus devoradas ubres,
sus ávidas quijadas, sus miserables vidas
frente a los comedores y los cuerpos salubres.
Los años de abundancia, la saciedad, la hartura,
eran sólo de aquellos que se llamaban amos.
Para que venga el pan justo a la dentadura
del hambre de los pobres aquí estoy, aquí estamos.
Nosotros no podemos ser ellos, los de enfrente,
los que entienden la vida por un botín sangriento:
como los tiburones, voracidad y diente,
panteras deseosas de un mundo siempre hambriento.
Años del hambre han sido para el pobre sus años.
Sumaban para el otro su cantidad los panes.
Y el hambre alobadaba sus rapaces rebaños
de cuervos, de tenazas, de lobos, de alacranes.
Hambrientamente lucho yo, con todas mis brechas,
cicatrices y heridas, señales y recuerdos
del hambre, contra tantas barrigas satisfechas:
cerdos con un origen peor que el de los cerdos.
Por haber engordado tan baja y brutalmente,
más abajo de donde los cerdos se solazan,
seréis atravesados por esta gran corriente
de espigas que llamean, de puños que amenazan.
No habéis querido oír con orejas abiertas
el llanto de millones de niños jornaleros.
Ladrábais cuando el hambre llegaba a vuestras puertas
a pedir con la boca de los mismos luceros
En cada casa, un odio como una higuera fosca,
como un tremante toro con los cuernos tremantes,
rompe por los tejados, os cerca y os embosca,
y os destruye a cornadas, perros agonizantes.

sábado, 30 de octubre de 2010

De la catarsis y la esjatología como instrumentos de liberación

Hay un mundo infernal, cruel y despiadado, del que todos tenemos conocimiento y, sin embargo, como en el mito popular de los avestruces, nos empecinamos en clavar la cabeza en las arenas de la "autocensura", el comportamiento "políticamente correcto" y el cuidado en el manejo de las imágenes (tanto visuales como auditivas, individuales como colectivas,  propias como ajenas) con la pretensión ingenua de establecer una barrera moral entre la crudeza de los acontecimientos y la inconciencia de nuestra participación en ellos. Sin embargo, si se esfuerza un poco la vista, es posible observar bajo esa primera capa de "celo cristiano", una densa telaraña de  incoherencias entre el discurso y las acciones de los predicadores de toda laya (religiosos, políticos, económicos y "bien intencionados")... Entonces, se acaba vislumbrando un imbricado ecosistema de causas, métodos y propósitos de un clan dantesco que manipula los hilos del comportamiento salvaje de un determinado grupo social humano. 
Para definir la tragedia en su Poética, Aristóteles recurre a la Catarsis como el acto de  purificación emocional, corporal, mental y religiosa mediante la experiencia abrupta de sentimientos de miedo y de compasión. Según Aristóteles, la catarsis es la facultad de la tragedia de redimir (o "purificar") al espectador de sus propias bajas pasiones al verlas proyectadas en los personajes de la obra y al permitirle ver el castigo merecido e inevitable de éstas, de modo que, después de presenciar la obra teatral, se entenderá mejor a sí mismo y no repetirá la cadena de decisiones que llevaron a los personajes a su fatídico final. Josef Breuer y Sigmund Freud, iniciadores de las teorías del Psicoanálisis, retomaron ese concepto y denominaron método catártico al proceso de re-vivencia o remembranza del momento en que una emoción o sentimiento debieron ser reprimidos por un sujeto cuya represión terminó manifestándose en alguna forma patológica de angustia. En cuanto a lo Es(c)jatológico, bueno, los colombianos hemos aprendido a revolcarnos en sus dos acepciones... Entremos en materia, para no convertir este espacio en una aula pretensiosa y soporífera. El texto y las gravaciones que podrán sufrir después del siguiente punto aparte, aparecieron en la Revista Semana del mes de junio de 2010; pero ésa es una revista de élite con circulación restringida y a mí se me hace que acontecimientos como este debieron haber desatado una conmoción planetaria que, como a todos nos consta, nunca tuvo trascendencia. Las otras imágenes son clandestinas, es decir, no circularon en los medios, pero son de fácil consecución en cualquier zona rural o urbana del territorio nacional.
"Treinta de enero de 2010. Un grupo de sicarios habla por teléfono de su más reciente "vuelta"(1): el asesinato de una persona en Montería. En una llamada interceptada por el Cuerpo Técnico de Investigaciones de la Fiscalía, alias 'Toto' y 'el Flaco', miembros de la banda Los Urabeños, le cuentan a alias 'Jimmy', como si fuera un juego, el escabroso crimen que acaban de cometer:
Toto: Estábamos jugando... a pico y pala...
Jimmy: ¿Hicieron algo?
Toto: De eso que usted hace y le gusta mucho... apenas nos estamos cambiando.
Jimmy: ¿Y quiénes boliaron(2) ahí?
Toto: Usted viera al Flaquito...
Jimmy: ¿Y 'Caliche' qué? ¿Buen boliador?
Toto: Esa gonorrea(3) fue el que empezó...
Jimmy: Páseme a la Flaca.
Flaco: Hola, perra(4).
Jimmy: Hola, descuartizadora (Jimmy y el Flaco se ríen). Hola, carnicera. Me guarda un pedacito de ñervo(5).
Flaco: ¿Frito o sudao?
Los que hablan uno de los nuevos carteles que se están peleando el poder del narcotráfico en el país y que tiene una guerra casada con Los Paisas. Las dos bandas son derivaciones de los imperios criminales de dos ex jefes paramilitares hoy detenidos: los primeros de 'Don Mario', Daniel Rendón Herrera, y los segundos de 'Don Berna', Diego Murillo Bejarano. Pocos días después, una nueva conversación interceptada al mismo grupo terminó de aterrarlos. Fue hace apenas cuatro meses. Mientras espera que del otro lado de la línea le contesten, alias el soldado comenta: "Pegué el dedo de una: tres en serie en una noche"(6) Luego habla con alias chumilo. Primero le pregunta si se quedaron con el dinero y el celular de uno de los muertos y después le inquiere por otra de las víctimas:
Soldado: Y le quitaron la ropita a la peladita(7) esa...
Chumilo: Tocaba, eso pa' desarmarla(8) tocaba...
Soldado: ¿Y qué, cómo era?
Chumilo: Normal, estaba buena(9).
Soldado: ¿Sí?
Chumilo: Sí, eso pa' desarmarla tocaba empelotarla.
Soldado: Y qué, gonorrea... ¿no le hicieron males?(10)
Los investigadores luego identificaron a las tres víctimas de esta masacre: un oficial retirado del Ejército, su madre y su novia. Estos se sumaron al caso de un mototaxista, que al parecer es el mencionado en la primera grabación, y al de un taxista cuyo cuerpo fue encontrado después. Todos los crímenes sucedieron en Montería, las autoridades los atribuyen al mismo grupo y no descartan que sean más las personas asesinadas y descuartizadas. Gracias a sofisticadas técnicas forenses y al uso de perros adiestrados, los cuerpos del ex oficial y su familia y el del mototaxista fueron encontrados en la finca Villa Elena, a menos de diez minutos de Montería por la vía principal que conduce a Arboletes. El otro fue enterrado en otra hacienda. Todos los cuerpos se hallaron a poca profundidad. Sobre el tronco de la víctima ponían su cabeza y sus extremidades, luego la ropa y encima la siguiente víctima en las misma condiciones. En estos casos, la desmembración se dio luego de un tiro de gracia. Después fueron cortados con machete; en unos casos, por la forma de los cortes se evidencia su poca práctica. Según especialistas, esto se hace por algún tipo de "satisfacción muy íntima y personal del victimario", como explicó el especialista Javier Rojas al Meridiano de Córdoba, que dio a conocer la noticia de los nuevos descuartizamientos. "Puede ser como una firma de comportamiento grupal", dice. Incluso a los investigadores les llamó la atención la forma cuidadosa como organizaron los cuerpos dentro de la fosa. Una nueva conversación permitió al CTI avanzar en la captura de los asesinos. 
Uno de ellos, alias 'Caliche', llamó a su madre. Este es un fragmento del diálogo hijo/madre:
Caliche: Otra cosa, cuchita.(11) ¿Sabe qué, más bien? Que pa' toda la gente que hagan que yo estoy muerto.
Madre: ¿Por qué? ¿Qué pasó?
Caliche: No, tiene que ayudarme, en estos días me tocó hacer unas cosas que… Yo sé que usted me ha dicho que no le comente nada de lo que yo hago... Lo que hice ese día ahí fue una vuelta ahí que uno nunca olvida eso... Sabe qué, madrecita, me tocó picar a un man (12), a la mamá y a la hermanita...
Madre: Huyy… por Dios bendito.
Caliche: Se lo juro, cucha. Y sabe qué, madrecita. Me siento mal, me siento arrepentido.
Madre: Mijo, pero si no lo hacía usted, se lo hacían a usted…
Caliche: Y es el momentico, viejita, que sabe qué, cucha, me siento raro...
Madre: No pues, rece, mijo. Es algo que le tocó a usted, mijo.
Caliche: Ese día yo nada más veía eso y en la mente mía pensaba era en usted y en la niña. Pero sabe qué, cucha. Se lo digo de corazón: al man no, nada, normal. Al man le di sin mente(13). Pero a la mamá y a la hermanita… remordimiento nada más, porque mi mamá y mi hermanita… yo pienso es eso y no quiero que nada de eso les pase a ustedes…
Luego la madre le recomienda que lo mejor es que "haga sus cosas lejos, donde nadie lo conozca... y no se meta en problemas...", y concluye mencionando otro crimen:
Caliche: En estos días Jimmy se ganó diez palos(14) y le llevó cinco palos a la cucha de una(15).
Madre: ¿Y en qué se los ganó?
Caliche: Usted sabe… haciendo lo mismo de uno. Yo no me conformo con eso, sino que más.
Madre: De pronto midiosito(16) a usted lo tiene pa' más, no sé…
Caliche: Dios quiera que sí. Bueno, pues, madrecita, mis bendiciones.
Madre: Que mi Dios lo bendiga. Que las ánimas benditas lo protejan de todo mal y peligro.
Siguiéndole el hilo a esta pista, los investigadores encontraron que se había dado la orden de asesinar al menos a diez personas más en la capital y a otras cinco en Córdoba. La sorpresa de los investigadores fue mayúscula cuando se dieron cuenta de que los descuartizadores son personas menores de 25 años y que no han sido paramilitares, lo cual hubiera ayudado a explicar el origen de su comportamiento sangriento. Además, son jóvenes de ciudad, principalmente de comunas de Medellín, que no han tenido contacto con implementos de campo como los usados en los desmembramientos."

¿Siente asco, rabia, impotencia? Trate de imaginarse el terror cotidiano de nuestros campesinos y jóvenes de barrios periféricos, mientras el salgareño, cínico impune, implementa su estrategia de rumores y corrupción para instalarnos desde la alcaldía de Bogotá su política de terror y miseria. ¡Carajo! ¡Abra los ojos! Vomité, si es necesario... pero ¡REACCIONE! ¡Déjese tocar! No se siga refugiando en la ignorancia de lo que en este momento está sucediendo allá afuera, a pocos metros de su engañosa "seguridad democrática".
(1) Vuelta- Diligencia o gestión que no necesariamente ha de ser criminal.
(2) Boliaron-Pasado de /boliar/ expresión coloquial paisa cuyo campo semántico se extiende desde ejecutar una acción hasta botar o desprenderse de algo.
(3) Gonorrea-Si bien este insulto tuvo su origen lumpesco en la región paisa, acabó extendiéndose por toda la geografía nacional como una forma socioléctica de saludo entre menores de 30 años.
(4) Perra- Como el anterior, terminó siendo un saludo entre varones, pero conserva su valor de insulto cuando se refiere a la mujer.
(5) Ñervo- En el lenguaje coloquial paisa se pronuncia /ñervo/ para hacer alusión al tejido conjuntivo conocido como NERVIO
(6) Pegué el dedo de una: tres en serie en una noche- Había asesinado a tres personas en una misma noche.
(7) Peladita- Diminutivo de /pelada/ término para "mujer jóven" en el occidente colombiano.
(8) Desarmarla- Cortarla en trozos.
(9) Estaba buena- Provocaba hacerle sexo.
(10) ¿No le hicieron males?- Como si fuera poco el asesinato y descuartizamiento, para estos individuos el desahogo sexual con la víctima es la marca de su "poder". Hace una semana, un contingente de soldados violó a una niña de 9 años y la asesinó junto con sus dos hermanitos.
(11) Cuchita- Diminutivo de /cucha/ denotativo de vieja y connotativo cariñoso de mamá.
(12) Man- Obviamente, /hombre/. Lo interesante de la socialización spanglizada de este término anglo, de uso generalizado en todo el territorio nacional, independiente de la edad y clase social, es la remanencia de la influencia lingüística de la acción "misionera" de los cuerpos de paz gringos de los años 60.
(13) Sin mente- Sin conmoverse, sin pensarlo, sin tener conciencia de las consecuencias de su acción,
(14) Diez palos- Diez millones de pesos.
(15) De una- ¡Ya!, inmediatamente.
(16) Midiosito- A pesar de que todos y cada uno de los paisas hacen una ostentosa confesión de su fe en el dios del dogma crisriano, es corriente escuchar a cada quien invocando a su dios personal como el único y verdadero dios.

viernes, 29 de octubre de 2010

Fernando Garavito QPD: Haciendo gala del humor negro hasta sus últimas consecuencias

Ya ni sé por donde comenzar a escribir... Tal vez deba retomar y hacer mía la rima LX de Bécquer:  "Mi vida es un erial,/ flor que toco se deshoja;/ que en mi camino fatal/ alguien va sembrando el mal/ para que yo lo recoja". Todo me hace sospechar que desde el momento de mi nacimiento un Hado ebrio me designó como acompañantes por este breve paseo a un ángel bromista y un duende perverso. Entrambos la han emprendido contra mis decisiones. A golpes de coincidencias han hecho de mí un Habacuc veintiunsiglero que anticipa acontecimientos o los ve déjàvusarse ante sus atolondrados ojos... En fin, que para no explayarme en lamentaciones cuasi metafisiqueras, quiero referir aquí, más con rabia que con dolor, la bromita, muy de su estilo que acaba de hacerle Fernando Garavito Pardo, El Señor de las Moscas o Juan Mosca, a quien, precisamente, por ésos, sus alias de combate literario, y por ese, su lenguaje iconoclástico con que se burlaba de los momentos fatales, lo había seleccionado para su entrada del 31 de octubre y primero de noviembre en este blog (En Colombia la noche de brujas y el día de muertos se confunden en una sola celebración que, a final de cuentas, tiene más sabor a golosina infantil que a conciencia ritual sobre los avatares de la vida y la muerte y a mí me sigue pareciendo que el Profesor Fernando Garavito conocía la fórmula exacta y administraba los ingredientes precisos para una pócima literaria con tales características). 
La medida de su sazón mamagallista se puede deducir a partir de los títulos de sus publicaciones: Dos libros de poemas: ‘Ja’ (1976), considerado uno de los puntos de ruptura de la nueva poesía en Colombia, e Ilusiones y erecciones (1989). A pesar de su fiasco editorial con el número monográfico Agujeros en las medias (1982), la revista de poesía Golpe de Dados le rindió  un homenaje a su trabajo literario en febrero del  2000 con la edición de un número especial bajo el titulo de Son Neto. 
Y, para comprender su compromiso visceral con la cultura, baste saber que fue esposo de María Mercedes Carranza (con quien parió a Melibea), que en 1970 ideó y puso en marcha el Tren de la Cultura, un museo montado sobre seis vagones de ferrocarril que recorrió el país entero durante cuatro años siendo visitado por seis millones de personas y recomendado por la Unesco como programa cultural para el Tercer Mundo; que entre 1974–75 fundó y dirigió Estravagario, la revista cultural del periódico El Pueblo, de Cali, punto de encuentro y de-partida de los escritores colombianos de la década de los 70; que durante años fue redactor, editor, director y comentarista editorial de El Tiempo, El Espectador y la revista Cambio, y que su erudita, polémica e inteligente columna El señor de las moscas, que durante cuatro años (1998-2002) publicaba semanalmente en El Espectador, fue una de las más leídas en Colombia. En 1993 escribió El corazón de oro, que fue considerada un ejemplo importante de periodismo literario; su columna semanal en The Santa Fe New Mexican recibió el “E. H. Shaffer Award – First Place” otorgado por la New México Press Asociation como “mejor columna en español” del año 2006-2007. Su libro Praxis and Ambigüity of the Enemy recibió el New México Books Award, otorgado por la Asociación de Libreros, como “Best Political Book” en el año 2007. Sus principales trabajos periodísticos se han recogido en seis volúmenes: Reportajes de Juan Mosca (1983), Bogotá, ayer, hoy y mañana (1986), El corazón de oro (1992), País que duele (1995), El vuelo de las moscas (2003), Para militar para paramilitares (2006) y Praxis and Ambiguity of the Enemy (Práctica y ambigüedad del enemigo), que publicó la Universidad de Oklahoma en el 2007. En abril de ese año,  Ediciones B (filial en Colombia de Vergara Editores) incluyó en su fondo editorial Banquete de Cronos, una antología de su trabajo literario. Además es autor de una antología sobre la obra de León de Greiff, coautor de dos antologías de poesía colombiana y autor de una biografía de Eduardo Umaña Luna “maestro de maestros” en Colombia.
Fernando, a quien las muertes de sus esposas y el resentimiento de sus denunciados no lograron encoger su cuniculica risa, miraba transcurrir sus dias forjando espacios de conocimiento y propuestas de cambio a la podredumbre de la moscarria. Su artículo publicado en la revista Código del periódico El Espectador ¿Por qué los autores del desfalco a la Nación a través del Banco del Pacífico ocupan los más altos cargos administrativos del nuevo gobierno del Presidente Uribe Vélez?, ‘motivó’ el cierre de sus dos columnas de opinión en El Espectador: El señor de las moscas y Al desayuno.  
Pero, la gota que rebosó la taza de los odios del régimen fue Álvaro Uribe, El señor de las sombras, una investigación escrita y publicada por el periodista Joseph Contreras de la Harvard University con la asistencia de Fernando Garavito, la cual, obviamente, desencadenó las consecuencias esperadas: amenazas, persecuciones, anónimos… hasta que tuvo que exiliarse en Estados Unidos con Priscilla Welton su segunda esposa  y Fernando y Manuela, los hijos de esa unión. Allí se desempeñó como maestro de kindergarten en una de las escuelas públicas de Santa Fe, Nuevo México durante tres años (aparte de las primeras letras, sus alumnos de cinco y seis años aprendieron con él sistemas para afirmarse en el proceso cultural y quizás hayan contemplado desde una perspectiva limpia y diáfana las implicancias del humanismo del siglo 21). Del año 2003 al 2005 fue becario de Cities of Asylum, la organización mundial de protección a los escritores y la libertad de pensamiento. Además, alcanzó a recibir algunos reconocimientos por sus libros  ‘Ja’, Reportajes de Juan Mosca, País que duele y El corazón de Oro, así como el Premio de Periodismo Simón Bolívar en Crónica y Reportaje en el año 2001 por su investigación sobre la barbarie del Palacio de Justicia; en 2006 recibió, junto a otros cinco periodistas, el prestigioso Cultural Freedom Award que le otorgó la Lannan Foundation “por su trabajo a favor de la democracia y de la libertad y del respeto a los derechos humanos”; su columna semanal en The Santa Fe New Mexican recibió el “E. H. Shaffer Award – First Place” otorgado por la New México Press Asociation como “mejor columna en español” del año 2006-2007, y su libro Praxis and Ambigüity of the Enemy recibió el New México Books Award, otorgado por la Asociación de Libreros, como “Best Political Book” en el año 2007. Por último, fue diplomático en Berna y Lisboa  y profesor de tiempo completo de la Universidad del Rosario de Bogotá (Estilos argumentativos y Mediología - Facultad de Relaciones Internacionales 1999-2002), donde los alumnos lo calificaron con el único título del que se sentía orgulloso: el de Mejor Maestro Universitario; y de medio tiempo en las universidades de los Andes (Entrevista y Reportaje - Postgrado de Periodismo) y Javeriana (Literatura del Siglo de Oro- Departamento de Literatura). Como siempre, la ironía: regresó a la Universidad, en este caso la de Nuevo México, como alumno en la maestría de Literatura Española y maestro asistente de Español en el Departamento de Español y Portugués de ese instituto. Fue en esa ciudad donde ayer, 28 de octubre, murió de carro (como Gonzalo Arango y como Raúl Gómez Jattin, con quienes  tanto tenía en común). Lo despediremos con esta auto-pintura de su muerte, advirtiendo que dentro de dos entradas postearé el texto que estaba preparando, porque ni las rabietas de la Huesuda van a poder censurar lo que ya tenía etiquetado en mi laboratorio)
“Este es el recuerdo de mi muerte: el asombro se apodera de mí, crece por dentro, la espalda se contrae y en mi cara el rictus del placer da paso al pánico, sabía de este instante, lo deseo, una sola pregunta obsesiva me golpea, detallo los detalles, mi mirada va de la barba del asesino a su pistola, al dedo sobre el gatillo, a la amenaza, siento pánico bajo los brazos, en las rodillas el asombro, aún ignoro qué hacer con las manos, un gesto congelado se apodera de ellas pero espero salvarme, este mismo temblor sube a mis labios, pienso Dios, el miedo me pone junto a Él en su paraíso, la ira se agolpa en mi memoria, estoy suspenso, ha pasado un segundo cuando suena el disparo, soy un desecho, una piltrafa, el desperdicio que siempre creí ser, con mirada de vidrio”. (Fernando Garavito, El Banquete de Cronos, 2007).  {recomiendo su diccionario}