viernes, 8 de junio de 2012

Disgresiones sobre la aplicación de las NTIC en la enseñanza de la Historia

 
Podría deberse a algunos factores imposibles de explicar sin recurrir a discursos metafísiqueros; el hecho es que con el paso de los años se va depositando en nuestra memoria el sedimento sintetizado de aquellos acontecimientos que marcaron con su impronta de serenidad, felicidad, angustia o dolor momentos importantes para el conjunto de individuos adscritos a un colectivo social, solidificando el recuerdo de sus vivencias en una mezcla psicodélica cuya reelaboración es transmitida a las generaciones posteriores en un "relato histórico" plagado de evocaciones brumosas, interpretaciones inducidas e, incluso, incrustaciones míticas prestadas de metarrelatos apócrifos. Lentamente, de manera casi imperceptible, mediante un proceso de refinamiento doctrinario de las afectaciones denominado "educación", esa masa ecléctica de relatos mixtificados se va consolidando en un "saber cultural" que moldea la memoria, el imaginario y la ideología colectivos. Todo el bagaje identitario de una colectividad está configurado sobre la "tarjeta madre" de una "historia patria" enseñada por la escuela y los relatos de familia y reafirmada por la "información" impartida por la presencia omnímoda de la radio y la televisión.
Cada agrupación de individuos que empiezan a tener éxito en la acumulación de capital ya sea por métodos lícitos o ilícitos, aspira a ingresar y ser admitida en los peldaños más altos de la escalera social, aunque para conseguirlo se vea impelida a recurrir a métodos desestabilizadores del statu quo imperante. El primer movimiento consiste en la introduccción de su divisa "empresarial" en la estructura del Poder político mediante la construcción de un nuevo relato "histórico" que justifique la legitimación de los métodos empleados para la salvaguarda de sus propiedades y el mantenimiento de las normas que marcarán los privilegios "de su clase". Una cohorte de mercenarios urdidores de leyendas y difusores de mentiras se encargará de hacer posible el aumento de su prestigio en el desempeño de los roles sociales mediante una estrategia propagandística de publirreportajes, chismes de farándula y puestas en escenarios de "actualidad". Las tensiones y conflictos generados por la puja entre las clases establecidas y la clase emergente son la base narrativa de los nuevos relatos épicos que configurarán la crónica fundacional de un nuevo aparato ideológico, jurídico y social. No hay que hilar muy fino, ni cavar muy hondo para encontrar en los relatos "históricos" enseñados en la escuela y difundidos en el folclor, la literatura, el cine y la televisión el esfuerzo denodado de una tropilla de escribanos encargados de notariar los acontecimientos desde la óptica de una "verdad" inobjetable,  al pie de cuya letra han autenticado el oximoron de unas "nuevas" genealogías bajo una heráldica de segunda mano con blasones comprados a las pandillas "conquistadoras" en la fase declinante de su poderío  económico.

 
¡Ufff! qué párrafos tan densos, pretensiosos y rebuscados (pido perdón); lo que quiero decir, con lenguaje claro y sencillo, es que la historia que nos enseñan en las escuelas y colegios es una historia inútil (para no meternos en las complejidades de su "verdad") y ese  aspecto la hace vulnerable ante la inmediatez de las NTIC (Nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones) que ya comienzan a ser el instrumento didáctico que cambiará las formas de transmitir los mensajes y asimilar los conocimientos. Es desde esa perspectiva que quiero aportar mi granito de arena con este magnífico documento sobre un conjunto de acontecimientos de las últimas décadas en Colombia cuyo conocimiento es fundamental para la determinación del proceso histórico colombiano, pero que, lo puedo asegurar, JAMÁS será tema oficial de enseñanza, ni será tocado directamente en los telenovelones, corridos y separatas de revistas.

viernes, 18 de mayo de 2012

Carlos Fuentes ha regresado a la región más transparente del aire


Qué se puede decir de don Carlos Fuentes Macías (escritor nacido en Panamá de padres mexicanos, el 11 de noviembre de 1928 y fallecido a los 83 años en Ciudad de México, D. F. el 15 de mayo de 2012) que no se le haya dicho durante su larga y prolífica existencia en los mundos de la diplomacia mexicana y la literatura universal: candidato en varias ocasiones al Premio Nobel de Literatura, recibió, entre otros, los premios Rómulo Gallegos en 1977, Cervantes en 1987, Príncipe de Asturias de las Letras en 1994, la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica en 2009 y en el verano de 2011 el Premio Formentor de las Letras en Mallorca... como si fuera poco, Octavio Paz lo presentó en 1972 como miembro al Colegio Nacional y en agosto de 2001 fue nombrado Miembro Honorario de la Academia Mexicana de la Lengua...
Autor de novelas de reconocimiento universal, como lo son La región más transparente (Fondo de Cultura Económica, México, 1958), La muerte de Artemio Cruz (FCE, Colección Popular, México, 1962), Aura (Ediciones Era, México, 1962), Cambio de piel (J. Mortiz, México, 1967), Terra Nostra (J. Mortiz, México, 1975; Seix Barral, Biblioteca Breve 385, Barcelona, 1975) y Gringo Viejo (FCE, colección Tierra Firme, México, 1985), es uno de los pilares del fenómeno literario del último tercio del siglo XX conocido como el Boom latinoamericano junto a Julio Cortázar, Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa. Además de su obra novelística Fuentes, graduado en Leyes en la Universidad Nacional Autónoma de México y en Economía en el Instituto de Altos Estudios Internacionales de Ginebra, llenó las páginas de los principales periódicos de España y Latinoamérica con sus ensayos sobre actualidad política, arte y literatura. Aquí un completo compendio de su producción literaria.
Gran aficionado al cine, el maestro Fuentes escribió guiones para numerosas películas cuyas historias se basaban unas veces en relatos de su autoría, otras en relatos de Juan Rulfo, de quien era su confeso admirador, e incluso en 1966 con el mexicano Juan Ibáñez rodó Tiempo de morir, de Gabriel García Márquez, con quien compartió una profunda amistad. En 1967 hizo la adaptación de Pedro Páramo (la novela de Rulfo que dirigió Carlos Velo); en 1975 hizo la adaptación de Ignacio (otro cuento de Rulfo) y en 1964, junto con Gabriel García Márquez y Roberto Gavaldón como director, El gallo de oro, otro de los relatos esenciales en la narrativa de Rulfo. Entre las obras de su autoría para las cuales hizo la adaptación se encuentran Las dos Elenas ( 1964, filme corto basado en su cuento homónimo y dirigida por José Luis Ibáñez, quien también le dirigió Las dos cautivas, también basada en una historia de Fuentes). De su libro de cuentos Cantar de ciegos salieron Un alma pura (1965), Muñeca Reina (1972 dirigida por Sergio Olhovich)  y en 1988 Vieja Moralidad (mediometraje realizado por Orlando Merino). En 1981 hizo el guión de su novela La cabeza de la hidra para el director mexicano Paul Leduc que le llevó al cine con el título de Complot Petróleo: La cabeza de la hidra. En 1989, el argentino Luis Puenzo le filmó Gringo viejo. En 1992 se empezó a difundir la serie televisiva El espejo enterrado, filmada por él y sobre cuya base publicó el libro homónimo. Lanin A. Gyurko, profesor de la Universidad de Arizona y autor de dos libros sobre la relación de Fuentes con el cine, demuestra la influencia recíproca tanto de Fuentes sobre el cine norteamericano como la del cine sobre la obra literaria de aquel. en The Shattered Screen. Myth and Demythification in the Art of Carlos Fuentes and Billy Wilder (New Orleans: University Press of the South, 2009) y Magic Lens. The Transformation of the Visual Arts in the Narrative World of Carlos Fuentes (New Orleans: University Press of the South, 2010).
En fín, un autor protéico, que algunas veces tocó el umbral del realismo mágico aunque con sus pies siempre afincados en el terreno del realismo social y su mirada guiada por su empatía con los sentimientos humanos. Para entender esta última afirmación, "escuchemos" de boca del propio Fuentes algunos apartes del proceso creativo de algunas de sus novelas (ya saben que soy un maestro del robo de textos; el que sigue lo he fusilado del magnífico blog Del Castillo Literario

LA REGIÓN MÁS TRANSPARENTE
México habla al escritor (1958)
“Pertenecía yo a una tradición, era muy amigo de Rulfo. Admiraba mucho su obra y me parecía que El llano en llamas y Pedro Páramo eran obras definitivas que cerraban un capítulo de estilo, de temática; y quedaba otra parte de la ciudad que no estaba escrita. Yo viví mucho la ciudad: fui muy parrandero, iba a cabarets, a burdeles, a los bailes, conocía mucho a la gente. Salía con Salvador Elizondo, éramos compañeros de parranda, y él se admiraba de mí y, a veces, cuando estábamos en alguno de estos sitios, me decía: ‘¿Por qué mejor no ves a las muchachas en lugar de estar tomando notas?’. Pero yo lo hacía, sin saberlo, para La región más transparente. De manera que cuando me senté a escribir la novela tenía una cantidad de elementos ya guardados inmensa, y la ciudad misma que estaba clamando por ser escrita. Yo sentía eso, que la ciudad me gritaba: ‘¡Escríbeme, por favor!, ¡Escríbeme, ¿por qué nadie me escribe?!’. Cuando salió decían que esa novela no valía la pena”, recordaba Carlos Fuentes. Así surgió una gran novela urbana cuyos retratos siguen vigentes.
AURA
La luz y Maria Callas (1962)
“Estando en casa de una amiga en París vi que ella salía de la recámara y al pasar por el tragaluz, ella, de tan solo 20 años, se transformó en una vieja por la luz que le cayó de repente. Así nació Aura, que escribí en cinco días en un café de París en 1962. Creyendo, como puede uno creer, que la obra era muy original, que no tenía antecedentes, la verdad es que no es así. Uno de ellos lo recordé más tarde, cuando vi en México, en los años cincuenta, La Traviata con María Callas. Ella hacía algo extraordinario al final de la ópera; mientras todas las sopranos echan el Do de pecho y se despiden con un aria enorme, María Callas no. Ella iba apagándose como una llama y cantando más levemente. Se apagaba la voz, se apagaba la vida. Eso me impresionó, y tiene que ver con Aura”. Esa historia de la joven que vive con su tía anciana y viuda y que Felipe Montero quiere liberar hasta que en su empeño entra en la confusión de la realidad.
LA MUERTE DE ARTEMIO CRUZ
Pasado, presente y futuro (1962)
“Entre tanto escribí La muerte de Artemio Cruz, que me faltaba como novela de mí país, de la revolución mexicana. Pero también era yo muy conciente del antecedente realista de otros autores españoles y pensé en la manera de darle otra forma a esta novela. Imaginé que habría tres personas que la contaban: un moribundo Artemio Cruz, en primera persona; la conciencia de Artemio Cruz, en segunda persona; y la vida de Artemio Cruz, en tercera persona. Presente, pasado y futuro”. Con esta novela empezó a adentrarse en la historia, el pasado mexicano, que sería uno de sus pilares literarios.
CAMBIO DE PIEL
Para Julio Cortázar (1967)
“Empezado los años sesenta iba muy bien, pero fue muy problemático porque uno no espera a los 30 años tener tanto éxito. Eso es antes de Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa. Entonces sí tenía nervios, dudas, desorientaciones. Publiqué en 1967 Zona sagrada y Cambio de piel, pero no me sentía a gusto en mi propia piel”. La escribe y la dedica a Julio Cortázar, cuyo mundo late en sus páginas. Cholula es el pueblo mexicano en el que cuatro personas, que iban rumbo a Veracruz en un coche, desvelarán sus personalidades. De nuevo, las sombras de la historia, pero aquí en lo personal, sobre todo de Javier, que sacrificó sus sueños políticos e intelectuales por el amor.
TERRA NOSTRA
Un proyecto de 10 años (1975)
“No me sentí bien en mi propia piel y me preguntaba: 'Después de este éxito qué voy a hacer yo ahora? ¿Acaso voy a ser de esos escritores que escriben dos libros y se quedan en silencio, como Rulfo, o acaso voy a tener una existencia literaria más larga? No lo sabía. Entonces me embarqué en un proyecto literario que duró diez años: Terra nostra. Eso me dio aliento para seguir. Es una novela en la que tuve que investigar a fondo la época. Iba escribiendo poco a poco y la novela iba creciendo como una planta, como un arbolote. La terminé un año nuevo en Washington. Para muchos de mis lectores es mi mejor novela. Es para una minoría, no es una novela popular, de ninguna manera”. Es su obra más experimental. Trata del poder trasplantado de la corona española a sus colonias y para eso se remonta a los orígenes.
GRINGO VIEJO
Un cruce de fronteras (1985)
“Es un continuo cruce de fronteras en toda clase de ámbitos”, decía de Gringo viejo. La vida del periodista y escritor Ambrose Bierce, que un día cruza la frontera mexicana y busca unirse a las tropas de Pancho Villa, le sirve para decir que la vida no es una línea recta, y que no es solo el factor político el que determina destinos.
EL ESPEJO ENTERRADO
La edad del tiempo (1992)
La historia, el tiempo, la memoria y la imaginación están imbricadas en sus narraciones. Pero, ¿en qué momento reflexionó sobre eso?: “Fue a comienzo de los años ochenta. Era un momento blanco. No había más que nieve alrededor mío. No podía ni salir a la calle. Estaba muy encerrado y pensaba en el trópico, en las palmeras, en el mar. Y también en mi obra, entonces pensé en darle un título general y un orden. De ahí salió el nombre de todo mi ciclo literario: La edad del tiempo”. Entonces surge El espejo enterrado. De nuevo las relaciones entre España y América. El mirar atrás. La búsqueda de identidad de una metamorfosis continua. Un ensayo pormenorizado desde el punto de vista sociocultural. Un mundo que es ahijado de la tragedia de una vida utópica y real al tiempo.
LOS AÑOS CON LAURA DÍAZ
La mirada de la mujer (1999)
“Las mejores novelistas del mundo son nuestras abuelas y a ellas, en primer lugar, les debo la memoria en que se funda esta novela”, escribe. Es la reivindicación femenina en la historia de México. Narra de manera paralela la historia de una mujer y la de su país durante una centuria: de 1868 a 1968. Independencias, guerras, revoluciones, guerras cristeras, PRI, modernidad… y los conflictos del mundo.
LA SILLA DEL ÁGUILA
México, el enigma (2003)
“México es un enigma para mí. Un país que se desborda y al que he buscado, tratado de entenderlo desde sus orígenes pero una de las respuestas y señas de identidad es que todo siempre se complica”. Y aquí lo hizo a través de una obra de corrupción política y de la ambición desmadrada que parecen sostener a toda una sociedad.

jueves, 10 de mayo de 2012

De las mutaciones inducidas y la inutilidad de los científicos


Más allá de la Filosofía, las religiones o el Arte, los humanos contemporáneos creemos haber aprendido a defender la calidad de nuestra naturaleza a partir de los presupuestos teoricoprácticos de la indagación científica; sin embargo, como nos lo demuestran los siguientes textos, no sólo ignoramos, sino que nos desentendemos, de las amenazas ocultas que nos acechan cotidianamente hasta en elementos tan insospechados como los recibitos de los cajeros automáticos; tal como lo advierte el primero de nuestros columnistas fusilados, "Los científicos han sabido desde hace mucho tiempo atrás que las variaciones más diminutas en los niveles hormonales influyen sobre el desarrollo fetal"...
Desgraciadamente, la ambición desbordada de los políticos no les permite pensar más allá de sus intereses económicos inmediatos; y la opinión pública, manipulada por un incontrolable sistema propagandísta, se resigna a una engañosa sensación de confort sin levantar el tapete de la crítica para desvelar el universo de amenazas que ya comienza a hacerse notorio. El primer artículo fue publicado el 6 de este mes en El Espectador por Nicholas D. Kristof, columnista de The New York Times, (dos veces ganador del Premio Pulitzer); el segundo, publicado en El Tiempo, es de don Juan Gossain escritor, periodista y exdirector nacional de Noticias de RCN Radio. (Como siempre, itálicas y negritas son mi injustificable intromisión)
Cómo nos dañan los químicos
Por: Nicholas D. Kristof
Los científicos están observando con alarma creciente que algunas sustancias químicas muy comunes que imitan a hormonas pueden tener efectos grotescos.
Un herbicida de amplio uso actúa como una hormona femenina y feminiza a animales macho en el mundo silvestre. De aquí que ranas macho puedan tener órganos femeninos y algunos peces macho efectivamente producen huevecillos. En un lago de Florida contaminado por estos químicos, algunos lagartos macho tienen penes diminutos.
Últimamente, existe también cada vez más evidencia que vincula este tipo de químicos a problemas en humanos. Entre ellos están el cáncer de mama, infertilidad, bajo conteo de esperma, deformidades genitales, menstruación adelantada e incluso diabetes y obesidad.
Philip Landrigan, catedrático de pediatría en la Facultad de Medicina de Monte Sinaí, dice que un defecto congénito llamado hipospadias —un sitio equivocado de la uretra— actualmente es dos veces más común entre varones recién nacidos de lo que solía ser. Él sospecha de los interruptores o disruptores endocrinos, llamados así porque pueden sembrar destrucción en el sistema endocrino que rige a las hormonas.
Los interruptores endocrinos están por doquier. Están en los recibos termales que salen de bombas de gasolina y cajeros automáticos. Están en alimentos enlatados, cosméticos, plásticos y empaques de alimentos. Hágase un estudio de sangre u orina, y seguramente los encontrará ahí, así como en la leche materna de humanos y en el cordón umbilical de bebés recién nacidos.
En este año de campaña electoral en los Estados Unidos, seguramente vamos a oír interminables quejas sobre la excesiva normatividad del gobierno. Pero aquí hay un área en la que los científicos están criticando cada vez más a nuestro Gobierno porque no logra acometer a las grandes empresas químicas y regular los interruptores endocrinos de manera adecuada.
El mes pasado, la Sociedad Endocrina, la principal asociación de expertos en hormonas, reprendió a la Dependencia de Alimentos y Fármacos, la FDA, por no haber logrado prohibir el bisfenol-A, interruptor endocrino común conocido como BPA, de los empaques de alimentos. El año pasado, ocho organizaciones médicas, que representaban genética, ginecología, urología y otros campos, hicieron un llamado conjunto en la revista Science (Ciencia) por una normatividad más estricta para los interruptores o disruptores endocrinos.
¿Qué nuestro gobierno no debería estar tan atento a las amenazas en nuestras tiendas de abarrotes como en las montañas de Afganistán?
Algunos investigadores advierten que los interruptores endocrinos pueden disparar cambios hormonales en el cuerpo que pudieran no aparecer durante varias décadas. Uno de ellos es conocido como DES, una forma sintética de estrógeno, que era administrado con regularidad a mujeres embarazadas para prevenir abortos espontáneos o malestar por la mañana, causando muy poco daño entre las mismas mujeres. Sin embargo, resultó que provoca cáncer vaginal y cáncer de mama varias décadas más tarde en sus hijas, así que ahora está prohibido.
Los científicos han sabido desde hace mucho tiempo atrás que las variaciones más diminutas en los niveles hormonales influyen sobre el desarrollo fetal. Por ejemplo, una gemela se masculiniza ligeramente si el otro gemelo es varón, ya que es expuesta a algunas de sus hormonas. Algunos estudios han arrojado que estas gemelas, en promedio, terminan ligeramente más agresivas y en busca de sensaciones en la adultez, pero presentan índices menores de desórdenes alimentarios.
Ahora, los expertos temen que los interruptores endocrinos tengan efectos similares, actuando como hormonas y atascando el delicado equilibrio para los fetos en particular. La iniciativa más reciente por parte de académicos es un histórico análisis de 78 páginas, el cual será publicado el mes entrante en Endocrine Reviews, la publicación más prominente del campo.
Malformación en la caparazón de una tortuga por desechos plásticos
“Hacen falta cambios fundamentales en pruebas químicas y una determinación de seguridad para proteger la salud humana”, declara este análisis. Lindra S. Birnbaum, la máxima científica ambiental y toxicóloga de los Estados Unidos, aprobó los hallazgos. El artículo fue escrito por un panel de 12 integrantes que pasó tres años estudiando la evidencia. Llegó a la conclusión de que el sistema de seguridad de los Estados Unidos para interruptores endocrinos no funciona. “Para varios interruptores endocrinos bien estudiados, pienso que es justo decir que tenemos suficientes datos para concluir que estos químicos no son seguros para poblaciones humanas”, dijo Laura Vandenberg, bióloga del desarrollo de la Universidad Tufts, que fue la principal autora del panel.
Nuevas e inquietantes investigaciones sobre los efectos a largo plazo de estos químicos se publican de manera constante. Un estudio arrojó que mujeres encinta que presentan niveles mayores de un interruptor endocrino de tipo común, PFOA, tienen probabilidades tres veces mayores de tener hijas con sobrepeso cuando sean adultas.
Sin embargo, el PFOA es inevitable. Está en todo, desde bolsas de palomitas de microondas hasta soluciones limpiadoras de alfombras. Las grandes empresas químicas dicen que todo esto es ciencia sensacionalista. Hasta ahora ha obstruido una estricta regulación en Estados Unidos, incluso al tiempo que Europa y Canadá han adoptado controles más estrictos sobre los interruptores endocrinos.
Sí, existen incertidumbres. Pero los científicos que mejor conocen los interruptores endocrinos ya están aplicando medidas en su gran mayoría para proteger a sus familias. John Peterson Myers, principal científico de Ciencias Ambientales de la Salud y uno de los coautores del nuevo análisis, dijo que su familia había dejado de comprar comida enlatada.
“No usamos plástico en el microondas”, agregó. “Ni usamos pesticidas en nuestra casa. Rechazo los recibos cada vez que puedo. Mi respuesta automática en el cajero automático, sabido por mi banco, es ‘sin recibo’. Nunca pido recibo en una gasolinera”.
Estoy siguiendo el ejemplo de los expertos, y desearía que también lo hiciera la administración Obama. © 2012 New York Times News Service

Sancocho de ácido, carbón y mercurio...
Por: Juan Gossain/ Cartagena de Indias | 9:28 p.m. | 06 de Diciembre del 2010
Gossaín hace eco de denuncias sobre contaminación en la bahía de Cartagena y en Buenaventura. El alcatraz que vuela entre mis sueños lleva en su enorme pico una quimera... (Walt Whitman, Hojas de hierba).
Una mañana de mayo pasado, los viejos madrugadores del pueblo de Marytown, perdido en las costas que bordean el sudeste de los Estados Unidos, se levantaron como todos los días a echarles unas migajas de pan a los pájaros marinos que merodean con mansedumbre por los patios y que se han ido convirtiendo en sus amigos. Lo que vieron los dejó espantados: las gaviotas de cabeza negra, que son tan bellas, también tenían negro el plumaje. Del pico les goteaba una mancha babosa. No podían levantar el vuelo de la arena, con las patas hundidas en una masa de chapapote pastoso, como el asfalto cuando se derrite. Una de las gaviotas miró a la gente pidiendo ayuda. Según cuentan los testigos, más allá de la playa, cerca del río, tres garzas morenas habían muerto con los ojos despepitados. El guiso espantoso que navegaba corriente abajo, matando todo lo que se le atravesara, era la mezcolanza de petróleo crudo de la empresa British, que cayó pocos días antes a las aguas del Golfo de México.
A esa misma hora los alcatraces de la bahía de Santa Marta, al norte de Colombia, desayunaban su ración cotidiana de buñuelos de carbón. El periodista Antonio José Caballero, grabadora en mano, esperaba en la playa el regreso de los pescadores que habían salido a trabajar temprano. Mientras aguardaba, la cámara de su teléfono celular retrató la pala enorme de un barco carbonero que arrojaba al mar el polvo negro que sobró en las bodegas.
A esa misma hora, en las playas legendarias de Juanchaco y Ladrilleros, cerca de Buenaventura, los lancheros de cabotaje que llevan carga y pasajeros por los pueblos que se arraciman en las orillas del Pacífico limpiaban sus motores preparándose para un nuevo día de trabajo. Como si fuera la cosa más natural del mundo, arrojaban al mar el contenido de unos tanques repletos de residuos de gasolina, queroseno y diésel. Un langostino magnífico, que medía un jeme, iniciaba el día tomándose su primera taza de combustible. Cuando vi la fotografía en El País de Cali me dieron ganas de echarme a llorar.
A esa misma hora, en la zona industrial de Cartagena de Indias, abierta sobre la bahía del Caribe resplandeciente, los trabajadores de una compañía empacadora se sentaron a desayunar en los comedores de su empresa. En ese momento volvieron a ver, como venía sucediendo en las mañanas más recientes, que una nata de tizne cubría la superficie del café con leche, y que una mermelada negra, tan semejante al betún de limpiar zapatos, se había pegado al pan y al queso blanco. Entonces, no aguantaron más. Se levantaron todos, sin que nadie los hubiera convocado, y comenzaron a golpear los platos contra los mesones. La algarabía se oyó en media ciudad. Las autoridades ambientales ordenaron el cierre de un muelle vecino, que se dedica a cargar carbón a cielo raso, sin mayores precauciones ni cuidados, sin tubos cerrados ni conductores protegidos. Seis días después el muelle fue reabierto.
A esa misma hora, en la región acuática de La Mojana, que cubre un gigantesco territorio húmedo de los departamentos de Bolívar, Sucre y Antioquia, bajaban resoplando los ríos Cauca y san Jorge, que se desbordan en caños y ciénagas. El apóstol Ordóñez Sampayo, que se ha gastado la vida defendiendo de la contaminación a campesinos, cosechas y animales, apareció en la plaza de Guaranda con el dictamen médico en la mano: los doctores certificaban que los tres niños que nacieron deformes tenían mercurio en el sistema sanguíneo. El terrible mal de Minata, como lo saben los japoneses, porque las empresas en cualquier parte del mundo, en Tokio o en Majagual, arrojan porquerías químicas a las corrientes, y primero se pudren las aguas, y después nacen degenerados los peces y los camarones, y después nacen sin ojos los niños cuyas madres, en aquellos caseríos extraviados de la mano de Dios, consumen esa agua y esos pescados.
En las cabeceras de ambos ríos, las compañías mineras, que buscan oro entre la tierra, hacen sus excavaciones con un sancocho de mercurio y ácidos. Arroyos y acequias se llevan el mazacote. Los bocachicos mueren con la boca abierta en los playones. Las espigas de arroz no volvieron a crecer.En medio del desastre causado por las inundaciones, y como si fuera poco, las yucas harinosas de antes florecen ahora con un hongo químico a manera de cresta. El hambre campea entre los pocos ranchos que no se ha llevado el invierno. Las emanaciones de las lagunas huelen a lo mismo que huele un laboratorio de detergentes. Hay que decir, también, que los empresarios mineros se defienden diciendo que Ordóñez Sampayo está loco. Claro que está loco: ningún hombre cuerdo expone su pellejo ni dedica su vida entera a defender a un ruiseñor, una mojarra, un plátano pintón, una mazorca de maíz o a una mujer embarazada que carga un fenómeno en el vientre.
Epílogo
Aquella mañana, cuando los pescadores de Santa Marta regresaron a la playa, el periodista Caballero los acompañó en su tarea de descamar y abrirles el buche a los escasos pescados que traían.
-¿Qué es eso? -preguntó, intrigado, al ver unas bolas negras en el estómago de un bagre.
-Carbón, amigo -le contestó uno de ellos, levantando el animal-. Pelotas de carbón. Eso es lo que comen ahora.
Caballero tomó más fotografías y se las llevó a algunos funcionarios de la industria carbonera.
-No se preocupe -le contestó el gerente-. Vamos a construir un nuevo muelle de última generación.
-No lo dudo -dijo el reportero, con una mueca de dolor que parecía sonrisa-. No lo dudo: será la última generación.
El día que Caballero me contó esa historia, y me enseñó sus fotografías, ya no sentí ganas de echarme a llorar, como la vez aquella del langostino bañado en combustible. Lo que sentí ahora fue rabia. Cuando ya no quede una sola hoja de acacia, cuando el último pulpo haya muerto atragantado con ácido sulfúrico y cuando nuestros nietos nazcan con un tumor de carbón endurecido en la barriga, entonces será demasiado tarde. Dispondremos de computadores infrarrojos de última generación, pero ya no habrá agua para beber; los celulares de rayos láser se podrán comprar en las boticas, pero el sol no volverá a salir; los niños encontrarán el algoritmo de 28 a la quinta potencia con solo cerrar los ojos, pero dentro de 20 años no sabrán de qué color era una golondrina.
Los invito a todos a ponerse de pie antes de que se marchite el último pétalo. Usen el arma prodigiosa del Internet para protestar. Hagan oír su voz. Que el correo electrónico de los colombianos sirva para algo más que mandar chistes y felicitaciones de cumpleaños. Porque, si seguimos así, el día menos pensado no quedará nadie que cumpla años. Ni quién envíe felicitaciones.

lunes, 30 de abril de 2012

Todo saber es Crítico, o no es tal; toda crítica es Política o es otra cosa

Quizás el rasgo más determinante de la dinámica sociocultural mundial en los últimos ochenta años es "la velocidad" en el cambio tanto de las concepciones filosóficas acerca de la naturaleza de El Conocimiento, como de los métodos con que se le ha tratado y las formas como se le ha presentado "para su consumo". Hubo una época, ya mítica, en la que El Conocimiento era el logro individual alcanzado tras una rigurosa y ascética búsqueda de una explicación "verdadera" sobre el Ser de y en el mundo; pero, los avatares del accionar humano (que no es del caso analizar en esta entrada) le fueron torciendo el pescuezo a la definición sustantiva de El Conocimiento hasta el punto de convertirlo en un apéndice verbal de una tecnología pedagógica o una estrategia mediática /Creer/, /Saber/, /Admitir/... Con la globalización de las tecnologías comunicacionales y la mediatización de la imagen pública, aquellas verbalizaciones se fundieron en una sustantivación apócrifa que elimina el proceso de aprendizaje y confunde el recibir y el almacenar datos con la acción pasiva Informar-se: El Conocer degeneró en "datearse" y el Saber en tener acceso a la Información. ¡Si ya hasta existe el verbo GOOGLEAR!... Lo preocupante de todo esto, es la sistemática y paulatina desaparición del pensamiento  crítico y, por ende, de la capacidad reactiva ante los eventos que antes nos indignaban o suscitaban nuestra intervención solidaria.
En fin, son tantas las liebres temáticas que quieren saltar de la chistera cuando se invoca el Conocimiento... Yo, que en esas lides no soy muy fuerte, quiero "desmontarme por las orejas" transmitiéndoles esta maravilla de documento, publicada por nada más que Don Julio Cortázar en la Revista Casa de las Américas, n º 67, julio-agosto de 1971, La Habana, Cuba. (Como siempre, itálicas y negritas son el ruido que les meto sin ninguna justificación)
Policrítica en la hora de los chacales [Policrítica]  
Julio Cortázar
Explicación del título: hablando de los complejos problemas cubanos, una amiga francesa mezcló los términos crítica y política, inventando la palabra “policritique”. Al escucharla pensé (también en francés) que entre poli y tique se situaba la sílaba cri, es decir grito. Grito político, crítica política en la que el grito está ahí como un pulmón que respira; así he entendido siempre, así la seguiré sintiendo y diciendo. Hoy hay que gritar una política crítica, hay que criticar gritando cada vez que se lo cree justo: sólo así podremos acabar un día con los chacales y las hienas.
De qué sirve escribir la buena prosa,
De qué vale que exponga razones y argumentos
Si los chacales velan, la manada se tira contra el verbo,
Lo mutilan, le sacan lo que quieren, dejan de lado el resto,
Vuelven lo blanco negro, el signo más se cambia en signo menos,
Los chacales son sabios en los télex,
Son las tijeras de la infamia y del malentendido,
Manada universal, blancos, negros, albinos,
Lacayos si no firman y todavía más chacales cuando firman,
De qué sirve escribir midiendo cada frase,
De qué sirve pesar cada acción, cada gesto que expliquen la conducta
Si al otro día los periódicos, los consejeros, las agencias,
Los policías disfrazados,
Los asesores del gorila, los abogados de los trusts
Se encargarán de la versión más adecuada para consumo de inocentes o de crápulas,
fabricarán una vez más la mentira que corre, la duda que se instala,
y tanta buena gente en tanto pueblo y tanto campo de tanta tierra nuestra
que abre su diario y busca su verdad y se encuentra
con la mentira maquillada, los bocados a punto, y va tragando
baba prefabricada, mierda en pulcras columnas, y hay quien cree
y hay quien olvida el resto, tantos años de amor y de combate,
porque así es, compadre, los chacales lo saben: la memoria es falible
y como en los contratos, como en los testamentos,
el diario de hoy con sus noticias invalida todo lo precedente, 
hunde el pasado en la basura de un presente
traficado y mentido.

Entonces no, mejor ser lo que se es,
Decir eso que quema la lengua y el estómago,
siempre habrá quien entienda
Este lenguaje que del fondo viene
Como del fondo brotan el semen, la leche, las espigas.
Y el que espera otra cosa, la defensa o la fina explicación,
La reincidencia o el escape, nada más fácil que comprar el diario
Made in USA
Y leer los comentarios a este texto, las versiones de Reuter o
De la UPI
Donde los chacales sabihondos le darán la versión satisfactoria,
Donde editorialistas mexicanos o brasileños o argentinos
Traducirán para él, con tanta generosidad,
Las instrucciones del chacal con sede en Washintong,
Las pondrán en correcto castellano, mezcladas con saliva nacional
Con mierda autóctona, fácil de tragar.
No me excuso de nada, y sobre todo
No excuso este lenguaje,
Es la hora del Chacal, de los chacales y de sus obedientes:
Los mando a todos a la reputa madre que los parió,
Y digo lo que vivo y lo que siento y lo que sufro y lo que espero.

Diariamente, en mi mesa, los recortes de prensa: París, Londres,
Nueva York, Buenos Aires, México City, Río. Diariamente
(en poco tiempo, apenas dos semanas) la máquina montada,
la operación cumplida, los liberales encantados, los
revolucionarios confundidos,
la violación con letra impresa, los comentarios compungidos,
alianza de chacales y de puros, la manada feliz, todo va bien.
Me cuesta emplear esta primera persona del singular,
y más me cuesta
Decir: esto es así, o esto es mentira. Todo escritor, Narciso, se
Masturba defendiendo su nombre,
el Occidente lo ha llenado de orgullo solitario. ¿Quién soy yo
Frente a los pueblos que luchan por la sal y la vida,
Con qué derecho he de llenar más páginas con negociaciones y
Opiniones personales?
Si hablo de mí es que acaso, compañero,
Allí donde te encuentran estas líneas,
Me ayudarás, te ayudaré a matar a los chacales,
Veremos más preciso el horizonte, más verde el mar y más
Seguro el hombre.
Les hablo a todos mis hermanos, pero miro hacia Cuba,
No sé de otra manera mejor para abarcar la América Latina.
Comprendo a Cuba como sólo se comprende al ser amado,
los gestos, las distancias y tantas diferencias,
las cóleras, los gritos: por encima está el sol, la libertad.

Y todo empieza por lo opuesto, por un poeta encarcelado,
Por la necesidad de comprender por qué,
de preguntar y de esperar,
Qué sabemos aquí de lo qué pasa, tantos que somos Cuba,
Tantos que diariamente resistimos el aluvión y el vómito
De las buenas conciencias,
De los desencantados, de los que ven cambiar ese modelo
Que imaginaron por su cuenta y en sus casas,
para dormir tranquilos
Sin hacer nada, sin mirar de cerca, la luna de miel barata con su isla
Paraíso
Lo bastante lejana para ser de verdad paraíso
Y que de golpe encuentran en su cielito lindo les cae en la cabeza.
Tienes razón Fidel: sólo en la brega hay derecho al descontento,
Sólo de adentro ha de salir la crítica, la búsqueda de fórmulas mejores,
Sí, pero de adentro es tan afuera a veces,
Y si hoy me aparto para siempre del liberal a la violeta, de los
que firman los virtuosos textos
por-que-Cu-ba-no-es-eso-que-e-xi-gen-sus-es-que-mas-de-bu-fe-te,
no me creo excepción, soy como ellos, qué habré hecho por
Cuba más allá del amor,
Qué habré dado por Cuba más allá de un deseo, una esperanza.
Pero me aparto ahora de su mundo ideal, de sus esquemas,
Precisamente ahora cuando
Se me pone en la puerta de lo que amo, se me prohíbe defenderlo,
Es ahora que ejerzo mi derecho a elegir, a estar una vez más y
Más que nunca
Con tu Revolución, mi Cuba, a mi manera.
Y mi manera torpe, a manotazos,
Es ésta, es repetir lo que me gusta o no me gusta,
Aceptando el reproche de hablar desde tan lejos
Y a la vez insistiendo (cuántas veces lo habré hecho para el viento)
En que soy lo que soy, y no soy nada, y esa nada es mi tierra americana,
Y como pueda y donde este signo siendo tierra, y por sus hombres
Escribo cada letra de mis libros y vivo cada día de mi vida.