martes, 17 de noviembre de 2009

Asesinos por naturaleza. (Un poco de patafísica)


Asesinos, predadores y caníbales, eso somos los humanos. Y, si usted, como yo, se encrespa cuando se siente acusado injustamente, porque cree poder demostrar que a lo largo de su corta, mediana o larga existencia JAMÁS ha asesinado a nadie, le acepto a regañadientes su indignación; pero, le propongo un pequeño "retroanálisis", un pseudo test, "envenenado", "sesgado", "parcializado" (lo que usted quiera) como cualquier encuesta, plebiscito o referendo, pero con un único objetivo solapado (como algunos encuestas, plebiscitos o referendos). Conteste Si o No; o, si lo prefiere, extiéndase en argumentos culturales, biológicos, etológicos o religiosos. La única condición para que el ejercicio sea válido, es que, si tiene que endilgarle las causas a terceros, usted establezca el grado de su relación con ellos: A-Dependencia, B-Liderazgo, C-Paridad.
1- ¿Sabe usted que asesino no es sólo quien asesta el golpe mortal, sino también quien lo incita, propicia o se beneficia de la muerte?
2- Es decir, ¿que se puede ser asesino por complicidad, por indiferencia, por ignorancia o por omisión?
3- ¿Cree usted que el término /asesino/ es de aplicación exclusiva a quien priva de su existencia a un ser humano, porque sería absurdo dar igual importancia a las vidas de los humanos que a las de los animales?
4- ¿Comería usted carne de pollo, res, cerdo, pescado, cordero, pavo, etc. que hubiesen muerto "de muerte natural"?
5- ¿Alguna vez se le ha ocurrido pensar en el sufrimiento de estos seres en su proceso de agonía y muerte?
6- ¿Podría nombrar, rápidamente, cuatro o cinco de sus películas favoritas cuyo argumento no esté construído sobre el sufrimiento inicial de su protagonista y la muerte violenta del antagonista a manos de áquel como happy end?
Si a estas alturas le está pareciendo que esto es una pendejada sensiblera y rebuscada, no se preocupe, yo pienso igual, y no somos los únicos. Usted y yo formamos parte de ese intrincado sistema cultural que nos ha educado con anteojeras conceptuales para que sólo enfoquemos nuestras miradas en aquellos factores INMEDIATOS que, aparentemente contribuyen a la conservación y supervivencia de la especie humana en el universo. Es gracias a esa "educación" que no dudamos en torcerle el pescuezo a la gallina, lanzarle la carnada al pez , gritar oles en la plaza de toros y pedir a gritos ¡GUERRA! (a la guerrilla, al narcotráfico, a Chávez, a los palestinos, a los iraquís...a lo que sea, con tal de estimular nuestra tanatofilia). Bueno, en fín, todo este discursillo insostenible para expresar mi malestar frente a las imágenes de los cadáveres de unos albatros en el atolón de Midway, a 5.000 kilometros al oeste de San Francisco y 4.000 al este de Tokio. Cuenta César Javier Palacios, quien las expone en su blog La crónica Verde, que  allí anidan y empollan no menos de medio millón de parejas de albatros, los cuales alimentan a sus polluelos con la basura multicolor que flota sobre las aguas del Pacífico (¡3 toneladas de desechos plásticos!). Confundiendo todo ese basural  con restos de peces, les llenan el buche hasta acabar matándolos en una dolorosa agonía de hambre, sed, "asfixia e incluso por efecto de la toxicidad de estos elementos y las sustancias químicas que los impregnan. Mecheros, botones, juguetes, cartuchos de impresora, cepillos,... Se calcula que un tercio de los pollos de la colonia muere al año por la ingestión de objetos o fragmentos de plástico".


¡Cómo duelen estas imágenes! ¿Cuánto tendremos que esperar aún para  que los humanos comprendamos que la Biosfera es una unidad, de la cual  constituimos una ínfima parte y que todo lo que acontece en ella nos afecta directa e inmediatamente, como el leve aleteo de una mariposa en China o la inexorable caida de las fichas de dominó en una hilera predeterminada? ¿Podría usted, de ahora en adelante, cada vez que arroja un desecho plástico a la calle, un condón o una toalla higiénica a la taza del inodoro, visualizar el chip de muerte que está programando para que cumpla su letal función en un lugar remoto, aparentemente ajeno a la esfera de influencia sobre su salud y sus intereses económicos?