lunes, 23 de agosto de 2010

Es la inteligencia, estúpido

En un zoológico de Estados Unidos, una tigresa que perdió su camada cayó en una depresión mortal de la que sólo fue posible salvarla mediante la sustitución de sus tigrillos por unos cochinillos. En una avenida de Hong Kong un perrito callejero trata de reanimar el cuerpo sin vida de otro perrito tendido en la mitad de la vía.
Para poder explotar la naturaleza y sobrevivir como especie, los antropopítecus nos hemos ingeniado clasificaciones jerarquizantes que toman como rasero una supuesta "inferioridad" física, "intelectual", "moral", étnica, genérica, numérica y hasta económica y social. Más fuertes e inteligentes los machos que las hembras, los blancos elegidos por los dioses y los negros seleccionados por sus amos blancos para que se dignifiquen trabajando a su servicio; refinadamente "liberado" el comportamiento sexual de las damas adineradas y prostitución el de las zorras pobres; defensa de la democracia las masacres promovidas por un tiranozuelo y terrorismo sanguinario las respuestas combativas de los grupos sociales... los ejemplos son inagotables; pero hoy quiero aludir a la INTELIGENCIA, ese espíritu universal sin el cual es imposible la vida y del cual, en una fase oscura de nuestro período evolutivo, quisimos apropiarnos como patrimonio exclusivo. A pesar de los esfuerzos de la filosofía, el arte y la poesía, tuvimos que llegar hasta mediados del siglo pasado para que etólogos como Konrad Lorenz utilizasen el método científico para introducir en la sociedad contemporánea la idea de que también los animales "tienen" inteligencia. La relación inteligencia-sentimiento es directa y recíproca; pero no es éste el espacio para ahondar en complejidades teóricas. Asi que, parodiando la frase de James Carville (asesor de la campaña presidencial de Bill Clinton en 1992): "es la economía, estúpido",  recuperando una de las propuestas de Umberto Eco en Apocalípticos e integrados: "hacer de la imagen una provocación para la reflexión crítica y no una invitación a la hipnósis" y agregándole signos de interrogación a la frase de Konrad Lorenz "Nosotros somos el eslabón perdido, tanto tiempo buscado, entre el animal y el hombre auténticamente humano" (¿?), les solicito que comparen entre la primera secuencia de imáges y estas en las que una comunidad entera se vuelca a la orilla del mar a saquear los huevos de las tortugas o a masacrar delfines (Dinamarca), una cosa con figura de mujer se enorgullece de su "valentía" sobre el cadáver de un león, un rinoceronte es abandonado a una lenta y penosa muerte después de haberle arrancado su precioso cuerno, un noble toro entra en agonía a causa de la estocada mortal de un payaso sin adjetivos... en fín, juzgue usted, amable lector, dulce lectora, si contemplando estas imágenes un ser inteligente o, por lo menos confiable en lo afectivo, puede abrigar algún tipo de esperanza en una sana convivencia "humana" con los demás seres de la naturaleza. (Click sobre las imágenes para verlas ampliadas)