sábado, 18 de junio de 2011

¡Feliz dia! Don Papá

Este domingo,19 de junio, celebramos los colombianos el ya tradicional homenaje al Papá. Yo, que de él he aprendido por la vía del ejemplo que en el sagrado oficio de SER PAPÁ se mezclan en misteriosas proporciones, como en una pócima mágica, los atributos del carácter, la templanza, la generosidad, la inteligencia, la alegría de vivir y el amor a todo lo que en este mundo es y en cualquiera otro pueda llegar a ser, me uno al tributo con este poema (ya clásico) de Rudyard Kipling. Mi traducción "libre", como toda traducción, es una imperdonable agresión al texto original ("Traduttore, Traditore!"); mis disculpas con los angloparlantes que descubran la tergiversación.
Si...
Si puedes conservar la calma en tu cabeza
cuando todos a tu alrededor han perdido la suya y te culpan a tí. 
Si puedes confiar en ti mismo cuando todos dudan de ti
Y, no obstante, consideras sus dudas
Si puedes esperar sin cansarte de la espera
O, sabiéndote engañado, no tranzas con la mentira
O, sabiéndote odiado, no abrigas en tí el odio
aunque todos te desprecien por parecerles tonto y falto de carácter;
Si puedes soñar, pero no dejas que los sueños controlen tu destino,
Si puedes pensar sin dejarte dominar por la obsesión;
Si puedes encontrarte con el Triunfo y el Desastre
y tratas a esos dos impostores de la misma manera;
Si puedes soportar oir la verdad que has enunciado
deformada por bribones y usada como trampa para tontos:
O al recordar los quebrantos de tu existencia
echas mano de lo que esté a tu alcance para intentar repararlos;
Si puedes arriesgar todas tus ganancias
a un solo golpe de suerte
y pierdes y te lanzas de nuevo a la aventura
sin lamentarte nunca por los bienes perdidos;
Si puedes forzar tu corazón, nervios y tendones
ya vencidos a que reinicien su marcha
y los sometes a la orden de tu voluntad que les dice "¡Espera!"
Si puedes hablar con el pueblo sin perder tu virtud
o caminar junto a reyes sin perder el sentido común;
Si ni enemigos ni amigos te pueden herir,
Si todos cuentan contigo, pero nadie es tu dependiente;
Si puedes llenar el minuto inolvidable
con sesenta segundos de máximo esfuerzo;
tuya es la tierra con todo lo que tiene
Y -lo que es más- serás un Hombre ¡hijo mío!
  If
If you can keep your head when all about you
Are losing theirs and blaming it on you;
If you can trust yourself when all men doubt you,
But make allowance for their doubting too;
If you can wait and not be tired by waiting,
Or, being lied about, don't deal in lies,
Or, being hated, don't give way to hating,
And yet don't look too good, nor talk too wise;
If you can dream - and not make dreams your master;
If you can think - and not make thoughts your aim;
If you can meet with triumph and disaster
And treat those two imposters just the same;
If you can bear to hear the truth you've spoken
Twisted by knaves to make a trap for fools,
Or watch the things you gave your life to broken,
And stoop and build 'em up with wornout tools;
If you can make one heap of all your winnings
And risk it on one turn of pitch-and-toss,
And lose, and start again at your beginnings
And never breath a word about your loss;
If you can force your heart and nerve and sinew
To serve your turn long after they are gone,
And so hold on when there is nothing in you
Except the Will which says to them: "Hold on";
If you can talk with crowds and keep your virtue,
Or walk with kings - nor lose the common touch;
If neither foes nor loving friends can hurt you;
If all men count with you, but none too much;
If you can fill the unforgiving minute
With sixty seconds' worth of distance run -
Yours is the Earth and everything that's in it,
And - which is more - you'll be a Man my son!

miércoles, 15 de junio de 2011

Maese Claudio Bravo, por fín podrá descansar de su angustia creadora


Claudio Bravo Camús, (Valparaíso, Chile, 8 de noviembre de 1936,Taroudant, Marruecos, 4 de junio de 2011 ). Que, en el mundo de las artes plásticas, el respeto a la tradición metodológica y la audacia conceptual para adecuar los textos a las imposiciones semióticas de la modernidad no son incompatibles, lo demuestra con inobjetables argumentos visuales la obra del maestro hiperrealista Claudio Bravo, quien trabajó siempre más allá de las vanguardias, como si el tiempo se adormeciera en su taller y las estridencias discursivas de las nuevas tendencias generacionales (transgresión y ruptura) se doblegaran ante su trazo.  
Con las técnicas del óleo, el dibujo al carboncillo, el pastel y el grabado, el maestro Bravo consiguió una renovada visión de lo más selecto de la tradición lumínica (claroscuro y difuminos) y de lo más puro y esencial de lo que podríamos llamar “contemporáneo” en el trazo y la mise-en-scène de los modelos. Su producción abordó un amplio espectro temático desde retratos y bodegones hasta la exégesis religiosa y la iconografía mística.
Es así como, por ejemplo, en Las tentaciones de San Antonio (un tema profusamente trabajado por pintores de la talla de Velázquez, el Bosco y Dalí) Bravo minimaliza el “mensaje” religioso para agregar elementos divergentes que dan contemporaneidad al horizonte de lecturas posibles. En su Cristo yaciente (imposible no evocar a Mantegna) la “levedad” del cuerpo en su perfecta inmovilidad nos transmite la sensación de asistir a la levitación de una masa incorpórea.
La importancia del maestro Bravo para la historia del arte en Chile alcanza una trascendencia sólo comparable a la de Roberto Matta. Aunque, como lo expresó en una entrevista que ofreció a El Mercurio en 2009, Bravo se consideraba varios escalones más arriba que el pintor surrealista. "Me siento muy por encima de todos los pintores latinoamericanos. Soy el más importante del continente y el más cotizado en el mercado internacional hace mucho tiempo. Matta muerto no llega a mis precios de vivo (...). Está demostrado que, en el terreno artístico internacional, me como vivo a Matta", dijo sin temor a la polémica.
En esa misma entrevista habló de su relación con Chile, su madre patria: "Aún me queda un sucedáneo de hermano: Benjamín Lira, a quien yo considero el mejor pintor chileno después de mí. Pero perdí lazos familiares y sentimentales, y Chile está demasiado lejos. Vendí pésimo y la plata la regalé a dos instituciones de caridad. Pero si hoy me hacen una retrospectiva importante, ¡soy hasta capaz de quedarme quince días!", contó con cuotas de humor.
Pero si su relación con Chile pasó por períodos de distancia, el mayor reencuentro vino en 1994, con la primera exposición individual que hizo en el Museo de Bellas Artes. La muestra se transformó en una de las más visitadas del recinto ubicado en Parque Forestal, y posicionó definitivamente a Bravo en el lugar mayor que ocupa en el mundo artístico chileno.
Junto con Botero y Tamayo, era artista exclusivo de la Marlborough Gallery, donde su obra alcanzó los más altos niveles de cotización (sus desnudos al óleo sobre lino alcanzaron precios sobre el millón de dólares en las subastas de New York). En 2000 donó al Museo del Prado diecinueve esculturas greco-romanas de su colección y ese mismo año recibió de manos de los reyes de España la Gran Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio.
Un ataque de epilepsia le dio la pincelada final en plena actividad; aunque, como lo había declarado en 2009, la silueta de la parca no le era esquiva: "Estoy preparado para morir, si le viene la gana a Dios. Morir terminará con mi angustia de la creatividad, será acostarme y dormir bien eternamente. Estoy listo porque he cumplido con mis dones".