sábado, 29 de mayo de 2010

Un burro hablando de orejas...

Dado que nunca será suficiente para su ambición de dinero, decidieron extender sus dominios hasta los territorios del Deme una migaja y llévese lo que guste. Conocedores de que toda invasión debe iniciarse con una "familiarización" nominal, bautizaron su estrategia con el irónico nombre de Tratado de Libre Comercio y se dedicaron al saqueo y al pillaje  de las riquezas del subsuelo y los recursos de la biodiversidad ajenos. Obviamente, los criollos que les vendieron su patente les encimaron una pátina de "respetabilidad" certificada con el miserable apodo de inversión "extranjera" y hasta llegaron a darles cruces, llaves y toda esa clase de bisutería que suelen otorgar los derrotados. En sus nuevas colonias todo les marchaba viento en popa... hasta cuando descubrieron que los desesperados se les estaban metiendo en su guarida y entonces decidieron pelar el cobre: promulgaron leyes antiemigrantes, reforzaron fronteras y azuzaron su jauría. Las imágenes que anexo son tomadas de un correo que me llegó, vale la pena difundirlas y tratar de apoyar la propuesta de saboteo a sus  mercancías.