Este año, que en 28 dias concluirá, ha mostrado una predilección inusitada por un "cambio de paradigmas" en el mundo del arte, particularmente en la música y las plásticas. Es indudable que con la partida de Michael Jackson y Mercedes Sosa asistimos a la agoniía de la canción social y la música pop.
En Colombia, la fotografía, que alcanzó niveles de arte plástica en la retina de fotógrafos tan laboriosos y exquisitos como Pacho H. (+ 29-09-09) y Hernán Díaz (1931+ 30-11-09) tiende a convertirse por causa de las nuevas tecnologías digitales (cámaras web, teléfonos celulares y programas de edición) en un pasatiempo de fácil acceso que cuadricula la percepción de las imágenes y elimina las posibilidades estéticas de esculpir las figuras mediante el trabajo con la luz. Hernán Díaz era el último superviviente de un puñadito de soñadores que habían logrado convertir el desprestigiado oficio de los fotógrafos retratistas (quienes habían subordinado sus intereses a la reportería gráfica, las instalaciones y los performances) en el toque mágico que imprimía en sus objetos un "aire diaznero" de glamour y sexappeal.


EI fervor por la fotografía de arte que se comprueba continuamente en Europa y Norteamérica, es muy poco visible en Colombia. La mayor parte del público considera que la fotografía muestra con nitidez lo que todos somos capaces de ver y que no es más que la fijación de ciertas imágenes petrificadas en actitudes convencionales. El fotógrafo artista, sin embargo, es mucho más que un cronista que registra con pasividad elegante las cosas existentes: debe descubrirnos el significado de las cosas simples, subrayar la poesía en la cual no tenemos ni tiempo ni muchas veces capacidad de reparar, exaltar limpiamente la belleza de un mundo cotidiano que zarandeamos sin misericordia, ciegos, apresurados, indiferentes a su canto profundo. El fotógrafo no nos hará el trabajo de gran prestidigitador que esperamos de los pintores, capaces de cambiarnos un mundo por otro: le toca una tarea mas sutil, la de darle un significado nuevo a las imágenes que ya no nos interesan porque estamos demasiado seguros de poseerlas. Los grandes fotógrafos han rehecho todo, desde el cuerpo desnudo hasta una cafetera olvidada en el ángulo de la mesa. Han tenido ambiciones mas generales y vastas, como la de reconstruir la vida del hombre y obligar a ese mismo hombre, su publico, a que tome conciencia de esa vida como de algo impostergable y maravilloso. Han adiestrado con inteligencia y con emoción públicos cultos y por eso mismo siempre dispuestos a redescubrir el mundo de las formas. La tarea y la suerte de un fotógrafo de arte en Colombia me parece mas heroica, porque no siempre el publico responde a la invitación a ver. Todo en Colombia, por mas viejo que sea en el resto del planeta, es asombrosamente inédito. El fotógrafo de arte empieza a mostrar; su espectador comienza a descubrir. El fotógrafo ha caminado entre cosas simples: el país en que vive lo condena fatalmente hacia el niño negro con su miserable vientre hinchado, hacia las mujeres de pueblo bloqueadas en las pesadillas de su tarea sin fin, hacia los entierros pobres deslizando su desnudez hiriente y lastimosa por la radiante ladera de la montaña. Pero una vez que presenta su carta de ciudadanía y que aclara con ella que su cámara no esta apoyada en la Acrópolis para ver el Mediterráneo sino en una región escueta y lacerada que se llama Colombia, el fotógrafo se deja llevar por la vitalidad y el encantamiento de las imágenes y ya nada interfiere su placer de comunicar a los demás sus propias revelaciones. En este momento el fotógrafo de arte toma nombres precisos y distintos: Hernán Díaz y Guillermo Angulo. Las fotografías de Hernán Díaz presentadas en la Sociedad Económica de Amigos del País, son composiciones dominadas por un interés plástico. El negro y el blanco se vuelven contrapunto dinámico y el pintor que esta detrás del fotógrafo olvida casi el significado del tema para resolverlo como una serie de formas validas en si mismas.

Las imágenes femeninas son 2 de las muchas que Díaz le tomó a nuestra entrañable Fanny Mikey, no encontré datos sobre quien haya tomado las del maestro.