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martes, 17 de julio de 2012

La política colombiana, un ajedrez jugado como parqués y viceversa

Apesar de que ambos pertenecen a los denominados juegos de mesa, y de las similitudes en cuanto al uso de fichas y el desplazamiento de estas sobre un tablero, el ajedrez y el parqués son juegos esencialmente diferentes. Uno es de estrategia, otro de azar; en uno se estructuran las ocupaciones desde el cálculo previsor de los futuros movimientos de ataque o defensa del contendor, en el otro se distribuye las fichas para poner de "carnada" o perseguir y "encarcelar" a cuanto pin de color diferente se interponga en el camino hacia el "cielo". En uno gana quien primero dé mate al rey del adversario, en el otro quien consiga coronar primero sus cuatro fichas. En uno se expone alguna "pieza de sacrificio" para engatusar al contendor, quien por la ambición de ganar una pieza importante podría dejar desguarnecido a su rey; en el otro se arroja dados sobre el tablero para decidir los avances de "comida" o refugio. En uno se suma puntos de acuerdo con el valor jerárquico de las "piezas tomadas", en el otro se estipula un valor a pagar por cada ficha capturada... 
Como vemos, son muchas las similitudes entre estos juegos y la dinámica jurídica, ejecutiva y legislativa de las recientes movidas "reformistas" al interior de nuestras instituciones patrias; sin embargo, a pesar de todas esas aparentes semejanzas formales y las eventuales diferencias en los fines buscados, los polítiqueros colombianos han sabido ingeniárselas para hacer exóticas fusiones en las que consiguen inocularle a los trámites burocráticos el virus de la marrullería ajedrecera como agente activo del cálculo de los plazos de vencimiento, y disimular los nefastos efectos de su ineptitud política mediante la introducción del albur parquesero como determinante estratégico de sus tácticas pandilleras.
Al mejor estilo de los más redomados ajedrecistas, deslizan sus peones por los escaques rojo o azul de las dos tendencias ideológicas predominantes en la hegemónica estructura partidista del sistema democrático colombiano; pero, como aviesos parquesistas arrojan sus dados al centro de su tablero cuando sienten amenazados sus reyes, sus alfiles o sus enroques. Es una maña de vieja data a partir de la cual se han inventado ardides como el de adjudicar a sus rivales el apelativo de enemigo interno para estimular y fortalecer un batallón de peones que, apoyado en la parafernalia de los jugadores que lo mueven, será encargado de introducir el terror en los tableros para acelerar el desplazamiento y generar hechos de presión táctica que les permita configurar situaciones de negociación de un posible receso en el juego. Como cualquier tahur saben ponerle nombres sonoros a sus lances; así que etiquetan el receso con el nombre de "la Paz", y, como para que las apuestas se hagan interesantes, le hacen un guiño a sus calanchines para que deslicen sobre la mesa las cañas de "progreso" y "crecimiento económico" como agregados del receso.
El origen de ese doloroso proceso sociopolítico conocido como la "violencia" en Colombia, que en las últimas tres décadas parecería gravitar sobre la estupidez moralista de despilfarrar cuantías innumerables de dinero contante y matante en perseguir a unos cuantos traficantes de vicio que se hacen multimillonarios a costa de la salud y la moral de unos jóvenes consumidores gringos, consiste realmente en una mala partida de un juego cuya cartilla lo hace parecer de sesudos, expertos y calculadores ajedrecistas; pero cuya real aplicación lo deja ver como el más básico y rudimentario juego de azar, cuyo único objetivo es el de crear condiciones que permitan convertir el suelo y subsuelo colombiano en cabeza de playa de las negociaciones del tablero patrio para el lucro de un puñado de ganaderos y terratenientes criollos quienes, cuando hayan llenado sus insaciables arcas de bucanero, se largarán con sus fichas a otros garitos a vivir de la renta y las plusvalías del negociado. No con otro plan de juego tendrían el descaro de instalarse en el Congreso de la República a autoimponerse sueldos mensuales equivalentes al trabajo mensual de CUARENTA colombianos, de esos inocentes que aun siguen creyendo en las entelequias dieciochosigleras de Patria, Justicia y Democracia. No de otra manera podrían hacernos creer que nos hacen un favor al venderle los recursos naturales del pais a la versión veitiunsiglera del conquistador postcolombino que se solapa bajo el eufemismo de la "confianza inversionista". No con otro juego de fichas habrían logrado introducir en el glosario del casino colectivo los dados cargados del caos conceptual que confunde hasta igualar los significados de /fracaso/ y /prueba/, /fe/ y /confianza/, /expectativa/ y /esperanza/,  /silencio/ y /admisión/. Bien lo dijo León "Juego mi vida, cambio mi vida, de todos modos la llevo perdida"...

jueves, 15 de marzo de 2012

El paredón del blog 15- Invisible children: la cruda realidad tras la campaña contra Joseph Kony

Nunca antes como hoy, los señores de la muerte y los carroñeros de botines de guerra habían usado con tanto desparpajo y carencia de reato el poder osmótico de las nuevas tecnologías de la comunicación para permear la conciencia política de la opinión pública global con prejuicios étnicos disfrazados de juicios morales o políticos y discursos lastimeros sobre el "reclutamiento de menores", o condena a la "barbarie" de los atavismos culturales de las culturas vulnerables al poder "civilizador" de las ambiciones neoimperiales. La cosa es tan escandalosa, que hasta nuestros aprendices criollos de "intelectual" han tratado de opinar al respecto dejando entrever el desconcierto ideológico y la indecisión política de aquellos individuos que, aunque genéticamente alineados del lado del poder, intentan ser estimados como "intelectuales" de cualquier "centro". Afortunadamente existen blogs como #Pulso ciudadano, analíticos y serios que con suficiente documentación nos ayudan a develar los orígenes de la estrategia propagandista y los móviles económicos de las campañas pseudojusticieras de las organizaciones gringas de derecha, que no de derechos. (Como siempre, itálicas y negrilla son de mi intervención; las imágenes, con excepción del video y la galería comercial de invisible children, son tomadas de #PulsoCiudadano)
Siguiendo con nuestra nota anterior sobre la campaña Invisible Children que ha impactado tanto en las redes sociales, desmenuzamos los intereses de una operación mediática que no incluye ninguna acción humanitaria y es parte de un proyecto de intervención militar en el centro de África. La foto de los fundadores de esta oengé empuñando armas de guerra con grupos genocidas del Sudán del Sur, dice más que mil palabras.
Una foto vale más que mil palabras. Los fundadores de Invisible Children posando con genocidas (Foto: twitter)
Estos son los dos fundadores de Invisible Children: Bobby Bailey, Laren Poole y Jason Russell. No son idealistas que quieren salvar a los niños de la maldad de un psicópata oculto en la selva. Tienen sus ideas, su agenda y no les molesta posar para un grupo armado acusado también de crímenes contra la humanidad.
En el cuerno de África, donde juegan a la guerra todas las grandes potencias, estos documentalitas venden en redes algo que no concuerda con ninguna estrategia humanitaria. Sino todo lo contrario. Sus amigos son el Ejército Popular de Liberación del Sudán, baluarte del estado-protectorado de EU, conocido como Sudán del Sur. Mientras Sudán del Sur implosiona en una creciente locura masiva de violencia étnica y una vez más decenas de miles de seres humanos se ven forzados a escapar para poner a salvo sus vidas, las señales de advertencia apuntan todas ellas a que el plan estadounidense para desestabilizar Sudán ha comenzado a dar sus frutos.
Para empezar, EEUU es quien está pagando los salarios del Ejército Popular de Liberación de Sudán (SPLA, por sus siglas en inglés, el ejército nacional de Sudán del Sur), habiendo ya desembolsado alrededor de 100 millones de dólares solo en 2011. ¿Es un país realmente independiente cuando una potencia extranjera paga los salarios de su ejército? ¿A las órdenes de quién está realmente ese ejército?
En la actualidad, miles de “cascos azules” de la ONU están fluyendo hacia Sudán del Sur. Esos “mantenedores de la paz” provienen casi en su totalidad de la vecina Etiopía y forman parte del ejército etíope, el mismo que está perpetrando un genocidio/contrainsurgencia en el Ogadén, en el sureste de Etiopía (Seguir leyendo...)
Simulación y guerra: una reflexión desde EU.Lo que hay detrás de la campaña contra Joseph Kony

Pero mejor dejemos en manos de The Daily What una ligera investigación sobre los intereses tras Invisible Children:
El grupo está a favor de la intervención militar directa, y su dinero apoya el ejército del gobierno de Uganda y sus distintas fuerzas militares. Aquí está una foto de los fundadores de Invisible Children posando con las armas y el personal del Ejército de Liberación del Pueblo Sudanés. Tanto el ejército de Uganda y el Ejército de Liberación Popular de Sudán están plagados de acusaciones de violaciones y saqueos, pero Invisible Children los defiende, argumentando que el ejército de Uganda está “mejor preparado que el de cualquiera de los otros países afectados”, aunque Kony ya no está activo en Uganda y no lo ha sido desde el año 2006 tal y como él mismo admitió. Estos libros se refieren a la violación y el asalto sexual de que son temas perennes también en las Fuerzas de Defensa, el grupo militar que defiende Invisible Children.
No nos malinterpreten: El Ejército de la Resistencia del Señor es mala cosa. Y Joseph Kony es un hombre muy malo, y debe ser detenido. Pero apuntalar la dictadura de Uganda y su brazo militar, que ha sido acusado por la ONU de cometer atrocidades indecibles y se nutre del reclutamiento de niños soldados, no es el camino a seguir tampoco. Los Estados Unidos ya están bastante involucrados en ayudar a la derrota de Kony y su banda de aduladores psycho. Kony está huyendo, después de haber sido expulsado ​​de Uganda y lo más probable es que pronto será capturado, si no está ya muerto. Pero matar a Kony no solucionará nada, al igual que matar a Osama bin Laden no acabará con el terrorismo. El LRA podría colapsar, pero, como señala la revista Foreing Affairs es “un actor relativamente pequeño en todo ese embrollo, tanto un síntoma como una causa de tanta violencia endémica”.
Miope es echarle la culpa de todos los problemas del centro de África a Kony, incluso como punto de partida y solo hará que las personas en peligro estén mucho más en peligro. Enviar dinero a una organización no lucrativa que quiere sofocar las llamas con combustible no está ayudando. ¿Quieres ayudar? ¿Realmente quiero ayudar? Enviar el dinero a organizaciones no lucrativas que están poniendo más del 31% de tus donaciones hacia la reconstrucción de la infraestructura médica y educativa de la región, de modo que los ex niños soldados tengan algo que merezca la pena al volver a casa.Estas son sólo algunas oengés a quien puedes apoyar.
Todos ellos tienen un brillante de cuatro estrellas en Charity Navigator, y, más importante, ningún interés en ser paleros de tropas estadounidenses armados hasta los dientes lanzadas en medio de una guerra tribal de varias naciones para ayudar a un loco contra otro loco. La conclusión es que debemos investigar tales causas a fondo. No mandes el vídeo a un extraño, solo porque un asesino de masas hace que un niño de cinco años de edad, se sienta “triste”. Aprende un poco acerca de las complejidades de las luchas en curso en esta región antes de abogar por la intervención militar directa.
No hay blanco y negro en el mundo. Y para la solución de todo problema importante sólo sirve fijarse en los tonos de gris igualmente inquietantes e invisibles.
Redes y blogs discuten la campaña de Invisible Children.
El tema está en las redes sociales, en Twitter con el hashtag Invisible Children y Uganda, que es TT mundial, y el vídeo contra Joseph Kony se ha visto ya más de 50 millones de veces en apenas 4 días pero igual el mundo geek desconfía cada vez más de estas campañas que han servido recientemente en la guerra civil de Libia o para forzar intervenciones extranjeras bajo pretexto humanitario, tal cual se puede ver hoy en Siria.
Por eso terminamos con este artículo que refleja los cuestionamientos que nacen desde internet Hoy toca mostrar algo que a muchos no va a gustar. Quizás para algunos puedo resultar molesto, desagradable o incluso demagogo. Pero cuando todos van en el mismo sentido siempre me pregunto si no estamos actuando como lemmings camino del precipicio.
Seguro que hoy ya has visto en la tv, twitter o youtube un video (fantástico, muy currado) titulado Kony 2012. Es una campaña de la ONG Invisible Children que busca ayudar a los niños soldados de centroáfrica y pidiendo que se envíen tropas para detener al señor de la guerra Joseph Kony. Por si acaso no lo has visto todavía te dejo aquí el enlace para verlo (es casi media hora).
Ha sido un fenómeno extraordinario, una campaña viral en toda regla. En 72 horas lleva casi 40 millones de visitas, que ahora ya saben un poco más lo que sucede en Uganda.
Su objetivo es lograr que el gobierno americano envíe soldados y tecnología a Uganda para localizar y eliminar a Joseph Kony, que lleva años secuestrando niños para convertirlos en soldados y a niñas para usarlas como esclavas sexuales.
Parar lograr su objetivo de ayudar a otros niños existe una tienda de camisetas, pulseras, chapas… Donde puedes colaborar comprando esos productos. De hecho tienen hasta un “Kit completo” compuesto por todo el lote de productos, al módico precio de 225$. Y están vendiéndolos como churros, ha sido un éxito brutal. Pero…
Claro, en todo hay un “pero”, y en este caso donde se mezclan ONGs, donativo, niños soldados de África… ese pero no puede significar nada bueno. En cuanto me di cuenta del fenómeno Kony busqué información en la red sobre la ONG que estaba apoyando la iniciativa, y gracias a dios existe Reddit, donde otros colgados como yo también leyeron todo lo hay sobre esa ONG a ver si todo estaba en limpio. Y lo que he encontrado no me ha gustado nada, por eso quiero compartirlo con vosotros.
Los datos que a continuación te voy a dejar se han extraído de su propio informe financiero donde detallan en qué se han gastado el dinero recibido de las donaciones. Puedes ver el informe completo aquí. En la página 6 tienes todo detallado:
Este es el desglose de los 8,9 millones de dólares que Invisible Children gastó en 2011:
1,7 millones de dólares en salarios de los empleados de Estados Unidos
357.000$ en realizar el video
850.000$ en gastos de producción
685.000$ en equipos informáticos
244.000$ en “servicios profesionales” (grupos de presión: los conocidos como lobbys)
1,07 millones de dólares en gastos de viaje
400.000$ en alquiler de oficinas en San Diego
16.000$ en entretenimiento…
Sólo 2,8 millones (31%) se utilizaron en su programa de ayuda en África (que a su vez se vio recortado en gran parte por la peculiar burocracia de Uganda).
Cada uno hace lo que quiere con su dinero, es más, nunca te voy a decir lo que tienes que hacer. Pero al menos preocúpate de que no haya aprovechados que basen su negocio en la caridad de las buenas personas como tú.
Si, acepto la crítica que esa cifra es ya una ayuda enorme en una zona tan deprimida como centroáfrica, que mucho más se gastan en armamento o en las campañas electorales (este año de media serán 1.000 millones de dólares por candidato). Pero será algo personal, que no me gusta que me saquen el dinero con temas emocionales.
Ante las dudas expresadas en las redes sociales, Pulso Ciudadano cuenta los crudos intereses que se mueven tras la presunta ayuda a los niños secuestrados, mutilados y utilizados por grupos fanáticos. Otro llamado a la guerra, a la muerte y a la matanza sistemática de inocentes. De buenas intenciones está lleno el infierno…