miércoles, 1 de febrero de 2012

Patafísica sobre los "fines" del mundo

L
a perplejidad humana ante la vastedad de la nada genera el presentimiento de los límites de la individualidad. Es una sensación angustiante cuyo pulso inclina la conciencia hacia la búsqueda de explicaciones a las causas y los "propósitos" de la existencia. Para ayudarse en esa búsqueda especulativa, la humanidad se ha provisto de nociones, métodos y definiciones, los cuales, a fuerza de repetición cantinélica han terminado convirtiéndose en "revelaciones" místicas, elucubraciones filosóficas o "descubrimientos" científicos. Pero, tanto en el ámbito esotérico de la religión, como en las divagaciones del razonamiento filosófico o el quehacer a tropezones de la experimentación científica, esas "explicaciones" han tenido que fundarse en un constructo de CONTINENCIA (entiéndase como capacidad de contener). Es a partir de ese sentir-se "perteneciente a" y "contenedor de " que los seres animados hemos podido iniciar el proceso de concienciación que nos hace posible la auto-constitución como Ser-en-el-Mundo.
Por acción de esos eventos paradojales que sólo pueden ser aludidos en las connotaciones "contradicentes" (perdón por el terminajo, pero no conozco en español un término afín que no denote "contradicción", el cual resultaría impreciso) de la Dialéctica, toda SUBJETIVACIÓN ANTE EL MUNDO (proceso ineludible mediante el cual los seres vivos nos ínter-relacionamos) se realiza en la OBJETIVACIÓN DEL MUNDO ("brújula" sin la cual nuestra conciencia se perdería en un océano de sinsentidos).

De Universos y Mundos como "creación" humana
Para anclar en la inteligencia la noción unificadora de Realidad, la filosofía occidental ha postulado estructuras de referenciación {aquellas denominadas CATEGORÍAS por Aristóteles y Kant -click en ellos para descargar en pdf}. Pero, más allá de esas Categorías, en un entramado significante de "reducción" por Agrupaciones y Clasificaciones la inteligencia comprensiva pretende sintetizar la intuición de la Totalidad en la noción vaga e indefinida de Mundo. Un Mundo es una parte nocional de UN Universo; pero UNIVERSOS puede "haber" tantos cuantos nuestra conciencia pueda articular en su proceso de subjetivación. Para no lucir demasiado hierático, le doy como ejemplo este en el que Usted y yo nos encontramos en este momento: En el Universo de la Web cada internauta es un "Mundo", Usted el suyo, yo el mío... El planteamiento se hace complejo cuando vemos que cada "internauta mundo" es a su vez un Universo en cuya galaxia orbita un sistema satelital de mundos (afectivo, profesional, social, cultural, etc.). Es este un ejemplo aplicable al conjunto ilimitado de "universos posibles", cuya "creación" dejo a modo de ejercicio libre a la imaginación de Usted, amable lector(a).
Agrupar y Clasificar son, además, un paso esencial para la Objetivación, en la medida en que permiten a una porción de nuestra mente aprehender la fenomenología de las Cosas, las cuales, al entrar en nuestro campo cognoscente son constituidas en "nuestros" OBJETOS. Agrupar y clasificar son, pues, actos inherentes a la apropiación intelectiva del Mundo y, como tal, son practicados por todos los seres vivos como acciones suficientes para su supervivencia como seres tangibles.
Llega el Destino trayendo los Ciclos que deben cerrarse
No obstante, los humanos, que somos expertos en inventarnos complejidades ajenas a la naturaleza del Azar, le hemos introducido a nuestras relaciones con el Mundo el imaginario de una entidad metafísica con voluntad autónoma que pergeñaría los "programas existenciales" de los seres humanos con base en un sistema complejo de asociaciones por "DESTINO" (Concebida por el relato mítico para justificar el universo ilímite de posibilidades de evolución humana, Ananké habría sido la madre de las Moiras y la personificación de la inevitabilidad, la compulsión, lo inexorable. En la mitología romana fue llamada Necessitas {‘necesidad’}). Ananké fue entrelazada a Chronos (tiempo), porque es inconcebible la idea de Destino sin la pre-conciencia del Tiempo; pero de la mano del "dios" Tiempo llegarían, por derivación lógica, las divisiones por "ciclos" de los eventos naturales y la cuantificación por "períodos" de la interacción humana con la naturaleza. Y es a causa de esa división por ciclos, de esa cuantificación de momentos, que fue introducido en la psique humana el prurito segmentador de toda actividad  en períodos pareados de "principio y fin" y "vida y muerte". Dado que toda búsqueda de comprensión pone en evidencia el vacío de circunstancias complementarias, se hizo necesario "llenar" con "sentidos" esa transición entre comienzo y final.

Imposible resumir en una entrada de blog la génesis y evolución del proceso epistemológico; sin embargo quiero tocar tangencialmente dos de esos factores "dadores de sentido" de la existencia humana. El primero es la concepción de un "Principio Superior", una deidad autoritaria bajo cuya alegoría antropomorfizada nacieron reyes y prosperaron "héroes". El segundo es el establecimiento de pautas de desarrollo; es decir, modelos a seguir o Paradigmas, como los denominó Thomas Kuhn en La estructura de las revoluciones científicas  (click para descargar). En el primer factor se albergaron la fe en la existencia de seres "superiores" y la esperanza en que la transición vida/muerte fuese hacia un espacio atemporal liberado de los límites del principio y el fin (Eternidad). Dioses, semidioses, reyes y héroes poblaron el imaginario de una  humanidad estremecida ante la voracidad de La Nada. El segundo factor, los Paradigmas,  agrupa todas aquellas opciones que la humanidad debió tomar en un momento decisorio de su desarrollo. La agricultura, el pastoreo, la forja de metales, las Polis, las campañas de conquista, el comercio, la ciencia y la tecnología, entre muchos más, son modelos que, convertidos en Cultura, determinan el carácter y grado de evolución de una comunidad humana.


Encadenados todos y cada uno de esos "modelos" en una línea temporal determinada como Devenir histórico, se hace relativamente fácil calcular las fases y sus duraciones para "predecir" un evento y su desenlace. Es posible observar como, a lo largo de la historia humana, en todas las culturas, recurriendo al uso de rituales y adminículos “esotéricos”, los teratólogos, oniromantes, runólogos, nigromantes, rabdomantes, lecanomantes, hepatóscopos, tarotólogos, quiromantes, Ichingólogos, etc. han podido advertir a sus conciudadanos sobre la inminencia de acontecimientos, generalmente catastróficos por aquello del temor humano a su retorno a La Nada. Es así como la historia de nuestra cultura nos relata la manera en que, asumiendo la imagen de sacerdotisas, pitonisas, profetas, astrólogos y demás taumaturgos, personajes como Elías, Tiresias, Casandra, Juan, Nostradamus, etc. trataron en su momento con discursos admonitorios, de llamar la atención general respecto de la urgencia de defender los valores vigentes de los cambios inexorables que representarían el fin de SU Mundo.
De un mundo que agoniza emergerán Mundos nuevos

Por causas cuya explicación aun está por ser abordada, parece haber indicios datacionales que fijarían la duración de los modelos de mundo entre doce y dieciseismil años. Quizás entre los vericuetos de las indagaciones al respecto yazca la razón de la "coincidencia" entre las Profecías Mayas del fín de su mundo en este 2012 y el agotamiento de los paradigmas de nuestra "cultura occidental", que se debate entre expandir los "beneficios" de su modelo democrático hacia las culturas colonizadas por su hambre de mercado o asistir pasivamente al desmoronamiento de sus instituciones primordiales cuya base constitutiva fueron los valores morales (familia, sociedad, escuela), la crisis  de sus ideales de riqueza (trabajo asalariado, acumulación de mercancías, ahorro de capital, representatividad democrática) y el agotamiento del valor de uso de sus instrumentos de trabajo (la rueda, la mecánica clásica, los combustibles fósiles, el papel...). Claro que los banqueros hacen hasta lo humanamente imposible por convertir los recursos naturales en cash, los políticos lo divinamente irracional para transformar los valores ancestrales en arcaísmos vergonzosos y los comerciantes lo imposiblemente racional para adaptar la desproporción de sus ambiciones al crecimiento de sus áreas de influencia (replanteamiento de fronteras, universalización de divisas, estandarización de maquilas...)
En su Breve tratado sobre la reforma monetaria Keynes advierte (Click aquí para descargarlo en francés) "Cuando la acumulación de riqueza no tenga importancia para tener un alto nivel social, habrá un gran cambio en los códigos morales" y, digo yo, cuando esos valores no tengan sustentación, el mundo cultural del que fueron su baluarte habrá llegado a su fin. El que surja no será "mejor" ni "peor", simplemente será un mundo nuevo, para el cual, aunque no quisiéramos, ya nos hemos venido preparando.