Se llama Raskólnikov, como Rodya. el de Crímen y castigo; no me queda claro si por su inclinación a matar viejitas a hachazos, o por su elaboración teorética del Superhombre, o su gusto por las faenas eróticas con el servicio doméstico, o el estudio del Derecho... aunque en algún arrebato de honestidad postvinera (aun no sé por qué la intuyo más cervecera) declara su preferencia por la Sociología y la Literatura. Ya no me acuerdo si lo conocí en twitter o en la galaxia bloguera, lo cierto es que me impresionaron tanto la precisión de sus trinos como el rigor exponencial de sus entradas. Una prueba de lo que afirmo es la siguiente (tomada al azar de su magnífico blog), en la que se refleja ese parentazgo de lágrimas, sudor y rabia que nos hermana a todos los hijos de la Madre Iberia. También en esta Colombia amarga se ha desencadenado en las últimas semanas una serie de eventos cuya patina de tragicomedia no consigue ocultar la herrumbre de corrupción e injusticia que carcome todo el sistema institucional. También por estos lares estamos viendo la manera venal, atrabiliaria y cínica en que una caricatura de justicia impone penas de cinco años por robarse un cubo de concentrado para sopa mientras negocia "rebajas de penas" con hampones "de buenas familias" que le han robado al Estado sumas astronómicas de dinero contante y gozante y ni hablar de la venta a capitales extranjeros de nuestros recursos naturales... si hasta con el cobro de los servicios hicieron negocio...
¿Cuánto cuesta matar a un banquero?
Como
no quiero que algunos piensen que esta reflexión esta politizada, voy a omitir
hacer referencias a Dívar y esa cosa llamada CGPJ. Tampoco hablaré sobre el
Juez Garzón. Al hablar de justicia justiciera no quiero hacer alusión al
imprescindible post de El Teleoperador, llamado "Señoría" (http://elteleoperador.blogspot.com.es/2012/04/senoria.html)
que explicaba cómo, a veces, determinadas conductas de Jueces y Fiscales vienen
a ser recurrentes frente a determinados colectivos. Si no lo habéis leído, no
dejéis de hacerlo. Quiero presentar unos datos, para que cada cual, desde el
prisma ideológico que tenga, valore en qué clase de sociedad vivimos, en qué se
está convirtiendo, y qué clase de justicia y bajo qué criterios opera al
respecto. Valgan estos ejemplos:-Hace unos días se dictó sentencia sobre un
asesino. Una madrugada de 2009, por razones desconocidas, un chico de tan solo
20 años apuñaló una veintena de veces a su madre hasta dejarla sin vida.
Después, salió a la calle y apuñaló a la primera persona que se cruzó.
Finalmente, fue detenido. 19 años de cárcel.http://www.eleconomista.es/legislacion/noticias/3995044/05/12/Condenan-a-19-anos-al-Latin-King-que-mato-a-su-madre-en-Talamanca-de-Jarama.html-
Julio de 2009
Un
hombre apuñaló hasta la muerte a una niña de doce años en el barrio de
Vallecas. En enero de 2012 fue condenado a 20 años de cárcel. http://www.madridiario.es/2012/
Enero/suceso/sucesos_madrid/212669/condena-homra-asesino-nina-vallecas.html -En Murcia, un tipo violó y
asesinó a una niña de trece años en el año 2001. Fue condenado a 7 años. Tras
salir, en 2008 asesinó a una prostituta, y fue condenado a 20 años. Además, le
añadieron recientemente otros 12 años por una nueva violación. Total, dos
asesinatos y tres violaciones = 39 años.
-Viajamos
a Oslo y a la matanza de Utoya. Breivik, el tarado neonazi, asesina a 77
personas en julio de 2011. El Fiscal le solicita 21 años de prisión, revisables
en periodos de cinco años. ¿Por qué cuento esto? Ahora se me entenderá mejor.
El pasado 29 de marzo se hizo en España una Huelga General. Durante las
protestas en diferentes lugares, se realiza un acto simbólico de protesta
frente a la Bolsa de Barcelona. Algunos de los participantes acuden
encapuchados. Otros no. Uno de estos actos lo lleva a cabo Laura Gómez, que
pertenece al Sindicato CGT. Consiste en quemar una caja de cartón con dinero de
mentira dentro. El Director de la Bolsa de Barcelona interpone una denuncia.
Usando las grabaciones de las cámaras de seguridad, se identifica a Laura.
Pasados unos días, se la detiene e ingresa en Prisión Preventiva, algo que se
justifica por la posibilidad de reincidencia o fuga. Laura tiene 46 años, un
domicilio estable y un empleo estable. Pasados 23 días, el Juzgado decreta su
puesta en libertad bajo fianza de 6.000 Euros. En estos días, el Fiscal ha
realizado su escrito de acusación. Por los hechos descritos, se le acusa de
Desórdenes Públicos, Incendio, Coacciones, Daños y Delito contra los Derechos
de los Trabajadores, y se piden 36 AÑOS de cárcel, según ha informado CGT
Catalunya (podéis leer la noticia aquí: http://www.llibertat.cat/2012/05/laura-gomez-em-van-detenir-perque-soc-afiliada-a-la-cgt-18053).
Ya sé que algunos de los casos descritos más arriba se refieren a sentencias
judiciales y no a escritos de acusación. Tal vez el Juez los rebaje, pero lo
único que está garantizado es que no podrán ser más de 36. ¿Por
qué se hace esto? Yo lo tengo claro. Lo que me gustaría es que todas esas
respuestas las facilitaran quienes confían en el Gobierno de Catalunya, en su
Justicia, en Felip Puig (un individuo con nombre de cerdito rosa de CLAN TV que
parece haber regresado de los años de la Rosa de Foc). Que ellos expliquen por
qué quemar un cartón en una jornada de protestas puede ocasionarle a uno 36
años de cárcel en España, mientras que matar a dos personas y violar a tres
cuesta 39 años, o matar a tu propia madre cuesta 19 años.
Por
descontado, desde este Blog se transmite todo el apoyo y solidaridad a Laura, y
se exige la condena quede en lo que dice el sentido común: NADA.
Con
estas medidas algunos consiguen que otros echen cuentas. Por ejemplo, ¿Cuánto
cuesta matar a un banquero? La cosa puede ponerse fea.