lunes, 30 de agosto de 2010

Jairo Anibal Niño ¿Y ahora, sin su compañía, cómo soñarán los niños?

"Usted, que es una persona adulta - y por lo tanto- sensata, madura, razonable, con una gran experiencia y que sabe muchas cosas, ¿qué quiere ser cuando sea niño?"
Maestro, me había derramado en prosa disertando sobre la trascendencia literaria de su obra y otras bellezas; pero... por alguna fantasmagórica razón de aquellas en que Usted tan vergonzantemente creía, se me trabó el ordenador... tuve que reiniciarlo... y .... SE ME BORRÓ TODO LO ESCRITO. Yo, que como Usted, alego no ser supersticioso, creo haber captado su mensaje y, entonces sólo me limitaré a reseñar la fecha de hoy, agosto 30 de 2010 como el dia en que su mercé decidió comprobar las posibles existencias del otro lado del espejo. Antes déjeme contar que Usted nació  en Moniquirá, departamento de Boyacá en 1941. Bueno, y contaré un poquito, así como quien no quiere la cosa, algo de sus libros y los premios que le reportaron. Así, sin lírica pues, para que no se disguste, Maestro. En sus comienzos se dedica a la pintura en el grupo La Mancha, pero la actuación, la dirección escénica y la dramaturgia lo rescatan para la producción literaria. Para el género escénico escribe en 1966 El monte Calvo, con la que obtiene ese año el I premio en el I Festival Nacional de Teatro Universitario y en 1967 el premio al Mejor Espectáculo Libre del V Festival Mundial de Teatro de Nancy (Francia). En 1969 escribe El baile de los arzobispos o Las bodas de lata y posteriormente El sol subterráneo, Los inquilinos de la ira y El golpe de estado que le otorgaron reconocimientos en el concurso de autores de Telecom y de la Presidencia de la República de Colombia. En 1980, su guión Efraín González gana el I Premio en el Concurso Nacional de Guiones Cinematográficos, convocado por Focine. Tres años antes, en 1977 se faja el libro de relatos breves Puro Pueblo (culpable único y absoluto de mi pasión obsesiva por ese género); un estilo que intenta conservar con Toda la vida (1979) pero del que se olvida para incursionar con éxito en una forma narrativa que los comerciantes de la industria editorial le etiquetaron como "literatura infantil", a pesar de sus sabias y justas protestas de que «la literatura infantil no existe porque existiría la senil o de cualquier otro tipo». Pero; qué le vamos a hacer, Maestro, esa fue una batalla que Usted y muchos otros perdimos; al fin y al cabo, su libro Zoro lo hizo ganador del primer Premio Nacional de Literatura infantil Enka de 1977. En 1986 publica el poemario de amor desde una perspectiva de niños La alegría de querer, por el cual obtiene en La Habana (Cuba)  el Premio Misael Valentino. En 1990 recibe en México el Premio Iberoamericano Chamán; en1991 publica el libro de poemas Safari en el rostro y Razgo, Indo y Saz  y en 1992 su libro Preguntario es exaltado a la Lista de Honor de la Organización Internacional para el Libro Juvenil (IBBY) con sede en Suiza. Un año después, en España, le es otorgado el premio Cuchilo Canario de Narración y en 1996, en México, obtiene el Premio Caracol al Mérito, otorgado por la Asociación Mexicana de Narradores. Sus libros “Dalia y Zazir” y “De las alas caracoli” han tenido una importante acogida entre los lectores, que ya somos legión. En fin, para no abrumarlo, Maestro, déjeme despedirlo con esta pequeña muestra de su producción; digo, para que los lectores entiendan la magnitud del vacío que su mutis va a dejar en el proscenio.
¿CÓMO SE PASA AL OTRO LADO DEL ESPEJO?
Para pasar al otro lado del espejo, se necesita del valor temerario de un niño de siete años, de su facultad para convertir el azul en quetzal y la nube en garza. El sabe que tiene que ascender por la vertiente más peligrosa del espejo, trepar cuidadosamente para no tropezar con el brillo, afianzar con firmeza el pie para evitar hundirse en la garganta de los reflejos, y eludir el encuentro cegador con los ojos de su doble. Entonces llegará a la cúspide y pasará al resplandor del otro lado, descendiendo por la parte oscura de la luna.
Por ti
Por ti,
me he convertido en
d e l i n c u e n t e ,
en un ratero,
en un amigo de lo ajeno
que será perseguido
por todos,
incluyendo al policía
de la esquina,
al profesor de moral
y al prefecto de disciplina.
Por ti,
ayer en la tarde,
me convertí en un ladrón
de flores.
Tu cabello es una banda de chupaflores,
tu cara es un espejo mágico,
tu sonrisa es un gol olímpico,
tu mirada es un 5 en álgebra,
tus manos son un par de mariposas,
tus pies dos caballitos blancos.
Serías perfecta si tu corazón no fuera de piedra.
—¿Me haces un favor? 
—¿Qué clase de favor?
—¿Quieres tenerme mis avioncitos durante todo el recreo? 
—¿Durante todo el recreo?
—Sí, es que tú eres mi cielo.

miércoles, 25 de agosto de 2010

No es nada novedoso, pero es urgente difundirlo

"Como siempre, si Ud. o alguno de los de su equipo fuese capturado o muerto, nuestra agencia negará cualquier vinculación". La letanía se repetía mecánica, invariable y predecible al comienzo de cada capítulo de Misión Imposible, cuando el agente Jim Phelps (Peter Graves) encontraba el truculento mensaje que se autodestruiría en 10 segundos después de darle la información sobre la misión a cumplir. Para un espectador desprevenido, como lo somos la mayoría de televidentes, los libretos de la serie eran el producto fantasioso de un equipo creativo que no reflejaba ninguna realidad posible, a pesar de la evidente participación de "asesores" paramilitares como los de la serie en las acciones politicomilitares de Centro y Sur América que derrocaron gobiernos democráticos e impusieron regímenes de terror y muerte. (Era tanto el descaro, que en 1973 (¡!) en el momento más álgido del intervencionismo gringo la Academia Sueca le otorgó el "nobel de paz" a Henry Kisssinger, el sanguinario instigador de las políticas antisocialistas). Afortunadamente, para la evolución de la historia social humana, el portal Wikileaks filtró este miércoles un memorando interno que la unidad Célula Roja de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) elaboró en febrero de este año por encargo de Leon Panetta, director de la agencia, adviertiendo sobre el riesgo de que el desenmascaramiento de terroristas con ciudadanía estadounidense que atacan en el exterior hicieran ver internacionalmente a Estados Unidos como un país "incubador y exportador de terrorismo". Los documentos son muy extensos  y abundantes (76.000); pero pueden resultar de un enorme valor histórico para científicos sociales y estudiosos del Derecho y las ciencias políticas. Corriendo el riesgo de que los documentos sean aceleradamente encriptados o suprimidos, dejo los enlaces de 2 muy buenos resúmenes para que los vean y, si es el caso, copien los documentos para protegerlos (si alguien lo hace, le agradezco si me los envía a mi correo dorianvilla1@gmail.com)
Como entrenar a escuadrones de la muerte y aplastar revoluciones de El Salvador a Iraq 
How to train death squads and quash revolutions from San Salvador to you

lunes, 23 de agosto de 2010

Es la inteligencia, estúpido

En un zoológico de Estados Unidos, una tigresa que perdió su camada cayó en una depresión mortal de la que sólo fue posible salvarla mediante la sustitución de sus tigrillos por unos cochinillos. En una avenida de Hong Kong un perrito callejero trata de reanimar el cuerpo sin vida de otro perrito tendido en la mitad de la vía.
Para poder explotar la naturaleza y sobrevivir como especie, los antropopítecus nos hemos ingeniado clasificaciones jerarquizantes que toman como rasero una supuesta "inferioridad" física, "intelectual", "moral", étnica, genérica, numérica y hasta económica y social. Más fuertes e inteligentes los machos que las hembras, los blancos elegidos por los dioses y los negros seleccionados por sus amos blancos para que se dignifiquen trabajando a su servicio; refinadamente "liberado" el comportamiento sexual de las damas adineradas y prostitución el de las zorras pobres; defensa de la democracia las masacres promovidas por un tiranozuelo y terrorismo sanguinario las respuestas combativas de los grupos sociales... los ejemplos son inagotables; pero hoy quiero aludir a la INTELIGENCIA, ese espíritu universal sin el cual es imposible la vida y del cual, en una fase oscura de nuestro período evolutivo, quisimos apropiarnos como patrimonio exclusivo. A pesar de los esfuerzos de la filosofía, el arte y la poesía, tuvimos que llegar hasta mediados del siglo pasado para que etólogos como Konrad Lorenz utilizasen el método científico para introducir en la sociedad contemporánea la idea de que también los animales "tienen" inteligencia. La relación inteligencia-sentimiento es directa y recíproca; pero no es éste el espacio para ahondar en complejidades teóricas. Asi que, parodiando la frase de James Carville (asesor de la campaña presidencial de Bill Clinton en 1992): "es la economía, estúpido",  recuperando una de las propuestas de Umberto Eco en Apocalípticos e integrados: "hacer de la imagen una provocación para la reflexión crítica y no una invitación a la hipnósis" y agregándole signos de interrogación a la frase de Konrad Lorenz "Nosotros somos el eslabón perdido, tanto tiempo buscado, entre el animal y el hombre auténticamente humano" (¿?), les solicito que comparen entre la primera secuencia de imáges y estas en las que una comunidad entera se vuelca a la orilla del mar a saquear los huevos de las tortugas o a masacrar delfines (Dinamarca), una cosa con figura de mujer se enorgullece de su "valentía" sobre el cadáver de un león, un rinoceronte es abandonado a una lenta y penosa muerte después de haberle arrancado su precioso cuerno, un noble toro entra en agonía a causa de la estocada mortal de un payaso sin adjetivos... en fín, juzgue usted, amable lector, dulce lectora, si contemplando estas imágenes un ser inteligente o, por lo menos confiable en lo afectivo, puede abrigar algún tipo de esperanza en una sana convivencia "humana" con los demás seres de la naturaleza. (Click sobre las imágenes para verlas ampliadas)

lunes, 16 de agosto de 2010

El paredón del blog 10- "La Calamidad de una discusión Idiota"

No lo puedo evitar, soy un adicto. Me encanta ver escritos interesantes, textos poéticos, imágenes artísticas, mujeres hermosas... Podría ser "normal" y hasta corriente... El problema es que tengo alma de pirata. Me encanta robármelos (o, por lo menos, intentarlo) para después compartirlos con algunos cómplices estetoadictos. La "víctima" en esta ocasión es Gabriel Tormo, un aprendiz de plumífero que sabe combinar  de manera muy interesante los insumos de la filosofía escolástica con cierto "clacisimo" temático y un marcado modernismo narratológico. Me lo encontré en la página de la librería Alianza, en facebook; aunque él tiene su propia, que ustedes encontrarán siguiendo el enlace de su nombre. ¡Háganlo! Les aseguro que vale la pena. La ilustración también es trabajo de Gabriel, de quien espero un mar de indulgencias cuando, al leerse, sienta  que lo traicioné modificándole aspectos importantes (mi disculpa, nada seria ni sostenible, es que con esas modificaciones se conserva su texto original para los eventos en que sin duda, participará)
 
La Calamidad de una discusión Idiota
Al rededor de una hoguera, las grandes calamidades del mundo discutían entre sí.
  -
Mi nombre es Guerra. El más grande de los azotes del mundo soy yo. Mi presencia siembra el terror en los corazones, las madres velan por sus hijos y los hombres derraman lágrimas al despedirse de su amada, a la que ya nunca más podrán volver a ver.
  -Sueñas, hermana Guerra; soy yo, Pena a quien los hombres más temen. Nada les aterra más que su propio sufrimiento; ni siquiera el dolor de sus padres.
Soy yo la más temida y de todas la más odiada, de eso no cabe duda alguna.
  -Pobres de ustedes, ingenuas... es a mí, a Muerte, a quien todos temen. Los humanos  sacrifican a sus padres y a sus hijos con tal de escapar de mí.
Me usan como retrato de todos los males. Mi solo nombre los paraliza llenando sus almas del más profundo temor. Soy yo, más allá de toda duda, la más horrenda y detestada.
 Los otros males del mundo gritaban y gesticulaban tratando de defender todas sus desvirtudes y defectos. Las voces de Miseria y Hambre se alzaban en contra de Codicia y de Ira. Todas se creían superiores unas a otras: Hambre a Peste, Avaricia a Tristeza... 
La única que observaba en silencio con desdén desde lo alto de una improvisada tarima, pues se sabía superior, era Soberbia. Llegar a un acuerdo no parecía posible.
 -¡Busquemos a un humano! Sólo así saldremos de esta duda y zanjaremos la disputa. Que sea uno de ellos quien nos diga a quien teme más. La que se había escuchado era la voz de Locura. Todos los azotes del mundo respiraron aliviados de ver que, al menos de vez en cuando, su hermana demostraba un rayito de lucidez.
 -¡Veamos al viejo ermitaño que habita en la montaña! -sugirió Soledad -Nadie nos interrumpirá y obtendremos una opinión imparcial.
Así, pues, los azotes se encaminaron a la cueva donde pondrían punto final a su polémica. El ermitaño no mostró sorpresa ni temor cuando los azotes, uno a uno, se presentaron ante él y le plantearon su dilema.
-Como verás, necesitamos un juez. Terminemos de una vez con esta charada y dile a mis hermanas que yo, Guerra, soy la peor.
-Terrible eres en verdad, Señora Guerra. Sin embargo, cuando el tirano oprime al débil, cuando la injusticia acosa al pueblo, eres también la libertadora y la justiciera. Cruel eres, pero no me gustaría vivir en un mundo donde la humanidad no pudiera acudir a tí para mitigar los sufrimientos y las penas.
-¡Lo sabía y se los he dicho! Soy yo Pena la más temida.
-Temida, en efecto eres, Señora Pena. Haces sufrir a los hombres infligiéndonos dolor en nuestros cuerpos y nuestras almas. Pero el dolor físico es una advertencia que nos protege de peligros más grandes, y las penas del alma nos curan de nuestras pérdidas y con el tiempo se convierten en dulce melancolía. Eres una gran carga, sin duda, pero no me gustaría vivir en un mundo sin tu compañía.
Uno a uno los azotes desfilaron frente al sabio ermitaño y uno a uno los probó equivocados, enseñándoles sus bondades. Por último fue el turno de Muerte.
 -Eres horrenda en verdad; pero, de todas, eres la más útil, sin ti...
Con un rápido movimiento, Muerte rozó con su descarnado índice la frente del ermitaño y la luz de la vida lo abandonó. Los azotes miraron con reproche la huesuda indiferencia de la muerte, de pie junto al cuerpo inerte.
 -No se hagan las "santas inocentes", que no les queda, y a nadie engañan. Esto es lo que todas ustedes deseaban.
 Todos los azotes se dirigieron en procesión a la boca de la cueva entre murmullos de disgusto y comentarios de frustración.
 -Esto nos pasa por seguir las ideas de Locura...
 La última voz que se escuchó en la cueva fue la de Idiotez.
 -Deberíamos repetirlo...

viernes, 13 de agosto de 2010

¡Mierda!...¡Hijueputas!

Empezaron a  eclosionar los huevitos del salgareño. El método de los "Santos positivos", una práctica morbosa a la que ya nos tiene acostumbrados el exministro de defensa, ha regresado por sus fueros. Sus esbirros ya ni siquiera se cuidan de las evidentes similitudes en el modus operandi con el carro bomba de la escuela de caballería el 19 de octubre del 2006, ni se preocupan por cubrir el rastro del dueño del vehiculo empleado (un militar en ejercicio, que dice "haber sido emburundangado" para robárselo). Vaya uno a saber si será una pinche coincidencia que hoy, 13 de agosto se cumplan 11 años del asesinato de Jaime Garzón, el UNICO periodista comprometido con una causa social en la cadena radial que está pretendiendo adjudicarse el papel de "objetivo" de este  show.
Lo verdaderamente preocupante de todo esto, más allá del siniestro grado de sofisticación y refinamiento que están alcanzando, es el inevitable efecto de bola de nieve que acabará legitimando una campaña de persecución y muerte a los líderes comunitarios (para no ir muy lejos, ayer asesinaron en Medellín a Luis Germán Restrepo Maldonado, presidente de Sintraempaques, sin que hoy las emisoras de radio y los canales de televisión, engolosinados con la explosioncita de Bogotá, se hayan molestado en reseñar la noticia). Ya entre ellos, que al fín y al cabo se cubren todos con la misma cobija, debe estar poniéndose teso el ambiente, al saber que ninguno de ellos es confiable y ninguno de ellos puede descuidarse, porque al primer papayazo podría ser la víctima propiciatoria de esta estrategia macabra de mantener en la impunidad las bellaquerías cometidas por el clan al que servía el salgareño. La cúpula militar, los megacontratistas, los palmicultores, los banqueros, los narcotraficantes y los "inversores" extranjeros explotan el tema del terrorismo (concebido y patrocinado por ellos mismos) y medran del drama de más de 28 millones de pobres que sobreagúan con un salario de hambre (los que logran algún empleo, porque la tasa de desempleo supera el 18%). Quien lo creyera, logramos superar los grotescos esfuerzos del salgareño para metérsenos por la vía de los falsos afectos y, como van encadenándose los acontecimientos, acabaremos reaccionando visceralmente, mandando a la misma mierda cualquier posibilidad de discurso razonado y de fe en  las acciones civilizadas ¡Coman mierda, manada de hijueputas!
 

miércoles, 4 de agosto de 2010

José María Vargas Vila- Un silencioso Sesquicentenario


A propósito de toda esa falsa celebración de "independencia" que el salgareño y sus secuaces trataron de difundir con su alharaca de culebreros, ¿alguna profesora de ciencias sociales podría tratar de explicarle a sus alumnos  por qué en este parrandeadero de gringos los Ministerios de Educación y de Cultura son apéndices del Ministerio de Guerra (que, por esas deformaciones semanticistas de la esquizofrenia burocrática, fue cambiado por "de defensa")? El diseño curricular del bachillerato colombiano, del cual hablaremos proximamente, y la intensa campaña de aculturación mediática de un par de organismos policivos adscritos al sistema oficial de propaganda, se han asegurado de filtrar cualquier clase de contenido civilista en la programación intelectual de la Opinión Pública colombiana. Es por eso que quien haya observado los desfiles castrences y escuchado las arengas veintejulieras con motivo de las celebraciones del "bicentenario" podría preguntarse por qué, además de políticos corruptos y chafarotes belicosos, pareciera que este pais nunca hubiese producido  científicos, artistas, escritores, pensadores, en fin... algún tipo de Ser Humano Digno que pudiese devolvernos la confianza en la dinámica cultural del proceso constructor de una identidad nacional. Tal es el caso del cumpleaños Ciento Cincuenta del nacimiento del escritor colombiano José María de la Concepción Apolinar Vargas Vila Bonilla, más conocido como José María Vargas Vila, el cual, con muy contadas y modestas excepciones, recibió unos breves comentarios en uno que otro medio impreso y ninguno en la radio o la televisión nacional, que, aquí entre nos, no tienen un solo espacio para la difusión programática de la cultura.
Nacido en Bogotá, Colombia, el 23 de julio de 1860 y muerto en Barcelona, España, el 25 de mayo de 1933, Vargas Vila sigue siendo el escribidor más prolífico y polémico de toda la historia literaria del país, por encima de Fernando Vallejo, su mal imitador pseudopanfletista. Junto con Juan Montalvo, escritor ecuatoriano nacido en Ambato,  (con quien tiene más de una "coincidencia") es considerado el mayor insultador de latinoamérica. Escribió en varios géneros literarios, en especial en Panfleto (crítica y sátira culta e ilustrada), un género hoy desprestigiado por los panegiristas del régimen, para atacar de manera virulenta a los godos notables de la Regeneración Nacional (Rafael Núñez, Miguel Antonio Caro, Carlos Holguín, Manuel Antonio Sanclemente y José Manuel Marroquín). Sobre Núñez dice que “pertenecía a la raza triste de los tiranos filósofos”. De Miguel Antonio Caro dice: “no usó el poder sino para empequeñecerse”, “hubo dos cosas inseparables en él: la tiranía y la gramática” y “fue un sátiro de las rimas” (había que tener el cuero muy duro para sobrevivir a la implacabilidad de estas sentencias). Sus obras fueron condenadas tanto por el sistema institucional como por la Iglesia. Los curas sermoneaban desde los púlpitos amenazando con las llamas eternas del infierno al apóstata que leyera los libros de este demonio. Contrario a lo esperado, el alboroto hizo aumentar explosivamente las ventas de sus obras, las cuales se editaban y circulaban de manera profusa no sólo en Colombia sino en todo el continente americano y en España. Escribió y publicó setenta y ocho volúmenes: veintidós novelas, tres libros de relatos, once de ensayos literarios, siete de filosofía, siete de estudios históricos, seis de temas políticos, uno de conferencias y una tragedia * . Reproduzco intacto el siguiente párrafo del poeta antioqueño Jorge Valencia Jaramillo "Su popularidad como escritor era inmensa. Su nombre no se mencionaba (ni se menciona hoy) en las antologías, en las historias de la literatura o en los artículos de crítica literaria. Pero sus libros circulaban en las tabernas, en los corredores de las universidades, en las herrerías, en las oficinas de comercio, en los talleres de sastrería, entre los empleados de los servicios públicos, en la clientela de las peluquerías y de las carnicerías. Vargas Vila ha sido por eso, como pocos, forjador y maestro de la cultura popular en Nuestra América. Yo he encontrado libros suyos en bebederos de aguardiente de Risaralda (Colombia), entre bultos de papa; en un cafetín de Buenos Aires, en la zona del puerto, alimentando la conversación de los parroquianos a la hora de la siesta; en la cartera de una empleada de correos de Montevideo, para ser llevado del trabajo al café Sorocabana de la Plaza Libertad, donde un grupo de amigos esperaba para el debate intelectual del anochecer; en una pescadería de Valparaíso, cuyo propietario interrumpía la atención a los clientes para leerme párrafos enteros de "Los Césares de la decadencia" con entusiasmo sincero; en una "fazenda" brasilera, donde el mulato más letrado tenía el encargo de leer a los trabajadores reunidos algún texto "bueno para el alma"; en una peluquería del Cuzco (Perú), entreverado con revistas de moda y de deportes, para que los clientes que pagaban por la trasquilada ("sentado, 10 soles; parado, 5 soles") pudieran ilustrarse; y naturalmente, en mi propio pupitre de escolar, en Santiago de Chile, cuando fundé un club de adolescentes conspiradores y traficantes de libros prohibidos y blasfemos". Fue, probablemente, el primer escritor de nuestra lengua que, a pesar de su trashumancia, pudo vivir cómodamente de sus derechos de autor (En algunos casos no es fácil definir con exactitud la fecha de publicación ya que hay ediciones dobles e incluso varios títulos para la misma obra). Pero, sobre todo, y  éste es un rasgo vergonzantemente ignorado, el más ecuménico, cosmopolita y anticipado de todos nuestros embajadores, que se reconocía más identificado con el compromiso de irradiar sus ideas políticas que con la creación literaria. En su Diario, en febrero de 1920, escribiría: “La idea de que en el porvenir yo pueda ser juzgado como un literato me entristece. La literatura no fue para mí sino un vehículo de mis ideas, y fue en ese sentido que yo escribí mis novelas y juicios críticos y libros de estética pura. Yo no quiero ser desnudado de mis arreos de combatiente, ni aún en el fondo del sepulcro”. .
Era el suyo un sino trágicamente predestinado, al mejor estilo de la narratología griega, hilado febrilmente  desde el momento mismo de su nacimiento en medio de una guerra que no le permitió tener presente a su padre, el General José María Vargas Vila, quien se hallaba en el campo de batalla  bajo el mando del General Tomás Cipriano de Mosquera. Un hado indómito que se iría configurando desde el momento en que en 1875, con sólo 16 años, hizo click en el botón que dispararía el chip de su destino por la ruta de las contradicciones irónicas y el eterno desarraigo, cuando decidió enrolarse en las fuerzas liberales comandadas por el general Santos Acosta para defender de la rebelión conservadora  al Presidente Aquileo Parra Gómez quien, a la postre, sería el último gobierno del Olimpo Radical y que se consolidaría a partir de 1878 cuando, a sus 19 años, se va como maestro de escuela para la ciudad de Ibagué, a pesar de no tener ningún título académico, tal como lo dejó registrado en los  Diarios, cuaderno XV, que escribió en su época nostálgica, a la edad de 59 años : "Fui el autodidacta apasionado y completo: a los veinte años la antigüedad clásica me era familiar;  había leído a Homero, Tucídides, Esquilo, Xenofonte y Cicerón. Tenía pasión por Tácito y desprecio por Suetonio; traducía al Dante e imitaba a Virgilio. Todo esto aprendido y leído en la biblioteca de un cura de pueblo que había sido fraile y que poseía el don de la elocuencia.  Se llamaba Leandro María Pulido y era cura de almas en el pueblo de Siachoque (...)  Durante las vacaciones que el profesorado que yo ejercía desde los diecinueve años me dejaba, yo me encerraba con él, que ya era sexagenario; su reclusión llena de libros me daba una especie de manía por la lectura, aquella era mi universidad (...). Era político enragé (rabioso), conservador y fanático a outrance. ¿Cómo pudo convivir conmigo que era el polo opuesto de sus crencias?  Tal vez por la ley de los contrarios". Pasado algún tiempo regresa a Bogotá para trabajar como profesor en el colegio Liceo de la Infancia, dirigido por el sacerdote Tomás Escobar, en el cual se educaba lo más selecto de la sociedad bogotana. Allí resiste un par de años, hasta cuando, molesto con el rector, publica un artículo en La Actualidad, un periódico radical, acusándolo de tener relaciones homosexuales con muchos de sus alumnos. El escándalo fue mayúsculo. Expulsado de la institución, Vargas Vila migró a Tunja, a la casa del canónigo Leandro María Pulido. En 1884, con 24 años, habiendo dejado su oficio de maestro de escuela que desempeñó entre Ibagué, Guasca, Anolaima y Bogotá, es inmerso en la Revolución del 85 al enrolarse como secretario de Daniel Hernández, General de las tropas liberales radicales de Santos Acosta durante el alzamiento que éste dirigió contra el presidente Rafael Núñez,  caudillodel partido nacionalista y  líder inobjetable de la Regeneración Nacional, para, un año después, en 1885, a causa de la muerte del  General Hernández en la batalla de La Humareda, huir a la hacienda El Limbo (¿aún duda de la ironía, amable lector(a)?), en Los Llanos,donde aprovechó el refugio y la hospitalidad que le brindó el general Gabriel Vargas Santos, pariente lejano suyo, para escribir  su obra "Pinceladas sobre la última revolución de Colombia; siluetas bélicas", en la que ridiculizó los ideales y el comportamiento de los grandes jefes políticos de la Regeneración, presentándolos como fieras ávidas de sangre; azotando con adjetivos virulentos, quemantes todas sus supuestas virtudes cívicas y acentuando hasta la caricatura su enfermizo sometimiento a las negras sotanas. La reacción gubernamental fue inmediata: El Presidente Núñez ofreció recompensa por su captura vivo o muerto. En 1887, presionado por la persecución montada huyó a Venezuela y se estableció en Rubio, donde fundó el periódico La Federación; pero Nuñez logró mediante protestas y presiones que las autoridades de Venezuela clausuraran la publicación. Vargas Vila, entonces, se trasladó a Maracaibo y allí inició la producción de sus primeras novelas, que publicaba y vendía por entregas, en forma de folletos y en 1888, ya en Caracas, fundó la revista Los Refractarios y dirigió la revista Eco Andino con  Diógenes Arrieta y Juan de Dios Uribe. En 1891 viajó a los Estados Unidos y se radicó en Nueva York, donde muy pronto entabló relaciones con muchos exiliados latinoamericanos, intelectuales y conspiradores, laboró en el diario El Progreso y fundó y redactó la revista Hispanoamérica, en la cual, además de los consabidos ataques, publica varios cuentos que después recogería en su libro Copo de espumas. Allí publicó también su libro Los Providenciales, feroz diatriba contra los arrogantes caudillos y dictadores latinoamericanos. En 1893 regresó a Venezuela, donde el presidente Joaquín Crespo lo nombró su secretario particular. Pero poco tiempo después Crespo fue derrocado  y, conminado por el nuevo presidente Raimundo Andueza Palacio, debió dejar Venezuela y viajar a Nueva York donde trabajó en la redacción del periódico El Progreso, fundó la Revista Ilustrada Hispanoamérica, en la que publicó varios cuentos y trabó amistad con el apóstol de la independencia cubana José Martí, quien en 1894 le informó sobre sus planes de retorno a la isla para integrarse a la Guerra de Independencia. Pocos meses más tarde, el 19 de mayo de 1895, caía Martí herido de muerte en suelo cubano; pero alcanzó a dejarnos este testimonio del efecto de la personalidad de Vargas Vila en las reuniones y mitines en que participaron : "el vehemente entusiasmo con que, sacados de sus asientos por ímpetu de amor, saludaron aquellos esclavos de América la peroración cadenciosa, inspirada, valentísima del colombiano José M. Vargas Vila, que cuenta sus días ya gloriosos por las batallas afamadas de su palabra y de su pluma en pro de la libertad". En 1898 Eloy Alfaro, Presidente de Ecuador, lo nombra Ministro Plenipotenciario de Ecuador en Roma, pero, a causa de la publicación de su novela Ibis en el año 1900, el Papa León XIII lo excomulga. Vargas Vila recibe la noticia con una sentencia lapidaria: No doblo la rodilla ante ningún mortal. Sin embargo, debió regresar a su exilio en Nueva York, donde, en 1902, fundó la revista Némesis, desde la cual criticaba al gobierno colombiano de Rafael Reyes y demás dictaduras latinoamericanas, así como a la  práctica estadounidense de la Política del Garrote, la Enmienda Platt y la usurpación  del canal de Panamá. En 1903 publicó en esa revista Ante los bárbaros- El yanki he ahí al enemigo en el que  hace un recuento crítico de las invasiones norteamericanas en Haití, Filipinas, Cuba, Panamá y Nicaragua, tras lo cual el gobierno de Washington lo obliga a dejar Estados Unidos. Se fue a vivir a Venecia por una breve temporada y regresó a París en 1904. Allí estableció relaciones de amistad personal y de afinidad intelectual con una pléyade de escritores latinoamericanos (Rufino Blanco Fombona, Enrique Gómez Carrillo y muchos otros) que se habían refugiado en la Ciudad Luz. Su estadía en París fue muy breve, porque, en 1904 José Santos Zelaya Presidente de Nicaragua lo designó, junto con Rubén Darío (quien le dedicó un par de poemas: Cleopompo y Heliodemo y Propósito primaveral) como integrante de la Comisión de Límites con Honduras ante el rey de España, mediador en el contencioso. Pero Vargas Vila no era hombre de cargos diplomáticos; pronto regresó a su trabajo creador. Se puso al frente de la edición de sus libros y luego de breves estancias en París y Madrid se asentó en Barcelona, donde inició, por acuerdo con la Editorial Sopena, la publicación de sus obras completas.
Virtuoso de la Diatriba y el Vituperio, fue un modernista afrancesado (hay quienes dicen que demasiado efectista, con un cierto gusto por las decoraciones recargadas a lo D'Annunzio) que utilizó su oficio para exponer sus ideales liberales radicales y dinamizar una crítica incesante contra las ideas conservadoras, el clero y la política imperialista de los Estados Unidos. Muchas de sus ideas, próximas al existencialismo, se fueron afirmando como libertarias, muy próximas al anarquismo, a tal punto que él mismo se declarara anarquista.Usaba un fraseo entrecortado con hiatos arbitrarios que evocaban el estilo "descarrilado" de don Simón Rodríguez y personalizaba los conceptos abstractos escribiéndolos en mayúsculas (la Ambición, el Odio, la Hipocresía, la Grandeza) para, combinando el dominio filosófico de  las doctrinas nihilistas con la búsqueda nietzscheana del "superhombre",  introducírlos en frases y metáforas que abrían heridas incurables y, mediante el uso de la Paradoja en un estilo admonitorio, poner sobre las llagas el ácido urticante de renovadas imprecaciones. Sus sentencias  lapidarias, sus conclusiones proverbiales, su irreductible anticlericalismo y su apasionada defensa del libre pensamiento provocaron que sus acérrimos enemigos (los viejos círculos clericales apegados a sus privilegios y la decadente jerarquía conservadora cargada de odios y rencores) le endilgaran un catálogo de perversiones y sicopatologías: Que era hermafrodita. Que era impotente y que esta era la razón de su odio a todo lo viviente. Que era homosexual. Que su misantropía y su odio a la iglesia nacían del hecho de ser hijo de un cura párroco y una monja depravada. Que presidía sesiones de satanismo con sus amigos y cómplices. Que ayudaba con su patrocinio a los seguidores de Malatesta, financiando asesinatos y bombazos contra duques y marqueses... Agregaban a ello un listado interminable de apodos adjetivantes: "el expatriado", "el satánico", "el bastardo", "el lenguaraz despreciable", "el desnaturalizado", "el blasfemo", "el luciferino mendaz", el "enemigo de la paz, el orden y la autoridad", "el decadente pernicioso", el "disolvente", el "degenerado".
En 1923 realizó intensas giras por varios países de América Latina en los que había alcanzado gran popularidad. Visitó Buenos Aires, Montevideo, Río de Janeiro, México, La Habana y otras ciudades importantes. Dictó conferencias, muy agitadas y concurridas. Causó revuelo y estrépito. Libró polémicas con los periodistas que le hicieron entrevistas escandalosas. Pero, al final de esta gira, en La Habana, Vargas Vila contrajo una enfermedad extraña que afectó su vista y que, finalmente, lo dejó completamente ciego. Regresó a Barcelona, donde transcurrió los últimos años de su vida en completa soledad, sin vida afectiva íntima, sin un amor profundo, sin una compañía duradera. La neurosis comenzó a manifestarse en forma de actitudes agresivas e intolerantes, incluso hacia los propios amigos que lo estimaban y admiraban. En su Diaro,  en 1918, escribió: "El amor no fue pasión mía (...). El aprendizaje de la soledad no fue penoso; yo había nacido un solitario y lo fui desde mi niñez..., nunca tuve amores, nunca tuve amigos. Las mujeres que fatigaron mi sexo no entraron jamás en mi corazón, cuando entré en la soledad no tuve que expulsarlas de ella".
Añoró a su patria cientos y cientos de veces, pero también la maldijo. Por eso, antes de morir, escribió: “sólo pido al viento misericordioso que no sople hacia occidente, y no lleve un átomo de ellas hacia las playas de mi patria. Yo no quiero ese último destierro; lloraría de dolor aquel átomo de mis cenizas”. Su voluntad, para el día de su muerte, había sido: Cuando yo muera, poned mi cuerpo desnudo,/ como a la tierra vino;/ en una caja de madera de pino;/ sin barniz, sin forros, sin adornos vanos de recia ostentación;/ poned mi pluma entre mis manos;/ y el retrato de mi madre sobre mi corazón;/ y como epitafio, grabad únicamente esto: Vargas Vila. Murió en 1933, cuando ya comenzaba a gestarse el terrible drama de la guerra civil española. Lo despedimos con la frase que pronunció en París (1897) para su amigo, el poeta Diógenes Arrieta:
¡Duerme en paz, amigo, lejos del imperio monacal que nos deshonra!
(Una muy buena reseña de su bibliografía está  en El divino Vargas Vila, de Arturo Escobar Uribe) Fragmento de Los divinos y los humanos (1904), "¡Qué época!, ¡qué generación!, ¡qué hombres!; era como una flora gigantesca y extraña, abriéndose en la sombra; tenían la virilidad, la fuerza, el heroísmo de los grandes innovadores. La Elocuencia, el Talento, la Virtud, todo residía en ellos; los apellidaron los Gólgotas. Antes de ellos, el liberalismo había sido un ensayo débil, pálido, confuso, herido por  el militarismo arrebatado por la negra y furiosa ola conservadora;  todos venían de abajo, de la sombra, del pueblo: cunas humildes de lejanos puntos del páís los habian mecido; sangre de campesinos, sana y robusta, circulaba por sus venas; vientos de nuevas y generosas ideas,soplaban sobre ellos; ideales luminosos, sublimes utopías llenaban sus cerebros y, con la piqueta demoledora y el verbo sublime de las grandes revoluciones, escalaron la cima para anunciar al pueblo la buena nueva".
El 24 de mayo de 1981, el poeta antioqueño Jorge Valencia Jaramillo (izq.) logró que los restos de Vargas Vila llegaran a Bogotá provenientes de España. (Breve reseña en El Espectador el 24 de julio de 2010)