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viernes, 13 de mayo de 2011

Una bengala en esta noche oscura para otear un horizonte incierto

Cuando le preguntamos a alguien de aquellos "adultos venerables" nacido en los años cincuenta del siglo pasado, cuya edad rondaba entre los 17 y 20 años al momento del asesinato del Che en Bolivia el 9 de octubre de 1967; o entre los 20 y 25 el 11 de septiembre de 1973 cuando la bellacada pinochetera contra Salvador Allende en Chile, cuando le preguntamos, digo, por qué no hizo nada para hacer sentir su descontento y escuchamos una respuesta llena de lugares comunes como que eran unos fascinerosos que tenían que ser eliminados para erradicar la propagación de la plaga comunista, y vemos nuestra propia actitud frente a la invasión a Irak, el vil ahorcamiento de su presidente, el asesinato sobre seguro de Osama Bin Laden y lo que están haciéndole a Libia, tal vez debamos comenzar a pensar qué les contestaremos a los inexorables inquisidores que dentro de 20 o 30 años nos hagan las preguntas respectivas. 
Como para facilitar la "comprensión intuitiva" de lo que puede estar aconteciendo en esos rincones oscuros a los que no llega la mass media, anexo este documento, el cual, debo advertir, creí haber colgado el 9 de mayo; pero descubro ahora que por cualquier diablillo enfermizo no apareció en portada; espero que esta vez funcione; sería lamentable privarnos de un texto tan revelador.      
Reminiscencias de mi vida, Muamar Gadafi.
Durante 40 años o más, no lo recuerdo, hice todo lo posible por dar a la gente casas, hospitales, escuelas, y cuando tenía hambre, le di alimento, incluso convertí Bengasi en tierra cultivada desde el desierto, resistí ataques de ese cowboy Reagan, cuando mató a mi hija huérfana adoptada, trataba de matarme a mí, en su lugar mató a esa pobre niña inocente, luego ayudé a mis hermanos y hermanas de África con dinero para la Unión Africana, hice todo lo que podía para ayudar a que la gente comprendiera el concepto de la verdadera democracia, en la que comités populares dirigían nuestro país, pero nunca fue suficiente, como algunos me dijeron, incluso personas que tenían casas con diez habitaciones, trajes nuevos y muebles, nunca se dieron por satisfechas, tan egoístas que querían más, y dijeron a estadounidenses y a otros visitantes, que necesitaban “democracia” y “libertad”, sin darse cuenta jamás de que era un sistema desalmado, donde el perro más grande se come al resto, pero les encantaban esas palabras, sin darse cuenta jamás de que en EE.UU., no había medicinas gratuitas, ni hospitales gratuitos, ni viviendas gratuitas, ni educación gratuita, ni alimentos gratuitos, excepto cuando la gente tiene que implorar y hacer largas filas para conseguir sopa, no, no importa lo que hiciera, nunca era suficiente para algunos, pero para otros, sabían que yo era hijo de Gamal Abdel Nasser, el único verdadero líder árabe y musulmán que hemos tenido desde Saladino, cuando reivindicó el Canal de Suez para su pueblo, como yo reivindiqué Libia para mi pueblo; fueron sus pasos los que traté de seguir, para mantener libre a mi pueblo de la dominación colonial – de ladrones que querían robarnos.
Ahora me ataca la mayor fuerza en la historia militar; mi hijito africano, Obama, quiere matarme, arrebatar la libertad a nuestro país, quitarnos nuestra vivienda gratuita, nuestra medicina gratuita, nuestra educación gratuita, nuestros alimentos gratuitos, y reemplazarlos por hurto al estilo estadounidense, llamado “capitalismo”, pero todos nosotros en el Tercer Mundo sabemos lo que eso significa: significa que las corporaciones dirigen los países, dirigen el mundo, y la gente sufre, por lo tanto no me queda alternativa, tengo que resistir, y si Alá lo quiere, moriré siguiendo su camino, el camino que enriqueció a nuestro país con tierra cultivable, alimentos y salud, e incluso nos permitió ayudar a nuestros hermanos y hermanas africanos y árabes a trabajar aquí con nosotros, en la Jamahiriya Libia.
No deseo morir, pero si llega a suceder, para salvar a este país, mi pueblo, a todos los miles que son mis hijos, que así sea.
Que este testamento sea mi voz ante el mundo: que combatí contra los ataques de cruzados de la OTAN, combatí contra la crueldad, combatí contra la traición, combatí a Occidente y sus ambiciones colonialistas, y que permanecí junto a mis hermanos africanos, mis genuinos hermanos árabes y musulmanes, como un fanal de luz, cuando otros estaban construyendo castillos. Viví en una casa modesta, y en una tienda de campaña. Nunca olvidé mi juventud en Sirte, no gasté alocadamente nuestro tesoro nacional, y como Saladino, nuestro gran líder musulmán, quien rescató Jerusalén para el Islam, tomé poco para mí…
En Occidente, algunos me han llamado “loco”, “demente”, conocen la verdad, pero siguen mintiendo; saben que nuestro país es independiente y libre, que no está en manos coloniales, que mi visión, mi camino es, y ha sido claro para mi pueblo: que lucharé hasta mi último aliento para mantenernos libres, que Alá todopoderoso nos ayude a permanecer fieles y libres.
c: Coronel Muamar Gadafi, 5 de abril de 2011

miércoles, 6 de abril de 2011

De las falsas rebeldías y las pataletas de diseño (glosas sueltas sobre la relación trabajo-educación-engaño)

 

Muchos paraisos se han perdido desde los tiempos bíblicos en que la mordida de una manzana le acarreó a la humanidad el peso del trabajo como "castigo divino". Desde entonces, el demonio, que es feliz metiendo sus cuernos en toda actividad humana, ha sabido seducir a algunos cuantos hominidos para que conviertan el castigo en "factor de riqueza", la acumulación de riqueza en expresión de "civilización", la expansión de una civilización en "progreso cultural" y la ostentación de progreso en instrumento de "poder". Esta es una visión reduccionista y caricaturezca, quien quiera mirarlo desde una perspectiva más seria y creible puede documentarse con La riqueza de las naciones, de Adam Smith (clic aquí para bajar el pdf) y, si no le asustan los apodos y descalificaciones de los analfabetas políticos, hay una abundante y bien documentada bibliografía del Materialismo Histórico (aquí le sugiero esta reseña de Los Grundrisse -clic aquí para bajar el pdf).
2- Ya sea como heredera del proceso invasivo de conquista y colonización, o como consecuencia de la Revolución Industrial y el paso del feudo a la urbe, la educación escolarizada fue impuesta como un Deber-Derecho cuyo culto marcó la premisa cultural del Occidente geopolítico, hasta el punto de constituirse en meta del proyecto de vida individual y en  objetivo político de la oferta burocrática del Estado. Pero, solapada bajo una cobertura de misión "humanizante", la escuela administra su única y verdadera función: La capacitación para el trabajo. Cualquier disciplina académica se hace inútil si no es fuente de empleo. Desde el protocolo de los lacayos en las cortes (incluida la diplomacia) hasta la astronáutica y la física cuántica, quien las estudie aspira a un empleo que le subvencione su subsistencia física y social. Es ésa una contradicción inherente al sistema educativo: De una parte pretende darle alas al espíritu para que levante vuelo sobre las contingencias materiales del diario vivir, y, de otra, le encadena la conciencia a los requerimientos terrenos del empleo asalariado. Podría debatírseme refiriendo a los estudiantes de artes o de historia de la filosofía, que inicialmente decidieron apostarle al "amor" al arte por el arte y el conocimiento por su propia tautología; pero estoy en capacidad de contraargumentar aludiendo al adjetivo de "locos", "vagos" y "bohemios" con que esos soñadores deben familiarizarse, además del costo social que deben estar dispuestos a pagar si no claudican a tiempo y terminan estudiando cualquier otra carrera "que les permita vivir dignamente".

3- Porque, entre muchas otras razones, la condición de estudiante es pasajera y limitada, el "Movimiento Estudiantil" es una ilusión no solamente efímera e inestable, sino políticamente inútil. Si de él se tiene un recuerdo histórico positivo por su influencia en algunas decisiones oficiales (El Movimiento Estudiantil de Córdoba, Argentina, 1918 -clic aquí para bajar el pdf o la Comuna de Mayo del 68 en Paris), pesa más el sentimiento nostálgico de la "gesta heroica" de unos mártires inmolados por las "fuerzas oficiales del orden" (Centro de Bogotá el 8 y 9 de junio de 1954, Tlatelolco, México 2 de octubre de 1968, La Noche de los Lápices en La Plata, Argentina, el 16 de septiembre de 1976, Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá, 16 de mayo de 1984, etc., etc., etc...). No se trata de pordebajiar el derecho adolescente y post-adolescente a desahogar su malestar personal, generacional, social y cultural. Todo jóven, por el mero hecho de serlo, tiene no sólo el derecho sino el deber personal de manifestar su descontento e insatisfacción expresándose incluso con violencia si fuere necesario. Pero, que a estas alturas del partido, los universitarios colombianos, que guardaron ocho años de silencio (dos promociones universitarias) con una prudencia cómplice ya fuese por miedo o por falta de animadores que los movilizasen, y cuando se hace evidente la injerencia de los mismos agentes y estrategias que prendieron la mecha en el Oriente Medio, decidan desempolvar las anacrónicas "formas de lucha" para fortalecer la retórica incoherente de unos burócratas calanchines que necesitan mostrar "fuerza" para mantener su eslaboncito en el poder oficial...
El pueblo unido jamás será vencido, Los cuerpos se entierran la sangre se venga, Por nuestros muertos ni un minuto de silencio toda una vida de combate, Por el derecho a la educación... ¡Pura mierda!
Detrás de su manipulada "protesta" están unos avivatos que medran del poder de convocación y se lucran de la pacificación negociada.  Muchachos, si van a ser anarquistas porque se les da la gana, al estilo barras bravas de los equipos de fútbol, o quieren tropeliar al estilo pandilla barrial por el goce de la adrenalina, o prefieren vivir la ilusión de una militancia política bastarda, haganlo, es posible que al final la experiencia acumulada los haga más maduros, comprensivos y tolerantes; pero, cuando sean actores de un evento social de trascendencia política, esfuércense por desenmascarar al manipulador que, oculto tras las bambalinas del discurso reivindicacionista, llena sus arcas de billete verde con la venta de insumos para la guerra y el control político. Si le parece muy paranoico el enunciado, pregúntese ¿Quiénes y qué están ganando con la invasión a Irak y la desestabilización de Túnez, Egipto, Libia, etc.?
Bueno, en fín, que toda esta carreta chocante y provocadora ha tenido como objeto tratar de encontrar un asidero teórico para comprender los orígenes (y los fines) de los recientes simulacros de "movimientos sociales" protagonizados por masas de jóvenes universitarios en los paises del noreste del continente africano y su correspondiente emulación en algunos paises latinoamericanos por unos grupúsculos de "universitarios" cuya "rebeldía" de marioneta pretende el reclamo reivindicativo de su derecho a ser explotados.
No importa cuánto tiempo haya pasado y cuanta baba se haya vertido sobre la ideología comunista, el prólogo de Engels al Manifiesto, edición alemana de 1883, sigue teniendo vigencia:

"La idea central que inspira todo el Manifiesto, a saber: que el régimen económico de la producción y la estructuración social que de él se deriva necesariamente en cada época histórica constituye la base sobre la cual se asienta la historia política e intelectual de esa época, y que, por tanto, toda la historia de la sociedad -una vez disuelto el primitivo régimen de comunidad del suelo- es una historia de luchas de clases, de luchas entre clases explotadoras y explotadas, dominantes y dominadas, a tono con las diferentes fases del proceso social, hasta llegar a la fase presente, en que la clase explotada y oprimida -el proletariado- no puede ya emanciparse de la clase que la explota y la oprime -de la burguesía- sin emancipar para siempre a la sociedad entera de la opresión, la explotación y las luchas de clases; esta idea cardinal fue fruto personal y exclusivo de Marx ."

miércoles, 23 de marzo de 2011

Un poco de esoterismo con algo de pseudo- historia para entender el asunto Libia

Por supuesto, hay una nata espesa de charlatanería y superstición; pero si logra penetrarla puede usar el material para escribir novelas al estilo Dan Brown, o descifrar tras las aparentes infantiladas la causa única y verdadera de todas las empresas humanas: El hambre de poder. Es una serie de 16 o más videos ; aquí me permití la arbitriaridad de escoger dos, porque mi sentido crítico me hacía dar sueño. Para verlos todos se puede enlazar clicando sobre la imagen al finalizar cualquiera de los dos videos.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Los terremotos de Japón; una calamidad de PlayStation

Son tragedias de tal magnitud, que sospechar de sus orígenes nos hace ver como locos  paranoicos o maniáticos mesiánicos. Pero, a los colombianos que vimos estupefactos la manera en que el pueblo de Armero (departamento de Tolima, Colombia) fue borrado del mapa  con 20.000 de sus habitantes por una avalancha de lodo y piedras el 13 de noviembre de 1985, siete días después del holocausto del Palacio de Justicia, cuando parecía inevitable el Juicio de responsabilidades sobre belisario betancur (cobarde presidente de la república que se escondió mientras los militares perpetraban la masacre), cada vez que contemplamos un desastre natural como los terremotos de Chile, Haití y Japón, se nos vuelven a aparecer los fantasmas de una intervención político-técnico-militar con fines que cada vez resultan más obvios y predecibles.
El "muestreo" de los efectos físicos, sociológicos, económicos y políticos en tres paises representativos de los tres mundos de la geopolítica global puede brindar información definitiva en el diseño de estrategias macrofinancieras de escala global como recurso extremo del sistema capitalista para retrasar su inexorable crack.  En el caso de Haití como pais perteneciente a la esfera de los paises tercermundistas, una catástrofe como la del 12 de enero de 2010 en el cual fallecieron 316.000 personas, dinamizó la circulación de efectivo bajo la cobertura de envío de tropas y donaciones voluntarias justificadas como "ayuda humanitaria" (un año después, Haití sigue igual y el billete retornó a la banca). El terremoto de Chile (país del mundo dos), el 27 de febrero de 2010, con apenas 525 muertes, permitió observar que en paises en los que se ha consolidado un sistema oligárquico autóctono son más eficaces los métodos de penetración ideológica, represión militar y apertura de mercado. El terremoto de Japón, competidor fuerte por el predominio económico en los paises del mundo uno) era un  terremoto largamente esperado, no sólo por vulcanólogos y estudiosos de los sismos, sino por el grupillo de personajes a quienes se alude en esta entrada.
Vivimos (y morimos) en un mundo en el que vemos materializarse los más alucinantes relatos de la Ciencia-ficción. Ya no se trata del rumor apocaliptero sobre "el fín de los tiempos" y hay que estar muy  rallado (y rayado) para tomar los acontecimientos como una "señal" de la inminente "segunda venida de cristo" o pretender descubrir tras los eventos la infantil injerencia de unos "hombrecitos grises" o vestidos de negro, o protagonistas oscuros de rituales masónicos que planean y ejecutan intervenciones a escala sobre el ecosistema y la existencia de algunos individuos, quien sabe con qué fines. ¡No! Hoy los conspiradores  y sus fines son groseramente vistosos: TRUSTS & CASH (Ver Esto no es una pipa). En el año 2007 Benjamín Fulford, un inquieto periodísta canadiense, publicó un informe sobre una "misteriosa" conspiración contra Japón cuyo objetivo eran las centrales nucleares. Fulford analizaba las causas por las que se producen  acontecimientos tan terribles como el tsunami de Indonesia, el ciclón de Myanmar o el terremoto de China, todos ellos ligados a razones políticas y económicas concebidas y ejecutadas por ostensibles figuras del poder político del sistema capitalista. 

El núcleo operativo de esas acciones es un complejo sistema de generación y teledirección de ondas energéticas bajo forma de rayos e, incluso, de bolsas de plasma, conocido como Proyecto HAARP (Ver mi entrada respectiva)  Para aquellos que aun duden de la existencia de esta mortal y terrible arma, una de las personas que aparece en el video explicando en qué consiste el tal proyectico es el encargado de Relaciones Públicas del Proyecto HAARP. 
De todas maneras, trátese de paises del tercer, segundo o primer mundo, las víctimas objeto de los experimentos vivencian y transmiten su drama en relación directa con los intereses publicitarios de los medios informativos. Las imágenes de los haitianos exhibiendo su miseria ante el morbo lastimero de los noticieros  tuvieron una diagramación diametralmente opuesta a las escenas de solidaridad y coraje de los chilenos y ni qué decir de las imágenes dantescas de la tragedia japonesa, en las cuales pese a la violencia arrasadora de los acontecimientos y el número creciente de víctimas se siente una "distancia" entre la  realidad padecida por los japoneses y la intensidad dramática con que los percibimos los televidentes. Quizás sea la influencia espiritual del Sintoismo, tal vez sea la traza genética de los herederos de las consecuencias de la segunda guerra mundial; incluso puede haber vestigios de la disciplina samuray en el aparente mutismo del carácter japonés, lo cierto es que los muchos reportes gráficos y televisivos sobre la tragedia no lograron trasmitirme una emoción coherente con la trascendencia del evento. Hay tanta geometría en las escenas, tanto de coreografía en el comportamiento de los damnificados, tanto esmero en el cuidado de los objetos materiales por encima de su propia protección, que acaban haciéndose irreales, como de juego de playstation o escena de godzilla.
 
 
 
 
Nota: Algo bueno (con perdón) del stand by impuesto por la expectativa de las plantas nucleares es que tuvieron que desentenderse de Libia ¿Cómo se percatarían de que no valía la pena tratar de desestabilizar un conglomerado tribal?

sábado, 19 de febrero de 2011

Ceci n'est pas ce qui il est- Patafísica sobre el Poder


La Petitio principii implícita en el título y su subyacente asociación con Ceci n'est pas une pipe, el ensayito de Michel Foucault (clic en la caja de la columna izquierda -Genio Maligno- para bajar cinco de sus libros) sobre un cuadro de Magritte es, más que una ingenua pretensión, un recurso necesario para plantear una especulación poco filosófica y nada profunda sobre las imágenes que percibimos del mundo y las representaciones de ellas con las que construimos nuestros espacios de Realidad en un entorno de acciones individuales e interacciones socio-culturales elaboradas consciente e inconscientemente por factores sociales incidentales en nuestra brega por la supervivencia.
Dicho en lenguaje de bloguero, sin tanto retruécano enredador: Los acontecimientos de los últimos dias en los paises del oriente medio, el show de las feministas italianas ante el comportamiento licencioso de su Primer Ministro, los cadáveres insepultos de Carlos Andrés Pérez (expresidente venezolano) en Miami y el Mono Jojoy en Bogotá, el litigio franco-mexicano por la detención en México de una francesa acusada de dirigir una banda criminal, el paro de camioneros en Colombia (que duró 18 dias), el notorio esfuerzo de todos los testigos de las atrocidades del paramilitarismo por excluir del involucramiento al salgareño, el afán oficial por acallar el intringulis de la entrega de retenidos por las farc y el retiro del fútbol profesional de Ronaldo (el más grande goleador en la historia del balompie) en un modesto estadio colombiano, son algunos de los muchos eventos  actuales que nos están permitiendo observar la búsqueda de nuevas estrategias de los Poderes sempiternos mediante la manipulación reactiva de unas masas acéfalas, amorfas y anómicas que parecerían reaccionar visceralmente ante decisiones gubernamentales arbitrarias, "inconsultas" y, a todas luces, inconvenientes para sus intereses particulares. Podría ser... Un fenómeno (algunos crédulos le llamarán milagro) de abrupta y momentánea  toma de conciencia crítica de los históricamente oprimidos y su reacción consecuente contra el sistema y sus agentes, que los han puesto en tales condiciones...  Podría ser, algunas veces es saludable pensar con el deseo...
Hannibal-Ilustración de Angus McBride
No obstante, si uno mira entre las líneas cada vez más apretadas de la información que nos empacan los grandes sistemas noticiosos, puede percibir un "detallito" cuya dilucidación es de vital importancia para anticipar el estado final y las consecuencias de todas estas escaramuzas sospechosamente ambiguas y concurrentes: A la luz de los medios y en boca de los levantados, se trataría de hacer sentir su "poder"; un poder que nunca han tenido. Es en este momento cuando cobra importancia volver a la lectura de algunos  de aquellos sociólogos, historiadores, filósofos, semiólogos y hasta antropólogos (en su mayoría ingleses y franceses) que, a lo largo del siglo XX, investigaban las causas, estudiaban los desarrollos  y evidenciaban los actores, los procesos y los efectos de los movimientos sociales para desestructurar una arqueología del Poder, una fenomenología de sus estructuras y un psicoanálisis de sus orígenes. En fin, para no incurrir en un ladrillo academicista soporífero y abrumador, acorto la carreta diciendo que lo que hemos presenciado  en los acontecimientos mencionados es la dinámica acomodatoria de unas Fuerzas sociales (que no poderes). Ahora bien, ¿cuál es la diferencia? Varias: El Poder es una aspiración exclusiva de los humanos (no es "poderoso" un león, un oso grisli, un rinoceronte o un tiburón -son fuertes, territoriales, salvajes y letales, pero no mantienen su dominio sobre un congénere esclavizado-); el Poder es etereo se sustenta en los arquetipos de nobleza, valentíajusticia, superioridad y obediencia; se materializa en el uso de la fuerza (armada, económica o ambas) y se consolida en el conflicto.
Las fuerzas son naturales e inherentes a todo organismo vivo; son accesorias (están al servicio de), son elásticas: Tensionan, resisten, ceden; tienen un origen, un pico o cima y una declinación o apagamiento. Finalmente, el Poder sin la fuerza no puede existir, pero la Fuerza por sí misma no es el Poder; como la energía, el Poder no desaparece, sólo se transforma (en el caso social, se trasviste) y las Fuerzas sociales se desgastan en unos esfuerzos vanos cuya cinergia acaba fortaleciendo el Poder (ironía, paradoja, pareidolia, serendipia, la navaja de Ockham perdió su filo...)

lunes, 31 de enero de 2011

Tunicia y Egipto. Sobre las para-revoluciones de diseño

Davos: Considerada la catedral del capitalismo, se ha especializado en  congregar a todas las corrientes socioeconómicas afines a sus tendencias neoliberales.
Existió una época, ya prehistórica, en la que soñar el futuro era un Imperativo Categórico para jóvenes, padres de familia, educadores y líderes sociales. De ese sueño dependía el Progreso no sólo de su comunidad, sino de su sociedad e, incluso, de la Humanidad. Si, hasta hubo ilusos que llegaron a afirmar que los hombres estábamos hechos de la misma materia de los sueños (Shakespeare, La Tempestad. Clic aquí para bajar el pdf) y hasta a afirmar su desprecio por un mapa del mundo que no incluyese a Utopía (Oscar Wilde, El alma del hombre bajo el socialismo. Clic aquí para bajar el pdf). Con base en esa capacidad onírica  se fue construyendo el eje ideológico de los paradigmas culturales del hemisferio occidental: Arte, Ciencia, Política, Sociedad, Educación y Trabajo. Fue en la dinámica de ese proceso de construcción que surgieron los Obstáculos (ambiciones particulares, instituciones reaccionarias y poderes confrontados). Y fue la brega por la superación de esos obstáculos la que acabó delimitando las diferencias entre los Soñadores y Lo Soñado. Puesto que en las fronteras de toda delimitación habita la Crísis (la inestabilidad es una condición inherente a los límites), ésta sólo podía resolverse con el radicalismo de una Revolución. (Industrial, Francesa, Volchevique, China, Cubana...) 
Los acontecimientos bélico-políticos de la primera mitad del siglo XX cerraron su ciclo con la división geopolítica de la tierra en dos grandes ideologías confrontadas, para concluir la segunda mitad con la inconsecuente abdicación  de una de ellas, asestándole un golpe de muerte al compromiso ético individual con el bienestar colectivo. Camuflado bajo el disfraz de las "libertades democráticas", un monstruo de pesadilla apodado Capitalismo salvaje se coló en las conciencias al estilo Freddy Krueger para hacernos olvidar de los otros y concentrarnos en nuestras pequeñas lamentables miserias. Ahora, postrados ante la omnipotencia de los Siempre Alerta (los gobernantes, magnates, sátrapas y cipayos ya no sueñan y está comprobado que algunos ni siquiera duermen) y enajenados en  las contingencias de la lucha diaria por la supervivencia, los desposeidos del mundo, una masa que crece incontrolable hasta su desbordamiento, comienzan a emerger en los centros urbanos del Viejo Continente en una marea anárquica  y desesperada  que amenaza el statu quo de los poderosos sin otro móvil que el reclamo de garantías mínimas para su sustento cotidiano. No piden mucho: un empleo y un salario que les asegure su manutención y la de su prole.
¿Qué hacen los siempre alerta? Dosmil quinientos de ellos (directores de las 1.000 empresas miembros del foro, políticos, representantes de academias, organizaciones no gubernamentales, líderes religiosos y medios de comunicación) se refugian en una fortaleza alpina a diseñar estrategias para distraer el envión. Se hospedan en hoteles de lujo en un complejo turístico de los Alpes suizos, ingieren como gourmets y trasnochan en galas VIP después de  asistir a unas aburridorsísimas conferencias sobre la crisis (Por qué se me ocurre la asociación con La gran comilona?). Incapaces de ocultar su verdadera naturaleza, una fundación "sin ánimo de lucro" (¡!) organiza desde hace 41 años una asamblea anual a la que invitan a estrellas mediáticas como Bono o Angelina Jolie para que le den glamour al aquelarre mientras expertos contratados, doctores en el oficio de la eutanasia social, diagnostican a distancia (fue aquí donde varios economistas advirtieron en 2008 que la crisis de las hipotecas subprime se extendería a los mercados financieros) y,  como en los métodos clásicos de la medicina medieval,  pretenden curar al enfermo con paliativos, laxantes,  eméticos y placebos (el "escándalo moral" por las "niñas" de Berlusconi, las críticas de Sarkozy al FMI, la tensión entre las Coreas, la visita de Hu Jintao a EEUU y, por supuesto, los amagues de Israel, el eterno calanchín). Para reforzar el tratamiento, sangrías localizadas: Asonadas en sus antiguas colonias del norte de Africa, países periféricos en los cuales se pueda experimentar métodos eficaces de control y represión sin el riesgo de cuantiosas erogaciones a los dueños de las multinacionales y con la ganancia del mensaje autoritario de advertencia a los eventuales surgimientos de movimientos rebeldes. El caso es que en estos últimos 16 días se ha distraido a la opinión pública de los paises "democráticos" con revueltas de orígenes aparentemente populares en la República Tunecina, Egipto y, si la primera fase da resultado, extender el proceso a Argelia, Marruecos, Jordania, Yemen y Libia.
Sin ánimo de "purismo intelectual", aunque sí con el afán de quien no transige con el engaño, se me ocurre que antes de apresurarnos a calificar de "revolucionarias" las protestas del noreste de Africa, es importante aclarar la diferencia entre revolución y asonada o rebelión. Una Revolución implica una ruptura o transformación radical y profunda del orden establecido y afecta de manera decisiva las estructuras vigentes. Las revoluciones son consecuencia de construcciones colectivas. Para que ocurra una revolución es necesario que surja una nueva unión de intereses en oposición a los intereses hegemónicamente impuestos y, sobre todo, que en el proceso se generen transformaciones trascendentales. Si una manifestación social de protesta adolece de un sustrato de trascendentalidad, pierde su carácter de revolución y se constituye en una revuelta. Es por ello que no es justo tildar de "revoluciones" las manifestaciones del Oriente Medio y, en cambio, sí es urgente tratar de desenmascarar a las "inteligencias" foráneas  y los intereses transoceánicos involucrados en tal locura. La carencia de un referente ideológico que sustente los levantamientos; la evidente simetría entre los encuentros de Davos y las revueltas; la inexistencia de la más mínima vinculación en todo el material "filtrado" por WikiLeaks;  y  la notoria apatía de la ONU y demás organizaciones multilaterales permiten afirmar que no es necio sospechar una experimental Conspiración de los Gs (8, 20, Bilderberg, FMI, BM...)

jueves, 16 de diciembre de 2010

Por qué es urgente un Juicio Político a la anterior administración de gobierno nacional

 
Hombre, que las fuerzas de la naturaleza a veces superen la previsibilidad humana, es cosa corriente hasta en los paises del llamado Primer Mundo (¿Quién podría olvidar el Katrina, por ejemplo?); que una catástrofe natural tome visos de tragedia humana, es una consecuencia que se hace más notoria en los paises del subfondo socio-político (lo seguimos viendo en Haití); que un supuesto "espíritu de solidaridad internacional" (que ya no hermandad de los pueblos) mueva políticos, farándula y traficantes de todas las pelambres a "recaudar recursos para los damnificados" (¡!) es un sapo difícil de tragar y que reclama una rigurosa reglamentación... Pero, que de las ríadas, inundaciones, aludes y avalanchas ocasionados por la actual "ola invernal" en Colombia unicamente se tenga como responsable al "fenómeno de la niña", sólo contribuye a dejar en evidencia la mercenarización de los medios, que a cambio de unos muy jugosos estipendios desvían la mirada de la Opinión Pública hacia las bambalinas de la caridad cristiana, la lástima, la solidaridad y demás pendejadas que nos boicotean la dignidad y nos hacen plañideros y pedigüeños. ¿Por qué carajos no ha aparecido un solo "político de izquierda", o un "periodista socio-crítico" a imputarle cargo de responsabilidades políticas y sociales al salgareño, quien en su octanal (8 años) usurpación de poder incrementó su caudal político en la burocracia de las CAR (Corporación Autónoma Regional) y puso en el ministerio del 1/2 ambiente a un narigón ridículo que se hizo el güevón frente a la proliferación de  maquinaria pesada  y dragas que trituraron las fronteras naturales, ahondaron vados, rectificaron recodos y eliminaron meandros de todos nuestros rios en busca de... ¡oro!? ¿Cuántas hectáreas de las tierras inundadas son hoy terrenos valdíos porque los paracos habían desterrado de ellas a los nativos propietarios? ¿Qué hicieron las CAR con el cuantioso presupuesto que se mamaron durante ocho años dizque para velar por la conservación ambiental? ¿No era responsabilidad del Ministerio del Medio Ambiente velar por la conservación de las hoyas, las cuencas, las canalizaciones y los cuerpos de agua en general?  ¿Qué mierdas hizo juan lozano en ese pinche ministerio durante sus ocho años? ¿Cómo es posible que bajo un estado de emergencia social como el que estamos viviendo, cada uno de nuestros "representantes políticos" continúe mamándose mensualmente el equivalente a 42 salarios mínimos mensuales? ¿No sería el momento de apretarse el cinturón por un buen lapso hasta que se recupere la economía? (No hay que olvidar que ya salen a "receso" hasta marzo del 2011, pero que seguirán recibiendo su mesada)... y las fuerzas militares ¿no es el momento de deponer sus afanes bélicos y dedicar el 50% de su presupuesto (el más oneroso e inútil de los rubros nacionales) a la recuperación del país?. Mientras no alcemos la voz para exigir una justificación, tendremos que conformarnos con gestos tan folclóricos y bien intencionados como los de ver al Señor Rafael Correa, Presidente de Ecuador, disfrazado con una chaqueta de la defensa civil entregando ayuditas a los "damnificados"; o a Juanes anunciando que para una subasta organizada por Isabela Santodomingo donará la chaqueta que usó en la inauguración del pasado mundial de fútbol en Sudáfrica; también Sofía Vergara entregará dos pases para ingresar al set de Modern Family; y Ángela Vergara donará un dummy (réplica a escala natural) con una foto de ella en la serie los caballeros las prefieren brutas; y la diseñadora Francesca Miranda hará entrega de tres de sus vestidos (lino, coctel y gala); y Adriana Arboleda y Johana Ortiz darán una vestimenta completa de su marca Pink Filosofy  y Juan Pablo Montoya donará un uniforme de los que usa en la Nascar...¡Apague y vámonos!
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

sábado, 20 de noviembre de 2010

¿Una nueva forma de razón frente a las políticas económicas, o una nueva moralidad ante las economías políticas?

Como para poner ladrillos que cuñen una de mis próximas carretas sobre el "cambio paradigmático" (¿has notado que llevo rato amenazando con tal?), presento una síntesis de L’ambition moral de la politique. Changer l’homme?, libro que acaba de publicar el filósofo francés Yvon Quiniou (L’Harmattan, col. Raison mondialisée, París, 2010. Traducción: Teresa Garufi ), en el cual propone un retorno a la economía política como reacción (que no solución) a la, esa sí, reacción, de los grandes bancos y de los líderes políticos de los países capitalistas que, ante su incapacidad de relacionar las causas de la crisis financiera con la estructura profunda del sistema que alimentan, pretenden llamar a una cruzada por la "moralización del capitalismo".
LA IMPOSTURA DEL CAPITALISMO MORAL
¿No sería tiempo de moralizar el capitalismo? En lo más álgido de la crisis, la pregunta fue formulada por los dirigentes políticos, con Nicolas Sarkozy a la cabeza. Es decir, por los mismos que antes se libraban a una irreflexiva apología del liberalismo que parecía representar el “fin (dichoso) de la historia”. Así formulada, la cuestión es ambigua: si hay que moralizarlo, es porque el capitalismo es inmoral; si puede hacérselo, es porque no es intrínsecamente inmoral en sus estructuras. Sólo se cuestionarían sus excesos. Ahora bien, la inmoralidad es constitutiva del capitalismo, contrariamente a la concepción que pretende hacer de la economía una realidad que escapa a la moral. Ya en el siglo XX, el economista ultra liberal Friedrich Hayek había enunciado esta objeción (1): sólo un comportamiento individual intencional podría calificarse de justo o injusto –no puede ser el caso de un sistema social que, en tanto tal, no fue querido por ninguna persona–. Lo que lleva a Hayek a rechazar el concepto mismo de “justicia social”, decretado absurdo ya que juzga lo que no puede ser juzgado. Por ejemplo, escribe: “No existe criterio por el cual podríamos descubrir lo que es ‘socialmente injusto’, porque no hay sujeto que pueda cometer esa injusticia” (2). Incluso ve allí un vestigio de antropomorfismo de intenciones humanas que se proyecta sobre una realidad inhumana (en el sentido de impersonal); este antropomorfismo animaría la corriente socialista y su pretensión de redistribuir de manera justa la riqueza y los medios de producirla. La concepción de Hayek desemboca pues en un total amoralismo en el campo de la organización económica de la sociedad, e incluso en una forma de cinismo que se adjudica por adelantado los medios de enmascarar el mal que alimenta, dado que al quitarle todo fundamento intelectual, teóricamente lo niega (3). Recientemente, esta tesis adquirió una nueva juventud gracias a André Comte-Sponville con su libro Le capitalisme est-il moral? (4), cuyo éxito mediático –incluso cuando su contenido fuera cuestionado por la crisis– traduce bien la imposición de la ideología liberal (clic al enlace para bajarlo en pdf). Al distinguir en el seno de la vida social el orden científico-técnico, el orden jurídico-político, el orden moral y el orden ético (que define por el amor), coloca la economía en el primero: “La moral carece de toda pertinencia para describir o explicar cualquier proceso que se desarrolle en ese primer orden. Eso vale en especial para la economía, de la que forma parte”, afirma (5).
Una lección que quedó en el olvido
La moral aparece entonces en una posición de exterioridad, ya que el capitalismo se sitúa fuera del campo: ni moral ni inmoral, sino amoral. No es que la moral no pueda intervenir –ya nadie sostiene una posición tan radical–. Pero sólo puede hacerlo desde una posición marginal, a través de la política y el derecho, para atenuar sus perjuicios, sin poder ni tener, sobre todo, que suprimir sus causas. Además, ya que ningún sujeto opera en los procesos económicos, no se puede juzgar en nombre de normas que sólo pueden aplicarse a actos subjetivos: de nuevo mutis a la idea de que habría una significación moral de la justicia o de la injusticia sociales, y un deber de modificar la economía si no respondiera a los criterios de la justicia. Sin embargo, Compte-Sponville reconoce que el capitalismo puede ser injusto, así como la naturaleza cuando distribuye el talento entre los hombres, pero no por cierto inmoral, y por lo tanto no puede ser fundamentalmente cambiado (6). Este tipo de discurso no sólo contribuye a declarar inocente al capitalismo por los considerables perjuicios que tenemos a la vista –y por lo tanto a justificarlo ideológicamente–, sino que alimenta un cinismo generalizado con respecto a la política, al quitarle cualquier ambición moral importante. Su justificación se basa en un error mayor, perfectamente visible en Compte-Sponville y presente en todos los partidarios del capitalismo: la integración de la economía al orden de la ciencia y de la técnica, en efecto moralmente neutro. Es olvidar lo que los separa fundamentalmente. La ciencia y la técnica (con las cuales la economía está evidentemente articulada) son tan sólo medios y sólo puede juzgarse su uso social. Así, una nueva técnica de producción que aumenta la productividad del trabajo no es en sí misma causante de desempleo y por lo tanto mala; al contrario, permite disminuir el tiempo de trabajo y así el sufrimiento del hombre: puede producirse lo mismo en menos horas, con los mismos trabajadores; o incluso brinda la posibilidad de retribuir mejor a los asalariados gracias al aumento de productividad. Su valor reside, pues, en el uso que se le de. En cambio –y esta es la gran lección de Karl Marx, ese olvidado de las teorías económicas oficiales hasta la reciente crisis– la economía está constituida por prácticas por las que algunos (los capitalistas) se comportan de una determinada manera con respecto a otros (los obreros y asalariados en general) explotándolos, sometiéndolos a ritmos infernales, despidiéndolos so pretexto de competitividad, u oponiéndolos los unos contra los otros mediante una cultura de resultados o nuevas reglas de management, que hoy se sabe hasta qué punto generan un sufrimiento laboral verdaderamente insoportable (7). Todo eso no nace de la técnica o de la ciencia sino de una práctica social que organiza el trabajo, que es requerida como tal en base a objetivos mercantiles (la ganancia) y que se ofrece pues por definición al juicio moral: práctica humana o inhumana, práctica moral o práctica inmoral. Marx lo había comprendido con claridad cuando afirmaba que “la economía política no es la tecnología” (8).
¿Qué valores y qué política?
Con una perspectiva más extensa –ya que aquí está en juego el poder de la política–, lo que hay que rechazar es ese tipo de realidad que por lo general se adjudica a la economía: una realidad objetiva y absoluta, decretada independiente de los hombres (cuando son ellos los que la hacen) y sometida a leyes implacables, análogas a las de la naturaleza y que, por supuesto, no habría que juzgar: no se critica la ley de la gravedad… incluso cuando ocasionalmente pueda hacer mal. Esta deriva intelectual lleva un nombre: economismo, que no sólo consiste en erigir la actividad económica como valor primordial, subordinando a ella todos los otros, sino en considerar que está hecha en lo esencial de procesos sustraídos de la responsabilidad política. Sin embargo hay que comprender que, si bien existen muchas leyes de economía capitalista, éstas son estrictamente internas a un cierto sistema de producción regido por la propiedad privada; pueden ser modificadas e incluso, en un principio, abolidas si se cambia de sistema. Por ello hay que ver en esas leyes reglas de funcionamiento de un determinado tipo de economía (que no es el fin de la historia), que organizan un cierto tipo de relaciones prácticas entre los hombres y que tienen, ellas mismas, un estatus práctico. Fueron instituidas (hasta a nivel mundial, en la actualidad), por lo que pueden ser modificadas. Lo cual significa que las llamadas “leyes económicas” se someten directamente a la legislación de las leyes morales, como todo lo que concierne a la práctica. Por esta razón la propia “ciencia económica” no podría ser una ciencia pura, virgen de juicios de valor. Tal como las ciencias sociales en general, y de acuerdo a la naturaleza de su objeto –están implicadas personas–, la “ciencia económica” compromete valores, al menos de manera implícita; aprehende la actividad humana y orienta el análisis de lo real en tal o cual sentido, que puede aprobarse o no. El economista estadounidense Albert Otto Hirschman lo señaló al subrayar la complejidad, a menudo inconsciente, de la ciencia económica y de la moral. Observó que “la moralidad… ocupa el centro de nuestro trabajo, a condición de que los investigadores en ciencia social estén moralmente vivos” (9); formula pues el deseo de que las preocupaciones morales sean explícita y conscientemente asumidas por la ciencia social –volviendo a Marx, cuando afirma en los Manuscritos de 1844 que la economía es “una ciencia moral real, la más moral de las ciencias”– (10). Queda por saber cuál es esta moral que nos pide que nos preocupemos por la economía y no la consideremos como una realidad ante la cual la política debería inclinarse fríamente. En primer lugar, conviene romper con una visión moral de lo humano replegada a la esfera de las relaciones interpersonales y que sólo se interesa por las virtudes y los vicios individuales. En cambio, hay que admitir que, distinguida de la ética y en consecuencia referida a las relaciones con el prójimo (11), esta moral debe aplicarse al conjunto y por lo tanto a las relaciones sociales en su globalidad, es decir a la vida política (en sentido estricto, a las instituciones), social (siempre en sentido estricto, a los derechos sociales) y económico.
Sin embargo, si bien empezó a ocupar los dos primeros campos desde la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 hasta la de 1948, sería deseable que se detuviera ante las puertas de la economía. Hay que eliminar esta prohibición, considerando una política moral que sea también una economía moral, es decir una política que cumpla con los valores morales, incluso en el campo económico. Pero entonces, ¿qué valores y qué política? La respuesta puede encontrarse en la fórmula que enunció Immanuel Kant y que se une al sentido moral común: el criterio de lo Universal ordena respetar al otro y no instrumentalizarlo, y exige promover su autonomía. Libre de cualquier segundo plano metafísico o religioso, exige que suprimamos la dominación política (ejercida en parte a través de instituciones democráticas), la opresión social (hecha en parte a través de los derechos que el movimiento obrero conquistó a partir del siglo XIX), pero al mismo tiempo la explotación económica: lo que todavía no se consiguió. Recién al hacerlo protegerá y profundizará, mediante la política, las adquisiciones morales obtenidas en los otros campos. En verdad la moralización del capitalismo se revela rigurosamente imposible, ya que este es en sí mismo inmoral, se pone al servicio de una minoría afortunada, instrumentalizando a los trabajadores y negando su autonomía. En realidad, exigir su moralización debería llevar a exigir su supresión, cualquiera fuese la dificultad de la tarea.
 
1- Ver en especial Friedrich Hayek, Droit, législation et liberté, Presses Universitaires de France (PUF), Tomo I, II y III, 1980-1983. 2- Op. cit., Tomo II, pág. 94. 3- Interrogado sobre las consecuencias humanas del liberalismo, Hayek pudo decir, si eventualmente hubiera víctimas, “¡y bien, tanto peor!”. 4- Albin Michel, París, 2004 (reeditado en 2009). 5- Op. cit., 2º edición, pág. 78. 6- Op. cit., págs. 238-239. 7- Ver particularmente los trabajos de Christophe Dejours y de Jean-Pierre Durand Nouvelles aliénations, Actuel Marx, Nº 39, PUF, París, mayo de 2006. 8- Karl Marx, Contribution à la critique de l’économie politique, Editions sociales, París, 1966, pág. 151. 9- Albert O. Hirschman, L’économie comme science morale et politique, Gallimard-Seuil, París, 1984, pág. 109. 10- Pasado su período juvenil, Marx no teorizó sobre esta complejidad: es una laguna en su obra. 11- En mi vocabulario, la ética sólo concierne a la vida individual y puede presentarse bajo la forma de una sabiduría, aconsejada pero facultativa. (Las negritas y las itálicas son mías-Ilustraciones de Daumier y Garzón)