miércoles, 4 de agosto de 2010

José María Vargas Vila- Un silencioso Sesquicentenario


A propósito de toda esa falsa celebración de "independencia" que el salgareño y sus secuaces trataron de difundir con su alharaca de culebreros, ¿alguna profesora de ciencias sociales podría tratar de explicarle a sus alumnos  por qué en este parrandeadero de gringos los Ministerios de Educación y de Cultura son apéndices del Ministerio de Guerra (que, por esas deformaciones semanticistas de la esquizofrenia burocrática, fue cambiado por "de defensa")? El diseño curricular del bachillerato colombiano, del cual hablaremos proximamente, y la intensa campaña de aculturación mediática de un par de organismos policivos adscritos al sistema oficial de propaganda, se han asegurado de filtrar cualquier clase de contenido civilista en la programación intelectual de la Opinión Pública colombiana. Es por eso que quien haya observado los desfiles castrences y escuchado las arengas veintejulieras con motivo de las celebraciones del "bicentenario" podría preguntarse por qué, además de políticos corruptos y chafarotes belicosos, pareciera que este pais nunca hubiese producido  científicos, artistas, escritores, pensadores, en fin... algún tipo de Ser Humano Digno que pudiese devolvernos la confianza en la dinámica cultural del proceso constructor de una identidad nacional. Tal es el caso del cumpleaños Ciento Cincuenta del nacimiento del escritor colombiano José María de la Concepción Apolinar Vargas Vila Bonilla, más conocido como José María Vargas Vila, el cual, con muy contadas y modestas excepciones, recibió unos breves comentarios en uno que otro medio impreso y ninguno en la radio o la televisión nacional, que, aquí entre nos, no tienen un solo espacio para la difusión programática de la cultura.
Nacido en Bogotá, Colombia, el 23 de julio de 1860 y muerto en Barcelona, España, el 25 de mayo de 1933, Vargas Vila sigue siendo el escribidor más prolífico y polémico de toda la historia literaria del país, por encima de Fernando Vallejo, su mal imitador pseudopanfletista. Junto con Juan Montalvo, escritor ecuatoriano nacido en Ambato,  (con quien tiene más de una "coincidencia") es considerado el mayor insultador de latinoamérica. Escribió en varios géneros literarios, en especial en Panfleto (crítica y sátira culta e ilustrada), un género hoy desprestigiado por los panegiristas del régimen, para atacar de manera virulenta a los godos notables de la Regeneración Nacional (Rafael Núñez, Miguel Antonio Caro, Carlos Holguín, Manuel Antonio Sanclemente y José Manuel Marroquín). Sobre Núñez dice que “pertenecía a la raza triste de los tiranos filósofos”. De Miguel Antonio Caro dice: “no usó el poder sino para empequeñecerse”, “hubo dos cosas inseparables en él: la tiranía y la gramática” y “fue un sátiro de las rimas” (había que tener el cuero muy duro para sobrevivir a la implacabilidad de estas sentencias). Sus obras fueron condenadas tanto por el sistema institucional como por la Iglesia. Los curas sermoneaban desde los púlpitos amenazando con las llamas eternas del infierno al apóstata que leyera los libros de este demonio. Contrario a lo esperado, el alboroto hizo aumentar explosivamente las ventas de sus obras, las cuales se editaban y circulaban de manera profusa no sólo en Colombia sino en todo el continente americano y en España. Escribió y publicó setenta y ocho volúmenes: veintidós novelas, tres libros de relatos, once de ensayos literarios, siete de filosofía, siete de estudios históricos, seis de temas políticos, uno de conferencias y una tragedia * . Reproduzco intacto el siguiente párrafo del poeta antioqueño Jorge Valencia Jaramillo "Su popularidad como escritor era inmensa. Su nombre no se mencionaba (ni se menciona hoy) en las antologías, en las historias de la literatura o en los artículos de crítica literaria. Pero sus libros circulaban en las tabernas, en los corredores de las universidades, en las herrerías, en las oficinas de comercio, en los talleres de sastrería, entre los empleados de los servicios públicos, en la clientela de las peluquerías y de las carnicerías. Vargas Vila ha sido por eso, como pocos, forjador y maestro de la cultura popular en Nuestra América. Yo he encontrado libros suyos en bebederos de aguardiente de Risaralda (Colombia), entre bultos de papa; en un cafetín de Buenos Aires, en la zona del puerto, alimentando la conversación de los parroquianos a la hora de la siesta; en la cartera de una empleada de correos de Montevideo, para ser llevado del trabajo al café Sorocabana de la Plaza Libertad, donde un grupo de amigos esperaba para el debate intelectual del anochecer; en una pescadería de Valparaíso, cuyo propietario interrumpía la atención a los clientes para leerme párrafos enteros de "Los Césares de la decadencia" con entusiasmo sincero; en una "fazenda" brasilera, donde el mulato más letrado tenía el encargo de leer a los trabajadores reunidos algún texto "bueno para el alma"; en una peluquería del Cuzco (Perú), entreverado con revistas de moda y de deportes, para que los clientes que pagaban por la trasquilada ("sentado, 10 soles; parado, 5 soles") pudieran ilustrarse; y naturalmente, en mi propio pupitre de escolar, en Santiago de Chile, cuando fundé un club de adolescentes conspiradores y traficantes de libros prohibidos y blasfemos". Fue, probablemente, el primer escritor de nuestra lengua que, a pesar de su trashumancia, pudo vivir cómodamente de sus derechos de autor (En algunos casos no es fácil definir con exactitud la fecha de publicación ya que hay ediciones dobles e incluso varios títulos para la misma obra). Pero, sobre todo, y  éste es un rasgo vergonzantemente ignorado, el más ecuménico, cosmopolita y anticipado de todos nuestros embajadores, que se reconocía más identificado con el compromiso de irradiar sus ideas políticas que con la creación literaria. En su Diario, en febrero de 1920, escribiría: “La idea de que en el porvenir yo pueda ser juzgado como un literato me entristece. La literatura no fue para mí sino un vehículo de mis ideas, y fue en ese sentido que yo escribí mis novelas y juicios críticos y libros de estética pura. Yo no quiero ser desnudado de mis arreos de combatiente, ni aún en el fondo del sepulcro”. .
Era el suyo un sino trágicamente predestinado, al mejor estilo de la narratología griega, hilado febrilmente  desde el momento mismo de su nacimiento en medio de una guerra que no le permitió tener presente a su padre, el General José María Vargas Vila, quien se hallaba en el campo de batalla  bajo el mando del General Tomás Cipriano de Mosquera. Un hado indómito que se iría configurando desde el momento en que en 1875, con sólo 16 años, hizo click en el botón que dispararía el chip de su destino por la ruta de las contradicciones irónicas y el eterno desarraigo, cuando decidió enrolarse en las fuerzas liberales comandadas por el general Santos Acosta para defender de la rebelión conservadora  al Presidente Aquileo Parra Gómez quien, a la postre, sería el último gobierno del Olimpo Radical y que se consolidaría a partir de 1878 cuando, a sus 19 años, se va como maestro de escuela para la ciudad de Ibagué, a pesar de no tener ningún título académico, tal como lo dejó registrado en los  Diarios, cuaderno XV, que escribió en su época nostálgica, a la edad de 59 años : "Fui el autodidacta apasionado y completo: a los veinte años la antigüedad clásica me era familiar;  había leído a Homero, Tucídides, Esquilo, Xenofonte y Cicerón. Tenía pasión por Tácito y desprecio por Suetonio; traducía al Dante e imitaba a Virgilio. Todo esto aprendido y leído en la biblioteca de un cura de pueblo que había sido fraile y que poseía el don de la elocuencia.  Se llamaba Leandro María Pulido y era cura de almas en el pueblo de Siachoque (...)  Durante las vacaciones que el profesorado que yo ejercía desde los diecinueve años me dejaba, yo me encerraba con él, que ya era sexagenario; su reclusión llena de libros me daba una especie de manía por la lectura, aquella era mi universidad (...). Era político enragé (rabioso), conservador y fanático a outrance. ¿Cómo pudo convivir conmigo que era el polo opuesto de sus crencias?  Tal vez por la ley de los contrarios". Pasado algún tiempo regresa a Bogotá para trabajar como profesor en el colegio Liceo de la Infancia, dirigido por el sacerdote Tomás Escobar, en el cual se educaba lo más selecto de la sociedad bogotana. Allí resiste un par de años, hasta cuando, molesto con el rector, publica un artículo en La Actualidad, un periódico radical, acusándolo de tener relaciones homosexuales con muchos de sus alumnos. El escándalo fue mayúsculo. Expulsado de la institución, Vargas Vila migró a Tunja, a la casa del canónigo Leandro María Pulido. En 1884, con 24 años, habiendo dejado su oficio de maestro de escuela que desempeñó entre Ibagué, Guasca, Anolaima y Bogotá, es inmerso en la Revolución del 85 al enrolarse como secretario de Daniel Hernández, General de las tropas liberales radicales de Santos Acosta durante el alzamiento que éste dirigió contra el presidente Rafael Núñez,  caudillodel partido nacionalista y  líder inobjetable de la Regeneración Nacional, para, un año después, en 1885, a causa de la muerte del  General Hernández en la batalla de La Humareda, huir a la hacienda El Limbo (¿aún duda de la ironía, amable lector(a)?), en Los Llanos,donde aprovechó el refugio y la hospitalidad que le brindó el general Gabriel Vargas Santos, pariente lejano suyo, para escribir  su obra "Pinceladas sobre la última revolución de Colombia; siluetas bélicas", en la que ridiculizó los ideales y el comportamiento de los grandes jefes políticos de la Regeneración, presentándolos como fieras ávidas de sangre; azotando con adjetivos virulentos, quemantes todas sus supuestas virtudes cívicas y acentuando hasta la caricatura su enfermizo sometimiento a las negras sotanas. La reacción gubernamental fue inmediata: El Presidente Núñez ofreció recompensa por su captura vivo o muerto. En 1887, presionado por la persecución montada huyó a Venezuela y se estableció en Rubio, donde fundó el periódico La Federación; pero Nuñez logró mediante protestas y presiones que las autoridades de Venezuela clausuraran la publicación. Vargas Vila, entonces, se trasladó a Maracaibo y allí inició la producción de sus primeras novelas, que publicaba y vendía por entregas, en forma de folletos y en 1888, ya en Caracas, fundó la revista Los Refractarios y dirigió la revista Eco Andino con  Diógenes Arrieta y Juan de Dios Uribe. En 1891 viajó a los Estados Unidos y se radicó en Nueva York, donde muy pronto entabló relaciones con muchos exiliados latinoamericanos, intelectuales y conspiradores, laboró en el diario El Progreso y fundó y redactó la revista Hispanoamérica, en la cual, además de los consabidos ataques, publica varios cuentos que después recogería en su libro Copo de espumas. Allí publicó también su libro Los Providenciales, feroz diatriba contra los arrogantes caudillos y dictadores latinoamericanos. En 1893 regresó a Venezuela, donde el presidente Joaquín Crespo lo nombró su secretario particular. Pero poco tiempo después Crespo fue derrocado  y, conminado por el nuevo presidente Raimundo Andueza Palacio, debió dejar Venezuela y viajar a Nueva York donde trabajó en la redacción del periódico El Progreso, fundó la Revista Ilustrada Hispanoamérica, en la que publicó varios cuentos y trabó amistad con el apóstol de la independencia cubana José Martí, quien en 1894 le informó sobre sus planes de retorno a la isla para integrarse a la Guerra de Independencia. Pocos meses más tarde, el 19 de mayo de 1895, caía Martí herido de muerte en suelo cubano; pero alcanzó a dejarnos este testimonio del efecto de la personalidad de Vargas Vila en las reuniones y mitines en que participaron : "el vehemente entusiasmo con que, sacados de sus asientos por ímpetu de amor, saludaron aquellos esclavos de América la peroración cadenciosa, inspirada, valentísima del colombiano José M. Vargas Vila, que cuenta sus días ya gloriosos por las batallas afamadas de su palabra y de su pluma en pro de la libertad". En 1898 Eloy Alfaro, Presidente de Ecuador, lo nombra Ministro Plenipotenciario de Ecuador en Roma, pero, a causa de la publicación de su novela Ibis en el año 1900, el Papa León XIII lo excomulga. Vargas Vila recibe la noticia con una sentencia lapidaria: No doblo la rodilla ante ningún mortal. Sin embargo, debió regresar a su exilio en Nueva York, donde, en 1902, fundó la revista Némesis, desde la cual criticaba al gobierno colombiano de Rafael Reyes y demás dictaduras latinoamericanas, así como a la  práctica estadounidense de la Política del Garrote, la Enmienda Platt y la usurpación  del canal de Panamá. En 1903 publicó en esa revista Ante los bárbaros- El yanki he ahí al enemigo en el que  hace un recuento crítico de las invasiones norteamericanas en Haití, Filipinas, Cuba, Panamá y Nicaragua, tras lo cual el gobierno de Washington lo obliga a dejar Estados Unidos. Se fue a vivir a Venecia por una breve temporada y regresó a París en 1904. Allí estableció relaciones de amistad personal y de afinidad intelectual con una pléyade de escritores latinoamericanos (Rufino Blanco Fombona, Enrique Gómez Carrillo y muchos otros) que se habían refugiado en la Ciudad Luz. Su estadía en París fue muy breve, porque, en 1904 José Santos Zelaya Presidente de Nicaragua lo designó, junto con Rubén Darío (quien le dedicó un par de poemas: Cleopompo y Heliodemo y Propósito primaveral) como integrante de la Comisión de Límites con Honduras ante el rey de España, mediador en el contencioso. Pero Vargas Vila no era hombre de cargos diplomáticos; pronto regresó a su trabajo creador. Se puso al frente de la edición de sus libros y luego de breves estancias en París y Madrid se asentó en Barcelona, donde inició, por acuerdo con la Editorial Sopena, la publicación de sus obras completas.
Virtuoso de la Diatriba y el Vituperio, fue un modernista afrancesado (hay quienes dicen que demasiado efectista, con un cierto gusto por las decoraciones recargadas a lo D'Annunzio) que utilizó su oficio para exponer sus ideales liberales radicales y dinamizar una crítica incesante contra las ideas conservadoras, el clero y la política imperialista de los Estados Unidos. Muchas de sus ideas, próximas al existencialismo, se fueron afirmando como libertarias, muy próximas al anarquismo, a tal punto que él mismo se declarara anarquista.Usaba un fraseo entrecortado con hiatos arbitrarios que evocaban el estilo "descarrilado" de don Simón Rodríguez y personalizaba los conceptos abstractos escribiéndolos en mayúsculas (la Ambición, el Odio, la Hipocresía, la Grandeza) para, combinando el dominio filosófico de  las doctrinas nihilistas con la búsqueda nietzscheana del "superhombre",  introducírlos en frases y metáforas que abrían heridas incurables y, mediante el uso de la Paradoja en un estilo admonitorio, poner sobre las llagas el ácido urticante de renovadas imprecaciones. Sus sentencias  lapidarias, sus conclusiones proverbiales, su irreductible anticlericalismo y su apasionada defensa del libre pensamiento provocaron que sus acérrimos enemigos (los viejos círculos clericales apegados a sus privilegios y la decadente jerarquía conservadora cargada de odios y rencores) le endilgaran un catálogo de perversiones y sicopatologías: Que era hermafrodita. Que era impotente y que esta era la razón de su odio a todo lo viviente. Que era homosexual. Que su misantropía y su odio a la iglesia nacían del hecho de ser hijo de un cura párroco y una monja depravada. Que presidía sesiones de satanismo con sus amigos y cómplices. Que ayudaba con su patrocinio a los seguidores de Malatesta, financiando asesinatos y bombazos contra duques y marqueses... Agregaban a ello un listado interminable de apodos adjetivantes: "el expatriado", "el satánico", "el bastardo", "el lenguaraz despreciable", "el desnaturalizado", "el blasfemo", "el luciferino mendaz", el "enemigo de la paz, el orden y la autoridad", "el decadente pernicioso", el "disolvente", el "degenerado".
En 1923 realizó intensas giras por varios países de América Latina en los que había alcanzado gran popularidad. Visitó Buenos Aires, Montevideo, Río de Janeiro, México, La Habana y otras ciudades importantes. Dictó conferencias, muy agitadas y concurridas. Causó revuelo y estrépito. Libró polémicas con los periodistas que le hicieron entrevistas escandalosas. Pero, al final de esta gira, en La Habana, Vargas Vila contrajo una enfermedad extraña que afectó su vista y que, finalmente, lo dejó completamente ciego. Regresó a Barcelona, donde transcurrió los últimos años de su vida en completa soledad, sin vida afectiva íntima, sin un amor profundo, sin una compañía duradera. La neurosis comenzó a manifestarse en forma de actitudes agresivas e intolerantes, incluso hacia los propios amigos que lo estimaban y admiraban. En su Diaro,  en 1918, escribió: "El amor no fue pasión mía (...). El aprendizaje de la soledad no fue penoso; yo había nacido un solitario y lo fui desde mi niñez..., nunca tuve amores, nunca tuve amigos. Las mujeres que fatigaron mi sexo no entraron jamás en mi corazón, cuando entré en la soledad no tuve que expulsarlas de ella".
Añoró a su patria cientos y cientos de veces, pero también la maldijo. Por eso, antes de morir, escribió: “sólo pido al viento misericordioso que no sople hacia occidente, y no lleve un átomo de ellas hacia las playas de mi patria. Yo no quiero ese último destierro; lloraría de dolor aquel átomo de mis cenizas”. Su voluntad, para el día de su muerte, había sido: Cuando yo muera, poned mi cuerpo desnudo,/ como a la tierra vino;/ en una caja de madera de pino;/ sin barniz, sin forros, sin adornos vanos de recia ostentación;/ poned mi pluma entre mis manos;/ y el retrato de mi madre sobre mi corazón;/ y como epitafio, grabad únicamente esto: Vargas Vila. Murió en 1933, cuando ya comenzaba a gestarse el terrible drama de la guerra civil española. Lo despedimos con la frase que pronunció en París (1897) para su amigo, el poeta Diógenes Arrieta:
¡Duerme en paz, amigo, lejos del imperio monacal que nos deshonra!
(Una muy buena reseña de su bibliografía está  en El divino Vargas Vila, de Arturo Escobar Uribe) Fragmento de Los divinos y los humanos (1904), "¡Qué época!, ¡qué generación!, ¡qué hombres!; era como una flora gigantesca y extraña, abriéndose en la sombra; tenían la virilidad, la fuerza, el heroísmo de los grandes innovadores. La Elocuencia, el Talento, la Virtud, todo residía en ellos; los apellidaron los Gólgotas. Antes de ellos, el liberalismo había sido un ensayo débil, pálido, confuso, herido por  el militarismo arrebatado por la negra y furiosa ola conservadora;  todos venían de abajo, de la sombra, del pueblo: cunas humildes de lejanos puntos del páís los habian mecido; sangre de campesinos, sana y robusta, circulaba por sus venas; vientos de nuevas y generosas ideas,soplaban sobre ellos; ideales luminosos, sublimes utopías llenaban sus cerebros y, con la piqueta demoledora y el verbo sublime de las grandes revoluciones, escalaron la cima para anunciar al pueblo la buena nueva".
El 24 de mayo de 1981, el poeta antioqueño Jorge Valencia Jaramillo (izq.) logró que los restos de Vargas Vila llegaran a Bogotá provenientes de España. (Breve reseña en El Espectador el 24 de julio de 2010)

viernes, 23 de julio de 2010

León de Greiff. De cuando Filosofía Poesía y Música fueron un solo Espíritu mamagallista y sabio

"En una redada de policía que hubo en Bogotá en años pasados, cayó, entre otras muchas personas, León de Greiff, quien se hallaba departiendo con otros literatos y poetas alrededor de una de las mesillas del célebre "Café Automático". Conducidos en carros radiopatrullas a la Inspección de la calle cuarenta, allí fueron todos requisados, aligerados de los papeles que llevaban en los bolsillos, y provisionalmente mandados a los calabozos, mientras en las oficinas se examinaban con detenimiento aquellos papeles, en averiguación de posibles planes subversivos. Una vez terminada la minuciosa inspección, casi todos los detenidos fueron puestos en libertad. Pero León se quedó adentro, como sujeto a todas luces peligroso. El investigador había leído y releído los papeles del poeta, y como no entendiera una palabra, había exclamado con un lampo de triunfo en los ojos: "¡Esta es una clave secreta! ¡Aquí está la clave de los revolucionarios!". Se trataba, desde luego, de algunos de los poemas manuscritos de León de Greiff; y no le faltaba completamente razón a aquel celoso servidor de la causa del orden : León de Greiff es, en el ámbito de la poesía... el inventor y guardián de la clave de una revolución..." Juan Lozano y Lozano.
Este 22 de julio el  Poeta Francisco de Asís León Bogislao de Greiff Häusler (hasta con su nombre mamaba gallo), conocido como León de Greiff, estaría celebrando sus primeros 115 añitos de haber nacido en Medellín, la capital del departamento colombiano de Antioquia, el 22 de julio de 1895, de no haber decidido irse una fria madrugada del 11 de julio de 1976,  hace 34 años, al  Alfheim (hogar de los elfos de luz y patria de sus ancestros). Utilizando seudónimos como "Leo Le Gris" y "Gaspar de la Nuit" el Maestro elaboró una poética basada en la conjugación temática de elementos tomados de la ciencia, el erotismo, la ironía, la ternura, la espiritualidad y la materia; formalmente, alcanzó  la sonoridad rítmica a partir de audaces propuestas lingûísticas y giros del castellano antiguo (asimilados por muchos al culteranismo o neobarroco poético) y, en  lo  conceptual, se suplió del bagaje existencialista de su amigo el filósofo paisa Fernando Gonzalez y las propuestas estéticas del modernismo, el surrealismo francés y el creacionismo de Vicente Huidobro.
Para comprender la inseparable simbiosis entre el mamagallismo raizal, el nihilismo existencial y el lirismo romántico (¿O romanticismo lírico?) de su obra, veamos su respuesta a la ingenua pregunta  del novelista Jaime Ibáñez en una entrevista  para una revista literaria. Pregunta: "Diga usted, Maestro, ¿qué experimentó cuando sintió el deseo de escribir poesía?" Respuesta : "En realidad, joven Ibáñez, creo no recordar cuando sentí tal deseo ni menos aún qué experimenté en tal momento crucialísimo... Hace tanto de ello. Tengo mis sospechas de que no experimenté nada especial y hasta que no sentí tal deseo. Mis primeros -como mis últimos- versos los hice y los haré casi que sin el propósito de lograrlos y sin que ningún afán acúcieme. La primera vez que incurrió en delito poético tendría el chico sus diez y seis años. Ello ocurrió en la Villa de la Candelaria. ¿Motivo, tema de la primera poesía? -Si lo sé mas no lo digo" ¿Y qué otra cosa se le podría haber contestado? digo yo.
Si aun quedan dudas, mire éste su "Registro de Personal": "Estado Civil: Casado, bígamo y aún trigémino; Salud: Muy buena, gracias; Estudios que ha hecho: Filosofía y Letras - Un año de Ingeniería - Veinte años de tanteos sin rumbos; Escuela o colegio en que los hizo: Universidad de Antioquia - Escuela Nacional de Minas - Calle, alcobas, bibliotecas y cafetines; Grado o título que posee: Opifex Verborum - Extractor de esencias - quintas - Musúrgico - Acontista, etc. -Relapso y contumaz hereje; Habilidad especial: Tergiversante, signista, navegador de nubes, tocador de fagot, contabilista y estadístico, domesticación de culebras; (para los empleados de manejo). Clase de fianza: hipoteca sobre sus minas de Condoto (platino) y Netupiromba (peridotos y crisoprasas) y sus pesquerías de perlas en Beba-Beba y sus destilerías de Ginebra en idem; Número y fecha de la escritura: (no recuerdo); Notaría en que fue otorgada: usted notaría que no recuerdo ni el número ni la fecha: tampoco la notaría. (...) No consigo ser "objetivo" a la hora de "antologizar" sus poemas, así que publico los siguientes sin ningún criterio selectivo, usted, amable lector(a) júzguelos y opine.
A los 13 panidas
Porque me ven la barba y el pelo y la alta pipa
dicen que soy poeta..., cuando no porque iluso
suelo rimar -en verso de contorno difuso-
mi viaje byroniano por las vegas del Zipa...,
tal un ventripotente agrómena de jipa
a quien por un capricho de su caletre obtuso
se le antoja, fingirse paraísos...! ¡al uso
de alucinado Poe que el alcohol destripa!,
de Baudelaire diabólico, de angelical Verlaine,
de Arthur Rimbaud malévolo, de sensorial Rubén,
y en fin... ¡hasta del Padre Víctor Hugo omniforme...!

¡Y tánta tierra inútil por escasez de músculos!
¡tánta industria novísima! ¡tánto almacén enorme...!
Pero es tan bello ver fugarse los crepúsculos...
Balada de la fórmula definitiva y paradojal
A Tisaza y Jovica; locos también
I
Necias disquisiciones de fastidiosa ética:
mi cabeza, la ilusa, anda muy mal de juicio...
(¡peor la flaca bolsa, de irónica aritmética...!)
Le pregunté a la Esfinge que tengo a mi servicio:
-oh, ¿cuál será la fórmula de virtud o de vicio, que rija mis futuros?-
y los abstrusos senos musitaron unánimes, en tono profético:
todo no vale nada, si el resto vale menos...!
II
Eblís llévese entonces la ilusión que acaricio,
me dije, seducido por frase tan sintética;
acudí, sin embargo, a otro dios más propicio:
al Buda que reniega la física kinética...
Pendía de sus labios de palidez ascética
y preso oí del verbo los indecibles trenos,
la turbia paradoja de recia apologética:
todo no vale nada si el resto vale menos!
III
Pero no satisfecho de esa sentencia herética
(tan absurda a las fibras de mi amante edificio),
fui tras otras palabras de más suave fonética,
que curasen mi trágico padecer adventicio.
Ninguna, nó, ninguna, dio con el artificio
de ese bálsamo amable de perfumes amenos!
Todas fueron acordes cantando el epinicio:
todo no vale nada, si el resto vale menos!

La luna blanca... y el frío...
La luna blanca... y el frío...
y el dulce corazón mío tan lejano... tan lejano...
¡tanto distante su mano...!
La luna blanca, y el frío
y el dulce corazón mío tan lejano...
Y vagas notas del piano...
Del bosque un aroma arcano...
Y el remurmurar del río...
Y el dulce corazón mío tan lejano...!

Mi pobre amor se está yendo...

Mi pobre amor se está yendo...
yo me quedaré llorando...
La lluvia, leve, cayendo;
una nube, allá, glisando...

Mi pobre amor se está yendo.
Lejos, muy lejos!, soñando
la dulce amada, y tejiendo
su ilusión, me va matando...

Mi pobre amor se está yendo...
¿Qué pasa, que nada entiendo?
Qué pena se va a acercando?

La lluvia, leve, cayendo...
Una nube, allá, glisando...

La dulce amada tejiendo
su ilusión, que voy matando!

Mi pobre amor se está yendo...
Yo me quedaré llorando!
Ritornelo
"Esta rosa fue testigo"
de ése, que si amor no fue;
ninguno otro amor sería.
¡Esta rosa fue testigo
de cuando te diste mía¡
El día, ya no lo sé
-sí lo sé, mas no lo digo-
Esta rosa fue testigo.
De tus labios escuché
la más dulce melodía.
¡Esta rosa fue testigo:
todo en tu ser sonreía!

Todo cuanto yo soñé
de ti, lo tuve conmigo...

Esta rosa fue testigo.

¡En tus ojos naufragué
donde la noche cabía!

Esta rosa fue testigo.

En mis brazos te oprimía,
entre tus brazos me hallé,
luego hallé más tibio abrigo...

Esta rosa fue testigo.

¡Tu fresca boca besé
donde triscó la alegría!

Esta rosa fue testigo
de tu amorosa agonía
cuando del amor gocé
la vez primera contigo!

Esta rosa fue testigo .

"Esta rosa fue testigo"
de ése, que si amor no fue,
ninguno otro amor sería.

Esta rosa fue testigo
de cuando te diste mía!

El día, ya no lo sé
-sí lo sé, mas no lo digo-

Esta rosa fue testigo.

Pues si el amor huyó, pues si el amor se fue...

Pues si el amor huyó, pues si el amor se fue...
dejemos al amor y vamos con la pena,
y abracemos la vida con ansiedad serena,
y lloremos un poco por lo que tanto fue...

Pues si el amor huyó, pues si el amor se fue...
Dejemos al amor y vamos con la pena..
Vayamos a Nirvana o al reino de Thulé,
entre brumas de opio y aromas de café,
y abracemos la vida con ansiedad serena!
Y lloremos un poco por lo que tanto fue...
por el amor sencillo, por la amada tan buena,
por la amada tan buena, de manos de azucena...

Corazón mentiroso! si siempre la amaré!

Canción de Dinarzada

Tú fuiste mía, ardiente Dinarzada:
todo tu ser se le entregó a mi ruego!
todo tu ser se le rindió a mi Nada!
todo tu fuego se fundió en mi fuego!
Tú fuiste mía, ardiente Dinarzada!

Ya qué me importa el torvo rumbo ciego!
Es lumbre para mí la desolada llanura yerma!
Alígero navego bajo la tempestad desmelenada!
Todo tu fuego se fundió en mi fuego!
Tu grande corazón, tu alma extasiada,
tu espíritu finísimo, a mi ruego se rindieron:
donáronse a mi Nada!
Noche: en tus brazos únicos me entrego,
Dinarzada sutil, noche soñada...
Tú fuiste mía, ardiente Dinarzada!

Todo tu fuego se fundió en mi fuego!
Cancioncilla 2
Tú coronas mis quince lustros
con el cíngulo de tus brazos,
con el cíngulo de tus muslos,
con el perfume de tus labios,
con el éxtasis de tu júbilo
-cabrilleante por los lagos auriendrinos, hondos carbundos-.

Con la tersura de tus manos,
con el ardor de tu combusto tesoro en flor,
que orna melado toisón en rizos:
el refugio fragante, que al híspido fauno tú le donas,
-intercolumnio-: oasis tibio entre alabastros.

Tú coronas mis quince lustros con el hechizo de tus labios;
con el cíngulo de tus muslos, con el cíngulo de tus brazos,
con tus fulgentes ojos rútilos, con tus besos trémulos, ávidos,
-ora lustrales, ora lúbricos...-
Con la tersura de tus manos, con tu voz rauca en el susurro,
con tus ímpetus inexhaustos, con tus anhelos sitibundos
que el corazón hinchente: heraldos de los mis goces y los tuyos,
-nuestra embriaguez y nuestro gaudio-.

Con el cíngulo de tus muslos,
con el cíngulo de tus brazos,
con el prodigio intercolumnio con el regusto de tus labios...
Tú coronas mis quince lustros con el brillo de tus ojazos,
-gémulas de móvil mercurio-.

Con tu voz grave, con tu osado corazón fiero,
con tu iluso férvido ensueño,
con tu claro zahareño espíritu agudo.
Con el oreo de tu cálido sexual exhálito
y efluvio, y prístino efluvio y exhálito.
con tu severo rictus duro,
con tu sonrisa en sobresalto, con tu silencio o tu murmurio,
-tu pasional mezzo-soprano que se asordina en el connubio...

- Con el cíngulo de tus brazos, con el cíngulo de tus muslos...
con la caricia de tus manos, con el éxtasis de tu júbilo,
con el éxtasis de mi gaudio, con nuestros éxtasis en uno,
con el embrujo de tus labios,
coronaste mis quince lustros
y continúas coronándolos...

martes, 20 de julio de 2010

200 Años ¿De quéee? Se vende banderas, se fabrica mitos y se engrupe giles

La importancia de los rituales en la conservación de los seres vivos es un tema que ya han tratado biólogos, etólogos, antropólogos y sicólogos, y al cual se hace necesario recurrir en más de una ocasión cuando se trata de comprender políticamente, o justificar desde la historiografía, algunos eventos de carácter social-comunitario  cuya influencia resulta determinante en el imaginario cultural de una nación o una región. No obstante, para explicar la bobería parroquiana con que la clase politiquera colombiana pretende reciclar en pleno siglo 21 el falso relato de una "Independencia" jamás buscada ni lograda y difundirlo mediante la ostentación de un costoso arsenal de fierros viejos y la exhibición en marcial comparsa de una parafernalia tropicómica de chafarotes cariteñidos y malencarados, toma validez escarbar en el baúl de las anécdotas para buscar aquello que los bien pensados llamarían "coincidencias históricas" y los del barril definimos como expresión auténtica de una bastardía cultural que pretende, a cualquier costo, autolegitimarse en la narración mítica emuladora  de  gestas heróicas exógenas (Revolución Francesa y Campaña Militar Napoleónica).
A finales del siglo XIX y durante la primera década del XX, la situación social, política y económica de Colombia estaba determinada por la disputa por el poder político entre liberales y conservadores, los dos partidos políticos predominantes de la incipiente nación (hoy, 100 años después, la situación continúa siendo la misma). La confrontación se agudizó con la denominada Guerra de los Mil Días, iniciada en 1899 y extendida hasta 1902. Fue ese un conflicto intensificado durante el breve gobierno del octogenario conservador Manuel Antonio Sanclemente quien, debido a sus quebrantos de salud, no había podido trasladarse de Buga (valle del Cauca) a Bogotá, capital de la república y sede del gobierno central, para tomar posesión el 7 de agosto de 1898, haciéndose necesario, por cuestiones protocolarias, que en su reemplazo se posesionara el vicepresidente José Manuel Marroquín (conocido en el ámbito literario por La Perrilla y El Moro, dos obritas literarias de regular calidad), quien ejerció funciones presidenciales durante tres meses hasta el 3 de noviembre, cuando Sanclemente, que había logrado llegar a Bogotá para tomar posesión,  decidió trasladar su cede de gobierno a Villeta una pequeña población de clima cálido situada a pocas horas de la capital. Como es de la entraña conservadora, el vicepresidente Marroquín le dió golpe de Estado a Sanclemente el 31 de julio de 1900 y se arrogó el papel de Presidente de la República hasta 1904. Durante su mandato  se acentuó la lucha fratricida y, el 3 de noviembre de 1903, se le entregó a los gringos el departamento de Panamá. (Cuando debía responder reclamos por el descalabro se salía con un chistorete de esos propios de los de su laya :"¿Y qué más quieren? Me entregan una república y yo les entrego dos").
Como todos los acontecimientos de la historiografía colombiana, aquel es un período desafortunado que  entrega  los destinos del pais a las ambiciones de las hordas vencedoras que reclaman su botín. Así, al concluir el régimen de Marroquín, lo asume Rafael Reyes por el quinquenio 1904-1909 con los lemas «Paz, concordia y trabajo» y «Menos política, más administración» (¿qué personaje actual se nos viene a la cabeza?). Pero, al ver que sus políticas generaron una fuerte oposición, empezó a ordenar confinamientos y destierros a sus rivales y opositores. Puesto que estaba enemistado con su vicepresidente Ramón González Valencia, suprimió la Vicepresidencia, le dio facultades al ejecutivo para nombrar el designado presidencial, cerró el Congreso y convocó una Asamblea Constituyente (1905) que extendió hasta 1914 (reitero la pregunta, pero pensando en otro personajillo). Como parece ser, en el arké de nuestra colombianidad  habita la ironía: cuando la presión popular obligó a Reyes a renunciar al gobierno, el 3 de agosto de 1909, el Congreso nombró en su reemplazo al Centurión Ramón González Valencia (su ex-vice entre 1904 y 1905) para que ejerciera un gobierno de transición hasta el 7 de agosto de 1910, cuando, por fin, es elegido el liberal Carlos E. Restrepo (1910-1914). Aunque había sido afín a la política belicista del Presidente Reyes, González Valencia se propuso intentar salidas políticas a los conflictos heredados; por tal motivo, buscó que las celebraciones del ya inminente "Primer Centenario de la Independencia" (promovido desde la administración de Reyes, quien mediante la ley 39 de 1907 había impuesto un comité destinado a organizar los festejos) se proyectaran como el escenario preciso para enviarle a los colombianos el mensaje conciliador y pacifista de que los odios partidistas debían ceder para dar paso a un esfuerzo conjunto por la "Modernización" de la Patria (¿se le ocurre, amable lector(a) una alusión obvia?) 
Así las cosas, teniendo (por razones de tiempo y espacio) una muy limitada aproximación a la línea comportamental de los principales protagonistas políticos del llamado Primer Centenario, es interesante acotar algunas observaciones sobre los detalles que influyeron para que la actual celebración del "Bicentenario" haya perdido sus connotaciones civilistas y haya ganado un tan marcado protagonismo militarista y camorrero. Un punto fundamental a tener en cuenta, es la participación despectiva y excluyente de las clases pudientes de aquella época,  los miembros ilustrados de la Aristocrática Sociedad Bogotana, familiares cercanos al gobierno y  los empresarios, acaudalados dueños de los medios de producción, "las personas más idóneas" que, acogiendo lo mandado por el decreto presidencial 1300 y la Ley 39 de 1907,  conformaban la Primera Comisión Organizadora del Centenario (va encontrando similitudes?). A pesar de que González Valencia consideró que aquella comisión no había podido continuar con los trabajos iniciados, “unos por estar ausentes del país o la capital y otros por ocupar cargos importantes que no les permiten distraer su tiempo" y, por lo tanto, decidió sustituirla a inicios de 1909 (aunque sólo a finales del año quedó completamente conformada), la nueva Comisión presentaba los mismos prejuicios de estratificación socio-cultural e idénticos rasgos de identidad clasista.
La abismal diferencia de la visión de la realidad que tenían esos grupos sociales privilegiados quedó grabada tanto en la imponencia de sus recién erigidas mansiones que emulaban la arquitectura europea (particularmente la inglesa y la suiza, en un país tropical carente de estaciones) como en las actividades temáticas que abarcó el evento central del Centenario: la Exposición Industrial-Agraria de Bogotá celebrada en Julio de 1910 cuyo propósito era hacer una reproducción a escala de las ferias mundiales que se conmemoraron en fechas cercanas, como las de Paris en 1889, Chicago en 1906, México en 1900, Brasil en 1908 y la simultanea de  Argentina en 1910. Los temas a desarrollar : Arquitectura, Artes y letras, Agricultura, Industria, Economía... y la rebuscada retórica discursiva de las conferencias sobre Metafísica dirigidas a los ilustrados e ininteligibles para el pueblo en general, que para ese entonces padecía un elevado índice de analfabetismo, eran el tope de referencia que no dejaba lugar a dudas de que a inicios del siglo XX la moral despectiva y excluyente delineaba el perfil cultural del colombiano ideal a través de  los “catecismos” y las guías de modales refinados más propios de las esferas de la vida privada  de la  "aristocracia" bogotana, la cual propendía hacia un apego a los valores conservadores consecuentes con los lineamientos de la institucionalidad religiosa-católica (en El concepto de Patria, un articulo de opinión, Carlos Arturo Torres planteaba que la religión católica debía ser vista como una “Religión de la Patria” que generaba “cohesión social”) y sentía un “agradecimiento” con España (la "madre patria"), por haber “civilizado” estos territorios obsequiándoles el inapreciable don de su prodigiosa lengua. Las expresiones del hablar criollo y los ademanes "campesinos" fueron tildados de cursis, ñapangos y "mazamorrones”. En "La exposición de Bellas Artes en el Centenario", publicada en El Nuevo Tiempo (Bogotá,1910) Jorge Herrera Copete escribía ¿Qué diríais de un Concierto en que se tocará á Beethoven, Chopin, Hayden, Grieg, y en cuyo programa también hubiese número de pasillos y bambucos interpretados en tiples y dulzainas? No os lo explicarías. ¿Verdad?
Ese eurocentrismo arribista de la oligarquía criolla orientó el eje de las celebraciones hacia una mascarada "cultural" que motivase el asombro y la admiración de los visitantes extranjeros y, sobre todo, los reivindicase ante la Corona Española como unos cipayos fieles y dignos de confianza (si hasta se inventaron pendejadas como aquellas de que Bogotá era la "Atenas suramericana", o que "en Bogotá se hablaba el mejor español del mundo"). Y, en fechas previas a la celebración, se publicó en las páginas de Unión Ibero-Americana extensos artículos que justifican la celebración como la gran ocasión para inaugurar un nuevo marco de relaciones entre España y las antiguas colonias. En uno de esos artículos, “Afirmación de la Raza, ante el Centenario de la Independencia de las Repúblicas Hispano-Americanas” (hágame el favor), Blanca Jiménez de los Rios  descarga esta maravilla: “No están bien curadas algunas heridas y somos los latinos muy dados a recordar agravios añejos….Hay que prescindir en absoluto, al conmemorar el próximo centenario, de una cuestión puramente bizantina, capaz de enloquecer á muchos y de convertir en campo de Agramante cualquier severa academia donde se entable. Tal es la de traer á cuento los grados de bravura, arrojo y valentía que se estilaban en uno ú otro bando de los que combatieron al lado de los vencedores ó de los vencidos.... La guerra de la emancipación americana fue pura y sencillamente una guerra civil, pues no se batieron en ella indígenas y españoles, sino unos españoles contra otros. España se venció a sí misma en aquella larga serie de acciones y batallas”.(Unión Ibero-Americana, n. 2, 1910, p. 29.)
Veamos esta otra joya proferida por el "señor doctor" Eusebio Robledo el 10 de Julio de 1906 en su “Discurso pronunciado en el Teatro Colón para conmemorar el aniversario de la independencia de aquella República“Mal harían, pués, los labios colombianos al dejar escapar en estos momentos sugestivos el insulto soez y canallesco contra la madre desangrada y enferma. Mal, muy mal sonaría la diatriba y las tontas imprecaciones contra España en una solemnidad como la presente, preparada por un mandatario caballeroso que empuña con mano fuerte y digna la bandera del apaciguamiento de los odios políticos….Honremos la memoria de nuestros héroes, tallada para siempre con caracteres áureos en el bloque de la Historia universal; mantengamos vivo el fuego santo que aquellos prendieron en el alma de los colombianos; pero no olvidemos que las horas de la emancipación pasaron ya con sus combates y su sangre, y que han llegado las horas de la confraternidad y del amor”“Una oportunidad para manifestar estos sentimientos cordiales hacia España…No dudamos de que un viaje semejante daría ocasión para manifestaciones muy efusivas y sinceras de los sudamericanos hacia la Nación española y su Soberano. La excursión del Monarca español serviría para probar que la tradición española no está muerta en estos países encargados de conservar la grandeza del antiguo imperio español, manteniendo en un mundo entero la lengua, la historia, la leyenda y de las tendencias de aquella Nación, que fue en su tiempo la más poderosa de la Tierra”.(Unión Ibero-Americana, nº 2, 1906, p. 33 .)  
Aunque existían algunas publicaciones como el diario bogotano El Centenario, dirigido y editado por Rafael Reyes Daza y Leopoldo Niza, que desde sus columnas advertían que la contienda bipartidista estaba utilizando el tejemaneje de los preparativos para distraer la atención pública de los acontecimientos verdaderamente graves en que se estaba precipitando esta parodia de nación: cuando vemos que se acerca la fecha del centenario y que en lugar de atender el modo de celebrar dignamente, nuestros políticos se preocupan sólo por avivar más y más la hoguera de los odios eternos, de las recriminaciones mutuas, tan estériles como inoficiosas; el promover el lucro personal; el crear dificultades que entorpezcan la buena marcha de los negocios públicos, aumentar el malestar y excitar los ánimos a una revuelta armada”. (Una de dos: o ya existía el salgareño por aquella horrible noche que no conseguía cesar, o el nefasto personajillo tiene un gusto enrevesado por hacer repetir los episodios más retrógrados y sangrientos de nuestra precaria historia)

jueves, 15 de julio de 2010

Y la vida se va sin darnos cuenta

 ¡Ah! la memoria de los tiempos idos... aquella evocación que ancló a los viejos a su espacio vital con el lazo irrompible de los sentimientos... Recordar es vivir, decían ellos, bajando del desván para sus nietos un álbum con retratos blanquinegros, o remendando la colcha de retazos de su vida cosida con esfuerzos.
¿De qué se nutre la nostalgia? Preguntó alguna vez Benedetti, el poeta uruguayo. Muchas son las opciones, según quien le responda: Del sueño de un amor, solloza el olvidado; del sabor de la tierra nativa, lamenta el exiliado; de recuerdos de infancia, de gocecitos íntimos dulcemente guardados... En fin, que la nostalgia, fue un sentimiento esencial para condensar el alma de los pueblos en esa entelequia (entelecheia) agónica que por doscientos años, desde La Ilustración hasta la década de los ochenta del siglo XX fue alimentada y difundida como Cultura. Infortunadamente los humanos aprendemos a andar a tropezones, y al convertir a los fabricantes de artilugios en andadores que guiaran nuestros pasos nos hicimos dependientes de sus ruedas y acabamos perdiendo las nociones del tiempo y rompiendo los hilos que hacían universales los afectos. Quienes hayan nacido al final de esa época escuchan referencias sin entender el tema:  Espíritu, Fantasmas, Familia nuclear, Tradición, Empleo estable, Imaginación, Estudio, Disciplina, Utopía, Amistad, Rebeldía, Socialismo...  Los comerciantes de bisutería han hecho del Pasado, el Presente y el Futuro un muladar de objetos sin espíritu, un patrón medidor de inmediateces desechables, un container de metas sin encanto. Hoy, El Pasado es negocio de iglesias que lo comercializan con rituales apócrifos de Tradición y Fe; El Presente se desvanece en la obsolecencia de las enseñanzas de la escuela incapaz de actualizarse, y El Futuro es una cosa incierta que explotan los políticos con  la exótica etiqueta de Esperanza. El tema sigue abierto y es casi inagotable... Para entender de qué estoy hablando, mire el cuadro de imágenes y trate de reconocer, o recordar, los objetos allí reproducidos (clique sobre la imagen para verla ampliada). Quiero cerrar con tres preguntas casi esotéricas: ¿Cómo podríamos contener un espíritu cósmico si no estamos anclados a tiempos anteriores? ¿Cómo encontrarle el sentido a la existencia si no se tiene conciencia del presente? ¿Para qué comprometernos con los requerimientos de la vida, si no existe ilusión para el futuro?

sábado, 10 de julio de 2010

Frida Kahlo. La parábola del elefante y la paloma, para cerrar el Mundial

Como apagados por el fragor de las vuvuzelas, entre las esperanzas y las frustraciones del remate del Mundial de fútbol, se cumplen 103 años del nacimiento y 56 del deceso de Magdalena Carmen Frida Kahlo y Calderón, conocida en el ambiente plástico como Frida Kahlo, nacida y muerta en Coyoacán, 6 de julio de 1907– 13 de julio de 1954. Fue la tercera hija de Wilhelm (Guillermo) Kahlo, fotógrafo de origen germano-húngaro y religión judía con su segunda esposa, Matilde Calderón, mexicana de ascendencia española. Nacida para el sufrimiento físico, que comenzó a los 6 años cuando contrajo la poliomielitis que le dejó como secuela la pierna derecha más delgada que la izquierda y se consolidó el 17 de septiembre de  1925 (año en que aprendió la técnica del grabado con Fernando Fernández Domínguez) cuando sufre un accidente de tranvía que le fractura la columna vertebral, varias costillas, el cuello y la pelvis; le descoyunta un hombro  y le disloca el pie derecho; un pasamanos le atravesó el vientre y se le incrustó en el costado izquierdo... Consecuencia: Treinta y dos operaciones quirúrgicas en el resto de sus cuarenta y siete años de existencia, corsés de distintos tipos y diversos mecanismos de "estiramiento". Tres años antes, en 1922, había ingresado a la Escuela Nacional Preparatoria de Ciudad de México, la más prestigiosa institución educativa de México, que  por primera vez admitía chicas como alumnas. Fue precisamente en esta escuela donde entraría en contacto con el muralista mexicano Diego Rivera, que pintaba un mural en el auditorio de la escuela y con quien contraería matrimonio el 21 de agosto de 1929. La enorme y obesa figura de Rivera frente a la pequeña y menuda de Frida hizo que señalaran su relación  como la unión de un elefante con una paloma. Un encuentro conflictivo en el que los vínculos creativos y las infidelidades mutuas sasonaron un coctel de amor y odio que explotaría con su divorcio en 1939. Era la consecuencia lógica: La intensidad y trascendencia de los eventos políticos y estéticos involucrados en la vida de Frida, no admitían términos medios. Entre 1937 y 1939 León Trotsky, exiliado de la Unión Soviética, se hospeda con su mujer en la casa de Frida y Diego; allí Frida y León tendrían un romance y, para completar, cuando el revolucionario ucraniano es asesinado por Ramón Mercader, miembro de la NKVD estalinista,  es acusada junto con su marido, como autora del crimen. Para tener una idea de lo dificil que resulta tratar de encasillar su obra en un género específico, vale la pena traer a colación la siguiente anécdota: En 1938, cuando Frida expone en la Galería Julien Levy de Nueva York, André Bretón, poeta y teórico del Surrealismo encargado de la reseña para la Galería, calificó su obra de surrealista; pero la Kahlo no compartió tal calificativo:"Creían que yo era surrealista, pero no lo era. Nunca pinté mis sueños. Pinté mi propia realidad".
 

lunes, 5 de julio de 2010

¡Argentina! Ya ganaste che

Muy dificil superar la estrategia teutona. Terrible y amargo el sabor de la derrota. Entristecedora la abnegación de Messi, un Diez rendido ante la falta de volantes. Enardecedor el coraje de Tévez, un General armador descendido a guerrero defensor. Admirable la discreción de Diego, un Capo fraternal. Pero, sobre todo, sorprendendente y maravillosa la capacidad del pueblo argentino de crecerse en la derrota, su sabiduría para sublimar en solidaridad y respeto el sacrificio de sus héroes en su caida. Ya en 1993 habíamos tenido la oportunidad de conocerles esa virtud cuando vimos a Diego en la Bombonera aplaudiendo a la selección colombiana que los derrotó con un marcador de cinco a cero. En la victoria se laurea al vencedor, en la derrota se reconoce al grande. Argentina ¡SOS GRANDE!

miércoles, 30 de junio de 2010

Alberto Duque López (1936-2010) QPD

Alberto Duque López (barranquillero a pesar de sus apellidos cachacos), se anticipó este 27 de junio a su cita con los replicantes en la Caja Caleidoscópica de la eternidad, para descubrir si es cierto que "los androides sueñan con ovejas eléctricas". Era corriente encontrárselo a la entrada o a la salida de las salas de cine, extendiendo su cordial ¡Hola, tigre!, que era como su código de cofraternidad con esa parvada de quirópteros que, como en un ritual religioso, nos le atravesábamos en la Cinemateca Distrital de Bogotá o el Auditorio León de Greiff de la Universidad Nacional; o en el Teatro Heredia de Cartagena, o en el TEC de Calí, o en el Pablo Tobón Uribe de Medellín, o en Los Fundadores de Manizales... Aunque le incomodaba la etiqueta de "crítico", reseñó a manera de amenas entrevistas, agudos reportajes y muy fundamentados comentarios el acontecer cinematográfico nacional, latinoamericano y planetario. Miraba el proceso evolutivo del cine latinoamericano con cierto tinte nostálgico (que más parecía un rasgo de su carácter bonachón y soñador) y se regodeaba en el recuerdo de lo que fue el Nuevo Cine Latinoamericano de los años setenta y los ochenta. Afirmaba que el "nuevo nuevo cine latinoamericano" soporta una etiqueta local que le rompe los nexos identitarios con las parcelas culturales de la región, y daba como ejemplo el énfasis temático de la actual cinematografía colombiana (el narcotráfico) y la realizada en Argentina (problemas sociales y familiares), por dar dos ejemplos. “Las condiciones políticas, sociales, culturales y económicas son muy diferentes. Lo que se llamó Nuevo Cine Latinoamericano fue el resultado de una serie de circunstancias que provocó el surgimiento de un grupo de realizadores, Littin, Sanjinés, Marta Rodríguez, Leonardo Favio, Torre Nilson, Gutiérrez Alea y Solás, (Ripstein, en su primera etapa con Cazals y Alcoriza, entre otros) que trabajaba con pocos recursos, apoyado por grandes escritores y actores que comenzaban sus carreras, de todo lo cual salían películas frescas, agresivas, llenas de humor y rabia que sirvieron para que los espectadores entendieran mejor lo que ocurría en sus respectivos países". La influencia literaria de los bohemios del Grupo de Barranquilla, particularmente de Alvaro Cepeda Samudio, de quien fue su amigo, se nota en la insuperable belleza poética de los títulos de sus novelas: Nueva historia de Mateo el Flautista: según la versión de su hermano Juan Sebastián y las memorias de Ana Magdalena. (Premio Esso de Novela en 1968) Bogotá: Ediciones Lerner, 1968., Mi revólver es mas largo que el tuyo. Bogotá: Colcultura, 1977. El pez en el espejo. Bogotá: Planeta Colombiana Editorial, 1984., Alejandra. Bogotá: Planeta Colombiana Editorial, 1988, Muriel, mi amor. Bogotá: Intermedio Editores, 1995 y Marlon Brando: escándalo y mito (Ensayo). Bogotá: Editorial Panamericana, 2004. El maestro Alberto alcanzó a recibir el Premio de Periodismo Simón Bolívar y varios India Catalina del Festival de Cine de Cartagena por cortometrajes de los que fue realizador. 
El periodista Ricardo Rondón Ch. publica en el periódico El Espacio (Bogotá, junio 29) la siguiente entrevista: 
-Te la has pasado casi toda la vida metido en las salas de cine: ¿no te da pena, Alberto?
-"Al contrario, me hizo falta más tiempo".
-Dicen que en una época te llevaban la comida al teatro. ¿Eso es cierto?
-"Todavía lo siguen haciendo".
-¿Y se hace buena digestión?
-"No, por eso siempre tengo pesadillas terroríficas".
-¿Por qué esa pasión enfermiza por el cine?
-"Porque es en la oscuridad es donde vivo mi verdadera realidad".
-Te imagino impúber, en el cine ‘Astral’, de Barranquilla, de pantalón corto, bien sentado, y lelo en las imágenes de ‘Lo que el viento se llevó.
-"Y también con las imágenes de las películas de vaqueros, con John Wayne".
-¿Te pasaste por mayor de edad para profanar el terreno de las películas prohibidas?
-"Sí, en un salón llamado ‘Rex’, que ya no existe, donde iba muy a menudo a ver películas francesas y suecas de alto calibre, que acababa sin entender".
-¿Cuál era el actor que más te emocionaba?
-"Humphrey Bogart en ‘El halcón maltés’ y ‘Casablanca’. No he podido olvidar su sombrero y su eterno cigarrillo".
-¿Y de ellas, de esos amores ilusos que le quedan a uno de por vida?
-"La cabellera de Ingrid Bergman y los senos de Sofía Loren".
-¿Y qué me dices de Rita Hayworth?
-"La cachetada que le dio Gleen Ford, todavía me está doliendo".
-¿Quién te enseñó a interpretar el cine?
-"Tuve el mejor maestro: Álvaro Cepeda Samudio, director del Diario del Caribe, donde yo trabajaba".
-¿Cómo te hiciste periodista?
-"Por pura intuición, haciendo turnos hasta las cuatro de la mañana. Era la época del ‘plomo’, es decir, del linotipo".
-¿Qué se hicieron tus amores cinematográficos?
-"Todas se casaron y muy bien casadas".
-¿No será que se aburrieron de tanto ir a cine?
-"Puede ser...".
-¿Cómo definir ese silencio casi sepulcral previo a una película?
-"Es como si uno estuviera en el infierno, si es que de todos modos le va a tocar".
-¿Y ese ruido como de vapor de los viejos proyectores?
-"Es inolvidable, forma parte de ese ritual nostálgico que nada lo puede reemplazar".
-¿Cuál es la salita de cine más triste que conoces?
-"Había una en Barranquilla donde una novia y yo nos metíamos para ver cualquier cosa y salir después absolutamente agotados...".
-¿Qué te ha dejado el cine?-"Si el cine no existiera, yo no estaría vivo".
-¿Por qué evitas el calificativo de crítico de cine?
-"Porque nunca lo he sido, ni lo seré. Apenas soy un fanático que trata de ver todas las películas que puede, pero sin autoridad para indicarle a los demás lo que pueden ver o no ver".
-¿Cómo es que te has acostumbrado a tanta oscuridad?
-"Es que cuando estoy en la vida cotidiana es como si fuera un pez fuera del agua".
-Pasemos a tu piscina literaria: ¿cuál es la más querida de todas tus novelas?
-"‘Alejandra’, porque es la mejor escrita y la que trabajé por única vez en mi vida en circunstancias seguras. Es decir, con un cheque al portador de una beca que me gané en la universidad de Iowa, en 1985".
-¿Cuál es la clave de tu titulación?
-"La elección del título es todo un ritual: jamás comienzo a leer un libro sin saber cómo se llamará".
-¿El título te da la historia?
-"Efectivamente, y en el solo título puedo invertir hasta cinco años".
-¿Sigues amando a ‘La Maga’ de ‘Rayuela’?
-"Claro, ese es un amor más allá de la muerte".
-¿Cuál es ese autor que por más devoción no has podido acabar de comprender y mucho menos de leer?
-"Ernest Hemnigway, es una interminable pelea casada con sus historias".
 -¿Y la película más bella que has visto?
 -"Una película francesa: ‘El samurai’, con Alain Delon".
-Tú que los has tenido de cerca: ¿cuál es el más encantador (a) de las luminarias del cine?
-"Pedro Almodóvar, por su sentido del humor, por su paciencia, y también porque pertenece a esa estirpe de hombres que nunca se dan por vencidos".
-¿Y el más crudo, el más parco?
-"Brian de Palma, el director: es un témpano, inaccesible y distante"
-¿Cómo te pareció Jodie Foster?
-"Muy próxima y cálida: como si la hubiera conocido de antes".
-¿Y Schwarzenegger?-"Muy humorístico".
-¿Te enamoraste de Julia Roberts?
-"Absolutamente"
-¿Por qué nunca te tomas un trago?
-"Porque me entran atravesados. Tolero los amigos que beben y puedo departir una noche con ellos sin beber una sola copa".
-¿El cine engorda?
-"Yo soy una prueba viviente".
-¿Cómo son tus sueños?
-"Casi siempre sobre el día que acaba de pasar".
-¿Tu gran pesadilla?
-"Llegar tarde a una película que estoy ansioso de ver y que me nieguen la entrada".
-¿Qué acostumbras dejar en los teatros?
-"A veces se me queda el paraguas, y treinta años atrás, recuerdos muy húmedos".
 -¿En dónde acostumbras ubicarte?
-"Atrás, al lado derecho".
-¿Te han puesto los pies en la nuca?
-"No, pero una vez una bella chica recostó su trasero: no recuerdo en qué película fue".
-¿No temes que de repente te sorprenda la parca en la oscuridad?
-"Al contrario, lo deseo".
-Sería una bella muerte en tecnicolor...
-"Yo preferiría una película de Bogart, en blanco y negro".
Réquiem por un hombre que, a su decir, fue una película en blanco y negro, tocada de emoción y de nostalgia

jueves, 24 de junio de 2010

Edith Shain- El inapreciable valor de ser besados

Ayer, 23 de junio de este año, que no es de gracia, la enfermera Edith Shain sucumbió al peso de sus 91 años, pese a que fue una mujer afortunada que supo lucir con gracia e inteligencia su generosidad de cuerpo, espíritu y mente, en una época en la que, al parecer, el falso moralismo y la hipocresía estaban menos exacerbados que en nuestro engañosamente "moderno" siglo 21. Edith fue la enfermera a quien un marinero anonimo propinó el beso que registró en su cámara el fotográfo Alfred Eisenstaedt el 14 de agosto de 1945 en Times Square (N.Y.). Treinta años después, Edith le escribió a Eisenstaedt para informarle  que aquella mujer de su retrato, publicada en la Revista Life, era ella que por ese entoncestrabajaba en el Doctor Hospital de Nueva York. La identidad del marinero aún hoy es desconocida. Para su fortuna, aquel beso la convirtió en invitada a numerosos eventos de homenaje a las Fuerzas Armadas y a los soldados caídos en combate. A su memoria, un fragmento de Piedra de Sol de Don Octavio Paz.
  ...el mundo nace cuando dos se besan,
gota de luz de entrañas transparentes
el cuarto como un fruto se entreabre
o estalla como un astro taciturno
y las leyes comidas de ratones,
las rejas de los bancos y las cárceles,
las rejas de papel, las alambradas,
los timbres y las púas y los pinchos,
el sermón monocorde de las armas,
el escorpión meloso y con bonete,
el tigre con chistera, presidente
del Club Vegetariano y la Cruz Roja,
el burro pedagogo,el cocodrilo
metido a redentor, padre de pueblos,
el Jefe, el tiburón,el arquitecto
del porvenir, el cerdo uniformado,
el hijo predilecto de la iglesia
que se lava la negra dentadura
con el agua bendita y toma clases
de inglés y democracia, las paredes
invisibles, las máscaras podridas
que dividen al hombre de los hombres,
al hombre de sí mismo,
se derrumban
por un instante inmenso y vislumbramos
nuestra unidad perdida, el desamparo
que es ser hombres, la gloria que es ser hombres
y compartir el pan, el sol, la muerte,
el olvidado asombro de estar vivos;
amar es combatir, si dos se besan
el mundo cambia, encarnan los deseos,
el pensamiento encarna, brotan alas
en las espaldas del esclavo, el mundo
es real y tangible, el vino es vino,
el pan vuelve a saber, el agua es agua,
amar es combatir, es abrir puertas,
dejar de ser fantasma con un número
a perpetua cadena condenado
por un amor sin rostro;
el mundo cambia
si dos se miran y se reconocen...

miércoles, 23 de junio de 2010

CULO Asociese y ayude a promoverlo

Aunque a veces le propinen sus pitonazos; grande o pequeño; plano o redondo; silencioso o estridente; individual o masivo, el C.U.L.O. (Club Universal de Libre Opinión) es hoy por hoy el más mirado y deseado de los órganos de expresión para los medios alternativos de información y comunicación que  necesiten y quieran liberarse de los controles hipócritas o mojigatos de la prensa escrita y algunos sitios oficiales. Promover el C.U.L.O. es reivindicar el derecho a la impertinencia, la rebeldía y la iconoclastia.

sábado, 19 de junio de 2010

Si perdemos las voces de la ironía...De aquellas reseñas que sería mejor nunca tener que hacer

Pero, que son ineludibles porque, más allá de lo noticioso, que puede ser fácilmente superado por la Prensa Asociada y la gran cantidad de blogs especializados en crónica literaria, la muerte de un grande de la literatura universal nos deja un vacío que no podrán llenar otros escribidores, por brillantes y novedosos que puedan llegar a parecernos. Y, cuando, como si no fuese suficiente, la Huesuda se nos lleva dos de nuestros más críticos y respetables intelectuales iberoamericanos... Este viernes 18 de junio, a sus 88 años, el escritor, novelista, poeta, periodista y dramaturgo portugués José de Sousa Saramago ha emprendido "El viaje del elefante" hacia "La Caverna", para ser testigo directo de "Las intermitencias de la muerte" en una digresión definitiva. Don José Saramago (Azinhaga, Santarém, Portugal, 16 de noviembre de 1922 - Tías,Las Palmas, España, 18 de junio de 2010), quien en 1998 recibiera de La Academia Sueca el Premio Nobel de Literatura, por su capacidad para «volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía» nos deja el recuerdo de una venerable persona cuya reciedumbre moral y madurez intelectual le permitían plantear con su mordacidad característica su crítica a las organizaciones religiosas, su desprecio por el actual Primer Ministro italiano, a quien se refiere en uno de los textos como la Cosa Berlusconi y su pasión por los autores ibéricos. ¿Qué otro temperamento podría esperarse del hijo de José de Sousa y Maria da Piedade, una pareja de campesinos sin tierra, a quien un funcionario del registro civil decidió encabalgarle en el registro el apodo de la familia paterna (Saramago, en español "Jaramago", nombre de una planta herbácea silvestre de la familia de las crucíferas) ? De su prolífica obra novelística y poética he tomado estos versos para decirle Muito obrigado!


ATÉ AO SABUGO
Dirão outros, em verso, outras razões,
Quem sabe se mais úteis, mais urgentes.
Deste, cá, não mudou a natureza,
Suspensa entre duas negações.
Agora, inventar arte e maneira
De juntar o acaso e a certeza,
Leve nisso, ou não leve, a vida inteira.
Assim como quem rói as unhas rentes.

HASTA LA CARNE
Otros dirán en verso otras razones,
Quién sabe si más útiles, más urgentes.
Éste no cambió su naturaleza,
Suspendida entre dos negaciones.
Ahora, inventar arte y manera
De juntar el azar y la certeza,
Se lleve en eso, o no, la vida entera.
Como quien se muerde las uñas cercenadas.

Hoy, 19 de junio Don Carlos Monsiváis Aceves (Ciudad de México, 4 de mayo de 1938 - Ciudad de México, 19 de junio de 2010) decidió acompañar al nobel lusitano. Monsiváis, uno de los escritores más importantes del México contemporáneo, fue además una imagen pública fácilmente identificable y estimada. Sus posturas políticas y su actividad crítica lo llevaron desde el inicio de su carrera periodística a estar al tanto de todos aquellos fenómenos literarios, sociales y culturales que implicaran un desacato al conservadurismo, al autoritarismo y al orden establecido. La ironía, inclusa en su sátira política como crítica mordaz frente a la realidad intolerable, es un elemento constitutivo, sino el esencial, de sus textos. Un ejemplo de ello es su columna "Por mi madre bohemios" (que lleva décadas editándose en diversas publicaciones del país) en la cual expone la demagogia de las clases que gobiernan el país mediante una compilación de declaraciones de políticos, empresarios, representantes de la iglesia y otros personajes de la vida pública, para mofarse de su ignorancia o su visión limitada del mundo. Su temática recorre desde los ídolos populares (El Santo, Cantinflas) hasta personajes o acontecimientos que, como el movimiento estudiantil de 1968, el movimiento feminista y las figuras contestatarias de izquierda, implicaban un rechazo a toda posición intolerante y retrógrada. A pesar de tener más de cincuenta libros publicados, gran parte de su obra se ha difundido en periódicos, revistas, suplementos, semanarios y todo tipo de fuentes hemerográficas. De entre sus innumerables libros destacan Días de guardar (1971), Amor perdido (1977), Nuevo catecismo para indios remisos (1982), Escenas de pudor y liviandad (1988), Los rituales del caos(1995), Salvador Novo. Lo marginal en el centro (2000) y Aires de familia. Cultura y sociedad en América Latina (2000), entre otros. ¡Abur, abur, Maestro! Que desde ese Paraíso etéreo de la Conciencia Colectiva su escepticismo redomado siga siendo el faro que guíe los acales recién botados al mar literario iberoamericano.

miércoles, 16 de junio de 2010

¿Qué más se puede esperar?

Mucho...En los docientos años de intentos fallidos de auto-constituirse como nación soberana, Colombia ha protagonizado una historia ininterrumpida de odio, sangre, explotación y engaños. Pendiendo siempre de los hilos del control económico, unos cuantos clanes originalmente terratenientes, luego industriales, posteriormente comerciantes y finalmente mafiosos, hicieron del aparato Estatal el más eficaz de los instrumentos de poder político. Sólo requirieron para coronar sus objetivos la complicidad de un sistema educativo estupidizante, la solidaridad de una estructura eclesial alienante y el acompañamiento de una fuerza militar coercitiva. La escuela nos enseñó la "importancia" cívica del sometimiento ritual a las falacias políticas disfrazadas de elecciones "democráticas"; la iglesia nos alejó de cualquier pensamiento "rebelde" que nos llevara a cuestionar las decisiones de los gobernantes y las "fuerzas del orden" nos hicieron "saber" a lo que nos exponemos cuando no encajamos en el engranaje. Es un recuento simplificado y un poco caricaturesco, si se quiere, de nuestra historia latinoamericana; sin embargo, puede resultar sugerente si se quiere tratar de entender las sinrazones que llevan a los ciudadanos de una nación atrofiada a creer que con su votación pueden torcerle el cuello al monstruo bicéfalo de la in-equidad social y la ilegalidad justiciera.
Un principio elemental de la economía política, es el aprovechamiento de todo papayazo que nos brinde el oponente: En vísperas de elecciones para Cuerpos Colegiados sustenté mi negación rotunda a votar, porque, argumentaba, era la oportunidad para enviarle a los politiqueros un mensaje que los llevara a replantear sus estrategias. La respuesta generalizada fue una de esas joyas "argumentativas" del lugar común y el pensamiento esclavo: el que no vota no tiene derecho a exigir. Dicho esto por personas del común, vaya y venga; pero, planteado por militantes de lo que alguna vez fuera un "partido de izquierda", era una clara y contundente advertencia de lo que se estaba cociendo en la marmita burocrática. Enceguecidos y torpes, no vislumbraban la influencia determinante del número electo de senadores por bancada para las elecciones presidenciales. Ahora, cuando servida la sopa, se hacen evidentes los adobos del recetario, se están dando cuenta de la ocasión dilapidada y están convocando a la abstención. ¡Ya para qué! Por el contrario: El voto en blanco, o nulo o por Antanas puede ser un buen recurso para explotar sus contradicciones y poner en evidencia el extremismo de que son capaces. Porque, y no nosdigamos mentiras, el greench ya está elegido desde el instante mismo en que el salgareño vio hundirse su referendo reeleccionista, lo de la "votación popular" no es más que una pantomima que les sirve para que sus calanchines muevan sus peones y aireen  sus billetes.