lunes, 27 de diciembre de 2010

La edad de la inocencia

Advertencia previa: En Colombia ningún Santos es inocente, aunque se demuestre lo contrario.
La tradición católica impuso el rito bromista del 28 de diciembre como Día de los Inocentes. La INOCENCIA, un atributo problémico que funciona a la maravilla como insumo de los estrados judiciales;  pero que adquiere características de insulto cuando se la relaciona con esa falta de inteligencia que ya en las  Bienaventuranzas del Nuevo Testamento es etiquetada  como "Pobreza de Espíritu". El Génesis, primer libro de mitos fundacionales de las Escrituras católicas, describe con pormenores los trágicos hechos que llevaron a los primeros bípedos con ropa a "reconocerse pecadores"; es decir, a descubrir que "habían perdido su inocencia" a cambio de una mordida al satánico fruto del Conocimiento. Las consecuencias: Métale muela a esa terrible y lapidaria frase GANARÁS EL PAN CON EL SUDOR DE TU FRENTE. 
Si Usted cree que no es más que una frase anecdótica, con cierta licencia poética,  le pido que explore conmigo los siguientes recuerdos (imposible que no le acierte en más de uno) y trate de establecer una relación entre el significado de su vivencia y el sentido de aquella frase. Le aseguro que terminará comprendiendo por qué con cada pérdida de su inocencia viene un agente paracelestial que lo desplazará de su Paraíso. 
Usted descubre que ha perdido, o está perdiendo la inocencia, cuando descubre que el Niño Dios es igualitico a su papá en calzoncillos y que el paquete que está poniendo en el árbol contiene, más o menos, algunos de los regalos que Usted le había pedido al Niño Dios o a Santa Claus... ya ni le importa a quien le hizo el encarguito; cuando al acabar de subirse la bragueta, a Usted se le pasa por la cabeza la idea de que ella se veía más linda antes y que, de verdad, era mejor con la mano; cuando, al terminar su bachillerato, una mala mañana tropieza de nariz con una angustiante pared llamada "Futuro"; cuando al terminar su carrera de pregrado vuelve a tropezar con esa misma maldita pared, ahora más alta y ancha; cuando, al terminar su segundo posgrado, descubre que la pared es insalvable y decide como el Señor K, sentarse en su zócalo a ver morir el presente; cuando descubre que para comerse ese pastelito, no necesariamente tenía que casarse; cuando comprende que "El Verbo Eterno" es TRABAJAR; cuando comienza a preguntarse por los métodos de enriquecimiento de los banqueros oficiales; cuando comprende por qué los banqueros y los políticos arruinaron a "Bernie" Madoff y a David Murcia y desprestigiaron el Esquema Ponzi; cuando comienza a desconfiar de aquel locutor de radio que se gana mensualmente CINCO sueldos presidenciales, el equivalente a 200 salarios mínimos; cuando su primer patrón le palmotea el culo y le dice que sus "obligaciones" deben ir más allá del trabajo de oficina; cuando comienza a desconfiar del "heroismo" de los "soldados de la patria"; cuando comienza a preguntarse por qué un viejo de 56 años que tuvo a las buenas y a las malas las riendas (literalmente) del país, se le da por pegarse de su blacberry a twittear procastinaciones como cualquier culicagao grosero; cuando, al regresar de la luna de miel su suegra la sienta para una "charla madre-hija" en la que le explica cómo le gustan las comidas, las camisas y los viernes a ese "tesorito" que Usted le arrebató; cuando comienza a preguntarse si es normal que a su novia "le duela la cabeza"; cuando al mirarse en el espejo Usted descubre que no valió la pena "tanto esfuerzo"; cuando su ex le presenta un "nuevo amigo" y Usted no entiende qué le vió a ese tonto; cuando al reencontrarse con la Promo del Cole, Usted siente en la boca un saborcillo a retama amarga como de juventud perdida; cuando al escuchar cualquier tipo de "informe estadístico", Usted es capaz de percibir la mano que mueve los hilos... cuando, cuando, cuando... la inocencia se nos fuga como aguita entre los dedos y siempre nos deja la dolorosa sensación de un desplazamiento del Paraíso soñado... Tal vez al final, como en la novela de Edith Wharton, terminemos huyéndole a los reencuentros para no revivir viejos dolores y nos neguemos a escuchar los murmullos socarrones que nos dicen "Pásela por inocente".

martes, 21 de diciembre de 2010

Algunas sugerencias para regalos de Navidad

Si, para esta Navidad le tocó hacer de Niño Dios, Papá Noel, San Nicolás o Santa Claus y es de los que se complica la vida creyendo que el juguete "influye", vaya Usted a saber de qué manera, en el "futuro profesional" de los criaturos, desmóntese por las orejas empacándole uno de estos kit de "modelos a imitar" (tomadas del blog del Negro http://elnegroentanga.blogspot.com quien las toma de Entertainment earth http://www.entertainmentearth.com/hitlist.asp?theme=Little+Giants que los ofrece a 16 dólares).
Como notará, también tenemos nuestro modelito colombiano, aunque , la verdad, y para ser justos, no les está yendo tan mal en su gestión y podrían estarse haciendo merecedores de un trato más amable. FELIZ NAVIDAD.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Por qué es urgente un Juicio Político a la anterior administración de gobierno nacional

 
Hombre, que las fuerzas de la naturaleza a veces superen la previsibilidad humana, es cosa corriente hasta en los paises del llamado Primer Mundo (¿Quién podría olvidar el Katrina, por ejemplo?); que una catástrofe natural tome visos de tragedia humana, es una consecuencia que se hace más notoria en los paises del subfondo socio-político (lo seguimos viendo en Haití); que un supuesto "espíritu de solidaridad internacional" (que ya no hermandad de los pueblos) mueva políticos, farándula y traficantes de todas las pelambres a "recaudar recursos para los damnificados" (¡!) es un sapo difícil de tragar y que reclama una rigurosa reglamentación... Pero, que de las ríadas, inundaciones, aludes y avalanchas ocasionados por la actual "ola invernal" en Colombia unicamente se tenga como responsable al "fenómeno de la niña", sólo contribuye a dejar en evidencia la mercenarización de los medios, que a cambio de unos muy jugosos estipendios desvían la mirada de la Opinión Pública hacia las bambalinas de la caridad cristiana, la lástima, la solidaridad y demás pendejadas que nos boicotean la dignidad y nos hacen plañideros y pedigüeños. ¿Por qué carajos no ha aparecido un solo "político de izquierda", o un "periodista socio-crítico" a imputarle cargo de responsabilidades políticas y sociales al salgareño, quien en su octanal (8 años) usurpación de poder incrementó su caudal político en la burocracia de las CAR (Corporación Autónoma Regional) y puso en el ministerio del 1/2 ambiente a un narigón ridículo que se hizo el güevón frente a la proliferación de  maquinaria pesada  y dragas que trituraron las fronteras naturales, ahondaron vados, rectificaron recodos y eliminaron meandros de todos nuestros rios en busca de... ¡oro!? ¿Cuántas hectáreas de las tierras inundadas son hoy terrenos valdíos porque los paracos habían desterrado de ellas a los nativos propietarios? ¿Qué hicieron las CAR con el cuantioso presupuesto que se mamaron durante ocho años dizque para velar por la conservación ambiental? ¿No era responsabilidad del Ministerio del Medio Ambiente velar por la conservación de las hoyas, las cuencas, las canalizaciones y los cuerpos de agua en general?  ¿Qué mierdas hizo juan lozano en ese pinche ministerio durante sus ocho años? ¿Cómo es posible que bajo un estado de emergencia social como el que estamos viviendo, cada uno de nuestros "representantes políticos" continúe mamándose mensualmente el equivalente a 42 salarios mínimos mensuales? ¿No sería el momento de apretarse el cinturón por un buen lapso hasta que se recupere la economía? (No hay que olvidar que ya salen a "receso" hasta marzo del 2011, pero que seguirán recibiendo su mesada)... y las fuerzas militares ¿no es el momento de deponer sus afanes bélicos y dedicar el 50% de su presupuesto (el más oneroso e inútil de los rubros nacionales) a la recuperación del país?. Mientras no alcemos la voz para exigir una justificación, tendremos que conformarnos con gestos tan folclóricos y bien intencionados como los de ver al Señor Rafael Correa, Presidente de Ecuador, disfrazado con una chaqueta de la defensa civil entregando ayuditas a los "damnificados"; o a Juanes anunciando que para una subasta organizada por Isabela Santodomingo donará la chaqueta que usó en la inauguración del pasado mundial de fútbol en Sudáfrica; también Sofía Vergara entregará dos pases para ingresar al set de Modern Family; y Ángela Vergara donará un dummy (réplica a escala natural) con una foto de ella en la serie los caballeros las prefieren brutas; y la diseñadora Francesca Miranda hará entrega de tres de sus vestidos (lino, coctel y gala); y Adriana Arboleda y Johana Ortiz darán una vestimenta completa de su marca Pink Filosofy  y Juan Pablo Montoya donará un uniforme de los que usa en la Nascar...¡Apague y vámonos!
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

sábado, 11 de diciembre de 2010

Los juegos de los muchachos

Hasta hace una generación, digamos, cosa de diez a veinte años (¡miércoles! parece una eternidad), la Infancia, ese estadio del desarrollo vital coloquialmente agrupado bajo el adjetivo cariñoso de muchachada, era un estadio integrado del cuerpo, el alma y la mente en el que la sobrecarga energética impelía a la acción. Digo que hasta hace  una generación, porque es evidente que el proceso pangeico de digitalización mediática penetró por el nicho del "entretenimiento" para modificar tanto la forma de relacionarnos, como las funciones del juego y la expresión corporal; pero ese será tema de otra entrada... Desde la perspectiva de lo que aquí quiero plantear, el mundo infantil era aquel Reino de la Imaginación  cuyo mandato único era la actividad constante. Su antípoda natural era el pensamiento y, por ende el estudio y el saber (ahora sí me es fácil entender el mito bíblico de la expulsión del Paraíso por "haber mordido la manzana del conocimiento"). La acción se expresaba en el Juego. Era éste el recurso mediante el cual los muchachos "quemaban" las energías inagotables, adquirían las destrezas indispensables para ganarse el respeto y admiración de su respectiva pandilla y, sobre todo, asimilaban por emulación los valores culturales y las representaciones sociales de su entorno afectivo y comunitario.
En esencia, el juego es el acto de hacer palpables los devaneos de la imaginación, no tiene más pretensiones que el goce por el goce, ni más coordenadas que el aquí y el ahora; su poder de ensimismamiento nos distrae la conciencia de las contingencias inmediatas y nos hace inmunes a los efectos y consecuencias de lo obrado. En su reino de Jauja toda actividad es posible, todo gesto es semejante y todo resultado impecable: Nadie más grave que un niño jugando a médico, ni más serio que el pequeño "automovilista", ni más "letal" que la parodia infantil de un policía, ni más hacendosa o "sexi" que la niña que imitaba a su madre, hermana o tía en las labores domésticas y en los desfiles de pasarela.
La evolución de una metódica comportamental a partir de la emulación lúdica de las acciones de terceros constituye la causa necesaria de la formación de las estructuras superiores del pensamiento que habrán de consolidarse como expresión de una maduración intelectual consecuente con la edad biológica, la cual acabará haciéndose manifiesta en el grado de evolución social y cultural de una comunidad. Es por eso que uno de los instrumentos antropológicos más eficaces para determinar el modelo de desarrollo social y cultural de una población, es el estudio y conocimiento de sus juegos infantiles. (Un referente de estudios al respecto  -desde la sicología- puede hallarse en Piaget, Vigotski y Gowin)
El proceso individual de maduración  trae consigo la percepción del OTRO como alguien externo a nuestra subjetividad que limita nuestro espacio y condiciona nuestro querer hacer, dando inicio a la transformación del espíritu lúdico en afán competitivo. El juego, entonces, pierde su dimensión gratificante, se convierte en disputa de poderes, factor de ingresos económicos, trabajo, disciplina... Nada menos lúdico que un deportista de "alta competencia", un "animador", un payaso o un "recreacionista". La imaginación, entonces,  es desplazada a un sector vergonzante de la personalidad (en adelante será llamada "la loca de la casa") donde se irá transformando en un endriago grotesco que aprovechará cualquier obnubilación de la conciencia "adulta" por alicoramiento (o empendejamieto, que es más nocivo) para dejar ver su trasero atrofiado y ridículo.
Desafortunadamente, como ése es un evento que acaece hasta en las peores familias, se nos ha vuelto epidemia en Colombia ver a un enano cuarentón que, fungiendo como ministro de agricultura, se sentaba en las sesiones del Congreso a chatear con sus compinches sobre la sensualidad de las senadoras; o a otro  personajillo cincuentón obsesionado en responder los twits que le llegan a su blackberry; o a una ex congresista jamona que, al ser faltoneada por el personajillo anterior, denuncia las claves del negociado para la reelección presidencial y finalmente "escribe" un libro de delaciones (ah, y posa empelota para una revista de farándula); o a unos sesentones de cuatro soles, veteranos de ninguna guerra, dilapidar el 47% del presupuesto nacional en comprar jugueticos bélicos; o a un viejo setentón fungiendo como Procurador de la Nación salir con una charada como la de intentar atribuirse los méritos de la liberación de las FARC; o a una cuadrilla de vetustos locutores de radio jugando a ser guardianes y fiscales de una supuesta moral pública, o a los agentes de la interpol capturando a Julian Assange por haber "tirado sin condón"...
No es una regresión a la infancia... Es que estos personajes se "maduraron biches" y ahora, con un mapa mental esbozado en su primera infancia y con un timón ético robado a los modelos de su juventud, dan bandazos a la deriva en el revuelto océano de la gestión pública. Si las cosas siguen así, muy pronto asistiremos al espectáculo de una gerontocracia con botox en el raciocinio.

martes, 7 de diciembre de 2010

Riase si aún le quedan ganas 2- Así empiezan las peleas

La mujer está desnuda, mirándose en el espejo de la habitación. Sin estar feliz con lo que ve, le dice al marido: "Me siento horrible; parezco vieja, gorda y fea; realmente necesito un elogio tuyo.” El marido responde: "De la vista estás perfecta".
Y, entonces, la pelea comenzó...
Mi mujer y yo estábamos sentados en la mesa de un restaurante, yo me estaba fijando en una chica borracha que estaba sola en una mesa próxima, y que balanceaba su copa. Mi mujer preguntó:
-"¿La conoces?"
-"Sí", dije yo, "Ella es una antigua novia mía... es que empezó a beber después de separarnos, hace ya bastantes años y nunca más ha vuelto a estar sobria". 
-"¡Dios mío!", dijo mi mujer, "nunca pensé que alguien pudiese celebrar algo durante tanto tiempo!"
Y, entonces, la pelea comenzó...
El marido vuelve del médico y la mujer, toda preocupada, le pregunta: "Y, entonces, ¿qué te dijo el doctor?".
Él respondió: "A partir de hoy, no haremos más el amor; tengo prohibido comer cosas grasas".
Y, entonces, la pelea comenzó...
Después de pensionarme, fuí hasta el Seguro Social para poder recibir mi credencial de jubilación. La mujer que me atendió solicitó mi Cédula de Identidad para verificar mi edad, pero yo me di cuenta de que la había dejado olvidada en casa. La funcionaria dijo que, para que no perdiera la ida, me desabotonara la camisa. Yo obedecí: desabotoné la camisa dejando expuestos mis vellos crespos y plateados. Ella dijo: "Esos vellos plateados en su pecho son prueba suficiente para mi". Y procesó mi jubilación.
Cuando llegué a casa, le conté entusiasmado a mi mujer lo que me había ocurrido. Ella me dijo: "¡Vaya! ¿y por qué no te bajaste los pantalones? Podrías haber conseguido una invalidez permanente también... "
Y, entonces, la pelea comenzó...
Llevé a mi mujer al restaurante. El camarero anotó primero mi pedido: "Quiero un churrasco bien jugoso, por favor".
El camarero pregunta: "¿El Señor no está preocupado por la vaca loca ?"
-No, ella misma puede hacer su pedido - respondí.
Y, entonces, la pelea comenzó...
La mujer de 47 años mira desnuda a su marido desde la puerta del baño y le pregunta:
-¿Vos creés que realmente represento la edad que tengo?
El marido le contesta: 
-Si miro tu cabello, te doy 29; si miro tu busto te doy 32; si miro tus caderas, te doy 36; si miro tus piernas, te doy 30...
Ella le contesta: "Gracias mi amor, ¿realmente piensas eso?
El marido le contesta: "Espera un poquito que todavía estoy sumando..."
Y, entonces, la pelea comenzó...
Luego de haber tenido una discusión muy fuerte, la pareja iba en el auto sin hablarse. Al pasar frente a un criadero de cerdos él le dice: "No sabía que tenías parientes viviendo por acá"
Ella le contesta: "Si..., mis suegros!!!"
Y, entonces la pelea otra vez comenzó...

sábado, 4 de diciembre de 2010

WikiLeaks: El recurso del rumor como imán publicitario

 
Sería fantástico. El artilugio podría devolvernos a todos los humanos del común la ilusión de poder ser censores de las tropelías de los poderosos. ¿Se imagina un mundo en el que la Opinión Pública de cualquier lugar del planeta pueda informarse  de los manejos políticos, económicos, estratégicos, etc. con sólo desplazar un cursor? Una versión inversa del ojo omnisciente de El Gran Hermano en 1984, la novela de George Orwell. ¿Cómo tratarían sus temas el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, los 8, los 20, los del Bilderberg o los politicastros locales? Desafortunadamente, desde sus orígenes, la internet, y todo lo que por ella corre, está atada a unos sofisticadísimos planes de manipulación ideológica y control político de quienes la inventaron y la están difundiendo a lo esférico y profundo de este planeta. No se me ocurre un adjetivo para calificar a quien pueda creer por un momento que alguien tiene los recursos económicos (y la locura) suficientes para acceder y echar a rodar una "información clasificada" que afecte verdaderamente la espina dorsal del sistema en que se sustenta. ¡Claro! Desde un rinconcito de lo utópico, uno podría esperar la aparición de un nuevo estilo de héroe robinjudesco que se hackeara la "información clasificada", esos Top Secret de los sistemas político gringo, militar israelí o económico británico cuya divulgación estremeciese las bases políticas, militares o económicas de su stablishment .
Julian Assange
Anticipando la posibilidad de que ello llegase a suceder ¿Cuál piensa Usted que sería la mejor estrategia de prevención? La historia nos ha enseñado que las más comunes y eficaces son las del rumor y el simulacro. Desde la perspectiva de la propaganda política, el rumor puede servir para imponer la aceptación de un personaje o para desacreditar a un adversario incómodo; el simulacro permite estudiar reacciones, siembra la expectativa sobre eventos y consecuencias y, lo más importante, debilita las bases del suceso emulado.
Bradley Manning
Si nos ponemos de acuerdo en el predicamento anterior y prestamos atención al sabio aforismo Piensa mal y acertarás, quizá le parezca que valga la pena preguntarse de dónde diablos salió Julian Assange, cómo consigue financiar su WikiLeaks, por qué los doscientosmil y pico de archivos que ha echado a rodar apoyado en un aparatoso sistema publicitario que apoyaron y fortalecieron los gobiernos de Estados Unidos, Francia y Alemania, no aportan un solo dato verdaderamente trascendental, por qué hay tanto glamour en los sujetos involucrados... Todos ellos: Assange, Manning y Lamo parecen extraidos de un estudio de Hollywood. Y, si se escucha sus declaraciones, la sospecha se hace más fuerte. El miércoles 1 de diciembre la W Colombia entrevistó a Adrian Lamo, el supuesto hacker que delató al soldado Bradley Manning.
Adrian Lamo
El caso es que Lamo, quien a pesar de (o precisamente por ello) dominar un perfecto español sin acento ni baches semánticos ni sintácticos, ralentizaba su hablar hasta el punto de hacer creer que tenía algunos problemas mentales, dejó entrever en su monólogo un libreto diseñado por uno de esos gringos que creen que al sur del Rio Bravo todos los latinos somos iguales. Para completar, el tipo, de apellido Lamo, dice que es de padre colombiano... Podría ser. Algún inmigrante italiano que iba para las pandillas de Nueva York y se le hizo más fácil la vuelta pasándose por este país de oprtunidades. Decía la periodista, al borde del soponcio, que el entrevistado era el papá de los pollitos, la última coca-cola del desierto, el non plus ultra en "el bajo mundo de los hackers" (sic) y que dormía en edificios abandonados... En fin... mire las fotos, escuche el audio y saque Usted sus conclusiones.
Ah... y todo esto "coincidiendo" con el lanzamiento sincronizado de La red social una cinta que ya ha recibido los premios a mejor película, mejor director, mejor actor protagonista y mejor guión adaptado que otorgan la Asociación Nacional de Críticos de cine.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Cuando la legalidad es injusta y la justicia es instrumento de oportunistas

Venía ya desde septiembre echándole cabeza al tema, que pensaba introducir con la etiqueta de Receta de mujer. Me encontraba en el dilema de si plantearlo desde la perspectiva de su deber de pagar los costes de ser reconocidas como sujeto social, o si el problema eran las limitaciones de nuestra capacidad humana para ver la realidad con las anteojeras de nuestros prejuicios morales y culturales... Afortunadamente para mi, me sacó del atolladero nadie menos que el novelista y semiólogo italiano Umberto Eco con este artículo que publicó el diario colombiano El Espectador, ayer domingo 28 de noviembre. Por supuesto: nada que glosarle; sin embargo, me atrevo a criticar (temblando del susto y rojo de la vergüenza) la edición o estructuración lógica de los últimos párrafos, la cual tendría que obedecer a inconvenientes técnicos del traductor. Como siempre, las itálicas y negritas son mi intromisión.
La virginiana y la iraní 
Teresa Lewis fue ejecutada en Virginia con una inyección letal; nadie será castigado por su asesinato, porque había sido condenada a muerte legalmente. Había planeado el asesinato de su esposo e hijo adoptivo —lo que, por supuesto, era ilegal— y los que la mataron, consecuentemente, actuaron con la bendición de las autoridades. Tal vez deberíamos reformular el sexto mandamiento para que diga: “No matarás sin permiso”. Después de todo, durante siglos hemos venerado las banderas de soldados que, estando en guerra, tienen permiso para matar, como James Bond. Y ahora se dice que el presidente iraní, Mahmoud Ahmadineyad, ha respondido a los exhortos occidentales de clemencia para una supuesta adúltera sentenciada a morir lapidada —el castigo ha sido rechazado, pero las autoridades afirman que sigue siendo una posibilidad— diciendo, en esencia: ¿Se quejan porque queremos matar legalmente a una mujer iraní cuando matan legalmente a una estadounidense?
Una objeción para la lógica de Ahmadineyad es que la estadounidense orquestó el asesinato de su esposo, mientras la iraní, Sakineh Mohammadi Ashtiani, sólo fue infiel. Y la estadounidense murió sin dolor, mientras la iraní corre el riesgo de morir de forma brutalmente dolorosa. Pero una respuesta de este tipo implica dos cosas: que mientras una adúltera no debería ser castigada con más que una separación legal, sin derecho a pensión, es aceptable castigar a asesinos con la pena capital —siempre y cuando el método de ejecución no sea muy doloroso—.
Si nuestro juicio no estuviera tan nublado, tal vez veríamos el punto más general: que ni siquiera los asesinos deben ser sentenciados a muerte, que las sociedades no deberían matar a sus ciudadanos —ni siquiera luego de un debido proceso, ni siquiera si la ejecución es relativamente indolora—. ¿Cómo responderían los ciudadanos de los países democráticos al líder de un país más bien antidemocrático cuando nos pide que no critiquemos la pena capital de Irán —dado que algunas naciones occidentales todavía tienen crueles castigos mortales—?
La situación es más bien rara, y me gustaría saber si estos occidentales —en cuyas filas figura la primera dama de Francia, Carla Bruni-Sarkozy— que protestan contra la pena de muerte en Irán también han protestado contra la de Estados Unidos. Sospecho que la mayoría no. Los occidentales se han desensibilizado con el alto número de ejecuciones legales en Estados Unidos. No obstante, nos horroriza la idea de que una mujer muera en Irán masacrada por una lluvia de piedras. Ciertamente, no soy inmune a esto: cuando me enviaron una solicitud para que me manifestara contra la lapidación de Ashtiani, la firmé inmediatamente. Al mismo tiempo, pasé por alto el hecho de que la virginiana Teresa Lewis iba a ser sacrificada. ¿Nosotros, los occidentales, hubiéramos protestado con la misma intensidad si Ashtiani hubiera sido condenada a morir por inyección letal? ¿Nos indigna la lapidación o la ejecución de infractores del séptimo mandamiento —“No cometerás adulterio”— en lugar del sexto? No estoy seguro, pero el hecho es que las reacciones humanas muchas veces son instintivas e irracionales.
En agosto encontré una página de internet que describía varias formas de cocinar un gato. Sin importar si era en broma o en serio, los defensores de los derechos de los animales elevaron la voz en todo el mundo. Adoro a los gatos. Son de las pocas criaturas que no permiten ser explotadas por sus dueños —al contrario, los explotan con cinismo olímpico— y su afecto por la casa prefigura una forma de patriotismo. Entonces, me repugnaría que me dieran un plato de estofado de gato. Por otra parte, los conejos me parecen igual de lindos que los gatos, y aún así me los como sin ningún escrúpulo. Me escandaliza ver perros pasear libremente en sus casas chinas, jugando con los niños, cuando todo mundo sabe que serán comidos a fin de año. Pero los cerdos —animales altamente inteligentes, según me dicen— vagan en las granjas occidentales y a pocos les preocupa el hecho de que su destino sea convertirse en jamón. ¿Qué nos inspira a considerar incomibles ciertos animales cuando los antropomorfizamos mientras otras criaturas adorables —terneros, por ejemplo, o corderitos— nos parecen eminentemente apetitosos? 
Los humanos somos animales muy raros, capaces de mucho amor y de cinismo aterrador, igual de dispuestos a proteger un pez de color que a hervir una langosta viva, a aplastar un ciempiés sin remordimientos y tildar de bárbaro al que mata una mariposa. Similarmente, aplicamos una doble moral cuando enfrentamos dos sentencias capitales —nos escandalizamos con una y nos hacemos de la vista gorda con otra—. Algunas veces me siento tentado a coincidir con el escritor rumano Emil Mihai Cioran, quien afirmó que la creación, una vez que escapó de las manos de Dios, debe haber quedado a cargo de un demiurgo: un chapucero torpe, incluso tal vez un poco ebrio, que se puso a trabajar teniendo en mente algunas ideas bastante confusas. 

jueves, 25 de noviembre de 2010

Quizás no sea interesante, pero puede reultar de utilidad

Puesto que usted está leyendo este blog, me es viable suponer que usted utiliza el computador con relativa asiduidad. Yo, por lo menos, lo uso a diario. Bien, tengo que reconocer que por culpa de las dichosas "nuevas tecnologías", sobre todo del pc y los celulares, he descubierto que el proceso de envejecimiento personal va de la mano de la obsolecencia de los aparatos. Es decir, soy heredero de una generación que establecía una relación afectiva con los objetos, al punto de adaptar su estilo de vida a la "antigüedad" y calidad de los objetos que conservaban. La casa de mis abuelos maternos (un lugar del que sólo los mudará la muerte) está ambientada con un reloj victoriano, un teléfono de manivela, una victrola y doscientos cincuentamil álbumes de retratos de familia. A mi padre, en apariencia más "liberal", no hay quien lo convenza de salir de su viejo equipo de sonido (un Garrard antediluviano), ni de sus estilográficos (regalo de su madre para el grado... ¡de bachiller!), ni de su caja alemana de herramientas (con la que se ganó la vida en Paris en su época de universitario).Y yo, que creo burlarme de todas esas vainas, estoy "de depre" porque a mi celu, un Nokia Sirocco que ya cumple 5 años, le entró la vejera, se me apaga, no me quiere funcionar y yo no me siento capaz de cambiarlo por ningún otro por más BlackBerry, Iphone o Smartphone de que presuma. Igual me sucede con mi pc de mesa: Ya cumple 4 años y comienza a presentar algunos achaques con los que ya está dando de comer a un ejército de "técnicos" que lo auscultan, lo intervienen, lo recetan y lo ponen en cuarentena, asegurándose siempre de dejarle algún mal latente para que en poco tiempo se los tenga que volver a llevar. Pasa igual con los carros y con la salud: Cómprese un carro cero kms. y lléveselo a un mecánico: se asombrará de "lo mal que está su cacharrito": o vaya al médico por una fiebrecita, para que se entere, después de doscientos exámenes, de lo mal que está del colon irritable, la "baja en defensas" por el estrés, una hernia que usted nunca supo que tenía y una larga lista de afecciones que "si usted no previene oportunamente, le podrán acarrear problemas mayores"...
¡Que vaina! Este es el problema con nosotros los diletantes, quería darles un datico así de cortitico, y miren por dónde he cogido. Sin tantas vueltas, el cuento es el siguiente: Por ahí a la altura de febrero o marzo comencé a tener problemas con el encendido del pc. Un día demoraba media hora, otro día una hora... ¡Llegó a tomarse ocho horas para encender! Un vividor disfrazado de "técnico" dijo que era un virus, otro dictaminó que era la fuente de poder, a otro se le antojó que el procesador... Lo recetearon, le cambiaron el disco duro, los buses, la ram y finalmente me dijeron que era un problema de procesador y board; que lo mejor era que me comprara otro. Por uno de esos rayos luminosos con que a veces nos asalta la inspiración después de la media noche, la semana pasada se me ocurrió probar el monitor en el pc de mi madre y ¡Oh, Divina Revelación! TODO-EL-VERRACO-PROBLEMA-ESTABA-EN-LA-PANTALLA. Otro "técnico especializado" me explicó algo que no entendí, me la reparó, me cobró el 30% de una nueva... y aquí estamos mi pc y yo como dos amigos recién conocidos, sanos de cuerpo y puros de alma. En síntesis (esto es lo que debí haber dicho sin tanta carreta precedente), si nota que su pc comienza a tardar más de lo normal en el proceso de inicio, SOSPECHE DEL MONITOR antes de consultar a un técnico. Y ya, estando en ese terreno, me encontré con una aplicación de esas que nunca se me habría ocurrido que existen: Un limpiador interno de pantalla No tengo una idea clara de qué es lo que puede "limpiar por dentro", pero me parece que, además de ser un "tierno" salvapantallas, de pronto limpia estáticas y qué se yo... Clic aqui para bajar uno instantáneo, o aquí para instalar la aplicación. Me cuentan cómo les fue